lunes, 26 de noviembre de 2012

Capítulo 1: Un nuevo amanecer

Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:
 
 
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La joven no iba a poder acabar aquella batalla, nunca jamás se había enfrentado a un Sincorazón y ahora una bandada entera de aquellas criaturas la había acorralada en aquella oscura cueva.
 
-Los Sincorazón desaparecieron hace tres años... ¿Por qué han vuelto?

La chica se ajustó las gafas mientras reunía el poder suficiente para liberar el más poderosos de sus hechizos, apuntó directamente al grupo de Sincorazón y una enorme explosión asoló la cueva.
 
-¡Fulgor!
 
Cuando el humo desapareció, unas pocas esquirlas cayeron sobre el negro pelo de la joven, saltó de emoción dando aquello por terminado. Aquel hechizo, aunque le había dejado sin fuerzas, le había salvado la vida, o aquello creía ella, puesto que una nueva bandada de Sincorazón apareció desde la Oscuridad.
 
-No...
 
Aquello iba a ser final, ya no había más escapatorias ni hechizos que pudieran sacarla de aquella, se rindió dejándose caer al suelo asimilando que su Corazón iba a desaparecer según lo que había escuchado.
 
Fue entonces, cuando todo estaba perdido, que su salvación apareció. Una Luz fuera de lo normal se formó en medio de la cueva entre la joven y los Sincorazón, la Luz empezó como un orbe pequeño y brillante hasta que empezó a extenderse tomando la forma de un ser humano luego empezó a tomar curvas y por último tomó color y volumen. La Luz destelló cegando a la muchacha e incluso a los Sincorazón que carecían de visión.
 
Cuando recuperó la vista la alzó para ver a una joven mujer en frente de ella levitando en medio del aire tal y como aquella Luz, vestía de blanco y llevaba una preciosa y lujosa armadura protegiéndola, el pelo rubio tomado en una coleta cayó a sus espaldas y el cuerpo entonces se estiró y bajó al suelo donde quedó de pie. Ni siquiera había abierto los ojos cuando los Sincorazón se lanzaron a por ella envolviéndola por todas partes con la intención de eliminarla, la muchacha se quedó boquiabierto viendo como todos aquellos Sincorazón la sujetaban sin dejar ya un solo resquicio por el que pudiera ver a su salvadora. Entonces una Luz se asomó por uno de los resquicios que había entre los Sincorazón y la Luz terminó de engullirlo todo eliminando a los Sincorazón al instante.
 
La muchacha estaba totalmente embobada viendo lo que acababa de ocurrir, la joven mujer entonces se dio la vuelta abriendo finalmente los ojos y sonriendo.
 
-¿Estás bien?
-S-sí... Gracias... ¿Q-quién eres? ¿De dónde has salido?
 
La reina se limitó a sonreír acercándose a la muchacha para tenderle una mano y ayudarla a levantarse. Cuando lo hizo notó que sus fuerzas se reavivaban de forma misteriosa.
 
-Me llamo Eleone. ¿Y tú como te llamas?
-Ta-Tania...
-Me alegra haber llegado a tiempo, Tania.
 
Tania parecía estar viendo un ángel o algo así, su salvadora de los Sincorazón. Eleone entonces se dio la vuelta intentando buscar una salida de ahí analizando la situación.
 
-Sagrado ya no tiene más poder... Los Sincorazón vuelven a atacar el Reino de la Luz...
-¿Sa-Sagrado?
-Es un hechizo que lancé hace 3 años... Pero sólo fue temporal...
-¿Que lanzaste...? ¿Tú fuiste quién detuvo a los Sincorazón? Espera... eso significa...
-¿...?
-...que eres la reina de Eclissis.
-¿Me he vuelto famosa en mi ausencia?
-No... bueno, un poco... Hace 3 años surgió esa ola de Luz y aquella barrera que protegía Eclissis... Muchos sabios intentaron investigarlo aunque poco sacaron en claro... Uno de esos sabios fue mi maestro, me contó todo lo que sabía. La barrera protege Eclissis de un gran mal, pero cuando los Sincorazón desaparecieron...
-Caos y Ánima... aún andan por ahí...
-¿Los conoces?
-Sólo al primero, al segundo aún no he tenido el placer... ¿han hecho muchos estragos?
-No muchos, sin los Sincorazón de su parte han sido repelidos múltiples veces gracias a los SeeD.
-¿Los SeeD?
-Son guerreros que viajan por el Espacio entre los Mundos enfrentándose a los pocos peligros que había tras que los Sincorazón desaparecieran, entre ellos estaban Caos y Ánima. Son liderados por una bruja llamada Edea.
-¿Una bruja? Parece que me he perdido muchas cosas.
-Mmm... ¿Dónde has estado todo este tiempo?
-Es... una larga historia. Ahora quiero volver a casa...
-¿Y vas a poder?
-¿A qué te refieres?
-Como te he dicho, hay una barrera protegiendo Eclissis, nadie ha conseguido superarla en estos tres años.
-Mmm... parece que el hechizo tuvo un efecto colateral en Eclissis...
-¿Un efecto colateral?
-Cuando lancé el hechizo Eclissis estaba en problemas porque Ánima lo estaba atacando. Como me enfoqué más en Eclissis que en el resto del Reino de la Luz, Sagrado lo entendió como que necesitaba más protección.
-Ah...
-Tiene que haber alguna manera de eliminar la barrera.
-Pero si la eliminas...
-¿...?
-¿No volverá Ánima a atacarla?
-Bueno, si los SeeD han conseguido repeler a Ánima todo este tiempo, no sé porqué no podrán hacerlo también mis amigos.
-Porque los SeeD tienen al Jardín y a Edea de su parte.
-¿El Jardín?
-Es la nave que usan para viajar. Es lo último en tecnología, hasta Ánima las pasa canutas.
-Es bueno saber que al menos alguien fue capaz de contener a Caos y a Ánima mientras yo estaba fuera. Bueno, de cualquier manera, salgamos de aquí.
-Claro. Sígueme.
 
Tania llevó a Eleone hasta fuera de la cueva y luego la guió hasta Ciudad Reloj, la única ciudad del Mundo en el que se encontraban. 
 
-Vaya, qué ciudad más grande. ¿Aquí vives?
-Sí.
-¿Y qué hace una chica como tú para vivir? ¿Y qué hacías en esa cueva?
-Cuando los Sincorazón desaparecieron, los monstruos se volvieron más fuertes y salvajes, supongo que porque no tenían rivales o algo así, en especial aquí en Ciudad Reloj. Así que los mejores guerreros se unieron en gremios para cazar esas bestias, yo pertenezco a un gremio. Hubo rumores de que en esa cueva desaparecían muchos guerreros y fui a verlo con mis propios ojos. Parece que es el primer lugar que los Sincorazón han conquistado después de estos tres años.
-Vaya... ¿y fuiste sola? Qué valiente...
-En realidad fui con dos compañeros más, pero les pedí que huyeran a buscar refuerzos. Ven, acompáñame al gremio. Seguro que están allí.
 
Vadearon varias calles hasta que llegaron a un pequeño edificio hacia el centro de la ciudad, parecía la base del gremio de Tania. Cuando entró varios jóvenes salieron emocionados de volver a verla.
 
-Ella es Eleone, es quien me ha salvado... Eleone estos son... Baldur...
 
Tania señaló a un joven alto y fuerte con extraños tatuajes en los brazos que hizo una reverencia con la cabeza.
 
-Encantada...
-Weiss...
 
Señaló ahora a una joven de estatura baja con el pelo blanco y los ojos rojos que sólo hizo un pequeño ademán con el cuello.
 
-Hola.
-Yuri...
 
Un tipo bastante duro de pelo castaño la observaba de arriba a abajo en una postura chulesca que ni se inmutó al presentarlo.
 
-¿Qué tal?
-Y Day...
 
La última en ser presentada fue una joven pelirroja de exuberantes proporciones y con un gesto totalmente descarado miró de arriba a abajo a Eleone y se lamió los labios abrazando a la reina.
 
-¡Encantada!
-E-encantada... Vaya, qué cariñosa...
-Si tú supieras...
-Bueno, Tania, sólo pasaré aquí la noche si no te importa. Mañana encontraré una manera de volver a Eclissis. Echo un montón de menos a demasiada gente.
-Claro, lo que necesites.
-Has salvado a Tania después de todo.
 
Eleone sonrió y deshaciéndose de la armadura fue invitada a entrar en una de las habitaciones que allí había donde se acomodó.
 
-Vaya... cuánto tiempo sin estar en un sitio tan tranquilo y cómodo... Me pregunto que habrán estado haciendo todo este tiempo los demás... ¡y cómo habrán cambiado! Claudia tiene que estar hecha toda una mujer... Les echo tanto de menos...

Entre pensamientos en voz baja y otros en menos baja Eleone se quedó dormida soñando que volvía a Eclissis y era feliz, como tantas otras noches anteriores.
 
A la mañana siguiente Eleone se despertó y como bien había prometido volvió a hacerse con todas sus cosas y se despidió de todos en la puerta de la base, aunque Tania la acompañó hasta la salida de la muralla, Eleone no quería invocar su Llave deslizador delante de tanta gente.
 
-Bueno... ha sido un placer, Tania.
-Eleone...
-Dime.
-¿Puedo acompañarte?
-¿Acompañarme? Pero...
-Sé muy bien los riesgos del Espacio entre los Mundos y sé cómo evitarlos.
-¿Y tus amigos?
-Ya lo saben... me conocen bien.

Ambas sonrieron ante aquella aclaración.
 
-¿No les vas a echar de menos?
-Mucho. Pero hay cosas... que no puedo aprender aquí. Tengo que ver Mundo, quiero conocer gente...
-Está bien.
 
Eleone invocó su Llave espada que ahora era un tanto más larga e irradiaba incluso más Luz y poder que por entonces, ahora conocida como Eclipse total. La lanzó al aire como solía hacer y bajó en forma de moto, un poco más alargada para que Tania pudiera montar atrás. Eleone subió e invitó a Tania a que también lo hiciera ayudándola a subir son su mano.
 
-Haz lo que tengas qué hacer, partimos ya.
-Vale.
 
Tania invocó sus poderes mágicos y creó una fina barrera de magia alrededor de su cuerpo.
 
-Ya.
 
Y las dos salieron volando en dirección al Espacio entre los Mundos donde Tania, curiosa, preguntó a Eleone sobre la Llave espada.
 
-Esto es una Llave espada, ¿no?
-Sí.
-Desde que los Sincorazón desaparecieron no ha habido muchos Elegidos pululando por aquí. Nunca había visto una. Irradia tanto... poder...
-¿Y tu maestro?
-Mi maestro era simplemente un hechicero, muy poderoso, pero un hechicero. Le admiraba mucho y...
-¿Por qué hablas de él en pasado?
-Oh, bueno... Un día se fue y no he vuelto a saber de él.
-¿Se fue?
-Es...
-No tienes porqué contármelo.
-No, no... es que... simplemente se fue...
-Quizás nos lo encontremos. Tenemos que hacer un par de paradas por el camino.
-¿Un par de paradas?
-Sí. He visto que Ciudad reloj está muy lejos de Eclissis, hay un lugar más cercano al que quiero ir antes.
-¿Cuál?
-Ése.
 
A lo lejos ambas pudieron ver dos Mundos conectados uno muy cerca del otro, aquel sitio sólo podía ser uno.
 
-Gemelus.
-¿Sabes algo de él?
-Algo...
-¿Qué habrá pasado estos últimos tres años?
-Oí que ahora viven en armonía y que abolieron sus leyes más antiguas.
-Ésas son buenas noticias. ¿Y Hilda y Zelda volvieron?
-Sí, creo que sí. Y sus hijos.
-¡¿As y Sina volvieron?!
-Sí, creo que sí. ¿Por qué?
-Porque ellos estaban en Eclissis cuando lancé Sagrado. Si ellos consiguieron salir de la barrera es que saben como eludirla. ¡Vayamos!
 
Eleone aceleró la Llave deslizador a tope y cuando se acercó más a Gemelus vio que ahora sólo había un único Palacio que descansaba donde antes estaba el Coliseo, en la pequeña tierra que conectaba ambos Mundos, y allí fue donde aterrizó. Un par de soldados se acercaron para identificar a las visitantes.
 
-Buenas, jóvenes. Identificaos, por favor.
-Soy Eleone, reina de Eclissis. Y ella es...
-¡¿Eleone?! ¡¿La salvadora?!
 
Eleone miró a Tania un poco aturdida por esas palabras, parecía que Tania no había exagerado cuando dijo que se había vuelto un poco famosa, al revés.
 
-Sí...
-¡Es increíble! Corre, corre, seguro que las reinas gemelas quieren verte.
-Va-vale...
 
El soldado guió a las jóvenes hasta la sala del trono donde en dos tronos unidos por el posabrazos del centro reposaban las dos reinas: Zelda y Hilda. Eleone se dio cuenta de que a penas habían cambiado físicamente en aquellos tres años aunque ahora vestían del mismo color aunque Hilda con una ropa más holgada y cómoda y Zelda un largo vestido. Las dos observaron al soldado y en seguida se percataron del enorme poder que venía con él, ambas miraron a la vez a Eleone sorprendidas y confundidas por su cambio de aspecto.
 
-¡¿Arturia?! -¡Arturia!
-Hola. Hilda... Zelda...
-No...
-Es...
 
De entre las sombras de una gran cortina, Eleone pudo reconocer una cara y pelo azul conocidos, sólo que ahora lo llevaba en una enorme trenza que le llegaba a los pies.
 
-...Eleone.

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