jueves, 25 de octubre de 2012

Capítulo 12: La batalla final ha comenzado



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=xvjBWZ1dL_E

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Messam dio un salto hacia atrás retrocediendo a la salida y Bastet aprovechó para introducirse también en la sala y posicionarse al lado de Keiro dispuesta a luchar.

-Qué manera más idiota de chafarnos los planes. Debimos haberte convertido hace tiempo.
-Y ahora como ves ya es tarde.
-Ja…
-Tienes un aspecto lamentable… No puedo creerme que estos soldados lo hayan hecho.
-¿Ellos? No… Este es mi poder.
-¿…? -¿…?
-El precio de atravesar la barrera a la fuerza… Cuanto más poderoso eres más daño te causas a ti mismo.
-Pues parece que te has dado una buena paliza tú solo.
-Bueno… si destruyo ese aparato habrá valido la pena.
-¿Están todos esperando fuera, no?
-Sí. Parece que ese enfermizo mago ha potenciado la barrera mágica. Ya no podemos infiltrarnos.
-Qué mala suerte…
-Keiro, deberíamos aprovechar.
-Mmm… Tú mantente al margen, Bastet. Déjamelo a mí.
-Pero…
-Esto es personal, por favor. Ya no tienes nada que temer.
-Vale.

Bastet se echó a un lado y tras eso Keiro se lanzó al ataque empezando a cruzar espadazos con el Señor de la Oscuridad, ambos parecían bastante igualados.

-Has mejorado mucho.
-Creía que la Luz era una traba, pero me siento mejor con ella.
-Sólo es fachada, lo sabes ¿no?
-Concéntrate en la batalla.

Keiro aprovechó para golpear con fuerza uno de los brazos de Messa dejándoselo inutilizado. Las heridas del Señor de la Oscuridad le daban ventaja a Keiro.

-Mmm… Esto no va a ser sencillo.
-No váis a ganar. Despues de ti irá Caos.
-Ja… Esto no ha terminado.

Messam subió el nivel de la batalla invocando su aura de Oscuridad a lo que Keiro también tuvo que subir el nivel con todas sus fuerzas, lo que Keiro no sabía, ahora que volvía al lado de la Luz es que estaba usando su Oscuridad para iguarlarse al Señor de la Oscuridad.

-Sigue así…
-Si sigo así será tu final.
-¿Y a qué esperas para vencerme?

Keiro tomó su poder al máximo y realizó un combo sobre el Señor de la Oscuridad que le dejó de rodillas sujetándose con su espada mágica, ahora ya sólo quedaba el golpe final.

-Aggg… Mierda.
-Te has sobreconfiado.
-O quizás no.

Messam sonrió y levantándose alzó su mano y apretó el puño a lo que Keiro empezó a gritar de dolor mientras se debatía en su propio cuerpo.

-¡Aaggggg!
-¡Keiro, ¿qué ocurre?!

Bastet se puso entre Keiro y Messam desafiante.

-¡Para, ¿qué le estás haciendo?!
-Ésta es su verdadera naturaleza. Suerte que sabemos como funciona. ¡Tu Corazón siempre será Oscuridad!
-¡Para!

Bastet saltó sobre Messas para terminar con él pero la Llave espada de Keiro se interpuso en medio.

-Ke-Keiro… ¿qué haces?
-Bastet… Agg… Detenme…
-¿Que te detenga? ¿Pero… qué dices?
-Está… Está…
-¡Calla y acaba con ella!
-¡No!

Keiro fue a golpear a Bastet pero ella fue incapaz de atacar a su amigo cerrando los ojos en el acto. Esperó que algo pasara pero no sintió ningún daño, cuando abrió los ojos vio a Keiro deteniendo su ataque con todas sus fuerzas.

-No… me usarás para eso…
-Está bien.

Messam lanzó un haz de Oscuridad que arrojó a Bastet fuera de en medio aprovechando su vulnerabilidad, entonces Keiro bajó su Llave espada con fuerza liberando una onda de energía, que como no había visto porque Bastet estaba en medio, partió en dos el núcleo de la barrera mágica.

-¡No!
-Ja, ja, ja… ¡Ja, ja, ja, ja…! ¡¡JA, JA, JA, JA…!

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Eryn y Kuroi salieron al patio donde estuvieron a punto de invocar sus Llaves deslizador hasta que oyeron una fuerte explosión y vieron como los paneles de la barrera mágica empezaron a apagarse uno a uno.

-¡¿Qué pasa?!
-La barrera… ¿Cómo demonios…?
-Eryn, ¿por qué…?
-¡El núcleo!
-¿Quién ha podido ser?
-¡No lo sé, tenemos que avisar a las reinas!
-¡Sí!

Eryn y Kuroi desandaron a gran velocidad de nuevo el camino volviendo a la sala del trono donde las reinas y sus guardianes discutían sobre aquel ruido.

-¡Kuroi, Eryn! ¿Qué ha sido ese ruido?
-La barrera mágica se ha venido abajo. Han destruído el núcleo.
-¡¿Cómo?! -¡Ni hablar! -¡¿Es broma?! -¡¿Qué?!
-¡Tenemos que subir a la torre!
-¡Ya es tarde, majestad!
-Pero…
-Si el núcleo se rompe hay que repetir todo el proceso de nuevo, ya os lo expliqué.
-Pero es obvio que esto es trabajo de Caos.
-Y te entiendo, pero ya no tiene solución…
-¡Majestad!

Jaleel apareció de la nada bastante sobresaltado.

-¡Jaleel!
-¡Son los Sincorazón, majestad, están por todas partes!
-¡Tenemos que ir a la ciudad a defenderla!
-¡No!
-Pero Eleone…
-No. Esto es obra de Caos. Todos sabemos a porqué viene.
-A por mí…
-Hay que proteger a Claudia a toda costa.
-
-Alexander, tú y Zero os quedáis aquí a protegerla.
-¡¿Cómo?!
-¡Es tu deber, Zero!
-
-¿Y qué harás tú, Eleone?
-Yo me voy con Jaleel a ver qué ocurre.
-¡Debes estar de broma!
-No, no lo estoy. Aún sigo inquieta por lo que vi. No puedo mandarle solo.
-¿Y nosotros, majestad?
-Os tenéis que ir.
-¿Te has vuelto loca?
-Yo… no… pero…
-Majestad, déjanos ayudar.
-…está bien, pero… sólo un poco…
-¿Un poco?
-Abriros camino hasta la salida sur de la ciudad, acabar con todos los Sincorazón que podáis y llevaros un batallón de soldados para asegurar la zona. Cuando lo hayáis hecho os marcháis, es el trato, ¿vale?
-¡Vale!
-Eryn…
-Aceptamos la misión de Zelda, Kuroi. Ya no hay marcha atrás.
-
-Bien. ¿Todos habéis entendido vuestra misión?
-Sí. -¡Sí! -Sí… -Sí. -...
-¿Y qué hay de los demás, majestad?
-Estaban en la ciudad, si han oído el ruido ya habrán entrado en escena. No hay tiempo para más dudas, ¡vamos, Jaleel!
-Sí, majestad.

Eleone, Jaleel, Eryn y Kuroi salieron a toda velocidad custodiados por Alexander, Zero y Claudia se quedaron en la sala del trono, cuando todos llegaron a la puerta amurallada se separaron, Jaleel y Eleone se dirigieron al centro de la ciudad mientras que Kuroi y Eryn fueron hacia el sur, Alexander se quedó en la puerta preparando la defensa de la muralla.

-Perfecto, me quedo en el banquillo.
-Abraham…
-Nah, tranquila majestad, mientras yo esté aquí nadie os hará daño.
-Gracias…

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Mientras, en la zona residencial, As y Sina se enfrentaban a un gran batallón de Sincorazón que habían salido de ninguna parte.

-¡La barrera ha caído!
-¡¿Y todos estos Sincorazón?!
-¡La batalla ha empezado, habrá sido Caos!
-¡Mierda!

Acabaron con dificultades contra los Sincorazón y entonces un Lado Oscuro les sorprendió por la espalda, aunque justo cuando iba a atacarles un rayo de hielo le congeló en el acto. Vali apareció corriendo para rematarle y hacerle añicos.

-¡Vali!
-¿Venís a mi barrio y me traéis esto?
-No es momento para bromas, la barrera ha caído.
-¿La barrera?

Vali miró hacia el exterior buscando la barrera con la mirada pero efectivamente no estaba.

-¿Cómo es posible?
-Ha debido de ser Caos. Esto era para lo que nos hemos estado preparando todo este tiempo.
-Adda… Mierda, voy a tardar en volver un poco más de lo pensado. No te preocupes.
-¡Vali, por esa calle!

Los primos vieron otro gran batallón venir por otro de los callejones y se abalanzaron para proteger a los aldeanos que habían llenado de gritos y terror todas las calles, Vali les siguió para asegurarse que ninguno más entraba en la zona residencial para amenazar a su familia o a sus vecinos.

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A Blanck le pilló la invasión cuando estaba visitando a sus amigos en las praderas del este después de despertarse, en aquella zona el ataque había sido mucho más poderoso ya que los Sincorazón no habían tenido que esperar a que la barrera cayese, ahora mismo Blanck se enfrentaba junto a Nanaki a una enorme horda de Sincorazón.

-¡¿Cómo demonios…?! ¿De dónde salen tantos?
-Mira, Blanck. La barrera de Eclissis ha caído.
-¡¿Cómo?! No puede ser. Caos…
-¿Ya ha llegado el enfrentamiento que estabáis esperando?
-¡Tengo que volver a la ciudad!
-Pero Blanck, todos estos Sincorazón…
-¡Me necesitan!
-Si no acabamos con todos estos Sincorazón, se dirigirán después a la ciudad. Tienes que ayudarles aquí.

Blanck no podía evitar sentirse preocupado por sus amigos pero Nanaki tenía razón, si abandonaba esa zona a su suerte acabaría cayendo y los Sincorazón se reagruparían para golpear con más contundencia en la ciudad.

-¡Mierdaaaa!

Blanck se lanzó cabreado sobre un grupo de Sincorazón desprevenidos mientras sus rasgos faciles se enfurecían y se ponía en su distintiva postura cuadrúpeda.

-¡Ahora es el momento de que dejes salir tu bestia, Blanck!

Y desde luego las palabras de Nanaki no eran para menos, la horda de Sincorazón que había atacado las afueras de Eclissis no parecía tener final, era una enorme mancha negra destruyendo todo lo verde que se encontraban.

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Un golpe poderoso pero certero de venganza, había hecho atravesar las paredes del castillo a Messam que cayó en una de las azoteas cercanas, Keiro no dudó dos segundos y le siguió, seguido éste a su vez de Bastet muy de cerca. Cuando Keiro llegó, Messam se levantó molesto y aún más herido, aunque no tan cabreado como Keiro.

 -¡Casi mato a Bastet...!
 -¡Ja, ja, ja, ja!
-!Y me has usado para romper la barrera!
-Ha sido bastante fácil, la verdad. Pero parece que te he cabreado. Bueno, ya no importa, mi parte del plan ha sido todo un éxito.
 -¡No te perdonaré!
 -Keiro...

Un aura de Oscuridad se vio claramente rodear a Keiro y volver a recuperar su pelo blanco, sus ojos amarillos y su piel oscura, le había durado poco tiempo su Luz.

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