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http://www.youtube.com/watch?v=6c_PXDUkzFM
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-¿Sabes algo?
-Puede… que
demasiado…
-¿Y no quieres que
compartamos esa información?
-No quiero revelar mi
parte…
-¡¿Por qué?!
-Más bien no quiero
recordarla…
-¿Qué se supone que
significa eso? Princesa, estáis perdiendo el tiempo…
-¿Qué ocultas? No
podrás hacerlo para siempre…
-…
Claudia empezó a
mirar fijamente a Golbez con concetración, sus ojos casi atravesaban su alma y
Golbez parecía tener esa misma mirada pero en dirección contraria.
-¿Qué hacéis,
princesa?
-¿Telepatía? ¿Crees
que puedes sacarme esa información a la fuerza?
-¿Cómo lo sabes?
-Yo tuve poderes
parecidos hace tiempo.
-¡¿Telepatía?! ¿Qué
dice, princesa?
-Ni siquiera le has
dicho que tienes ese poder a tu propio guardián.
-¿Cómo sabes que soy
su guardián?
-Lo has vuelto en mi
contra.
-Sí, y he visto lo
suficiente sobre lo que sabéis de los Sincorazón. Debía suponer que ellos
estaban detrás de esto.
-¿Ellos? ¿Los
conoces?
-Sí… por desgracia
fui uno de ellos hace muchos años.
-¡¿Cómo?!
Zero invocó sus dos
Llaves espada casi a la vez como reacción a aquella afirmación por parte del
hechicero.
-Baja las armas,
Zero.
-Pero princesa…
-Ya no es más uno de
ellos, ¿tengo que recordarte que nos salvó la vida?
-No…
-Pues baja esas
armas.
Zero hizo caso a
regañadientes a la princesa y se alejó un poco apoyándose en una de las paredes
con sendas Llaves espada imitando a su maestro.
-Y ahora explica
mejor eso de que fuiste uno de ellos hace años.
-Su líder es conocido
como Caos, hace 18 años fue derrotado por unos Elegidos pero escapó por los
pelos. Se dio cuenta de que su poder y limitados conocimientos no eran
suficiente para hacer frente al Reino de la Luz y empezó a reunir a otros como
él.
-¿Como él?
-Hechiceros y
guerreros que habían caído en la Oscuridad, yo fui uno… y hace diecisiete años me utilizó para hacerse
con cierto poder. Me enfrentó a mi propio hermano pero él consiguió devolverme
a la Luz. Luego decidí irme a dormir con los míos para apaciguar mis pecados.
Después de todo lo que hice… no podía ser perdonado…
-Todo el Mundo merece
ser perdonado… Debiste pasarlo muy mal y aún así conseguiste volver a la Luz…
Pocos consiguen eso.
-…no hace mucho
desperté cuando sentí a los Sincorazón atacar en bandadas el Reino de Luz y
supe que era Caos. Desde entonces ando buscando a mi hermano y a los suyos para
protegerles. Pero me capturaron y me trajeron aquí.
-Entiendo… Supongo
que sólo buscas la protección de quien te importa y no puedo pedirte nada más…
Ha sido suficiente que nos protegieras en el Coliseo… Cuando te cures eres
libre de seguir buscando a tu hermano…
-Muchas gracias,
princesa. Pero si algún día conseguís plantar cara a Caos y necesitáis ayuda…
Me gustará poder ayudaros a vengarme.
-Eso está hecho.
La conversación
pareció terminar justo en ese momento y Claudia volvió a la sala del trono con
Zero a sus espaldas.
-¿Me vais a contar
que es lo que ha sucedido, princesa?
-No creo que tengas
derecho a preguntar eso, Zero.
-¿Cómo decís?
-Cuando estés
dispuesto a contarme qué es lo que pasa por tu cabeza, yo te contaré que es lo qué
pasa por la mía.
-¿Ahora usáis el chantaje emocional?
-No es chantaje,
Zero. Se llama negocio. Algo que tú quieres por algo que yo quiero.
A Zero se la
devolvieron demasiado gorda para poder tragársela y dejarlo pasar, pero aún así
no estaba preparado para hablar de lo que sucedió y prefirió dejar las cosas
como estaban. Por ahora.
-Está bien. ¿Y ahora
qué?
-A seguir esperando…
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Keiro y Vali aparecieron en un pasillo de Oscuridad donde las reinas Hilda y Zelda ahora se enfrentaban a Messa y el hombre de la espada enorme, mientras podían ver como a lo lejos desaparecía Caos.
Keiro y Vali aparecieron en un pasillo de Oscuridad donde las reinas Hilda y Zelda ahora se enfrentaban a Messa y el hombre de la espada enorme, mientras podían ver como a lo lejos desaparecía Caos.
-¡Rápido!
Vali y Keiro no llegaron a tiempo al lado de las reinas para ayudarlas pues por petición de Caos y dado que estaban superando con facilidad a sus enemigos, fueron transportadas por otro Portal de Oscuridad gracias a una gran sincronización de los Señores de la Oscuridad, quedando a solas Vali y Keiro.
-¡Mierda!
-No importa. Tenemos
que seguir. ¡A por Caos!
Keiro siguió el
pasillo hasta el otro lado y volvió a abrir el Portal que acababa de cerrar Caos apareciendo los dos en las afueras de Eclissis.
-¿Y esto?
-¡La barrera!
-¿Qué barrera?
-Eryn construyó una
barrera mágica para protegernos de nuestros enemigos aquí en Eclissis. Caos no
pudo tele transportarse adentro de la ciudad.
-Entonces, ¿significa
que no puede entrar?
-¡No! No puede. ¡No
tenemos que temer nada!
-¿Y entonces qué
hacemos?
-Mmm…
-Si nosotros también
estamos aquí fuera no podemos avisar a la reina Eleone. Se me hace raro
llamarla así…
-¡Pues entremos!
-¡Espera!
-¿Qué?
-¿Y si al entrar
nosotros Caos se cuela detrás? No podemos poner en peligro la ciudad.
-Tienes razón, pero…
pero… Agg…
-¿Qué te ocurre?
-Yo… Agg… Mmm… Nada,
nada. Creo que… deberíamos entrar aún así. ¡Por arriba!
-¿Por arriba?
-Hay una entrada por
arriba, por allí le será difícil entrar a Caos y no podemos quedarnos aquí
fuera eternamente. En algún momento alguien querrá entrar o salir y Caos
aprovechará.
-Está bien.
Los dos invocaron sus
Llaves deslizador y salieron a toda velocidad hacia la entrada superior de la
barrera.
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Muy cerca de allí, Blanck pudo observar toda aquella conversación y llegó a una conclusión.
Muy cerca de allí, Blanck pudo observar toda aquella conversación y llegó a una conclusión.
-Han llegado
refuerzos.
-Blanck, ¿no vas a
decirme qué pasa?
-Lo siento, Nanaki,
pero ya no soy el único Elegido en Eclissis.
-¿Y qué significa
eso?
Blanck no contestó,
simplemente invocó su Llave deslizador y salió de allí tan rápido como su
artefacto le permitió.
-Danna, voy para allá.
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Kuroi y Eryn
finalmente bajaron al castillo aunque las murallas estaban claramente
protegidas y la puerta no se abría.
-Tendremos que saltar
los muros.
-No…
-¿Por qué?
-Reconozco fácilmente
una barrera mágica cuando la veo. No podremos saltar los muros.
-¿Es invisible o qué?
-Es otro hechizo que
se le puede añadir. Aunque no tiene de mucha utilidad… A no ser…
-¿A no ser…?
-Que no quieras que
sepan que está ahí.
-Ya… Eso no tiene
mucho sentido. ¿Y qué podemos hacer?
-Superar la barrera
es imposible y abrir esas puertas aún más.
-¿Y ya está? ¿Dejamos
a la reina ahí dentro? La brújula mágica indica claramente que está ahí.
-Podríamos tocar el
timbre.
-¿Tocar el timbre?
¿Te estás quedando conmigo?
-¿Se te ocurre otra
manera de superar el muro?
-…
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Eleone abrió los ojos muy despacio, la luz hacía a sus pupilas daño y le costó adaptarse hasta que pudo abrirlos del todo. Ya no estaba atada y no sentía ningún daño ni nada que le faltase en su cuerpo, aunque se sentía realmente cansada por culpa de la anestesia. Consiguió reunir fuerzas para incorporarse y se dio cuenta de que ya no estaba en el laboratorio de Garland si no en una habitación y bastante cómoda. No tardó en abrirse la puerta y para sorpresa de Eleone vio a la joven de la vitrina andar hacia ella.
-Tú… estás… Lo… ha…
conseguido…
-Sí. Quería darte las
gracias.
La joven se acercó a Eleone demasiado y cuando llegó hasta ella la abrazó fuertemente y le susurró al oído.
La joven se acercó a Eleone demasiado y cuando llegó hasta ella la abrazó fuertemente y le susurró al oído.
-Gracias por darme la
oportunidad de despedirme.
-¿Despedirte…?
No tardó en entrar
detrás Garland, con su armadura de siempre imposible de saber cuales eran sus
gestos en la cara.
-Ya has despertado.
-…
Eleone le ignoró a posta, parecía realmente cabreada, aunque por otro lado… entendió lo que aquello había significado. La joven reina apartó suavemente a aquella chica de su lado y miró fijamente a donde supuestamente Garland tenía los ojos, intentando desafiarle.
-Voy a quedarme… Pero
con una condición. Tienes que protegerme.
-¿Protegerte…?
-He tenido un sueño.
Una visión. Un hombre con una armadura viene a por mí. Me necesita.
-Caos…
-¿Ese es el hombre
que mató a mi madre? Ya veo… También quiere acabar conmigo… Este es el trato,
te dejaré que me uses para duplicar esa supuesta “semilla” y seré tu ayudante
en todo cuanto necesites. Pero tienes que protegerme de él y mandar un mensaje
a mis amigos para que sepan que me encuentro a salvo y otro a Jaleel diciendo
que vuelva aquí cuando pueda.
-Acepto el trato. En
cuanto a la segunda parte. Te dejo que lo hagas tú misma.
-¿Cómo…?
Sin embargo Garland no dijo nada más y salió de aquella habitación a lo que Eleone no pudo hacer si no seguirle. Cuando llegaron al Hall de entrada vio a Kuroi y Eryn y ellos vieron a Eleone.
Sin embargo Garland no dijo nada más y salió de aquella habitación a lo que Eleone no pudo hacer si no seguirle. Cuando llegaron al Hall de entrada vio a Kuroi y Eryn y ellos vieron a Eleone.
-¡Majestad!
-Kuroi. Eryn. ¿Qué
hacéis aquí?
-Alexander nos pidió
que os buscáramos. Y esa pregunta deberíamos hacérosla nosotros.
-Yo… He venido aquí
porque he querido.
-Pero Alexander dijo
que ibas en busca de Jaleel.
-Y Garland me ayudará
a contactar con él. Vosotros debéis volver a Eclissis sin mí.
-¡Pero Majestad!
-Hacedlo, por favor.
El enemigo va hacia allí. Yo estaré aquí a salvo.
-¿El enemigo?
Entonces te necesitamos para hacerle frente.
-No, porque… porque…
-¿Qué pasa, Eleone?
-Ellos me están
buscando a mí. Aún no se porqué, pero no deben encontrarme. Por favor, volved para
proteger Eclissis, y no os preocupéis por mí.
-Está bien.
-¡Pero Kuroi…!
-Si es lo que la
reina desea, así se hará.
-¿En serio?
-Sí. Eclissis nos
necesita, Eryn.
-Gracias, Kuroi.
-Cuídaros mucho, majestad. Y tened cuidado.
-Lo tendré.
Kuroi dejó a Eryn con
la palabra en la boca y se la llevó de allí un poco en contra de su voluntad
para volver a Eclissis.
-¿Y Jaleel?
-Ya he enviado el
mensaje. Tardará poco en llegarle.
-Y ahora dime qué me
has hecho. Porque no hay ni una sola herida en mi cuerpo y eso me mosquea.
-Mmm… Saqué tu Corazón
de tu cuerpo, lo usé para traer de vuelta el de ella, y luego volví a ponerlo
en su sitio.
-¡¿Me sacaste el
Corazón?! ¡¿Cómo?!
-Con la Llave espada.
Ya te dije que tiene muchos poderes, y muchos de ellos sólo sabe usarlos un
Maestro bien adiestrado.
-…¿quién es ella?
Eleone señaló a la
joven que les seguía a todas partes, parecía confundida y no era para menos,
acababa de resucitar en un lugar que no conocía con gente que no conocía.
-Es una amiga de tu
amigo Blanck. Encontró su cuerpo en su último viaje y cuando se encontró
conmigo me pidió que la resucitara.
-Blanck… ¿Y accediste
sin más?
-No… Blanck es
especial. Le pedí que me dejara entrenarle y hacerle algunas pruebas a cambio. Además, resucitarla era primordial para mí.
-Porque es un Avatar... ¿Y Blanck qué tiene de
especial?
-Blanck es un hombre
lobo.
A eso respondió Danna,
por fin sabía algo de lo que estaban hablando.
-¿Un hombre lobo?
-Bueno, en realidad
medio hombre lobo. Su madre era totalmente humana, pero heredó la maldición de
su padre. Yo debía mantener el secreto, pero supongo que ahora no tiene
sentido. Dime, señor, ¿cuándo voy a poder verle?
-Tranquila, en estos
momentos está viniendo hacia aquí.
-¿Y me necesitabas a
mí para resucitarla?
-En realidad no. Podía
resucitarla con un Corazón nuevo, pero yo necesitaba su Corazón.
-Ya... tiene sentido...
-Tú ya me has dicho
tu parte del trato. Ahora toca la mía.
-Adelante...
-Dado que fue tu
madre la que despertó la semilla, cuando llegó a ti ya albergaba todo su poder,
por eso no sabes utilizarla. Era demasiado poder para ti sola. Sin embargo como
Danna la despertó ella sola, sí sabe controlarla. Así que te enseñará a usarla.
Mientras tendré citas con tu Corazón para aprender de él y de tu poder.
-Entendido… y… tengo…
una última pregunta.
-Adelante.
-Eres… ¿Eres…?
Eleone tragó saliva y
finalmente se atrevió a hacer la pregunta que tanto anhelaba no saber.
-¿Eres mi abuelo?
-…supongo que ya sabes
la respuesta a esa pregunta.
-Ya veo… Pero… no
esperes que te trate como tal. Ni siquiera te conozco.
-Nunca te traje aquí
con esa intención. Tu madre me alejó de su vida hace mucho tiempo y yo dejé de
ser aquel padre justo al mismo tiempo. Lo único que nos une son lazos de
sangre. Si es que me queda algo de sangre… Responderé a más preguntas, pero
ninguna más que tenga que ver con nuestro parentesco.
-Pero, ¿por qué…?
-Ni una más.
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