sábado, 13 de octubre de 2012

Capítulo 3: La reunión -Parte 3-



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=HI6M-otah1U

______________________________________________________________________

Eleone se debatía en su interior preguntándose si debía usar esa táctica aunque ni siquiera debía hacerlo pues no le implicaba ni dependía de ella y Claudia así se lo hizo saber.

-Eleone, no quiero sonar rebelde ni despreocupada, pero esta decisión no es tuya.

Jaleel apoyó las palabras de Claudia con su mirada.

-Claudia…
-Es sólo de Jaleel y mía, y yo por mi parte quiero mucho a Eclissis como para querer que sufra más daños. Así que cuenta conmigo, Maestro Cyan.
-Y conmigo…

Cyan afirmó ante Claudia y Jaleel mientras Eleone ahora se debatía si permitir aquello, ya había visto morir a Jaleel una vez y no iba a permitir que volvieran a hacer daño a Claudia, aunque ambos tenían razón, por muy reina que fuese, ella no tenía ningún poder sobre ellos dos, quizás un poco sobre Jaleel, pero si Claudia lo iba a hacer no tenía sentido prohibírselo a él.

-Pero… creo que a mí no me necesitan.
-¿Cómo dices Jaleel?
-El propósito de Caos era obtener nuestra sangre para romper el sello, ¿no?
-Sí.
-Pues ellos ya tienen mi sangre, podrían mantenerla fresca hasta que la necesitaran, ¿no?
-Sí. Pero, ¿cuándo la obtuvieron?
-Bueno, eso…
-Cuando atacaron el castillo, casi matan a Jaleel…
-Vaya… eso significa que sólo necesitan a Claudia.
-¿Hay algún problema?
-Que jugamos con menos ventaja, puede que suene raro, pero es más difícil proteger a un solo cebo que a dos. Con dos jugamos con que tienen que dividir sus fuerzas para atacar, pero si sólo necesitan a uno… atacarán con todas sus fuerzas.

Hilda y Zelda se levantaron de sus asientos tras haber estado murmullando un rato y habló la primera.

-No queremo sonar impacientes mi hermana y yo, pero ya hemos contado todo lo que debíamos contar.
-Marcharemos raudamente de nuevo a los respectivos mundos de Kida y Mérida y las mantendremos protegidas mientras las usamos para encontrar al resto de Princesas.
-Una vez tengamos sus localizaciones os las enviaremos.
-Madre, os acompañamos.
-¡No!
-¿Por qué?
-No… Os necesitan aquí, si por nosotras fuese protegeríamos este Mundo y el sello de Ánima por Arturia, pero ya que nosotras no podemos, os lo dejamos a vuestro cargo.
-¿Estás de acuerdo, hija?
-Sí, madre.
-Bien… Cyan, te dejamos el resto a ti, piensas quedarte, ¿no?
-Sí, sin mí en Chrystalis es muy difícil que vuelvan a atacarlo y he dejado un par de guardianes por si aparecen Sincorazón.
-Bien, entonces… nos marchamos.

Hilda y Zelda hicieron una reverencia dirigida a todos los Elegidos y con Kida y Mérida a sus espaldas pasaron al lado de Blanck y salieron por la puerta desapareciendo tras ésta, dejando a sus hijos algo extraños en el sitio con una nueva misión.

-Maestro, ¿vas a quedarte? ¿y qué es eso de “un par de guardianes”?
-Sí, creo que os podría resultar útil si volviese a atacar Caos, es obvio que ninguno queremos que liberen a Ánima. Los guardianes son dos guerreros de Luz que yo mismo alimento con mi poder, ahora soy más débil pero no podía dejar Chrystalis desprotegida.
-Am…
-Hay algo que me gustaría hacer, reina Eleone. Y es una de las razones por la que me he quedado.
-¿Y qué es, maestro Cyan?
-Aún no estoy seguro de desvelároslo, tengo que prepararlo y decidir algunas cosas. Quedaremos aquí mañana a la misma hora y os contaré todo a todos. Ahora deberíamos descansar y tomarnos un día de relax.
-Está bien. Si con esto se da la reunión finalizada y nadie más tiene que hablar, iros todos a descansar. Mañana nos espera un gran día.

Los Elegidos empezaron a dispersarse cada uno por su lado, Cyan sin embargo se quedó en la sala tras pedirles a Keiro y Bastet que le dejasen hablar un momento a solas con la reina.

-¿Ocurre algo, Cyan?
-Necesito un despacho o algo así para preparar lo que os he contado, y como soy un invitado no creo que fuera una gran idea tomar uno sin decir nada.
-Claro, no hay problema. Hay una biblioteca en la planta baja, tiene un gran despacho y además así podrás acudir a todos los conocimientos de Eclissis si te apetece, le diré a un soldado que te lleve.
-No hace falta, majestad. Conozco el camino.
-Está bien… por cierto, Maestro Cyan.
-¿Sí?
-Muchas gracias por decidir quedarse aunque su Mundo esté a salvo.
-No se preocupe, majestad. Hay Mundos ahí fuera menos protegidos. Son ésos los que deberían preocuparnos.
-

Eleone se quedó ensimismada pensando sobre esa frase mientras Cyan iba en busca de su nuevo despacho preparando su misteriosa propuesta.

______________________________________________________________________

-¡¿Nuestro padre sigue vivo?!
-
-¡¿Y cuándo pensabas decírmelo?!
-Nunca…
-¡¿Por qué?!
-Tú no haces caso a mis peticiones, ¿por qué deberían importarme las tuyas?
-¡Esto es mucho más serio e importante que tus estúpidos celos!
-¿Serio e importante por qué? Ese hombre nos abandonó y mató a nuestra madre. No tiene nada de importancia.
-¿Mató a madre…?
-Yo sólo fui en una misión que…
-¿Eleone tiene algo que ver con esto?
-¿Ahora la llamas por su nombre? No, no tiene nada que ver.
-¿La estás encubriendo?
-¿Encubrirla?, ¿de ti? Bah, en cualquier caso es obvio que te ha escogido a ti, ¿por qué deberia encubrirla de ti?
-Eso es…
-No me importa, Alexander. Me da igual. De todas maneras tú y yo no es como si alguna vez nos hubiéramos llevado bien. Lo único que nos ha unido ha sido nuestro verdadero padre y ahora está muerto. Así que no creas que me has perdido por una mala elección.
-¡Eso es lo que intento hacerte ver! Que no es una mala elección… ¿De verdad piensas que puedes hacerla más feliz que yo?
-¿Feliz? No. ¿Protegerla mejor? Sí.
-…sigue siendo por lo que pasó aquel día. Nadie lo vio y Eleone no se acuerda. Sólo tú sabes lo que pasó. Dímelo.
-Piérdete.

Zero se dio la vuelta e intentó marcharse pero Alexander salió corriendo poniéndose delante y deteniendo su movimiento agarrándole de un hombro.

-¡Dímelo!
-Suéltame.
-¿O si no qué?
-¿Ahora quién es el celoso? Suéltame, no voy a repetírtelo.
-Padre me dio como protección a Eleone porque sabía que yo era más fuerte.
-¡No se te ocurra menospreciar a Claudia de esa manera!

Zero levantó la mano con la que tenía el hombro libre y golpeó a Alexander que salió volando varios metros de espaldas contra el suelo. Los gritos y el golpe terminaron de alertar a los soldados que había por la zona y llegaron viendo lo que había pasado.

-¡General!
-No importa… estoy bien.

Alexander se dejó ayudar por sus fieles soldados para volver a levantarse mientras se frotaba la mandíbula dolorido.

-No eres más fuerte que yo, Alexander. Pero padre siempre supo que tu tenías más don de gentes que yo, eso es en lo único que eres mejor que yo. Él siempre nos emparejó con la princesa con la que él creyó que nos iría mejor. Y a ti te puso con Eleone porque siempre te quiso como rey, tienes más liderazgo. Pero a mí me puso con Claudia porque ella era más importante.

Ante aquellas acusadoras palabras Alexander no pudo hablar, en eso tenía razón aunque él nunca había sido capaz de razonarlo. Él siempre había sido el sociable y el líder, era obvio que Lyon le quisiera como rey. Pero Claudia era la Llave y la hermana pequeña, por eso necesitaba un protector más fuerte y Zero era el Elegido.

-Abraham, no tiene porque ser así.
-Ya te he dicho miles de veces que no me llamo así. Abraham murió hace mucho tiempo.
-No fue tu culpa. Eras sólo un niño.
-Un niño que no tenía a nadie para protegerle y tuvo que cuidarse él solo.
-Me tenías a mí.
-No, no te tenía a ti. Y tú no me tenías a mí. Estábamos por y para las princesas, siempre ha sido así. Y nunca va a cambiar.
-Pero…
-Nunca, Álex.

Zero terminó de irse dejando a Alexander bastante triste y derrotado.

______________________________________________________________________

Mientras, Jaleel que le habíe pedido amablemente a Mavras que se quedase a solas entrenando, se dirigía a los aposentos de la reina Claudia esperando encontrarla allí, cosa que así hizo.

-Majestad…
-Jaleel. ¿Ocurre algo?
-Quería… hablar con vos…
-¿Conmigo?
-Sí, pero no… como reina y súbdito. Si no como… dos personas que comparten la misma carga.
-Claro, Jaleel. Dime.
-¿Tenéis recuerdos de aquel día, majestad?
-Sí, pero todo está borroso. Era muy pequeña.
-Todo este tiempo… he crecido a una diferente velocidad que vosotros y no nos habíamos dado cuenta ninguno.
-Eras sólo un bebé aquella noche…
-Y diez años después se podría decir que parezco más adulto que tú.
-¿Qué… te hizo mi madre?
-No fue ella, así que no os preocupéis, majestad.
-¿No quieres hablar de ello?
-No es que no quiera. Pero ahora que he encontrado a mi hermano… Quiero que sea mi único confidente.
-Claro. Lo entiendo perfectamente. Me siento igual con Eleone.
-Bueno, vosotras también tenéis a Alexander y a Zero.
-Ya… habla por mi hermana. Zero es imposible de tratar.
-En eso os entiendo yo, majestad.
-Sois muy amigos, ¿no?
-Si se nos puede llamar de esa manera…
-¿Sabes por qué es así?
-No… no creo que corresponda a mí decirlo.
-Ya, claro. No debería haber preguntado, es que a veces… me gustaría saber qué pasa por su cabeza.
-Eso podéis remediarlo, ¿no?
-No. No quiero usar mis poderes de esa manera. No sería justo.
-Quizás es lo que necesita.
-¿Cómo dices?
-La gente a veces necesita un empujón para decir lo que piensa. Y si nadie hace eso por Zero, quizás siga siendo así el resto de su vida. No todo el Mundo tiene una vida… bonita. Por eso me sentía identificado con él. Pero para mí ahora todo es diferente. Es muy posible que Zero vea como todos seguimos adelante y él sigue… anclado… solo…
-No está solo…
-Pues demuéstraselo a él. No te lo demuestres a ti.
-Ya…
-Bueno, vine para hablar de nosotros como la Llave y acabamos hablando de “tonterías”.

Claudia soltó una pequeña sonrisa ante aquello.

-Ya me voy. Supongo que no hay nada que contar sobre eso. Seguimos siendo personas por encima de ser una Llave, aunque Caos no lo vea así. Pero ahora sois la única importante para él. No dejéis que lo utilice contra vos, majestad.
-Gracias, Jaleel.

Jaleel no dijo nada más y se fue por donde vino.

______________________________________________________________________

El resto de Elegidos pasaron una noche normal. Vali pasó la noche con su hermana, Blanck se quedó en los bosques con Nanaki en tranquilidad intentando pensar lo menos posible en Danna, Kuroi no consiguió obtener el valor suficiente para hablar con Eryn que junto a Arkleus se acomodaron en una pequeña torre que invocó el segundo en escasos minutos a modo de almenara para la barrera mágica, a As y Sina se les dio una habitación en el castillo y Keiro y Bastet durmieron en su habitación de siempre preguntándose cual sería la misteriosa propuesta de su maestro.

-¿Qué crees que está planeando el Maestro?
-Mmm… no lo sé. Me atrevería a decir que tiene un plan para usar a Claudia de cebo, pero sólo es una conjetura. Si algo he aprendido viviendo todo este tiempo con Cyan es que nunca acierto a saber qué piensa.
-¿Sigues enfadado con él?
-No estoy enfadado, quizás un poco… decepcionado. Me lo tenía que haber dicho hace mucho.
-Keiro, hemos crecido muy rápido y el Maestro tiene razón. Sólo quería darnos una vida normal. A veces es mejor no saber las cosas.
-Todo el mundo tiene derecho a conocer su origen.
-Tu origen es el Maestro… y Chrystalis, es donde has crecido, donde te has convertido en lo que eres.
-Y donde te conocí a ti. No cambiaría eso por nada del Mundo.
-Keiro…
-Pero aún así lo necesitaba saber. Es algo que está afectando a mi vida, y a la tuya. Ya no sólo era yo. Necesitábamos saber qué me estaba ocurriendo. Era necesario.
-Supongo… supongo que tienes razón. Ojalá fuese todo más fácil.

______________________________________________________________________

Al día siguiente todos se volvieron a reunir en la sala del trono aunque ya no estaban las butacas donde se sentaron los Maestros el día anterior y tampoco acudió Arkleus. Blanck por su parte se había vuelto a quedar en la puerta apoyado, ni siquiera él podía evitar sentir curiosidad por lo que Cyan tenía que decir. El Maestro se puso en medio de la sala encarando a los Elegidos y empezó a hablar.

-Ahora que Zelda y Hilda se han ido y yo no estoy en mi mayor gloria, es hora de recuperar viejas tradiciones.
-¿Viejas… tradiciones?
-Sí. Hace mucho tiempo, cuando un Elegido de la Llave espada era lo suficientemente poderoso, su Maestro le preparaba para sustiuirle algún día.
-¿Co-Cómo dices?
-Justo antes de que atacasen Chrystalis, estaba preparando algo para Keiro y Bastet, y ahora que me encuentro con esta situación es hora de prepararos para enfrentar a Caos.

Bastet y Keiro se miraron extrañados y el resto de Elegidos se emocionaron ante aquella explicación y aún más cuando oyeron al Maestro.

-Siete de vosotros serán escogidos para realizar un examen de cualificación a Maestro de la Llave espada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario