miércoles, 22 de agosto de 2012

Capítulo 3: La Luz te guiará

Recomiendo escuchar esta canción mientras lees.
 

______________________________________________________________________

Blanck acarició al enorme lobo con cierta calidez de la que ningún hombre antes había disfrutado.

-¿Has estado todo este tiempo aquí?
-Sí. Nada más marcharme hubo una gran explosión de Oscuridad fuera de Eclissis, me desperté cerca de aquí y lo demás te lo puedes imaginar.
-¿Y… eso?
-Eso tiene nombre, Jaleel. Es mi espíritu de invocación.
-Tú también tienes uno.
-Parece que todos estamos destinados a tener uno. Preséntate.
-Mi nombre es Fenril.

Jaleel hizo caso omiso del lobo, parecía bastante enfadado de que Blanck no hubiera mostrado señales de vida en todo aquel tiempo. Las princesas habían estado muy preocupadas, ¿y por qué no había salido antes para que Claudia al menos se tranquilizara? La vena de la frente de Jaleel estaba a punto de explotar.

-¡Nos tenías preocupados!
-Ya os dije una vez que sólo estoy con vosotros por interés. Y cuando tuve la oportunidad de dejaros atrás…
-¡¿Cómo eres tan egoista?!
-He aprendido mucho en este tiempo, Jaleel. No te conviene cabrearme.
-Bueno, bueno, ya veo que este reencuentro ha sido bastante… cálido. Pero nadie se va a pelear dentro de mi castillo sin mi consentimiento.
-Yo no necesite de ningún entrenamiento para conseguir mi espíritu de invocación, Blanck. No me subestimes.
-
-¡He dicho que basta!

La voz del Maestro Garland se oyó en todo el castillo, tan hueca y metálica como siempre pero con un poderoso halo amenazante que incluso consiguió amedrentar al lobo de Blanck.

-Joven caballero Jaleel, aceptaste quedarte para ser entrenado no para pedirle explicaciones a mi otro aprendiz. Y así quedará la cosa.
-Está bien.

Jaleel sacó su indiferencia de siempre de nuevo a la luz quitándole importancia a que Blanck siguiera vivo y en buen estado, después de todo a él no parecía importarle que a los demás les importara así que a él le iba a importar menos.

______________________________________________________________________

Eryn ya había terminado casi su trabajo de construir la barrera mágica, varios hechiceros experimentos la habían ayudado pese a no conocer aquel secreto y Kuroi, bastante curioso había estado espiando todo el proceso. Ahora Eryn estaba en la fase de pruebas y estaba viajando por los perímetros de la ciudad viendo si funcionaba bien el sistema.

-Kuroi, pensé que no querías saber nada de mí después del viajecito que tuvimos.
-No estoy aquí por ti, egocéntrica. Me gusta el proceso de la barrera mágica.
-Nunca serías capaz de crear una.
-Oh, créeme. Ya lo hago con mi escudo.
-Puff… Por favor, no compares tu escudo con esto.
-¿Habéis estado así todo el viaje?
-¡Majestad!
-Reina Eleone.
-No es que hayamos estado así todo el viaje, pero…
-Oh, vamos, Kuroi. No te quieras hacer ahora el educado delante de tu reina.
-¡No intento hacer eso!
-Vale, vale… ya, calma los dos. No importa si...

¡ZASCA! Una enorme explosión metálica y un haz de luces surgieron en todo el centro de la ciudad.

-¡¿Qué ha sido eso?!
-Una batalla. En la ciudad.
-¿Pero quién?
-¡La barrera no está terminada, se ha podido colar uno de esos… seres oscuros!
-Pero nosotros tres estamos aquí, ¿quién se está enfrentando a él?
-¡Vayamos!

Los tres Elegidos salieron corriendo hacia el foco de la batalla mientras la veían de lejos sin todavía figurarse quién podía estar luchando. Poco antes de que llegaran la batalla pareció llegar a su fin. Cuando subieron a la azotea Eleone pudo sentir que había habido mucha Oscuridad en aquel lugar mientras Kuroi se acercaba a la Llave espada y armadura que habían abandonado en aquel lugar.

-Me resulta familiar…
-Se han ido. Siento dos portales de Oscuridad.
-Aflorando otra vez el Avatar, ¿reina Eleone?
-No sé cómo funciona. Yo sólo… me dejo llevar.
-¿Qué es eso, Kuroi?
-Es una Llave espada y una armadura y parecen de… ¡Son de Bastet!
-¡¿De Bastet?!

La reina y Eryn se acercaron raudamente hasta Kuroi para ver con sus propios ojos los artefactos que habían pertenecido a Bastet.

-Pero, ¿cómo han llegado aquí?
-Puede que…
-¡No! No lo digas ni en broma, Eryn.
-No hay ni rastro de Bastet por ninguna parte y es muy difícil que pueda separarse de su armadura y Llave espada.
-Aún así no quiero creerlo. Han abierto dos portales de Oscuridad. Uno ahí y otro ahí. Quizás Bastet tuvo que atravesar uno y…
-¿Y se dejó aquí justo lo que necesita para atravesarlo sin sufrir daños?
-No…

Kuroi cogió ambas, la armadura y la Llave espada.

-No podemos dejarlas aquí, quizá todo tiene una explicación, pero dado que ninguno de nosotros podemos reactivar esos portales de Oscuridad y no queremos creer que le ha pasado nada a Bastet deberíamos poner esto a buen recaudo y esperar que el tiempo nos dé las respuestas.
-Sí, Kuroi. Me parece bien.
-Pero…
-No, Eryn, no. No puede ser. Por favor, vuelve a ponerte con la barrera mágica en cuanto puedas.
-Sí, Eleone.

Kuroi y Eleone volvieron al castillo para guardar los objetos de Bastet mientras Eryn aún confusa por el positivismo de la reina se dejaba llevar por sus piernas de vuelta a la barrera mágica, cuanto antes la terminara menos posibilidades habría de que volvieran a infiltrarse de esa manera.

______________________________________________________________________

Y tras viajar otras tantas horas por el Espacio entre los Mundos, Zero y Claudia llegaron al siguiente Mundo: Chrystalis.

-Vaya, qué paisaje más bonito, Zero. Me alegro de que hayas elegido este lugar.
-Gracias, princesa. ¿Estás preparada para bajar?
-Sí. Ardo en deseos de hacerlo.

Los dos Elegidos; princesa y guardián, bajaron hasta el Mundo donde parecía haber una aldea y evitando que la gente se preguntara de dónde habían salido decidieron aterrizar en un bosque cercano. Tras salir y dirigirse al pueblo ambos empezaron a discutir cómo iban a presentarse.

-La aldea es pequeña, princesa. Sabrán en seguida que somos extranjeros.
-Pero al menos no sabrán cómo hemos llegado. Creo que es hora de que empecemos a ocultar nuestra procedencia como Elegidos, no podemos alterar la paz de los Mundos, ni lo que saben.
-Como deseéis, princesa.

Los dos iban justo a llamar a una de las puertas de la aldea para buscar información sobre el Maestro al que debían buscar, aunque casi llamaba a su atención que el Palacio del fondo era el lugar que buscaban cuando escucharon a alguien venir corriendo por la calle central.

-¿Qué pasa, princesa?
-Viene una chica por ahí corriendo. Espera…
-¿Qué?
-¿No te suena?
-¿Mmm?

Claudia se quedó mirando a la muchacha que parecía que de cierta manera también se había detenido para mirarles, pronto los ojos azules de ambas se encontraron y fue cuestión de segundos que se reconocieran.

-¡Bastet! ¡Es Bastet, Zero!
-¿La pelirroja?
-¡Princesa Claudiaaaaaaa!

La elegida de cabellos anaranjados salió corriendo directa hacia sus amigos y cuando estaba a escasos metros de ellos Claudia también se lanzó hacia ella, chocando en el punto intermedio con un profundo abrazo.

-¡Bastet, estás bien!
-¡Sí, princesa, qué ilusión veros aquí!
-Pelirroja, ¿dónde te has metido todo este tiempo?
-¿Todo este tiempo? Qué gracioso eres, Zero. Si sólo ha pasado un día, ja, ja, ja.
-¿Un día?

Zero alzó la ceja derecha de manera bastante cómica totalmente confuso ante las palabras de Bastet.

-No ha pasado un día, Bastet.
-Que sí mujer. Si ayer mismo fue cuando salimos de Eclissis.
-Pelirroja, te equivocas. Han pasado quince días.
-¡¿Quince días?! ¿Lo decís en serio?
-Sí, Bastet.
-Chss (¿Quince días? Han debido de ser los viajes en el tiempo).
-¿Ocurre algo, Bastet?
-No, princesa, no. Es que estoy un poco cansada. Han pasado muchas cosas desde que aquel agujero negro nos tragó.
-Sí, ya lo sabemos. Eryn y Kuroi nos lo contaron todo.
-¿Eryn y Kuroi? ¿Están bien?
-Sí, perfectamente. Os estuvieron buscando todo este tiempo pero se dieron por vencidos.
-Vaya, ahora que lo dices… me pareció que ellos intentaron agarrarme cuando desaparecimos. Mmm… no sé, todo está muy confuso.
-Dinos, pelirroja, ¿qué has hecho todo este tiempo para pensar que sólo ha pasado un día?
-Oh, bueno, yo… No… No es momento para eso, ¡os tengo que presentar a mis padres!
-¿Tus padres?

Zero y Claudia se miraron totalmente confusos ante esa idea.

-Sí, ¡este es mi hogar!
-¿Tu hogar? Pero, ¿no dijistéis Keiro y tú que vuestro hogar fue tragado por los Sincorazón?
-Sí, bueno, pero… conseguimos salvarlo.
-Ah…
-Por cierto, pelirroja, ¿y Keiro?
-Oh… Está en el Palacio.
-¿El Palacio?
-Sí, ahí es donde vive nuestro Maestro. Está con él.
-¡¿Maestro?!

Claudia y Zero se volvieron a mirar asombrados. Ahora todo encajaba, Chrystalis era el hogar de Bastet y Keiro, se había salvado y su Maestro, del que Bastet tanto había hablado en sus reuniones, era el Maestro al cual tenían que encontrar en Chrystalis. Misterio resuelto.

-Sí, mi Maestro, ¿no os acordáis?
-Sí, Bastet. Es que justo vinimos aquí buscando a tu Maestro.
-¿Al Maestro Cyan? ¿Por qué?
-Oh, bueno… es que…

Claudia sacó el mapa que les había entregado el príncipe Mickey con las flechas indicando los tres Mundos donde encontrarían a los tres Maestros.

-¿Qué es eso?
-Es un mapa. Durante su viaje, Kuroi y Eryn conocieron a un gran hechicero y Elegido de la Llave espada que está de nuestro lado y nos envía información. Nos mostró el paradero de tres Maestros de la Llave espada que nos podían ayudar y uno de ellos nos trajo hasta aquí. ¿No ves?

Claudia le enseñó a Bastet justo la flecha en la que ponía: “Chrystalis”.

-Vaya… Qué coincidencia.
-Sí, ¿no es genial?
-Es verdad, pelirroja, ¿qué hacéis aquí? Aún no nos has aclarado eso.
-Oh, bueno… es que… es una larga historia y no sabría como empezar a contarla.
-Haz el resumen en el que te saltas la parte en la que empiezas.
-Bueno… pues… he estado viajando en el tiempo, por eso estoy tan… confusa.
-¡¿Viajando en el tiempo?!

Claudia y Zero se miraron una vez más anonadados por las noticias de Bastet.

-Sabía que os lo ibáis a tomar así. La verdad es que no sé muy bien cómo pasó pero viajé al pasado y al futuro. Conseguí salvar mi Mundo y… ¡te vi en el futuro, princesa! Eras preciosa, aunque no entiendo porqué te llamaban reina si Eleone también estaba.
-¿Reina?
-Oh, bueno… je, je… Chss (No tenías que haber dicho eso, Bastet)
-¿Por qué?
-¿Tenéis algo que decirme, princesa?
-No, claro que no, je, je. Es esta Bastet, que solo dice tonterías. ¿Verdad, Bastet?

Claudia intentó convencer a Bastet de que le siguiera el juego con un codazo, pero fue demasiado fuerte y dejó sin respirar a la pelirroja unos segundos.

-Ay…
-¿No ves? Está haciendo el tonto. ¿A que sí, Bastet?
-¿Qué… he… dicho?
-¿Princesa?
-Está bien, está bien. Eleone me dijo ayer que compartiría el trono conmigo. ¡Hala, ya lo he dicho!
-¡¿Cómo?! Pero eso no se puede hacer.
-¿No se puede?
-¡Sí se puede! Eleone ahora es la reina y puede hacer lo que quiera.
-Espera, espera, espera… ¿Cómo que Eleone ahora es la reina?
-Oh, bueno… es que… mi padre…
-¿Qué?
-El rey falleció justo después de vuestra marcha.
-¡¿Cómo?! ¿En serio?
-Sí, Bastet.
-Lo siento mucho, princesa.
-No importa. Al menos os hemos encontrado.
-…sí.
-¿Y qué más sitios visitaste, pelirroja?
-El futuro, el pasado… ¡Ah, sí! Conseguí acabar con Ganímedes.
-Pero eso ya lo sabía, yo estaba a… a…
-Claro que estabas allí, Zero. Te he dicho que viajé al pasado.
-Vaya, eso explica porque eras tan fuerte.
-Je, je. Por supuesto. Por cierto, en el futuro conocí a una nueva Elegida que se uniría al grupo.
-¡¿En serio?!
-Sí, princesa. Era una chica muy mona y se llamaba Sina.
-¿Sina? Qué nombre más bonito.
-¿Se van a unir más a nosotros?
-Eso parece. ¿No es genial?
-Es útil. ¿Qué más viste en ese futuro?
-Nada más, me temo. Los viajes fueron muy rápidos.
-¿Y qué hay de Keiro?
-Oh, Keiro… ¡pues está genial! Como siempre.
-¿Genial, seguro?
-¡Por supuesto! Bueno, ya sabéis que mi Maestro está vivo y bien, ¿no os quedan más Mundos que visitar?
-Sí, Bastet, pero…
-Espera, espera, espera, pelirroja.
-*Glup*.
-¿Por qué nos quieres echar tan rápido?
-Porque seguro que tenéis mucha prisa, los Mundos están desapareciendo, deberiáis llegar rápidamente a esa… ¡Gemelus! Eso…
-Los Mundos no están desapareciendo, Bastet.
-¿Cómo? Pero esos tipos…
-Sé lo que dijeron, pero Kuroi y Eryn descubrieron en sus viajes que había muchos Mundos aún completos y algunos ni siquieran conocían a los Sincorazón.
-¿Es eso cierto? Vaya… ¡Pero eso es genial!
-¿Y bien, pelirroja? ¿Qué nos estás ocultando?
-¿Yo? Nada, nada.
-¡No se lo ocultes más, Bastet!
-¿Qué…?
-¡Keiro!
-¡¿Keiro?!

Claudia y Zero vieron como el Elegido caído se acercaba al grupo con su nuevo “look”, Zero parecía mosca y Claudia asustada.

-¿Qué… te ha pasado? Parece que Jaleel tenía razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario