domingo, 30 de septiembre de 2012

Capítulo 17: Planes que aún perduran



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=sLnWypNUs7U

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Garland, Jaleel y Mavras llegaron al castillo siguiendo el rastro de soldados heridos, muertos o escondidos, aquello daba mala espina y Mavras era el que parecía más afectado de los tres.

-Tienes que concentrarte, hermano. Viniste aquí sabiendo lo que encontrarías.
-En realidad no me imaginaba nada de esto. Pero… Sigamos.
-Nada de detenerse, Caos nos lleva ventaja. Ya habrá llegado al sello.
-¿Al sello?
-Suerte que ella se fue.
-¿Ella? Deja de hablar en código si no vas a decirnos nada aún.
-Lo siento, hablaba conmigo mismo. Sigamos.

Los tres se adentraron en el castillo y a Garland le entró un extraño sentimiento de nostalgia, en realidad había estado dos veces contadas en aquel sitio y de ninguna se trajo buenos recuerdos. No tardó en guiarles por las escaleras hacia el sótano.

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-¿La… la Llave?

Zero se miró de reojo incrédulo y entonces luego miró a Claudia comprendiéndolo mejor.

-¿Ella era la Llave?
-Sí… Eso parece… La he invocado y ha acudido a mi llamada.
-¿Cómo…?
-Ánima lleva diez años aquí encerrado, ha tenido mucho tiempo para crear un fuerte vínculo de odio hacia la Llave. Tan fuerte que les une…
-¡Eso es una ridiculez! ¡Ningún monstruo puede estar unido a la princesa!
-Zero…
-Tranquila, princesa, no dejaré que os toque.
-¿Cómo lo intentó ese otro soldado antes que tú?
-¿Qué otro soldado?
-¿Qué más da su nombre? Fue muy débil…
-Zero, ¿no estará hablando de…?
-¡No! Alexander no se dejaría vencer por este… ¡Ag!
-No tengo tiempo qué perder.

Caos volvió a realizar el mismo ataque sobre Zero desapareciendo y atravesándole con miles de espadas, pero una extraña barrera azul le protegió de los ataques dejando a ambos confusos.

-¿Qué…?
-Ya veo. La Llave aquí es donde más poder tiene…
-¡Zero, huye!
-¡No voy a dejarte aquí sola ni de coña, princesa!
-¡Te matará, no podré protegerte eternamente!
-Princesa, no…
-¡Vete!

De nueva una luz azul brillante rodeó a Zero y cuando la luz se deshizo Zero ya no estaba.

-Jum… Bueno, da igual, ya le atraparé cuando tenga a Ánima de mi lado.

Caos se acercó a Claudia amenazante hasta que llegó a su lado, momento que la barrera azul ahora la protegió a ella.

-¿Crees que eso podrá protegerte eternamente?

Caos alzó su mano y le rodearon dicha parte del cuerpo sus cuatro espadas que acercándose a la princesa empezaron a taladrar la barrera de forma irremediable.

-No… ¿Por qué…? ¡Para!

La barrera pareció intensificarse con el miedo de Claudia, pero sólo retrasaría lo inevitable. Caos terminó por taladrar la barrera y cuando su mano tocó a la Elegida ésta se desmayó.

-Ja, ja, ja… mucho mejor, así no tendré que absorber tu poder y perder el tiempo. Te usaré directamente sobre el sello.

Y así tal cual lo dijo, Caos posó el cuerpo inerte de Claudia sobre el sello y cortándole suavemente una de sus manos, su sangre empezó a rellenar las líneas del sello.

-¡Ven, Ánima!

Justo en ese momento, Garland, Jaleel y Mavras llegaron al lugar, pese al casco que portaba el primero se pudo ver claramente el odio que despertó en su ser volver a ver a Caos.

-¡Caaaaaaooooos!

Caos se giró alarmado y cuando vio a Garland se sorprendió un poco pero rápidamente recuperó su semblante oscuro y sonriente, ya estaba rompiendo el sello.

-Llegas tarde, abuelito. Deberías haber actuado antes en vez de quedarte aislado en tu castillo.
-¡Nunca es tarde!

Garland salió auto propulsado a gran velocidad contra Caos y le golpeó con su Llave espada mandándole varios metros volando lejos del sello donde Garland se agachó para coger a Claudia. Caos se levantó apurado pero parecía totalmente tranquilo, Garland extrañamente también lo parecía.

-Oh, míralo. El buen abuelo vuelve para salvar a su nieta.
-¡Cállate! Hoy pagarás por lo que le hiciste a esta familia.
-¡¿Pagaré?! ¡Ja, ja, ja, ja! ¿Es que acaso no ves que he ganado? ¡Ánima está a punto de ser libre!
-No va a liberarse sólo porque le des un poco de la sangre de una muchacha.
-¡¿Cómo?! No intentes confundirme, viejo loco. Ella es la Llave.
-Sí. UNA de las dos Llaves.
-¡¿Cómo?! La hermana… Son dos. Astuta Arturia…
-¿Quién dijo que su hermana era la otra Llave?
-¡¿Cómo?! ¡No creas que haciendo esto conseguirás confundirme!
-¿Quieres que te lo demuestre? Eleone está viniendo de camino aquí, si quieres le pido que te deje un poco de su sangre.

La cara de Caos no podía estar más desencajada.

-¡AHHHHHHHHHHHHHHH!

Se abalanzó sobre Garland a gran velocidad golpeándole con las cuatro espadas a la vez pero el anciano las detuvo con facilidad con su Llave espada. Los golpes iban y venían en torno al Maestro, pero su Llave espada se movía con fluidez por el aire deteniendo los ataques. No tardaron mucho en unirse Jaleel y Mavras a la contienda, haciendo retroceder a Caos.

-¡¿Quién es la otra Llave, viejo?!
-Si te lo dijera… No me creerías…
-¡¿QUIÉN EEEEES?!

El rugido fue tan poderoso que incluso una onda sónica lo acompañó levantando la capa de Garland y los ropajes de Claudia, Jaleel y Mavras, que se asustó un poquito, aunque rápidamente su hermano le dio fuerzas.

-Jaleel, coge a Claudia.

Garland le entregó en brazos a la princesa y agitándose la capa dio unos cuantos pasos adelante retando a Caos.

-Hoy pienso vengarme, Caos. Voy a destruirte, volveré a sellar este lugar y nunca nadie más volverá a saber de Ánima.
-¡No me retes, anciano!

Un aura de Oscuridad rodeó a Caos y una gran batalla entre titanes explotó entre ambos. Escasos segundos después de que los golpes de sus espadas y Llave espada creasen ondas expansivas, llegó Eleone al lugar sorprendiéndose de ver a Claudia y de ver la pelea de Garland y Caos.

-¡Claudia!
-¡Majestad!
-¿Está bien?
-Sí. Sólo inconsciente.
-¿Y Garland?
-Está luchando a la par que ese monstruo. No entiendo cómo puede seguirle los pasos.
-Es un Maestro de la Llave espada. El Maestro de mi madre.
-¿…?

Jaleel miró a la reina de reojo cuando dijo aquellas palabras y vio en Eleone una fuerte mirada de respeto y orgullo ante aquel hombre. Luego volvió a posar los ojos en la batalla, en la que claramente se veía como Garland iba victorioso. A ese paso Caos iba a ser aniquilado.

-¡Dame la Llave!
-Tu desesperación dice mucho de ti.
-¡No hablarías así, viejo, si Ánima estuviera despierto!
-¿De verdad pensabas que Arturia te lo pondría fácil? ¿Crees que su muerte fue en vano?
-Grrrr… ¡Me da igual su muerte!
-Por mala suerte para ti, a mí no.

Garland propinó un golpe a Caos que le hizo salir disparado de esquina a esquina de la sala atravesando pared y escombros, parecía que aquella batalla no sería la suya y sacando unas alas de la espalda salió volando fuera de aquel lugar.

-¡No escaparás!

Garland invocó su Llave deslizador y se fue detrás de él.

-¡Majestad!
-Él sólo se basta. Lleva a Claudia a un lugar seguro. Voy a ver como está la ciudad.

Jaleel y Mavras volvieron al castillo con la intención de llevar a Claudia a sus aposentos, por su parte Eleone, se acercó al sello mágico de Ánima y limpió aquella sangre con un hechizo esperando que eso cerrara la mitad del sello que había sido abierta.

-¿Por qué no se ha abierto?

Fue decir aquello y Eleone volvió a tener una visión, esta vez despierta. Pero esta vez no era una visión del futuro, era del pasado, en ella pudo ver a su madre sujetando a un bebé delante del sello con su brazo derecho y a Claudia muy pequeña agarrándola con su mano izquierda. Durante la escena, la manta que protegía al niño se movía un poco y Eleone pudo ver el tatuaje que Jaleel llevaba en el pecho.

-¡Jaleel!

Tan pronto como Eleone dijo aquello de entre las sombras de la estancia se desveló una silueta que salió de su escóndite, era aquel hombre del pelo largo al que Keiro se enfrentó una vez.

-Tú… ¡eres uno de ellos!
-…
-Espera… ¿llevas ahí todo este tiempo? Si hubieras ayudado a Caos…
-Si hubiera ayudado a Caos nunca sabríamos quien es la otra Llave… Caos hizo bien en juntarse con gente más inteligente que él. El pobre solo lleva la fuerza en la sangre.
-No…

Eleone se tapó la boca en seguida, había dicho el nombre de la otra Llave.

-No…
-Sí, majestad. Así que ese joven es la otra Llave. Tu madre jugaba con muchas bazas. Fue una gran mujer.
-¡No te dejaré salir de aquí!

Eleone invocó su Llave espada y se lanzó a por su enemigo, aunque la esquivó fácilmente y salió corriendo hacia la salida.

-¡No huyas!

Mientras, Jaleel y Mavras llegaban al dormitorio de Claudia y dejaban a la princesa en su cama.

-Es muy guapa.
-Mavras…
-Lo siento… Me dejé llevar… ¿Y ahora qué hacemos, Jal?
-No lo sé. Quizás quedarnos, no sabemos si Caos puede volver. Y ahora que sabemos que Claudia es tan importante… Aunque no me he enterado muy bien de nada.
-Por lo que se ve, la princesa es la Llave para abrir un sello que tiene encarcelado algo que ese tal Caos quiere, pero no ha funcionado porque hay otra Llave.
-¿Y eso?
-Bueno… Ansem me hacía leer muchas cosas y tenía que conservar lo importante. Soy un buen analista.
-Ya… Otra Llave…
-¿Pasa algo, Jal?
-Es sobre lo que dijo Garland de Arturia. El porqué me adoptó.
-No lo sabes, ¿no?
-No, pero… ¿Crees que…?
-…que…
-Nah, es una tontería. No puede ser. No podía ser tan importante para la reina.
-¿Por qué no? Se tomó muchas molestias en buscarte. Debías ser muy importante.
-¿Tan importante como para querer usarme para ser la otra Llave?
-¡¿Crees que eres la otra Llave?!
-Las Llaves tenían que ser dos personas importantes para la Reina Arturia. Y no creo que Garland se mofase de Caos diciendo que no era Eleone. Y justo me adoptó hace diez años, antes de morir…
-Y así es…
-¿Quién…?

Ambos se giraron hacia la puerta y vieron a un hombre con el pelo hasta los hombros y una enorme espada tan grande como él que le colgaba de la espalda. Jaleel no tardó en invocar su Llave espada haciendo que Mavras también lo hiciera, aún no se acostumbraba a aquello.

-¡Otro! ¿Cómo has llegado aquí?
-No hay ni un solo guardia consciente en kilómetros a la redonda, era fácil meterse en el castillo.
-Pero, ¿y la barrera?
-Entramos detrás de vosotros. Llámanos refuerzos. No sólo los “buenos” tienen refuerzos.
-

Jaleel se puso en su estancia defensiva y el Señor de la Oscuridad sacó su enorme espada de su funda.

-Bueno, ¿por las buenas o por las malas? Dame tu sangre y la de la chica y no os mataré.
-Debes creerte muy poderoso para creer que puedes contra dos Elegidos tú solo.

Mavras tragó saliva al escuchar eso, no sabía si contarle como un Elegido en esos momentos era razonable, pero no defraudaría a su hermano.

-¿Por qué no lo comprobamos?

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