lunes, 12 de noviembre de 2012

Capítulo 18: Un amargo recuerdo

Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=cD5jO1H_llU

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Vali miró de arriba abajo al Señor de la Oscuridad totalmente desconcertado. ¿Un trato? ¿Qué podría querer de él? ¿Morir? Sí, seguramente sería eso, querían deshacerse de ellos, y él era el único que tenía una debilidad en otra persona más débil.

-¿Qué es lo que quieres?
-Tu Corazón.
-¿Mi… Corazón?
-Bueno, técnicamente no es tuyo… pero ahora lo tienes tú.
-¿Cómo que no es mío?
-Ahh… No te acuerdas de aquella noche hace diez años.
-Hace… diez años… ¡No entiendo nada!
-Entonces déjame que te refresque la memoria.

Ragnarok alzó la mano que tenía libre y un destello oscuro surgió de ella que fue directamente a los ojos de Vali. Todo se volvió negro y poco a poco empezó a caer en una especie de sueño.

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-Padre, ¿a dónde vas?
-La reina me necesita, Valiant. Tienes que quedarte y cuidar de tu hermana.
-Pero, ¿qué ha pasado?
-No te preocupes, volveré antes de que puedas contar hasta tres.
-¡Pa-padre!

El joven Vali se quedó a solas delante del pórtico de su casa mientras veía a su padre alejarse corriendo.
 
-Uno… dos… tres…

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-¡Para!
-¿Por qué? Pensé que querías que te refrescara la memoria. Y es divertido...
-¡Toma lo que quieres! No me importa lo que pasara. Haré lo que quieras, pero devuélveme a Adda.
-Qué valiente. Supongo que tu padre se veía reflejado en ti y por eso te puso ese nombre.
-
-Pero no puedo darte tan fácilmente lo que quieres, quiero que sufras un poco más. ¡Recuerda!
-Agggg…

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El joven Vali sujetaba un bebé entre sus brazos sentado en su cama mientras esperaba a que su padre volviera, de pronto una gran corriente de Oscuridad asoló el hogar y Vali se vio rodeado de Sincorazón.

-¡No! ¡Fuera! ¡Papá me dijo que cuidara de Adda!

Vali se subió a la cama alejándose del alcance de los Sincorazón y cuando estuvieron lo suficientemente cerca saltó por encima de ellos y corrió por el pasillo de la casa a toda velocidad. Nuevos Sincorazón intentaban interrumpir el avance del niño pero éste, valientemente, les empujaba con su hombro derecho mientras seguía corriendo. No tardó en llegar al exterior de la casa donde tropezó y se cayó, aunque con buenos reflejos se dio la vuelta en medio de la caída, cayendo bocarriba protegiendo a Adda en el proceso.

-Ah… No…

Su hombro izquierdo le dolía mucho y cuando bajó la mirada vio como un poco de Oscuridad estaba empezando a consumirle su pequeño brazo, consiguió levantarse con el otro protegiendo a Adda y fue testigo de cómo su brazo desaparecía en frente de él llenándole de agobio y sufrimiento.

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-¡¿Por qué haces esto?! ¡BASTA! Te daré lo que quieres pero no me muestres más.
-Oh… Ya veo…

Vali estaba llorando mientras se tocaba donde debería estar su brazo derecho aunque su rostro estaba totalmente tranquilo, las lágrimas no eran suyas pero él aún no lo sabía.

-
-Esos recuerdos apenan a tu padre.
-¿A mi… padre? Pero él…
-Tienes que ver el final, Vali. Tienes que sufrirlo como lo está sufriendo tu padre.
-

La Oscuridad volvió a engullir a Vali.

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El joven Vali había conseguido huír de la zona residencial con Adda en su único brazo, aferrándola con todas sus fuerzas aunque sus energías habían llegado a su límite y yacía sentado en un callejón. Los Sincorazón no tardarían en encontrarles y acabar con ellos. Adda lloraba mucho.

-Adda, tranquila. Chssss… Yo te voy a proteger, no te va a pasar nada. Te lo prometo, pero deja de llorar o nos encontrarán.

El bebé sofocado y asustado no dejaba de llorar y fue cuestión de segundos que un pequeño grupo de Sombras les encontraran. Vali se asustó e intentó levantarse para volver a huír, pero fue inútil. Los Sincorazón se abalanzaron sobre ellos tragándoselos, aunque una pequeña Luz surgió de Vali abatiéndolos y alejándolos de Adda que quedó en el suelo llorando aún más. Vali había perdido el conocimiento pero misteriosamente estaba arrodillado y con su único brazo alzado en frente de la pequeña Adda protegiéndola.
 
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-¡Eso no es cierto! Yo sigo vivo y… ¡y Adda también!
-¿Por qué no me dejas acabar la historia, impaciente?
-No sé qué quieres mostrarme, pero no va a funcionar. ¡Coge mi Corazón!
-Nch, nch… No estás en posición de negociar. ¡Observa!

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Los Sincorazón volvieron a levantarse y se lanzaron contra Vali agarrando su pequeño cuerpo desde varios ángulos, uno de los Sincorazón le agarró de su brazo, otro se subió a su cabeza, el resto le agarraban del torso y de las rodillas.

Su Corazón empezó a ser engullido poco a poco gracias a su gran voluntad, fue cuestión de segundos que el cuerpo cayera inerte cuando los Sincorazón se desintegraron y no pudieron soportar más su peso. Adda seguía llorando.

-¡Vali, Valiant!

Tristán agarró el cuerpo de su hijo inerte tras haber acabado con los Sincorazón y empezó a agitarlo esperando que despertara, pero había llegado tarde, a penas quedaba un pequeño trozo de su Corazón. Tristán lo sabía y sabía en qué iba a convertirse su hijo si no hacía algo al respecto.

-Vali, no… He sido un mal padre. ¡Debí haberme quedado con vosotros!
-Padre… cof, cof… no… la reina te necesitaba… Pero he protegido a Adda, ¿soy digno de ser entrenado ya?
-Valiant…

El hombre aferró el joven cuerpo de su hijo entre sus brazos mientras lloraba, cuando sintió que las fuerzas de Vali estaban a punto de caer lo dejó en el suelo totalmente tumbado y dio la vuelta a su Llave espada apuntándose a sí mismo, la cogió con ambas manos y se la clavó sin miramientos en el pecho. De él surgió su poderoso y brillante Corazón, que con un último comando del cuerpo de Tristán se introdujo en el cuerpo de su hijo.

-Vali… come mucho para poder hacerte fuerte, duerme bien, haz amigos, todos los que puedas, serán tu fuerza… y cuida de Adda, ¿vale? Cuida de Adda…

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Vali estaba llorando, todo aquello le había hecho recordar algo que había quedado en el olvido por una razón, pese a las palabras de su padre… sus consejos… su sacrificio… lo había olvidado todo y ahora recordándolo. No podía aguantar todo ese dolor.

-¿Lloras? ¿Por qué? No es tu Corazón el que hay en tu pecho.
-¿Acaso un hijo no es una extensión de su padre… snif…? Yo nací de su Corazón, no es algo tan… snif... extraño…
-Supongo que por eso tu cuerpo se adaptó tan rápidamente a él. Ahora ya entiendes todo.
-¡¿Por qué me lo has mostrado?!
-Porque ahora ya sabes como darme el Corazón de tu padre.
-¡…! Pero si te lo doy…
-Tranquilo, tu cuerpo se ha vuelto muy poderoso, sobrevivirás…
-Como vosotros… sin Corazón… un… Nadie…
-Pero quieres salvar a Adda, ¿no?

Vali alzó ligeramente la vista para ver a Adda aún respirando colgando de la mano de Ragnarok, nunca le perdonaría aquello, pero ¿qué opciones tenía? Su padre le pidió que protegiera a Adda, era lo único que no había olvidado y aún recordaba. Y de cierta manera su padre le estaba diciendo que lo hiciera a través de su Corazón. Finalmente Vali alzó su Llave espada e imitando los movimientos de su padre hace diez años, se la colocó en frente de él.

-¿Puedo fiarme de ti?
-…
-Sabes que estoy dispuesto a hacerlo. Suelta a Adda. Dame una garantía.

Ragnarok soltó a la niña dejándola en el suelo y esperó el momento en que Vali liberara el Corazón.

-¿Qué es lo que se siente?
-¿…?
-¿Qué es lo que se siente al no tener Corazón?
-…no se siente nada… Absolutamente nada…
-Ya veo…

Vali finalmente se clavó la Llave espada y un brillo surgió de su pecho.

-Perdónanos, Adda…

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-¡GRAAAAAAGGGGH!

Nanaki no podía ya detener a Blanck que cada vez completaba más su transformación, ya ni siquiera llevaba la Llave espada con su mano a la cual le habían crecido poderosas garras, el arma ahora le colgaba de la boca apretada férreamente entre sus dientes, mientras golpeaba a los Sincorazón con sus garras, patas y Llave espada indistintamente.

-¡Blanck, contrólate!
-¡GRAAGH!

Los Sincorazón caían a gran velocidad, en a penas unos minutos Blanck había hecho caer a la mitad del ejército Sincorazón que había invadido las afueras de Eclissis y ahora que su fuerza se había triplicado los Sincorazón estaban sentenciados, pero ¿qué pasaría con Blanck?

-¡Detente!
-¡Nogghhh! ¡Acabaré con todos Graaagh!
-¡Blanck!

Blanck se hizo un camino a través de los Sincorazón que caían y caían sin siquiera poder reaccionar ante la bestia, su velocidad era mayor de la normal y su fuerza no tenía comparación contra la de los Sincorazón que se desintegraban irremediablemente. En a penas otros cinco minutos las praderas hogar de Nanaki y otras criaturas estaba libre de Sincorazón. Blanck, cansado, pero aún con fuerza respiraba con fuerza satisfecho de su trabajo.

-Blanck…
-Graah… Graah… Graah…
-Ya has acabado con ellos. Vuelve a ser tú.
-Noghh…
-¡¿Por qué?!
-Aún no heg acabado con todosgghh… Quedan más. ¡Muchos más! ¡GRAAAAGHH! 

La transformación llego al límite, a Blanck ya no se le podía disntinguir en su nueva forma, un enorme lobo de dos metros con cierta forma homínida, tenía un gran morro y sus orejas, ahora picudas, descansaban en lo alto de su cabeza, un gran pelaje marrón y plateado le cubría y el crecimiento de tamaño le había hecho perder toda su ropa. La furia se podía ver personificada en sus ojos y ya había perdido toda razón.

-B-Blanck…
-¡Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

Tras aullar Blanck salió corriendo directo a la ciudad.

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-¡ZERO!

Un nuevo puñetazo hizo finalmente despertar al Elegido de su ensimismamiento que aún parecia algo afectado.

-¡Claudia, aún está viva, tenemos que salvarla!
-Claudia… ¿Y Eleone?
-Ya nos preocuparemos de ella después. Si Caos llega a Claudia… Ánima…
-Ánima… ¡No podemos permitirlo!
-Así me gusta.

Alexander sonrió y dio la vuelta majestuosamente a una de sus Llaves espada, Olvido, para entregársela a Zero.

-Hagamos esto juntos, hermano.
-Sí.

Zero agarró la Llave espada y se levantó al lado de su hermano, no tardando en llegar Bahamut y ofrecerles su lomo. Alexander subió de un salto y le tendió su mano a Zero.

-¡Vamos!

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Claudia estaba sola en la sala del trono asustada mirando por el ventanal lo que ocurría, aunque a penas podía vislumbrar nada desde la distancia. Un fuerte ruido le hizo salir de su concentración y vio como un soldado derribaba la puerta y volaba hasta la otra pared de la habitación.

-¡…! ¡Soldado!

Claudia corrió al lado del raso para curarle pero vio que estaba ya muerto.

-No…
-Gatito, gatito, gatito…
-¡¿…?!
-Gatito, gatito, gatito…
-¡…!

Claudia se levantó rauda para mirar a su espalda y vio a Caos acechándola, el Corazón le dio un vuelco y no del miedo, si no que si Caos estaba ahí…

-¡¿Qué has hecho con mi hermana... Y con Zero y Alexander?!

Caos sólo sonrió.

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