miércoles, 17 de octubre de 2012

Capítulo 5: El papel de cada uno



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=ZFSDLwA7Hx0

______________________________________________________________________

Keiro había encontrado un magnífico lugar para meditar en el tejado del castillo, se las había arreglado para salir por una ventana y trepar a la vieja usanza, con las grebas y los guanteletes. Una vez arriba decidió sentarse en una de las cornisas y cruzándose de piernas y brazos empezó a buscar en su interior la clave para recuperar la Luz aunque no fue eso lo que encontró.

-Eres más fuerte que yo.
-¡¿Quién…?!

Keiro abrió bien los ojos y miró a su alrededor buscando el origen de aquellas palabras, no tardó en salir desde dentro de él una figura encapuchada que se dio la vuelta mirándole misteriosamente.

-¡Tú!
-Querrás decir tú.

El misterioso encapuchado se deshizo del manto que le acompañaba, las diferencias eran mínimas pero Keiro pudo verse como si aquello fuera un extraño espejo que tomaba diferentes posturas. El pelo más largo, un pendiente de aro en la oreja izquierda y quizás unos años más de edad con un poco más de vello facial, pero el resto todo igual.

-¿Cómo…? Pensé que en aquel lugar…
-Bueno… no ocurrió lo que ninguno de nosotros pensábamos.
-¿Y qué ocurrió?
-Me guarecí dentro de ti para salvarme. Con que sepas eso es suficiente.
-¿Puedes hacer eso?
-Eso parece… No podía abandonarte en este estado. Para eso volví del futuro.
-¿Quieres ayudarme a recuperar la Luz?
-Ya has oído al viejo Maestro. Es la única manera de salvarnos.
-¿Salvarnos? Pero dijiste…
-Sé lo que dije. Pero también tengo fe en que si tú te salvas, yo me salvo… de alguna manera…
-No pareces estar tan seguro.
-¿Qué importa? El importante eres tú ahora.
-¿Pero sigue siendo buena idea que estés en esta época?
-Creo que eso ya no importa. Ya la he cagado, ahora al menos intentaré arreglar lo que pueda. Aunque haya cambiado bastante la historia, nadie está a salvo hasta que Caos caiga. No parará de intentar liberar a Ánima a menos que muera.
-¿Qué es lo que pasó en tu futuro? ¿En qué fallamos?
-Ganímedes…
-¿El tío oscuro del desierto?
-Sí… Pero Bastet acabó con él. Cambié la historia.
-Pero, ¿qué tiene que ver con todo esto?
-Caos absorbió sus poderes en mi linea temporal. Se volvió casi invencible, asaltó Eclissis, mató a Eleone y al resto, rompió el sello y empezó a destruir el Reino de la Luz poco a poco junto a Ánima. Sólo sobrevivimos Claudia, Zero, Kuroi, Eryn y tú.
-Pero Claudia…
-Caos tuvo clemencia, supongo que Claudia no era ninguna amenaza para él. Zero consiguió escapar con ella y Kuroi y Eryn…
-¿Qué?
-No estaban en Eclissis… Cuando cayó Bastet empecé a buscar una manera de enmendar todo lo ocurrido, no encontré nada…
-Por eso acabaste con Kuroi y Eryn.
-Sí… y aquí estoy ahora… Intentando cambiar el pasado hasta que quede perfecto. Sólo espero que las líneas temporales paralelas se mantengan paralelas por siempre.
-¿Crees que es posible?
-No lo sé. Con el Dahaka fuera de juego… la cosa está difícil.
-¿Y qué pasaría si se mezclan?
-Pufff… Quién sabe. No quiero vivir una compresión del tiempo, ¿y tú?
-Para nada. Por mucho que hayas sido el causante de evitar que Caos se vuelva más poderoso y nos machaque, me gustan las cosas como están.
-Me tomaré eso como un cumplido. Pero… has de saber que mi ayuda será solo así.
-¿Así cómo?
-Digamos que… en alma…
-¿En alma?
-No tengo un cuerpo físico, no puedo afectar al mundo real. No salí tan bien parado de mi encuentro con aquel tío.
-Ya veo…
-Y no puedo alejarme de ti mucho, así que no me mandes a misiones de reconocimiento.
-¿Algo más que deba saber?
-Sí. Nadie más puede verme. Así que sólo habla conmigo cuando no haya nadie más, no quiero que parezcas un loco ni que nadie sepa de mi existencia.
-¿Y eso por qué?
-Porque vine aquí sólo por una razón: Salvar a Bastet. Bueno… y evitar que tú te convirtieras en mí. Ya he afectado bastante el tiempo, ¿no crees? Así que mi único trabajo aquí ahora es cerciorarme de que tú estás a salvo del todo.
-De todas las cosas en las que somos diferentes, no entiendo cómo acabaste siendo tan graciosillo y servicial.
-Bueno, cuando careces de Corazón, no sólo pierdes los buenos sentimientos, también pierdes los malos. Y ya no parezco más que llevo un palo metido en el culo.

Keiro no respondió a aquello, tan sólo se mandó a sí mismo una mirada fulminante.

-Vamos, tienes que aceptarlo. Desde que te empezó a carcomer la Oscuridad vives ansiolítico perdido. No sonríes, no hablas con nadie, hasta has perdido tus ganas de luchar. Sólo te importa Bastet.
-Siempre ha sido así.
-Ya… La Oscuridad sólo lo acrecentó. Tranquilo, ya vendrán tiempos mejores, es nuestro objetivo.

______________________________________________________________________

-Me recuerda a Paraíso…
-Por favor, Eryn, hasta Paraíso al lado de este sitio parece un “paraíso”.
-Bueno, quiero decir que supongo que en esto se hubiera convertido Paraíso si no hubiésemos conseguido derrotar a los hermanos.
-No disponemos de mucho tiempo y admirar el paisaje de este sitio no creo que sea muy enriquecedor.
-Majestad…
-Pongámonos a buscar el artefacto.
-Sí. Deberíamos separarnos para cubrir más terreno.
-No. Ya oíste a Cyan, cachorrillo. Tenemos que permanecer unidos. No sabemos qué peligros nos esperan.
-Sincorazón, fantasmas, la Oscuridad… Me pregunto a qué se refería el Maestro Cyan con fantasmas.
-No creo que se refiriera a mantos blancos moviéndose solos… ¿no?
-Kuroi… por favor…
-Vale, vale. Sólo opinaba…
-De todas maneras, ¿qué se supone que debemos buscar? Aquí no parece haber ruinas ni cuevas, sólo es un enorme… cementerio…
-Si tenemos que buscar entre todas estas Llaves espada, podría llevarnos toda la vida…
-¿Y si lo que buscamos es una Llave espada?
-Entonces nos tiraríamos varias vidas…
-No creo que sea una Llave espada. Ya tenemos todos Llaves espada, Cyan no nos mandaría a por algo tan inútil.
-¿Y qué puede ser?
-Bueno… si no es una Llave espada, será fácil encontrarlo. Sólo tenemos que buscar algo que no sea una Llave espada.
-Vaya, Kuroi. Al final vas a resultar ser inteligente y todo.
-Sin ofender, ¿eh? Que me gano la vida con mi inteligencia.
-Bueno, entonces ¿buscamos hasta que encontremos algo que no es una Llave espada mientras nos enfrentamos a los peligros de este sitio? ¿Es ése el plan?
-No suena un gran plan, pero no tenemos otro.
-Pues pongámonos a la obra.

Eleone lideró al equipo que se adentró en el cementerio buscando aquel supuesto artefacto a por el que les había mandado Cyan.

______________________________________________________________________

Mientras, en el campo de entrenamiento del castillo, Jaleel y Mavras entrenaban la disciplina en combate del último. Aún tenía mucho que aprender pero tenía grandes facultades.

-¿No estás cabreado, Jal?
-¿Cabreado? ¿Por qué?
-Porque no te han escogido…
-Bueno, me han escogido para algo mejor. Enseñarte. Y es un gran honor.
-¿Un gran honor? ¿Entrenarme y no poder hacerte Maestro?
-Creo que no lo entiendes, Mavras.
-No. No lo entiendo.
-¿Es que no ves lo que estoy haciendo? ¿Lo que Cyan me ha confiado?
-…
-Te estoy entrenando yo. Yo soy tu Maestro. Ya soy un Maestro.
-Oh…
-Pese a que sea tu hermano y sepa tus habilidades y tus límites, no deja de ser difícil entrenar a alguien en los caminos de la Llave espada, y aún así Cyan me ha confiado esa labor. Me podía haber enviado a la misión con los demás y haberte entrenado él mismo junto a la reina Claudia y a Bastet, pero en vez de eso me ha dado la oportunidad de mostrar que yo también puedo enseñar.
-No lo había visto de esa manera.
-Eso es porque te ves como un estorbo y no como un salvador.
-No soy ningún salvador. Ni siquiera puedo usar hechizos.
-Nadie dijo que este camino fuera fácil ni rápido. Pero que lo decidas recorrer ya es una gran prueba de voluntad y poder. No te subestimes, hermano.
-Pero los demás… parecen tan fuertes. Hasta Claudia…
-La reina Claudia ha estado entrenando muchos años artes marciales. Puede que incluso pudieras vencerla en un combate con la Llave espada.
-Pero la realidad no es esa, ¿verdad? En una batalla cada uno usa todo lo que tiene, y ella no sólo tiene sus artes marciales, también tiene ese extraño poder.
-Tú también tienes poderes.
-Poderes que no sé usar y no me quieres enseñar a usar.
-Aún es pronto, son muy peligrosos. Primero necesitas disciplina y auto control, no quiero que cometas mis errores.
-¿Qué errores?
-Que estemos exentos de la influencia de la Luz y la Oscuridad no significa que no puedan afectarnos físicamente. Yo dejé durante mucho tiempo que la Oscuridad se arraigase en mí, no en mi Corazón, pero sí en mi cuerpo y ahora es muy difícil borrarla.
-¡Pero eso te ayuda a regenerarte!
-¿A qué precio? Mavras, todo poder conlleva dos cosas: un precio y una responsabilidad. Nada es fácil ni barato. Yo tenía una meta y me dejé llevar con tal de llegar a ella. Pero ahora… ahora sé que la Oscuridad no es el camino y no quiero que sea tu camino. Lo que Ansem nos dio es muy poderoso y podemos usarlo en nuestro beneficio sin tener que recurrir a la Oscuridad. Voy a enmendar mis errores contigo, no sólo eres una mejor versión de mí, serás mejor que yo en todo. Pero necesito que tengas paciencia y fe en mí.
-Yo… claro. Tengo fe en ti.
-Entonces sigamos.

______________________________________________________________________

En los jardines, Claudia había empezado su duro entrenamiento sufriendo ilusiones dolorosas. Cyan había empezado con cosas simples y poco dolorosas, más que nada recuerdos y pérdidas cercanas. Ambos podían ver como la joven reina sufría en silencio.

-¿Crees que eso está bien, Maestro?
-Ya entiende el dolor, no es nuevo para ella. Sólo tiene que enfrentarse a él y superarlo.
-Ni siquiera yo, que pretendes creer que soy una Maestra, podría aguantar eso.
-Podrías. Si te lo propusieras. Sólo necesitarías una razón y un objetivo. Y yo podría darte ambos. Y no creo nada. Lo sé.
-Pero…
-Bastet. Te conozco desde que eras una niña. Yo mismo realicé la ceremonia de entrega de Llave espada cuando eras solo una mocosa consentida.
-¿Cómo?
-Sentí desde que naciste que harías grandes cosas por el Reino de la Luz, ya por entonces tenías un enorme Corazón. Bastet, no importa que no seas un Avatar de Luz o una Princesa del Corazón, ni que no puedas usar la Oscuridad para luchar o que no blandas dos Llaves espada, sigues siendo fuerte, sabia y poderosa. Mucho más de lo que ninguno de tus compañeros podría imaginar.
-No sé, Maestro. Siempre me he sentido un paso por detrás de todos.
-Porque tú lo has permitido. Siempre has dejado que Keiro te protegiese y no has dejado ver a los demás tus facultades. Tienes un gran potencial dentro de ti, sólo tienes que usarlo. Enseñarte a entrar al Reino de los Sueños es algo que podemos dejar para cuando sea necesario. Ahora tengo que enseñarte algo.
-¿Es el secreto del que me hablaste?
-Hay una última habilidad que debes aprender para ser Maestra. Una muy especial. Un gran secreto que se pasa de maestro a aprendiz cuando éste está preparado. Es un poder muy peligroso en las manos equivocadas, por eso se guarda celosamente.
-Puedes confiar en mí, Maestro.
-La Llave espada tiene muchas habilidades pero hay una que excede a todas las demás en poder: el control de los Corazones.
-¿Eso no es lo que se supone que hace Eleone como Avatar?
-No. Es diferente. Lo que Eleone puede hacer es mucho más poderoso que lo que la Llave espada nos permite. Y aún así es más útil este poder.
-¿Para qué sirve?
-Para muchos fines. Tantos como puedas imaginar. La Llave espada tiene la habilidad de abrir cualquier cerradura, y hasta los Corazones tienen una. Con poder y habilidad, un gran Maestro puede usar este poder para muchas proezas. Desde llegar hasta el Corazón de un Mundo y cambiarlo en su totalidad, hasta el de sacar un Corazón de un cuerpo.
-Pero... eso es… terrible.
-Lo es. Por eso no debe caer en malas manos.
-Por eso no quieres que Keiro sea Maestro hasta que recupere la Luz.
-En parte. Bastet, si algún día caigo, te cedo la protección de Chrystalis. Con Llave espada en mano, te dirigirás a la cerradura del Mundo y la abrirás para que se adapte a ti. Ahora debo enseñarte cómo hacerlo.
-Sí, Maestro.

Bastet totalmente convencida incocó su Llave espada mientras su Maestro le enseñaba la última habilidad de la Llave espada.

______________________________________________________________________

De vuelta a la Necrópolis de las Llaves espada, el grupo se encontró finalmente con el primer obstáculo: Sincorazón por todas partes. La lucha, aunque difícil por el equilibro de poder entre Luz y Oscuridad, estaba totalmente decantada del lado de la Luz, aunque los Sincorazón cada vez eran más y los Elegidos acabarían cediendo al cansancio.

-No van a parar de venir. No podemos estar luchando todo el día.
-Esto es parte del examen. Tenemos que encontrar la manera de mantener ocupados a los Sincorazón y seguir con la misión.
-¿Ideas?
-Yo tengo una.
-Kuroi, no es momento para soltar sandeces.
-No es ninguna sandez. Podríamos usar las Llaves espada para defendernos de alguna manera especial.
-Pero estas Llaves espada no tienen poder.
-¿Y qué? Siguen siendo trozos de metal. Lo importante no es lo que sea, si no quien lo use.
-Kuroi tiene razón. Usemos las Llaves espada para crear un círculo de protección. ¡Concentraos!

La reina, en el centro del grupo, empezó a convocar la Luz de sus compañeros mientras ella servía de foco, no tardaron en empezar a moverse las Llaves espada como si estuvieran vivas, y creando un tornado de destrucción y protección, formaron un círculo perfecto de Luz alrededor de los Elegidos. Ningún Sincorazón podía atravesarlo sin ser descuartizado en el proceso.

-¡Genial! Majestad, ¿crees que podrías mover el círculo con nosotros dentro? Así podríamos seguir la búsqueda.
-Claro. Mientras nuestros Corazones sigan unidos, puedo usar vuestro poder para mantener la barrera activa.
-Entonces tendremos que romper esas conexiones.

Esas palabras de amenaza y angustia llegaron a oídos de los Elegidos que se giraron para oír su origen. Allí vieron sombras de tamaño humano con un hueco en su pecho con forma de Corazón. Tenían luces amarillas por ojos y carecían de cualquier gesto en su rostro.

-¿Qué…? ¿Un nuevo tipo de Sincorazón?
-N-no lo sé.
-Somos la Oscuridad encarnada. Vuestra peor pesadilla. Nos comeremos vuestros sueños y felicidad como hicimos con los que hubo antes que vosotros.
-Majestad, ¿qué hacemos?
-Habrá que evitar que hagan lo que dicen haciendo que se traguen sus palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario