Recomiendo escuchar
esta canción mientras lees:
http://www.youtube.com/watch?v=HI6M-otah1U
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
Eleone se debatía en
su interior preguntándose si debía usar esa táctica aunque ni siquiera debía
hacerlo pues no le implicaba ni dependía de ella y Claudia así se lo hizo
saber.
-Eleone, no quiero
sonar rebelde ni despreocupada, pero esta decisión no es tuya.
Jaleel apoyó las palabras de Claudia con su mirada.
-Claudia…
-Es sólo de Jaleel y
mía, y yo por mi parte quiero mucho a Eclissis como para querer que sufra más
daños. Así que cuenta conmigo, Maestro Cyan.
-Y conmigo…
Cyan afirmó ante Claudia y Jaleel mientras Eleone ahora se debatía si permitir aquello, ya había visto morir a Jaleel una vez y no iba a permitir que volvieran a hacer daño a Claudia, aunque ambos tenían razón, por muy reina que fuese, ella no tenía ningún poder sobre ellos dos, quizás un poco sobre Jaleel, pero si Claudia lo iba a hacer no tenía sentido prohibírselo a él.
-Pero… creo que a mí
no me necesitan.
-¿Cómo dices Jaleel?
-El propósito de Caos
era obtener nuestra sangre para romper el sello, ¿no?
-Sí.
-Pues ellos ya tienen
mi sangre, podrían mantenerla fresca hasta que la necesitaran, ¿no?
-Sí. Pero, ¿cuándo la
obtuvieron?
-Bueno, eso…
-Cuando atacaron el
castillo, casi matan a Jaleel…
-Vaya… eso significa
que sólo necesitan a Claudia.
-¿Hay algún problema?
-Que jugamos con
menos ventaja, puede que suene raro, pero es más difícil proteger a un solo cebo
que a dos. Con dos jugamos con que tienen que dividir sus fuerzas para atacar,
pero si sólo necesitan a uno… atacarán con todas sus fuerzas.
Hilda y Zelda se
levantaron de sus asientos tras haber estado murmullando un rato y habló la
primera.
-No queremo sonar
impacientes mi hermana y yo, pero ya hemos contado todo lo que debíamos contar.
-Marcharemos
raudamente de nuevo a los respectivos mundos de Kida y Mérida y las
mantendremos protegidas mientras las usamos para encontrar al resto de
Princesas.
-Una vez tengamos sus
localizaciones os las enviaremos.
-Madre, os
acompañamos.
-¡No!
-¿Por qué?
-No… Os necesitan aquí,
si por nosotras fuese protegeríamos este Mundo y el sello de Ánima por Arturia,
pero ya que nosotras no podemos, os lo dejamos a vuestro cargo.
-¿Estás de acuerdo,
hija?
-Sí, madre.
-Bien… Cyan, te
dejamos el resto a ti, piensas quedarte, ¿no?
-Sí, sin mí en
Chrystalis es muy difícil que vuelvan a atacarlo y he dejado un par de
guardianes por si aparecen Sincorazón.
-Bien, entonces… nos
marchamos.
Hilda y Zelda
hicieron una reverencia dirigida a todos los Elegidos y con Kida y Mérida a sus
espaldas pasaron al lado de Blanck y salieron por la puerta desapareciendo tras
ésta, dejando a sus hijos algo extraños en el sitio con una nueva misión.
-Maestro, ¿vas a
quedarte? ¿y qué es eso de “un par de guardianes”?
-Sí, creo que os podría
resultar útil si volviese a atacar Caos, es obvio que ninguno queremos que
liberen a Ánima. Los guardianes son dos guerreros de Luz que yo mismo alimento
con mi poder, ahora soy más débil pero no podía dejar Chrystalis desprotegida.
-Am…
-Hay algo que me
gustaría hacer, reina Eleone. Y es una de las razones por la que me he quedado.
-¿Y qué es, maestro
Cyan?
-Aún no estoy seguro
de desvelároslo, tengo que prepararlo y decidir algunas cosas. Quedaremos aquí
mañana a la misma hora y os contaré todo a todos. Ahora deberíamos descansar y
tomarnos un día de relax.
-Está bien. Si con
esto se da la reunión finalizada y nadie más tiene que hablar, iros todos a
descansar. Mañana nos espera un gran día.
Los Elegidos
empezaron a dispersarse cada uno por su lado, Cyan sin embargo se quedó en la
sala tras pedirles a Keiro y Bastet que le dejasen hablar un momento a solas
con la reina.
-¿Ocurre algo, Cyan?
-Necesito un despacho
o algo así para preparar lo que os he contado, y como soy un invitado no creo
que fuera una gran idea tomar uno sin decir nada.
-Claro, no hay
problema. Hay una biblioteca en la planta baja, tiene un gran despacho y además
así podrás acudir a todos los conocimientos de Eclissis si te apetece, le diré
a un soldado que te lleve.
-No hace falta,
majestad. Conozco el camino.
-Está bien… por
cierto, Maestro Cyan.
-¿Sí?
-Muchas gracias por
decidir quedarse aunque su Mundo esté a salvo.
-No se preocupe,
majestad. Hay Mundos ahí fuera menos protegidos. Son ésos los que deberían
preocuparnos.
-…
Eleone se quedó ensimismada pensando sobre esa frase mientras Cyan iba en busca de su nuevo despacho preparando su misteriosa propuesta.
______________________________________________________________________
-¡¿Nuestro padre sigue vivo?!
-¡¿Nuestro padre sigue vivo?!
-…
-¡¿Y cuándo pensabas
decírmelo?!
-Nunca…
-¡¿Por qué?!
-Tú no haces caso a
mis peticiones, ¿por qué deberían importarme las tuyas?
-¡Esto es mucho más
serio e importante que tus estúpidos celos!
-¿Serio e importante
por qué? Ese hombre nos abandonó y mató a nuestra madre. No tiene nada de
importancia.
-¿Mató a madre…?
-Yo sólo fui en una
misión que…
-¿Eleone tiene algo
que ver con esto?
-¿Ahora la llamas por
su nombre? No, no tiene nada que ver.
-¿La estás
encubriendo?
-¿Encubrirla?, ¿de
ti? Bah, en cualquier caso es obvio que te ha escogido a ti, ¿por qué deberia
encubrirla de ti?
-Eso es…
-No me importa,
Alexander. Me da igual. De todas maneras tú y yo no es como si alguna vez nos
hubiéramos llevado bien. Lo único que nos ha unido ha sido nuestro verdadero
padre y ahora está muerto. Así que no creas que me has perdido por una mala
elección.
-¡Eso es lo que
intento hacerte ver! Que no es una mala elección… ¿De verdad piensas que puedes
hacerla más feliz que yo?
-¿Feliz? No.
¿Protegerla mejor? Sí.
-…sigue siendo por lo
que pasó aquel día. Nadie lo vio y Eleone no se acuerda. Sólo tú sabes lo que
pasó. Dímelo.
-Piérdete.
Zero se dio la vuelta
e intentó marcharse pero Alexander salió corriendo poniéndose delante y
deteniendo su movimiento agarrándole de un hombro.
-¡Dímelo!
-Suéltame.
-¿O si no qué?
-¿Ahora quién es el
celoso? Suéltame, no voy a repetírtelo.
-Padre me dio como
protección a Eleone porque sabía que yo era más fuerte.
-¡No se te ocurra
menospreciar a Claudia de esa manera!
Zero levantó la mano con
la que tenía el hombro libre y golpeó a Alexander que salió volando varios
metros de espaldas contra el suelo. Los gritos y el golpe terminaron de alertar
a los soldados que había por la zona y llegaron viendo lo que había pasado.
-¡General!
-No importa… estoy
bien.
Alexander se dejó
ayudar por sus fieles soldados para volver a levantarse mientras se frotaba la
mandíbula dolorido.
-No eres más fuerte
que yo, Alexander. Pero padre siempre supo que tu tenías más don de gentes que
yo, eso es en lo único que eres mejor que yo. Él siempre nos emparejó con la
princesa con la que él creyó que nos iría mejor. Y a ti te puso con Eleone porque
siempre te quiso como rey, tienes más liderazgo. Pero a mí me puso con Claudia
porque ella era más importante.
Ante aquellas
acusadoras palabras Alexander no pudo hablar, en eso tenía razón aunque él
nunca había sido capaz de razonarlo. Él siempre había sido el sociable y el líder,
era obvio que Lyon le quisiera como rey. Pero Claudia era la Llave y la hermana
pequeña, por eso necesitaba un protector más fuerte y Zero era el Elegido.
-Abraham, no tiene
porque ser así.
-Ya te he dicho miles
de veces que no me llamo así. Abraham murió hace mucho tiempo.
-No fue tu culpa.
Eras sólo un niño.
-Un niño que no tenía
a nadie para protegerle y tuvo que cuidarse él solo.
-Me tenías a mí.
-No, no te tenía a
ti. Y tú no me tenías a mí. Estábamos por y para las princesas, siempre ha sido
así. Y nunca va a cambiar.
-Pero…
-Nunca, Álex.
Zero terminó de irse dejando a Alexander bastante triste y derrotado.
______________________________________________________________________
Mientras, Jaleel que
le habíe pedido amablemente a Mavras que se quedase a solas entrenando, se
dirigía a los aposentos de la reina Claudia esperando encontrarla allí, cosa
que así hizo.
-Majestad…
-Jaleel. ¿Ocurre algo?
-Quería… hablar con vos…
-Quería… hablar con vos…
-¿Conmigo?
-Sí, pero no… como
reina y súbdito. Si no como… dos personas que comparten la misma carga.
-Claro, Jaleel. Dime.
-¿Tenéis recuerdos de
aquel día, majestad?
-Sí, pero todo está
borroso. Era muy pequeña.
-Todo este tiempo… he
crecido a una diferente velocidad que vosotros y no nos habíamos dado cuenta
ninguno.
-Eras sólo un bebé
aquella noche…
-Y diez años después
se podría decir que parezco más adulto que tú.
-¿Qué… te hizo mi
madre?
-No fue ella, así que no os preocupéis, majestad.
-No fue ella, así que no os preocupéis, majestad.
-¿No quieres hablar
de ello?
-No es que no quiera.
Pero ahora que he encontrado a mi hermano… Quiero que sea mi único confidente.
-Claro. Lo entiendo
perfectamente. Me siento igual con Eleone.
-Bueno, vosotras
también tenéis a Alexander y a Zero.
-Ya… habla por mi
hermana. Zero es imposible de tratar.
-En eso os entiendo
yo, majestad.
-Sois muy amigos,
¿no?
-Si se nos puede
llamar de esa manera…
-¿Sabes por qué es así?
-No… no creo que
corresponda a mí decirlo.
-Ya, claro. No debería
haber preguntado, es que a veces… me gustaría saber qué pasa por su cabeza.
-Eso podéis
remediarlo, ¿no?
-No. No quiero usar
mis poderes de esa manera. No sería justo.
-Quizás es lo que
necesita.
-¿Cómo dices?
-La gente a veces
necesita un empujón para decir lo que piensa. Y si nadie hace eso por Zero,
quizás siga siendo así el resto de su vida. No todo el Mundo tiene una vida…
bonita. Por eso me sentía identificado con él. Pero para mí ahora todo es
diferente. Es muy posible que Zero vea como todos seguimos adelante y él sigue…
anclado… solo…
-No está solo…
-Pues demuéstraselo a
él. No te lo demuestres a ti.
-Ya…
-Bueno, vine para
hablar de nosotros como la Llave y acabamos hablando de “tonterías”.
Claudia soltó una
pequeña sonrisa ante aquello.
-Ya me voy. Supongo
que no hay nada que contar sobre eso. Seguimos siendo personas por encima de
ser una Llave, aunque Caos no lo vea así. Pero ahora sois la única importante
para él. No dejéis que lo utilice contra vos, majestad.
-Gracias, Jaleel.
Jaleel no dijo nada más
y se fue por donde vino.
______________________________________________________________________
El resto de Elegidos
pasaron una noche normal. Vali pasó la noche con su hermana, Blanck se quedó en
los bosques con Nanaki en tranquilidad intentando pensar lo menos posible en
Danna, Kuroi no consiguió obtener el valor suficiente para hablar con Eryn que
junto a Arkleus se acomodaron en una pequeña torre que invocó el segundo en
escasos minutos a modo de almenara para la barrera mágica, a As y Sina se les
dio una habitación en el castillo y Keiro y Bastet durmieron en su habitación
de siempre preguntándose cual sería la misteriosa propuesta de su maestro.
-¿Qué crees que está
planeando el Maestro?
-Mmm… no lo sé. Me
atrevería a decir que tiene un plan para usar a Claudia de cebo, pero sólo es
una conjetura. Si algo he aprendido viviendo todo este tiempo con Cyan es que
nunca acierto a saber qué piensa.
-¿Sigues enfadado con
él?
-No estoy enfadado,
quizás un poco… decepcionado. Me lo tenía que haber dicho hace mucho.
-Keiro, hemos crecido
muy rápido y el Maestro tiene razón. Sólo quería darnos una vida normal. A
veces es mejor no saber las cosas.
-Todo el mundo tiene
derecho a conocer su origen.
-Tu origen es el
Maestro… y Chrystalis, es donde has crecido, donde te has convertido en lo que
eres.
-Y donde te conocí a
ti. No cambiaría eso por
nada del Mundo.
-Keiro…
-Pero aún así lo
necesitaba saber. Es algo que está afectando a mi vida, y a la tuya. Ya no sólo
era yo. Necesitábamos saber qué me estaba ocurriendo. Era necesario.
-Supongo… supongo que
tienes razón. Ojalá fuese todo más fácil.
______________________________________________________________________
Al día siguiente todos se volvieron a reunir en la sala del trono aunque ya no estaban las butacas donde se sentaron los Maestros el día anterior y tampoco acudió Arkleus. Blanck por su parte se había vuelto a quedar en la puerta apoyado, ni siquiera él podía evitar sentir curiosidad por lo que Cyan tenía que decir. El Maestro se puso en medio de la sala encarando a los Elegidos y empezó a hablar.
Al día siguiente todos se volvieron a reunir en la sala del trono aunque ya no estaban las butacas donde se sentaron los Maestros el día anterior y tampoco acudió Arkleus. Blanck por su parte se había vuelto a quedar en la puerta apoyado, ni siquiera él podía evitar sentir curiosidad por lo que Cyan tenía que decir. El Maestro se puso en medio de la sala encarando a los Elegidos y empezó a hablar.
-Ahora que Zelda y
Hilda se han ido y yo no estoy en mi mayor gloria, es hora de recuperar viejas
tradiciones.
-¿Viejas…
tradiciones?
-Sí. Hace mucho
tiempo, cuando un Elegido de la Llave espada era lo suficientemente poderoso,
su Maestro le preparaba para sustiuirle algún día.
-¿Co-Cómo dices?
-Justo antes de que
atacasen Chrystalis, estaba preparando algo para Keiro y Bastet, y ahora que me
encuentro con esta situación es hora de prepararos para enfrentar a Caos.
Bastet y Keiro se
miraron extrañados y el resto de Elegidos se emocionaron ante aquella
explicación y aún más cuando oyeron al Maestro.
-Siete de vosotros
serán escogidos para realizar un examen de cualificación a Maestro de la Llave espada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario