martes, 23 de octubre de 2012

Capítulo 9: El último en despedirse



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=sr4eB0WOwN0

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Habían pasado un par de días desde el incidente en la Necrópolis de las Llaves espada, todos entrenaban con todas sus fuerzas intentando tener alguna clase de oportunidad para enfrentarse a Caos. Cyan, aunque perdonado, había sido relevado de su ayuda como Maestro, excepto Bastet, que aunque decepcionada, había decidido terminar su entrenamiento como Maestra.

Como decisión unánime se escogió guardar las Gemas como precaución, su uso, por muy corto que fuera absorbía rápidamente las energías del usuario, y abusar de ellas podía traer la muerte como bien les había avisado el Maestro Cyan. Pero también decidieron que no buscarían las otras dos, por temor a que las pruebas que esperaban para conseguirlas fueran peor que la anterior. No podían ni querían permitirse perder a ninguno de ellos.

Vali había utilizado la información obtenida en las pesadillas para escribir un libro sobre sus experiencias del pasado. La gran batalla que asoló la Necrópolis de las Llaves espada por culpa de la invocación de Alejandro y algún que otra cosa que se habían dejado en el tintero los que le acompañaron, cada uno más misterioso que el anterior, pero sería un guardián de sus secretos.

Eleone había decidido dejar de lado su entrenamiento como Avatar de la Luz, no quedaba nadie con vida que pudiera ayudarla y prefería seguir entrenándose como hechiera, algo que había dejado algo atrás. Su hermana, por el contrario, sí siguió con su entrenamiento con el Aura, aunque ya no seguía más las pruebas de voluntad que le había puesto Cyan, ahora se esforzaba con toda su alma para conseguirlo por sí misma.

Jaleel, ahora con la ayuda de Zero, intensificó el entrenamiento de Mavras que ya empezaba a mostrar signos de saber utilizar la Llave espada, había aprendido algunos movimientos y ya había dominado su primer hechizo. Lo próximo sería aprender a usar la Oscuridad del tatuaje.

Blank y Keiro seguían el mismo entrenamiento de meditación en la azotea del castillo, ambos sin emitir ningún ruido intentando encontrar la calma interior, aunque cada uno con una razón distinta; Keiro para recuperar su Luz, Blanck para calmar su bestia.

Sina y As seguían entrenando sus capacidades, algo superiores al del resto de sus compañeros, sobre todo en sus respectivas áreas, Sina como guerrera y As como hechicero, aunque se habían intentado dar un par de clases el uno al otro sobre lo que sabían para perfeccionarse.

Finalmente Eryn y Kuroi se habían tomado un descanso para recuperarse de su inmersión en la Oscuridad, la primera decidió acercarse a la casa de Kuroi, había algo que llevaban tiempo evitando.

Eryn tocó a la puerta y Kuroi abrió sorprendido.

-¡Eryn!
-Hola, grandullón. ¿Puedo pasar?
-Cla-cla-claro.

Eryn se adentró en la casa dejando a Kuroi petrificado en la puerta, tardó un poco en volver en sí mismo y cerrar la puerta y luego se dio la vuelta para ver a Eryn encarándole algo ¿sonrojada?

-Yo… venía para hablar de…
-¡Oh, claro! Me dijiste que te diese las gracias después. Gracias, Eryn. Gracias por volver para salvarme.
-No, Kuroi. No es por eso. Es por lo que sucedió en Paraíso.
-Oh… Ya…

Ahora la tez de Kuroi empezó a conjuntarse con la de Eryn.

-Eso…
-Si no quieres, no…
-No, no. Tienes razón. Yo también he estado bastante… inquieto, por aquello. Pero después de lo de la Necrópolis se me olvidó un poco… He necesitado dormir demasiado para recuperarme.
-Ya… yo estoy igual… Suerte que soy una Princesa.
-Sí… Si no ahora me parecería a Keiro… ¿crees que me quedaría bien?
-Ja, ja… ni por asomo.
-Ya… me lo suponía.
-Estamos evadiendo el tema principal…
-Uy, lo siento…
-No tiene importancia. Pero… simplemente… quería dejar claro que… fue…
-¿Un error…?
-Sí, eso mismo… Un error… Yo… no soy muy de… Bueno, ya sabes…
-Te entiendo, te entiendo. Yo tampoco soy muy de… ya sabes… Y… ¿Y te arrepientes?
-No… No, claro que no… Es sólo que… tu y yo… no… somos muy diferentes. ¿Y tú te arrepientes?
-No. No… en absoluto. Estuvo… genial… Bueno, ya sabes…
-Sí… Sé… Yo… creo que debería irme… a entrenar… Y tú tambien…
-Sí, claro. A entrenar…

Kuroi se acercó a la puerta y la abrió como un buen caballero a lo que Eryn se dirigió directa a ella, aunque justo antes de salir se volvió a dar la vuelta.

-Bueno… Esto no es como si no nos pudiéramos seguir viendo… Podemos ser amigos y eso…
-Claro… Por supuesto… Genial…
-Pues démonos dos besos como buenos amigos...
-Vale…

Kuroi y Eryn se acercaron velozmente y bastante nerviosos para darse dos veloces besos, pero ambos fallaron dos veces moviéndose hacia el mismo lado… se miraron a los ojos y no pudieron evitar terminar por volver a besarse, tras lo que Eryn cerró la puerta.

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En la sala de entrenamiento, Mavras estaba sufriendo una soberana paliza de Zero y Jaleel, tenía que aprender a defenderse y ninguno de los dos Elegidos le daba un solo momento de respiro al joven.

-Dejadme respirar.
-¡No!

Jaleel volvió a atacar con rápidas sucesiones de cortes que el joven rechazaba como podía, cuando Jaleel se echaba hacia atrás, Zero seguía el ataque con solo una de sus Llaves espada, el cansancio iba aumentando por momentos y Mavras iba a desmayarse como siguiera así, pero Jaleel tenía un plan.

-¡No puedo más! Deteneros…
-¿Esta es toda tu voluntad?
-Jal… No…
-¡Nada de excusas!

Jaleel echó hacia atrás a Zero y siguió él solo la batalla, empezó a utilizar sus poderes al máximo e incluso abrió un poco de su tatuaje.

-Jal, ¿qué haces…?
-¡Defiéndete! ¡Caos no será gentil y bueno! ¡Te atacará sin descanso y matará a todos los que no puedas proteger!
-Yo… Yo… ¡No estoy preparado!
-¡Pues vas a tener que estarlo!

Jaleel aumentó el poder del tatuaje un poco más y tras una sucesión de golpes, Mavras perdió la Llave espada, Jaleel sin embargo no se detuvo y siguió atacando, Mavras detuvo los golpes con los brazos sufriendo duros daños.

-¡Jaleel para!
-¡Aaahhh! Her… Hermano…
-¡Invoca tu Llave espada!
-¡Jaleel, le vas a hacer daño!
-¡PARAAAAAAAAAAAAAAAA!

Una explosión de Oscuridad originada desde Mavras hizo salir volando a Jaleel hacia atrás varios metros, Zero tuvo que agarrarse a una de las paredes para no salir volando también. Cuando ambos recuperaron la vista, vieron a Mavras en la misma posición aunque ahora un aura de Oscuridad le rodeaba, había activado el tatuaje. Las heridas de los brazos pronto se convirtieron en cicatrices y éstas desaparecieron. La energía consumida agotó rápidamente a Mavras que cayó al suelo de rodillas. Jaleel se levantó orgulloso.

-Ah… Ah… Ah…
-Muy bien. Has estado genial, Mavras. Necesitabas un poco de presión para despertar el tatuaje.
-¿Hacía falta… ah… esto?
-Sí. Así desperté yo el tatuaje. Aunque mis enemigos fueron menos considerados que yo.
-¿Menos… considerados… Ah…?
-No quieras saber los detalles. El fin justifica los medios. Nunca lo olvides.
-Pero… ah… a penas he podido contener el poder… ¿Cómo voy a…?
-¡Con tiempo! Y dedicación… Yo no volví a activar mi tatuaje hasta varios años después. Me tomó mucho tiempo reunir ese poder… y concentración. Tú harás lo mismo.
-Pero no… no hay tiempo…
-Este no es el final, Mavras. No es la última batalla. Puede que no puedas luchar en ésta. Pero le seguirán muchas más. La batalla entre Luz y Oscuridad no cesará nunca. Y cuando yo no esté…
-…
-Tendrás que hacerlo sin mí. Mi deber es que llegues vivo a la siguiente.
-Jal, no…
-¡Cabe la posibilidad! Y mientras exista esa posibilidad puede que tengas que hacerlo solo. No es seguro, pero… hay que prevenir. Ahora ya sabes cómo funcionas, ya no puedo enseñarte más. El resto es cosa tuya… pero lo harás en Vergel Radiante.
 -¡¿Cómo?! ¡Jaleel, no!
-¡Volverás y no hay más que hablar!

Jaleel desinvocó su Llave espada y abandonó la sala de entrenamientos seguido de Zero, dejando a Mavras en aquel lugar debatiéndose en su interior.

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Recomiendo escuchar esta canción en esta parte:

http://www.youtube.com/watch?v=3lB50uIqpms

 Mientras tanto, en la torre de magia que había levantado Ark, se infiltraba una sombra aunque no pretendía ocultarse. No tardó en llegar a la última planta donde Ark experimentaba con la barrera.

-¿Por qué has venido…?

Ark se dio la vuelta para ver a su visitante.

-¿…Cyan?
-Necesito tu ayuda…
-¿Como ya no tienes a los Elegidos recurres a mí? Tú mismo les has perdido.
-No vengo por eso. Es mucho más importante.
-…tu dirás.
-Me marcho.
-…
-Es lo que debería haber hecho desde el principio. Buscar yo mismo las Gemas y no mandarles a ellos.
-¿Por qué me cuentas esto?
-Porque ahora quedan a tu cuidado. Hilda y Zelda están muy ocupadas, y lo estarán por mucho tiempo. Yensid no tiene intención de volver a escena. Y yo… he seguido el camino de Garland… Estoy cayendo en la Oscuridad.
-¿Y si caes?
-Pues que así sea mi destino. Tengo que darles una oportunidad, si ellos no pueden… Alejandro hará el resto.
-¿De verdad vas a traer a Alejandro de vuelta? Lo que ocurrió en aquel Mundo…
-No volverá a pasar… Sólo uno debe invocarle… Sólo uno debe convertirse en su núcleo… Y yo lo haré…
-O sea que planeas morir de todas formas.
-He vivido ya muchos años. Y llevo muchos pecados encima. Tengo que pagar por ellos, al menos no moriré en vano como lo hizo Garland. Aún puedo hacer algo por el Reino de la Luz.
-Aún no entiendo qué haces aquí. Podrías haberles dejado una carta o haberte ido sin decir nada.
-Tengo que confesarte algo… muy importante… Es de vital importancia que alguien sabio lo sepa… alguien que esté aquí… alguien como tú.
-¿Qué… qué es?
-…

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En el patio del castillo, Claudia y Eleone entrenaban la una contra la otra usando sus hechizos y poderes especiales para mejorarlos y dominarlos. Justo en uno de sus embites tuvieron que detenerse pues una Luz botadora surgió del cielo chocando varias veces contra las paredes del castillo hasta que cayó a tierra convirtiéndose en…

-¡Príncipe Mickey!
-Ah… Hola, majestades… Siento esta repentina aparición. Aún no controlo bien esta cosa.
-Hola, majestad.
-Je, je… Me alegro de volver a veros. ¿Y el resto?
-Entrenándose… Estamos preparándonos para el último combate.
-Con Caos, ¿no?
-Sí. Dinos, Mickey, ¿qué nos traes de Yensid? La última carta…
-Yensid ha encontrado un Avatar, majestad.
-¡¿En serio?!
-Sí. Planea usar a los Avatares para despojar a Caos de sus poderes.
-Pero… lo que yo vi… Yo vi a los avatares caer.
-El Maestro Yensid quiere veros, reina Eleone. Venid conmigo.
-¿Ahora?
-No os preocupéis, con este pedazo de estrella llegaremos en un periquete.
-Ele…
-No te preocupes, Clau. Cuida de Eclissis en mi ausencia.
-Sí.

Y tras decir aquello, Eleone le dio la mano al pequeño ratón y desaparecieron de nuevo botando contra las paredes del castillo justo antes de que Bastet llegara alarmada.

-¡Majestad! ¡Majestad! ¿A dónde ha ido?
-A ver a Yensid con el príncipe Mickey.
-No…
-¿Qué ocurre?
-Es Cyan. Se ha ido.
-¡¿Cómo?! ¿A dónde?
-No lo sé. Temo que haya ido a buscar los otros dos fragmentos de la Gema.
-Pero… no podemos hacer nada.
-Aún sigue siendo mi Maestro. No quiero que le pase nada.
-Bastet, te entiendo, pero… Es su decisión.
-No puedo permitirlo.

Bastet salió corriendo de nuevo alejándose del castillo mientras Claudia, imponente, sentía que Eleone en su lugar hubiera sido más convincente. Pero entonces se le ocurrió algo.

-¡Espera... Keiro!

Y salió corriendo en busca del joven proveniente del Reino de la Oscuridad.

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No muy lejos de allí, en la ciudad, As y Sina hacían una visita a Vali. Habían oído lo del libro que había escrito.

-¡Hermanoooooo!
-¿Qué pasa, Adda?
-Tienes visita. Dos chicos muy apuestos han venido a verte.
-¿Quiénes?
-No lo sé. El chico es muy mono, y la chica... ¡quiero ser como ella de mayor! Qué pelo más bonito.
Vali salió al recibidor donde se sorprendió de ver a los primos allí sin haber avisado de su visita.

-¿Qué hacéis aquí?
-¿Así saludáis a la gente aquí?
-Chsss… No… Pensé que estariáis entrenando.
-Ya hemos hecho todo cuanto podíamos. Necesitaríamos años para dar el siguiente paso.
-Sin embargo, hay algo que tienes que nos interesa.
-¿El qué?
-El libro.
-Tranquilos, no voy a revelar nada a nadie. Podéis estar tranquilos.
-Es precisamente por eso, Vali. Debes revelar qué viste.
-Ya le dije a la reina lo de la Necrópolis y Alejan…
-Sabes que no nos referimos a eso. No nos importa como surgieron esas criaturas y como Alejandro cayó en desgracia.
-
-¿Qué viste en aquellos sueños, Vali?

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