martes, 25 de septiembre de 2012

Capítulo 12: Cosas que nunca debieron ser así


Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=-JOgs1lIfmI

______________________________________________________________________

-¿Quién es? No siento nada provenir de ella.
-Porque está muerta.
-¿Muerta? ¿Y por qué la mantienes ahí?
-Porque tengo que resucitarla. Es un pedido urgente. Lo único que ves ahí es su cuerpo, no tiene ni alma ni Corazón.
-Sólo he visto dos personas muertas en mi vida y no fue nada agradable. ¿Por qué me enseñas esto?
-Porque con un poco de suerte a ella sí podrás volver a verla caminar.
-¿De verdad crees que puedes resucitarla?
-No tal y como era antes, pero sí algo parecido.
-¡¿Cómo?!
-En el pasado fui capaz de crear seres vivos de la nada. Les creaba un cuerpo, les daba una chispa de vida y les otorgaba un Corazón. Los experimentos no eran perfectos y a veces el ser en cuestión era un poco inestable, pero… eso es mejor que estar muerto.
-Eso es horrible…
-No soy perfecto. Por suerte ésta vez tengo el cuerpo, aunque para que no se descomponga lo mantengo ahí dentro. Pero no puedo introducir cualquier Corazón en su interior, tengo que devolverle el suyo y para eso estás tú aquí.
-¡¿Yo?!
-Avatar de la Luz.
-Así que lo sabes.
-Claro que lo sé, gracias a mí tienes esos poderes.
-¡¿Cómo dices?!
-Ah… Tu madre os ocultó muchos secretos a ti y a tu hermana por lo que veo. Supongo que no érais lo suficiente mayores cuando ella murió y cuando supo que era inminente no pudo prepararos para lo que estaba por venir. Y a mí… ¡Jum!
-¡No te atrevas a hablar así de mi madre!
-Ya he dicho que os tranquilicéis, majestad, u os saldrán canas del estrés.
-Jum… ¿Cómo es posible que me dieras estos poderes?
-Nada es imposible, joven alteza. Y menos con una Llave espada en tu poder. Esta chica de aquí, es como tú.
-¿Era una Elegida?
-No, no. Un Avatar de la Luz. No fuiste la única que preparamos, hubo muchas candidatas. Ésta, por desgracia, pereció.
-¿Por qué lo hiciste?
-Hicimos, plural. No me gusta repetirme y le acabo de contar no hace mucho mi historia al joven Jaleel.
-¡¿Jaleel ha estado aquí?!
-Sí, y mandado por tu mano si no me equivoco.
-¡Tú eras uno de esos Maestros a los que envié a buscar a mi hermana!
-Ese loco Yensid, se cree que se puede hacer todo por las buenas. ¿De verdad creyó que los años y la soledad habían templado mi carácter? Pobre iluso…
-¡¿Pero por qué yo… por qué nosotras…?!
-¿Y por qué no tu hermana o esa tal Bastet o la otra… cómo se llamaba, ah sí, Eryn? Menuda fantasma, no sé como podéis confiar en ella.
-¡Eryn es de fiar!
-Ya… Escogimos a unas cuantas mujeres, en ellas sembramos la semilla pero no dio tiempo a florecer en todas, salvo en una… y ella te lo pasó a ti cuando naciste. Si no hubieses nacido a lo mejor tu madre seguiría viva.
-¡¿Cómo…?!
-Sólo escogimos a esas mujeres para que creciera la semilla en ellas, pero debían pasarla a la siguiente generación donde liberaría todos sus poderes. Sin embargo en tu madre, floreció… Debí suponerlo, era una Elegida después de todo, era... especial. El día en que naciste, le arrebataste algo más que sus energías a tu madre. Te llevaste un trozo de ella… La pobre Arturia simplemente estaba orgullosa en su lecho, ¡pero aquello fue su sentencia!
-No… Eso no es verdad…
-Oh, sí. Tú me la arrebataste. Y por tu culpa ahora…
-¡…!
-Pero no puedo tomarla contigo, ella estaba orgullosa de ti. Y yo también lo estaré. Cuando resucites a esta chica y consiga controlar la semilla.
-No lo entiendo…
-Yo fui el Maestro de tu madre… y su… da igual.
-¡…!
-Primero me la robó ese estúpido príncipe pretencioso… y luego te tuvo a ti con él… con cada persona con la que compartía su alma, ella iba perdiendo poco a poco en lo que la convertí. Tú fuiste su sentencia y tu hermana… no dejó nada… sólo una cáscara vacía… y por vuestra culpa no tuvo nada que hacer contra Caos.
-¡¿Caos?! ¿Quién es Caos?
-¡Es historia, cuando le encuentre yo mismo me desharé de él! Por quitarme a mi niña...
-¿A tu… niña?
-¡Silencio! Voy a empezar con la operación…
-¡No…! Por… por lo menos dime que me vas a hacer.
-Aunque te lo explicase no lo entenderías. Ahora ve a dormir.

Garland le inyectó una anestesia general a Eleone.

-Tranquila… No voy a hacerte daño.
-¿Tú… eres… a… ah…? Zzzz….

______________________________________________________________________

Blanck se encontraba en su pradera favorita, tumbado y mirando las luces del cielo, en ese momento sintió como una chispa de Luz volvía a brillar en algún lado.

-¡¿…?! No… ¿Garland lo ha conseguido ya? Pero…
-Blanck…
-Nanaki.
-Has vuelto. Hubo un gran revuelo en la ciudad. Oí que habían desaparecido unos Elegidos.
-Tranquilo. Sólo estuve entrenando. Me he vuelto mucho más fuerte, estoy preparado para encargarme de esos hombrecillos.
-Es bueno oírte decir eso. Y saber que estás bien.

Blanck sonrió durante unos instantes, una efímera sonrisa que tan sólo quedó en el recuerdo.

-Me han pedido que me quede en Eclissis… He conseguido escabullirme por una de las puertas pero algo me pide que me quede. No hay más Elegidos en toda la ciudad.
-¿Y cuál es el problema?
-Es como si… también me necesitaran en otros lugares…
-No puedes estar en tantos sitios a la vez. Y dado que no hay más Elegidos aquí, es buena idea que te quedes por si aparecen ellos. Así podrías vencerles.
-Si lo que he sentido es verdad… Quizás ya no quiera venganza.
-¿…?
-Pero aún así debo hacerlo, ¿verdad? Debo vencerles. Ellos destruyen Mundos y les hacen cosas horribles a la naturaleza. Tengo que destruirles.
-Estás perdiendo tu naturaleza animal, ¿qué te ocurre?
-Ella conseguía amansar la fiera. ¿Puede ser posible que la haya resucitado?
-¿De quién hablas, Blanck?
-Danna… ¿de verdad vuelves a estar viva?

______________________________________________________________________

Kuroi y Eryn finalmente llegaron hasta donde Ark se encontraba con buenas noticias.

-¿Ya sabes el lugar exacto, Maestro?
-Sí… esperad un momento.

El Maestro de Eryn cogió un papel y dibujó una flecha mágica en él.

-Eso os mostrará el camino.
-Es igual que el mapa que nos dio el príncipe Mickey.
-Es una brújula mágica. Indica siempre hacia donde está lo que estás buscando.
-Debió dibujarla Yensid.
-¡¿Yensid?! ¿Habéis conocido a Yensid?
-Sí, Maestro, ¿le conoces? Con las prisas de la última vez no te lo pude comentar.
-¿Y quién no le conoce? Era el mayor hechicero de todos los tiempos. Él fundó las torres de magia aquí en Paraíso.
-Vaya…
-Y pensar que existe de verdad. Era como un mito entre los magos.
-Pues existe.
-Ark, no quisiera sonar descortés, pero la reina nos necesita.
-Claro, sin problemas. Tened cuidado.
-Gracias por todo.

Los dos Elegidos volvieron a montarse en sus Llaves deslizador con toda celeridad y salieron del Mundo rumbo hacia donde la flecha apuntaba, no tardaron en llegar a un lúgubre castillo flotando en medio de la nada.

-¿Es ahí?
-¿Cómo ha podido acabar la reina en un lugar como ése?
-Vamos, Kuroi.

______________________________________________________________________

La batalla entre las reinas y Caos dejó durante unos instantes perplejos al resto de los Elegidos, aunque no tardaron en reaccionar cada uno por su cuenta. El primero fue Keiro que decidió tener que finalizar lo que había empezado en Eclissis e invocando casi al instante a Odín se lanzó de nuevo a por aquel hombre del pelo largo.

-¿Deseas terminar lo que empezamos?
-¡Por supuesto!
-Perfecto… Así no molestamos a Caos.

Bastet no tardó en seguir los pasos de Keiro aunque quedándose relativamente en la retaguardia. As y Sina intentaron apoyar a sus madres pero fueron interceptados por el hombre de la enorme espada. Sólo quedaron Claudia, Zero y Vali en medio de la sala sin saber qué hacer.

-Tenemos que poneros a cubierto, princesa. Vali, vigila ese flanco.
-Sí, general.
-¡No! Tenemos que ayudarles.

Claudia estaba totalmente enfocada entre las dos reinas y Caos, la batalla estaba relativamente equiparada, aunque las mujeres luchaban con gran fiereza haciendo retroceder a Caos con cada embiste. Ni siquiera el paso del tiempo permitiría a Caos superar a dos Maestras de la Llave espada. No tardó mucho en preparar una vía de escape.

-No tengo tiempo para enfrentarme a vosotras. La Llave me espera.
-¡No! -¡No!

Caos abrió un portal de Oscuridad y se introdujo por él, aunque antes de que se cerrara las reinas también entraron. Viendo esto, los otros dos Señores de la Oscuridad interrumpieron sus peleas y abrieron también portales de Oscuridad desaparecieron, Keiro estuvo a punto de seguir a Messam, pero fue detenido por Bastet. As y Sina solo pudieron ver como sus madres y sus enemigos desaparecían misteriosamente.

-¡Madre!
-Tranquílizate, As.
-No. Son tres contra dos.

-¿Por qué me has detenido, Bastet?
-¡¿Estás loco? No vas a entrar en un Portal de Oscuridad tú solo!
-Pero…
-¡Ni peros ni peras!

-¡Van a por mi hermana!
-Princesa…
-¡Tenemos que seguirles, Keiro, por favor!
-¡NO!
-Bastet, no sabemos si las reinas podrán contra los tres. Si no vamos, ¡liberarán a Ánima!
-¡No! ¡No! Si Keiro abre un portal más. ¡No!
-Bastet… es Eclissis… ¡es Eleone! Se lo debemos…
-Mmm… Keiro… No…
-Bastet, por favor.
-…pero no podremos ir todos.
-¡¿Por qué?!
-Porque Keiro no puede mantener tanto tiempo un portal abierto, sólo irá uno. Es mi condición.
-Está bien. Zero…
-¡No!
-Vali…
-Dejadme ir a mí, princesa. Quiero volver a Eclissis.
-¿Zero?
-Por mí bien. Pero ten cuidado, Vali.
-El tiempo corre.
-Por favor, Keiro, ten cuidado.
-Descuida, Bastet.

Keiro le dio un beso en la frente a Bastet y acercándose a Vali abrió un portal de Oscuridad por el que entraron los dos desapareciendo.

-Keiro…
-Tranquila, pelirroja, es un tío fuerte, sabrá apañárselas.
-¿Y nosotros qué hacemos?
-Tendremos que volver a Eclissis a la vieja usanza. En Llave deslizador.
-¡Vamos con vosotros!
-Sina…
-As, son nuestras madres. Nos necesitan.
-Pero alguien se tiene que quedar por si vuelven.
-Nos quedaremos Zero y yo.
-Princesa…
-Esperaremos un día y marcharemos mañana. Tenemos que confiar en ellos.
-
-¡Id ya!

Bastet, As y Sina salieron a todo correr afuera e invocando sus Llaves deslizador partieron a toda prisa a Eclissis siendo guiados por la pelirroja.

-Sólo queríais quedaros a solas conmigo, ¿no?
-No, Zero. Ya te dije que no te obligaré a nada.

Y dicho eso Claudia salió de la sala.

-¡¿A dónde váis?!
-Tengo que hablar con ese hechicero del coliseo. Sabía demasiado.

Claudia explicó la situación a los guardias del palacio y le guiaron sin problemas a la enfermería donde estaban curando al enorme hechicero de tez pálida.

-Hola…
-Hola, joven.
-¿Golbez, no?
-Sí. He oído que hicistéis volver en sí a las reinas.
-Sí. Por eso te dejaron libre, pero no hasta que se curen tus heridas.
-Las heridas que ellas me causaron, ¿no es irónico?
-Seguramente lo sientan mucho.
-Lo sé. ¿Qué ha pasado? Escuché una batalla.
-Es largo de contar. Cuéntame qué sabes y complementaremos información.
-¿Que sé…? ¿Sobre qué?
-Los Sincorazón y la Oscuridad.
 -...

______________________________________________________________________

Finalmente Jaleel y Mavras encontraron a Ansem en su estudio, que se alegró de volver a su aprendiz.

-Mavras.
-Maestro… me voy con Jaleel.
-¡¿Cómo…?! Esto es cosa tuya, ¿verdad? Te dije…
-¡No, maestro! Es cosa mía… dijiste que nos “creaste” para ser importantes. Yo también quiero serlo.
-…si es lo que deseas.

Ansem se volvió a sentar en su silla totalmente abatido.

-Lo siento, maestro. Pero…
-No. Lo entiendo… es mi culpa…
-No es tu culpa… Sólo quiero ser importante. Y tengo la oportunidad ahora, no te guardo ningún rencor.
-No quiero romper este momento, pero…
-Sí, claro.
-¿Qué pasa, Jaleel?
-No puedo llevarme a Mavras sabiendo lo poco que duraría en el Espacio entre los Mundos.
-¡¿Cómo…?!
-Tranquilo, te voy a llevar. Ansem, dijiste que aislaste nuestros Corazones de nuestros cuerpos. ¿Qué material usaste? ¿Qué material es capaz de aislar Luz y Oscuridad?
-Mmm… Uno muy especial. No encontré mucho. Sólo tenía un poco y lo usé con vuestros Corazones. No me queda más.

Jaleel invocó su armadura en respuesta a aquello y se acercó a Ansem dejando estupefactos tanto a él como a Mavras.

-¿Este material?

Ansem revisó momentaneamente la armadura de Jaleel.

-Sí, es ese. ¿Cómo…?
-Esa es mi pregunta. ¿Cómo obtuviste un trozo de armadura?
-Se lo robé a Garland. Eso lo explica todo. Eres un Elegido, ¿no?
-Sí, lo soy. Así es como llegué.
-Entonces no habrá problemas.
-¿A qué te refieres?
-Durante mis años como aprendiz de Garland aprendí algunas cosas de los Elegidos. Recuerdo una especie de rito que un Elegido hacía para pasarle sus poderes a otros como él, pero tenía que ser alguien especial. Quizás puedas convertir a Mavras en uno.
-¡¿Cómo?!
-Tengo que buscar el informe…

No hay comentarios:

Publicar un comentario