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La joven no iba a poder acabar aquella batalla, nunca jamás se había enfrentado a un Sincorazón y ahora una bandada entera de aquellas criaturas la había acorralada en aquella oscura cueva.
La joven no iba a poder acabar aquella batalla, nunca jamás se había enfrentado a un Sincorazón y ahora una bandada entera de aquellas criaturas la había acorralada en aquella oscura cueva.
-Los Sincorazón
desaparecieron hace tres años... ¿Por qué han vuelto?
La chica se ajustó las gafas mientras reunía el poder suficiente para liberar el más poderosos de sus hechizos, apuntó directamente al grupo de Sincorazón y una enorme explosión asoló la cueva.
-¡Fulgor!
Cuando el humo
desapareció, unas pocas esquirlas cayeron sobre el negro pelo de la joven, saltó
de emoción dando aquello por terminado. Aquel hechizo, aunque le había dejado
sin fuerzas, le había salvado la vida, o aquello creía ella, puesto que una
nueva bandada de Sincorazón apareció desde la Oscuridad.
-No...
Aquello iba a ser
final, ya no había más escapatorias ni hechizos que pudieran sacarla de aquella,
se rindió dejándose caer al suelo asimilando que su Corazón iba a desaparecer
según lo que había escuchado.
Fue entonces, cuando
todo estaba perdido, que su salvación apareció. Una Luz fuera de lo normal se
formó en medio de la cueva entre la joven y los Sincorazón, la Luz empezó como
un orbe pequeño y brillante hasta que empezó a extenderse tomando la forma de
un ser humano luego empezó a tomar curvas y por último tomó color y volumen. La
Luz destelló cegando a la muchacha e incluso a los Sincorazón que carecían de
visión.
Cuando recuperó la
vista la alzó para ver a una joven mujer en frente de ella levitando en medio
del aire tal y como aquella Luz, vestía de blanco y llevaba una preciosa y
lujosa armadura protegiéndola, el pelo rubio tomado en una coleta cayó a sus
espaldas y el cuerpo entonces se estiró y bajó al suelo donde quedó de pie. Ni
siquiera había abierto los ojos cuando los Sincorazón se lanzaron a por ella
envolviéndola por todas partes con la intención de eliminarla, la muchacha se
quedó boquiabierto viendo como todos aquellos Sincorazón la sujetaban sin dejar
ya un solo resquicio por el que pudiera ver a su salvadora. Entonces una Luz se
asomó por uno de los resquicios que había entre los Sincorazón y la Luz terminó
de engullirlo todo eliminando a los Sincorazón al instante.
La muchacha estaba
totalmente embobada viendo lo que acababa de ocurrir, la joven mujer entonces
se dio la vuelta abriendo finalmente los ojos y sonriendo.
-¿Estás bien?
-S-sí... Gracias...
¿Q-quién eres? ¿De dónde has salido?
La reina se limitó a
sonreír acercándose a la muchacha para tenderle una mano y ayudarla a levantarse.
Cuando lo hizo notó que sus fuerzas se reavivaban de forma misteriosa.
-Me llamo Eleone. ¿Y
tú como te llamas?
-Ta-Tania...
-Me alegra haber
llegado a tiempo, Tania.
Tania parecía estar
viendo un ángel o algo así, su salvadora de los Sincorazón. Eleone entonces se
dio la vuelta intentando buscar una salida de ahí analizando la situación.
-Sagrado ya no tiene
más poder... Los Sincorazón vuelven a atacar el Reino de la Luz...
-¿Sa-Sagrado?
-Es un hechizo que
lancé hace 3 años... Pero sólo fue temporal...
-¿Que lanzaste...? ¿Tú
fuiste quién detuvo a los Sincorazón? Espera... eso significa...
-¿...?
-...que eres la reina
de Eclissis.
-¿Me he vuelto famosa
en mi ausencia?
-No... bueno, un
poco... Hace 3 años surgió esa ola de Luz y aquella barrera que protegía
Eclissis... Muchos sabios intentaron investigarlo aunque poco sacaron en
claro... Uno de esos sabios fue mi maestro, me contó todo lo que sabía. La
barrera protege Eclissis de un gran mal, pero cuando los Sincorazón
desaparecieron...
-Caos y Ánima... aún
andan por ahí...
-¿Los conoces?
-Sólo al primero, al
segundo aún no he tenido el placer... ¿han hecho muchos estragos?
-No muchos, sin los
Sincorazón de su parte han sido repelidos múltiples veces gracias a los SeeD.
-¿Los SeeD?
-Son guerreros que
viajan por el Espacio entre los Mundos enfrentándose a los pocos peligros que
había tras que los Sincorazón desaparecieran, entre ellos estaban Caos y Ánima.
Son liderados por una bruja llamada Edea.
-¿Una bruja? Parece
que me he perdido muchas cosas.
-Mmm... ¿Dónde has
estado todo este tiempo?
-Es... una larga
historia. Ahora quiero volver a casa...
-¿Y vas a poder?
-¿A qué te refieres?
-Como te he dicho,
hay una barrera protegiendo Eclissis, nadie ha conseguido superarla en estos
tres años.
-Mmm... parece que el
hechizo tuvo un efecto colateral en Eclissis...
-¿Un efecto
colateral?
-Cuando lancé el
hechizo Eclissis estaba en problemas porque Ánima lo estaba atacando. Como me
enfoqué más en Eclissis que en el resto del Reino de la Luz, Sagrado lo entendió
como que necesitaba más protección.
-Ah...
-Tiene que haber
alguna manera de eliminar la barrera.
-Pero si la
eliminas...
-¿...?
-¿No volverá Ánima a
atacarla?
-Bueno, si los SeeD
han conseguido repeler a Ánima todo este tiempo, no sé porqué no podrán hacerlo
también mis amigos.
-Porque los SeeD
tienen al Jardín y a Edea de su parte.
-¿El Jardín?
-Es la nave que usan
para viajar. Es lo último en tecnología, hasta Ánima las pasa canutas.
-Es bueno saber que
al menos alguien fue capaz de contener a Caos y a Ánima mientras yo estaba
fuera. Bueno, de cualquier manera, salgamos de aquí.
-Claro. Sígueme.
Tania llevó a Eleone
hasta fuera de la cueva y luego la guió hasta Ciudad Reloj, la única ciudad del
Mundo en el que se encontraban.
-Vaya, qué ciudad más
grande. ¿Aquí vives?
-Sí.
-¿Y qué hace una
chica como tú para vivir? ¿Y qué hacías en esa cueva?
-Cuando los Sincorazón
desaparecieron, los monstruos se volvieron más fuertes y salvajes, supongo que
porque no tenían rivales o algo así, en especial aquí en Ciudad Reloj. Así que
los mejores guerreros se unieron en gremios para cazar esas bestias, yo
pertenezco a un gremio. Hubo rumores de que en esa cueva desaparecían muchos
guerreros y fui a verlo con mis propios ojos. Parece que es el primer lugar que
los Sincorazón han conquistado después de estos tres años.
-Vaya... ¿y fuiste
sola? Qué valiente...
-En realidad fui con
dos compañeros más, pero les pedí que huyeran a buscar refuerzos. Ven, acompáñame
al gremio. Seguro que están allí.
Vadearon varias
calles hasta que llegaron a un pequeño edificio hacia el centro de la ciudad,
parecía la base del gremio de Tania. Cuando entró varios jóvenes salieron
emocionados de volver a verla.
-Ella es Eleone, es
quien me ha salvado... Eleone estos son... Baldur...
Tania señaló a un
joven alto y fuerte con extraños tatuajes en los brazos que hizo una reverencia
con la cabeza.
-Encantada...
-Weiss...
Señaló ahora a una
joven de estatura baja con el pelo blanco y los ojos rojos que sólo hizo un
pequeño ademán con el cuello.
-Hola.
-Yuri...
Un tipo bastante duro
de pelo castaño la observaba de arriba a abajo en una postura chulesca que ni
se inmutó al presentarlo.
-¿Qué tal?
-Y Day...
La última en ser
presentada fue una joven pelirroja de exuberantes proporciones y con un gesto
totalmente descarado miró de arriba a abajo a Eleone y se lamió los labios
abrazando a la reina.
-¡Encantada!
-E-encantada... Vaya,
qué cariñosa...
-Si tú supieras...
-Bueno, Tania, sólo
pasaré aquí la noche si no te importa. Mañana encontraré una manera de volver a
Eclissis. Echo un montón de menos a demasiada gente.
-Claro, lo que
necesites.
-Has salvado a Tania
después de todo.
Eleone sonrió y
deshaciéndose de la armadura fue invitada a entrar en una de las habitaciones
que allí había donde se acomodó.
-Vaya... cuánto
tiempo sin estar en un sitio tan tranquilo y cómodo... Me pregunto que habrán
estado haciendo todo este tiempo los demás... ¡y cómo habrán cambiado! Claudia
tiene que estar hecha toda una mujer... Les echo tanto de menos...
Entre pensamientos en voz baja y otros en menos baja Eleone se quedó dormida soñando que volvía a Eclissis y era feliz, como tantas otras noches anteriores.
A la mañana siguiente
Eleone se despertó y como bien había prometido volvió a hacerse con todas sus
cosas y se despidió de todos en la puerta de la base, aunque Tania la acompañó
hasta la salida de la muralla, Eleone no quería invocar su Llave deslizador
delante de tanta gente.
-Bueno... ha sido un
placer, Tania.
-Eleone...
-Dime.
-¿Puedo
acompañarte?
-¿Acompañarme?
Pero...
-Sé muy bien los
riesgos del Espacio entre los Mundos y sé cómo evitarlos.
-¿Y tus amigos?
-Ya lo saben... me
conocen bien.
Ambas sonrieron ante aquella aclaración.
-¿No les vas a echar
de menos?
-Mucho. Pero hay
cosas... que no puedo aprender aquí. Tengo que ver Mundo, quiero conocer
gente...
-Está bien.
Eleone invocó su
Llave espada que ahora era un tanto más larga e irradiaba incluso más Luz y
poder que por entonces, ahora conocida como Eclipse total. La lanzó al aire
como solía hacer y bajó en forma de moto, un poco más alargada para que Tania
pudiera montar atrás. Eleone subió e invitó a Tania a que también lo hiciera
ayudándola a subir son su mano.
-Haz lo que tengas qué
hacer, partimos ya.
-Vale.
Tania invocó sus
poderes mágicos y creó una fina barrera de magia alrededor de su cuerpo.
-Ya.
Y las dos salieron
volando en dirección al Espacio entre los Mundos donde Tania, curiosa, preguntó
a Eleone sobre la Llave espada.
-Esto es una Llave
espada, ¿no?
-Sí.
-Desde que los
Sincorazón desaparecieron no ha habido muchos Elegidos pululando por aquí.
Nunca había visto una. Irradia tanto... poder...
-¿Y tu maestro?
-Mi maestro era
simplemente un hechicero, muy poderoso, pero un hechicero. Le admiraba mucho
y...
-¿Por qué hablas de él
en pasado?
-Oh, bueno... Un día
se fue y no he vuelto a saber de él.
-¿Se fue?
-Es...
-Es...
-No tienes porqué
contármelo.
-No, no... es que...
simplemente se fue...
-Quizás nos lo
encontremos. Tenemos que hacer un par de paradas por el camino.
-¿Un par de paradas?
-Sí. He visto que
Ciudad reloj está muy lejos de Eclissis, hay un lugar más cercano al que quiero
ir antes.
-¿Cuál?
-Ése.
A lo lejos ambas
pudieron ver dos Mundos conectados uno muy cerca del otro, aquel sitio sólo podía
ser uno.
-Gemelus.
-¿Sabes algo de él?
-Algo...
-¿Qué habrá pasado
estos últimos tres años?
-Oí que ahora viven
en armonía y que abolieron sus leyes más antiguas.
-Ésas son buenas
noticias. ¿Y Hilda y Zelda volvieron?
-Sí, creo que sí. Y
sus hijos.
-¡¿As y Sina
volvieron?!
-Sí, creo que sí.
¿Por qué?
-Porque ellos estaban
en Eclissis cuando lancé Sagrado. Si ellos consiguieron salir de la barrera es
que saben como eludirla. ¡Vayamos!
Eleone aceleró la
Llave deslizador a tope y cuando se acercó más a Gemelus vio que ahora sólo había
un único Palacio que descansaba donde antes estaba el Coliseo, en la pequeña
tierra que conectaba ambos Mundos, y allí fue donde aterrizó. Un par de
soldados se acercaron para identificar a las visitantes.
-Buenas, jóvenes.
Identificaos, por favor.
-Soy Eleone, reina de
Eclissis. Y ella es...
-¡¿Eleone?! ¡¿La
salvadora?!
Eleone miró a Tania
un poco aturdida por esas palabras, parecía que Tania no había exagerado cuando
dijo que se había vuelto un poco famosa, al revés.
-Sí...
-¡Es increíble!
Corre, corre, seguro que las reinas gemelas quieren verte.
-Va-vale...
El soldado guió a las
jóvenes hasta la sala del trono donde en dos tronos unidos por el posabrazos
del centro reposaban las dos reinas: Zelda y Hilda. Eleone se dio cuenta de que
a penas habían cambiado físicamente en aquellos tres años aunque ahora vestían
del mismo color aunque Hilda con una ropa más holgada y cómoda y Zelda un largo
vestido. Las dos observaron al soldado y en seguida se percataron del enorme
poder que venía con él, ambas miraron a la vez a Eleone sorprendidas y
confundidas por su cambio de aspecto.
-¡¿Arturia?! -¡Arturia!
-Hola. Hilda... Zelda...
-No...
-Es...
De entre las sombras de una gran cortina, Eleone pudo reconocer una cara y pelo azul conocidos, sólo que ahora lo llevaba en una enorme trenza que le llegaba a los pies.
-...Eleone.
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