Recomiendo escuchar
esta canción mientras lees.
______________________________________________________________________
Blanck acarició al
enorme lobo con cierta calidez de la que ningún hombre antes había disfrutado.
-¿Has estado todo
este tiempo aquí?
-Sí. Nada más marcharme hubo una gran explosión de Oscuridad fuera de Eclissis, me desperté cerca de aquí y lo demás te lo puedes imaginar.
-Sí. Nada más marcharme hubo una gran explosión de Oscuridad fuera de Eclissis, me desperté cerca de aquí y lo demás te lo puedes imaginar.
-¿Y… eso?
-Eso tiene nombre,
Jaleel. Es mi espíritu de invocación.
-Tú también tienes
uno.
-Parece que todos
estamos destinados a tener uno. Preséntate.
-Mi nombre es Fenril.
Jaleel hizo caso
omiso del lobo, parecía bastante enfadado de que Blanck no hubiera mostrado
señales de vida en todo aquel tiempo. Las princesas habían estado muy
preocupadas, ¿y por qué no había salido antes para que Claudia al menos se
tranquilizara? La vena de la frente de Jaleel estaba a punto de explotar.
-¡Nos tenías
preocupados!
-Ya os dije una vez
que sólo estoy con vosotros por interés. Y cuando tuve la oportunidad de
dejaros atrás…
-¡¿Cómo eres tan
egoista?!
-He aprendido mucho
en este tiempo, Jaleel. No te conviene cabrearme.
-Bueno, bueno, ya veo
que este reencuentro ha sido bastante… cálido. Pero nadie se va a pelear dentro
de mi castillo sin mi consentimiento.
-Yo no necesite de
ningún entrenamiento para conseguir mi espíritu de invocación, Blanck. No me
subestimes.
-…
-¡He dicho que basta!
La voz del Maestro
Garland se oyó en todo el castillo, tan hueca y metálica como siempre pero con
un poderoso halo amenazante que incluso consiguió amedrentar al lobo de Blanck.
-Joven caballero
Jaleel, aceptaste quedarte para ser entrenado no para pedirle explicaciones a
mi otro aprendiz. Y así quedará la cosa.
-Está bien.
Jaleel sacó su
indiferencia de siempre de nuevo a la luz quitándole importancia a que Blanck
siguiera vivo y en buen estado, después de todo a él no parecía importarle que
a los demás les importara así que a él le iba a importar menos.
______________________________________________________________________
Eryn ya había terminado casi su trabajo de construir la barrera mágica, varios hechiceros experimentos la habían ayudado pese a no conocer aquel secreto y Kuroi, bastante curioso había estado espiando todo el proceso. Ahora Eryn estaba en la fase de pruebas y estaba viajando por los perímetros de la ciudad viendo si funcionaba bien el sistema.
Eryn ya había terminado casi su trabajo de construir la barrera mágica, varios hechiceros experimentos la habían ayudado pese a no conocer aquel secreto y Kuroi, bastante curioso había estado espiando todo el proceso. Ahora Eryn estaba en la fase de pruebas y estaba viajando por los perímetros de la ciudad viendo si funcionaba bien el sistema.
-Kuroi, pensé que no
querías saber nada de mí después del viajecito que tuvimos.
-No estoy aquí por
ti, egocéntrica. Me gusta el proceso de la barrera mágica.
-Nunca serías capaz
de crear una.
-Oh, créeme. Ya lo
hago con mi escudo.
-Puff… Por favor, no
compares tu escudo con esto.
-¿Habéis estado así
todo el viaje?
-¡Majestad!
-Reina Eleone.
-No es que hayamos
estado así todo el viaje, pero…
-Oh, vamos, Kuroi. No
te quieras hacer ahora el educado delante de tu reina.
-¡No intento hacer
eso!
-Vale, vale… ya,
calma los dos. No importa si...
¡ZASCA! Una enorme
explosión metálica y un haz de luces surgieron en todo el centro de la ciudad.
-¡¿Qué ha sido eso?!
-Una batalla. En la
ciudad.
-¿Pero quién?
-¡La barrera no está
terminada, se ha podido colar uno de esos… seres oscuros!
-Pero nosotros tres
estamos aquí, ¿quién se está enfrentando a él?
-¡Vayamos!
Los tres Elegidos
salieron corriendo hacia el foco de la batalla mientras la veían de lejos sin
todavía figurarse quién podía estar luchando. Poco antes de que llegaran la
batalla pareció llegar a su fin. Cuando subieron a la azotea Eleone pudo sentir
que había habido mucha Oscuridad en aquel lugar mientras Kuroi se acercaba a la
Llave espada y armadura que habían abandonado en aquel lugar.
-Me resulta familiar…
-Se han ido. Siento
dos portales de Oscuridad.
-Aflorando otra vez
el Avatar, ¿reina Eleone?
-No sé cómo funciona.
Yo sólo… me dejo llevar.
-¿Qué es eso, Kuroi?
-Es una Llave espada
y una armadura y parecen de… ¡Son de Bastet!
-¡¿De Bastet?!
La reina y Eryn se
acercaron raudamente hasta Kuroi para ver con sus propios ojos los artefactos
que habían pertenecido a Bastet.
-Pero, ¿cómo han
llegado aquí?
-Puede que…
-¡No! No lo digas ni
en broma, Eryn.
-No hay ni rastro de
Bastet por ninguna parte y es muy difícil que pueda separarse de su armadura y
Llave espada.
-Aún así no quiero
creerlo. Han abierto dos portales de Oscuridad. Uno ahí y otro ahí. Quizás
Bastet tuvo que atravesar uno y…
-¿Y se dejó aquí
justo lo que necesita para atravesarlo sin sufrir daños?
-No…
Kuroi cogió ambas, la
armadura y la Llave espada.
-No podemos dejarlas
aquí, quizá todo tiene una explicación, pero dado que ninguno de nosotros
podemos reactivar esos portales de Oscuridad y no queremos creer que le ha
pasado nada a Bastet deberíamos poner esto a buen recaudo y esperar que el
tiempo nos dé las respuestas.
-Sí, Kuroi. Me parece
bien.
-Pero…
-No, Eryn, no. No
puede ser. Por favor, vuelve a ponerte con la barrera mágica en cuanto puedas.
-Sí, Eleone.
Kuroi y Eleone
volvieron al castillo para guardar los objetos de Bastet mientras Eryn aún confusa
por el positivismo de la reina se dejaba llevar por sus piernas de vuelta a la
barrera mágica, cuanto antes la terminara menos posibilidades habría de que
volvieran a infiltrarse de esa manera.
______________________________________________________________________
Y tras viajar otras tantas horas por el Espacio entre los Mundos, Zero y Claudia llegaron al siguiente Mundo: Chrystalis.
Y tras viajar otras tantas horas por el Espacio entre los Mundos, Zero y Claudia llegaron al siguiente Mundo: Chrystalis.
-Vaya, qué paisaje más
bonito, Zero. Me alegro de que hayas elegido este lugar.
-Gracias, princesa.
¿Estás preparada para bajar?
-Sí. Ardo en deseos
de hacerlo.
Los dos Elegidos;
princesa y guardián, bajaron hasta el Mundo donde parecía haber una aldea y
evitando que la gente se preguntara de dónde habían salido decidieron aterrizar
en un bosque cercano. Tras salir y dirigirse al pueblo ambos empezaron a
discutir cómo iban a presentarse.
-La aldea es pequeña,
princesa. Sabrán en seguida que somos extranjeros.
-Pero al menos no
sabrán cómo hemos llegado. Creo que es hora de que empecemos a ocultar nuestra
procedencia como Elegidos, no podemos alterar la paz de los Mundos, ni lo que
saben.
-Como deseéis,
princesa.
Los dos iban justo a
llamar a una de las puertas de la aldea para buscar información sobre el
Maestro al que debían buscar, aunque casi llamaba a su atención que el Palacio
del fondo era el lugar que buscaban cuando escucharon a alguien venir corriendo
por la calle central.
-¿Qué pasa, princesa?
-Viene una chica por
ahí corriendo. Espera…
-¿Qué?
-¿No te suena?
-¿Mmm?
Claudia se quedó
mirando a la muchacha que parecía que de cierta manera también se había
detenido para mirarles, pronto los ojos azules de ambas se encontraron y fue
cuestión de segundos que se reconocieran.
-¡Bastet! ¡Es Bastet,
Zero!
-¿La pelirroja?
-¡Princesa Claudiaaaaaaa!
La elegida de
cabellos anaranjados salió corriendo directa hacia sus amigos y cuando estaba a
escasos metros de ellos Claudia también se lanzó hacia ella, chocando en el
punto intermedio con un profundo abrazo.
-¡Bastet, estás bien!
-¡Sí, princesa, qué
ilusión veros aquí!
-Pelirroja, ¿dónde te
has metido todo este tiempo?
-¿Todo este tiempo? Qué gracioso eres, Zero. Si sólo ha pasado un día, ja, ja, ja.
-¿Todo este tiempo? Qué gracioso eres, Zero. Si sólo ha pasado un día, ja, ja, ja.
-¿Un día?
Zero alzó la ceja
derecha de manera bastante cómica totalmente confuso ante las palabras de
Bastet.
-No ha pasado un día,
Bastet.
-Que sí mujer. Si
ayer mismo fue cuando salimos de Eclissis.
-Pelirroja, te equivocas.
Han pasado quince días.
-¡¿Quince días?! ¿Lo
decís en serio?
-Sí,
Bastet.
-Chss (¿Quince días?
Han debido de ser los viajes en el tiempo).
-¿Ocurre algo,
Bastet?
-No, princesa, no. Es
que estoy un poco cansada. Han pasado muchas cosas desde que aquel agujero
negro nos tragó.
-Sí, ya lo sabemos.
Eryn y Kuroi nos lo contaron todo.
-¿Eryn y Kuroi? ¿Están
bien?
-Sí, perfectamente.
Os estuvieron buscando todo este tiempo pero se dieron por vencidos.
-Vaya, ahora que lo
dices… me pareció que ellos intentaron agarrarme cuando desaparecimos. Mmm… no
sé, todo está muy confuso.
-Dinos, pelirroja,
¿qué has hecho todo este tiempo para pensar que sólo ha pasado un día?
-Oh, bueno, yo… No… No
es momento para eso, ¡os tengo que presentar a mis padres!
-¿Tus padres?
Zero y Claudia se
miraron totalmente confusos ante esa idea.
-Sí, ¡este es mi
hogar!
-¿Tu hogar? Pero, ¿no
dijistéis Keiro y tú que vuestro hogar fue tragado por los Sincorazón?
-Sí, bueno, pero…
conseguimos salvarlo.
-Ah…
-Por cierto,
pelirroja, ¿y Keiro?
-Oh… Está en el
Palacio.
-¿El Palacio?
-Sí, ahí es donde
vive nuestro Maestro. Está con él.
-¡¿Maestro?!
Claudia y Zero se volvieron
a mirar asombrados. Ahora todo encajaba, Chrystalis era el hogar de Bastet y
Keiro, se había salvado y su Maestro, del que Bastet tanto había hablado en sus
reuniones, era el Maestro al cual tenían que encontrar en Chrystalis. Misterio
resuelto.
-Sí, mi Maestro, ¿no
os acordáis?
-Sí, Bastet. Es que
justo vinimos aquí buscando a tu Maestro.
-¿Al Maestro Cyan? ¿Por qué?
-Oh, bueno… es que…
Claudia sacó el mapa que les había entregado el príncipe Mickey con las flechas indicando los tres Mundos donde encontrarían a los tres Maestros.
-¿Qué es eso?
-Es un mapa. Durante
su viaje, Kuroi y Eryn conocieron a un gran hechicero y Elegido de la Llave
espada que está de nuestro lado y nos envía información. Nos mostró el paradero
de tres Maestros de la Llave espada que nos podían ayudar y uno de ellos nos
trajo hasta aquí. ¿No ves?
Claudia le enseñó a
Bastet justo la flecha en la que ponía: “Chrystalis”.
-Vaya… Qué
coincidencia.
-Sí, ¿no es genial?
-Es verdad,
pelirroja, ¿qué hacéis aquí? Aún no nos has aclarado eso.
-Oh, bueno… es que…
es una larga historia y no sabría como empezar a contarla.
-Haz el resumen en el
que te saltas la parte en la que empiezas.
-Bueno… pues… he
estado viajando en el tiempo, por eso estoy tan… confusa.
-¡¿Viajando en el
tiempo?!
Claudia y Zero se
miraron una vez más anonadados por las noticias de Bastet.
-Sabía que os lo ibáis
a tomar así. La verdad es que no sé muy bien cómo pasó pero viajé al pasado y
al futuro. Conseguí salvar mi Mundo y… ¡te vi en el futuro, princesa! Eras
preciosa, aunque no entiendo porqué te llamaban reina si Eleone también estaba.
-¿Reina?
-Oh, bueno… je, je…
Chss (No tenías que haber dicho eso, Bastet)
-¿Por qué?
-¿Tenéis algo que
decirme, princesa?
-No, claro que no,
je, je. Es esta Bastet, que solo dice tonterías. ¿Verdad, Bastet?
Claudia intentó
convencer a Bastet de que le siguiera el juego con un codazo, pero fue
demasiado fuerte y dejó sin respirar a la pelirroja unos segundos.
-Ay…
-¿No ves? Está
haciendo el tonto. ¿A que sí, Bastet?
-¿Qué… he… dicho?
-¿Princesa?
-Está bien, está
bien. Eleone me dijo ayer que compartiría el trono conmigo. ¡Hala, ya lo he
dicho!
-¡¿Cómo?! Pero eso no
se puede hacer.
-¿No se puede?
-¡Sí se puede! Eleone
ahora es la reina y puede hacer lo que quiera.
-Espera, espera,
espera… ¿Cómo que Eleone ahora es la reina?
-Oh, bueno… es que…
mi padre…
-¿Qué?
-El rey falleció
justo después de vuestra marcha.
-¡¿Cómo?! ¿En serio?
-Sí, Bastet.
-Sí, Bastet.
-Lo siento mucho,
princesa.
-No importa. Al menos
os hemos encontrado.
-…sí.
-¿Y qué más sitios visitaste, pelirroja?
-El futuro, el pasado…
¡Ah, sí! Conseguí acabar con Ganímedes.
-Pero eso ya lo sabía,
yo estaba a… a…
-Claro que estabas
allí, Zero. Te he dicho que viajé al pasado.
-Vaya, eso explica
porque eras tan fuerte.
-Je, je. Por
supuesto. Por cierto, en el futuro conocí a una nueva Elegida que se uniría al
grupo.
-¡¿En serio?!
-Sí, princesa. Era
una chica muy mona y se llamaba Sina.
-¿Sina? Qué nombre más
bonito.
-¿Se van a unir más a
nosotros?
-Eso parece. ¿No es
genial?
-Es útil. ¿Qué más
viste en ese futuro?
-Nada más, me temo. Los viajes fueron muy rápidos.
-Nada más, me temo. Los viajes fueron muy rápidos.
-¿Y qué hay de Keiro?
-Oh, Keiro… ¡pues está
genial! Como siempre.
-¿Genial, seguro?
-¡Por supuesto!
Bueno, ya sabéis que mi Maestro está vivo y bien, ¿no os quedan más Mundos que
visitar?
-Sí, Bastet, pero…
-Espera, espera,
espera, pelirroja.
-*Glup*.
-¿Por qué nos quieres
echar tan rápido?
-Porque seguro que
tenéis mucha prisa, los Mundos están desapareciendo, deberiáis llegar rápidamente
a esa… ¡Gemelus! Eso…
-Los Mundos no están
desapareciendo, Bastet.
-¿Cómo? Pero esos tipos…
-Sé lo que dijeron, pero Kuroi y Eryn descubrieron en sus viajes que había muchos Mundos aún
completos y algunos ni siquieran conocían a los Sincorazón.
-¿Es eso cierto? Vaya… ¡Pero eso es genial!
-¿Y bien, pelirroja?
¿Qué nos estás ocultando?
-¿Yo? Nada, nada.
-¡No se lo ocultes
más, Bastet!
-¿Qué…?
-¡Keiro!
-¡¿Keiro?!
Claudia y Zero vieron
como el Elegido caído se acercaba al grupo con su nuevo “look”, Zero parecía
mosca y Claudia asustada.
-¿Qué… te ha pasado?
Parece que Jaleel tenía razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario