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La reunión dio lugar
a todo tipo de emociones, todos parecían muy felices de haberse vuelto a
reencontrar con Eleone, especialmente Claudia, que nunca perdió la esperanza de
que siguiera viva. Una última figura se presentó en la sala del trono y Eleone
tardó en identificarla, era el que más había cambiado de todos.
-Kuroi... ¿qué te
ha... ocurrido?
-Hola, majestad. Ha
pasado mucho tiempo.
-¿Mucho tiempo?
-Nos debes tú primero
una explicación, ¿no crees?
-Sí, Ele, ¿dónde has
estado?
-Oh, bueno... lo
contaré, pero, aquí falta gente, ¿no?
-En realidad estamos
todos.
-Sina me dijo que
algunos desaparecieron hace tres años.
-Así es, majestad. No
hemos vuelto a saber nada de Vali, Blanck, Keiro y Bastet.
-¿Y As, Sina?
-Está en Camelot.
-¿En Camelot? ¿Ese no
es el hogar del rey Arturo?
-Sí.
-¿Y qué hace allí?
-Pasar tiempo con su
padre, Zelda al final le reveló quién era.
-Oh... ¿Y me vais a
contar qué es eso que está haciendo Eryn?
-¿No se lo has
contado, Sina?
-No... estaba un poco
enfadada porque no quería contarme nada de lo que le sucedió a ella.
-Ya veo... Pues Eryn
está haciendo la misión que le encomendaste hace tres años.
-La mandé a ver a
Yensid para...
-Para proteger a las
Princesas del Corazón. Yensid creó un arca que las protegería de la Oscuridad
gracias a sus poderes. Eryn es quien las protege cuando van a algún Mundo a
abastecerse.
-Y todo por
protegerse de los espectros...
-Sí.
-Vamos, Ele, dinos.
¿Dónde has estado?
-Mmm... hace tres
años, cuando me enfrenté a Caos no me mató como creíais.
-Yo nunca creí eso,
Ele.
Eleone sonrió ante el
comentario de Claudia y le acarició suavemente la cabeza.
-¿Entonces, majestad?
Yo vi como os desintegraba.
-Bueno, eso fue
porque me forzó violentamente a tele transportarme.
-¿Tele transportarte?
-Como con los
Portales de Oscuridad que usan, pero Caos parece que lo puede usar de otra
manera.
-¿Y a dónde te llevó?
-Al Reino de la
Oscuridad.
-¡¿Cómo?! -¡¿En
serio?! -¡...!
-El Reino de la
Oscuridad... Era el único sitio donde podía tenerte protegida y aprisionada a
la vez.
-¿Y por qué iba a
querer protegerla, Kuroi?
-Porque la necesita.
Necesita a las Princesas del Corazón.
-Pero, ¿no quedamos
en que él no era quien las buscaba?
-Y no lo hace...
-¿Entonces?
-Prosigue, majestad.
-Al principio estuve
muy asustada, no veía nada y me encontraba muy sola. Tenía tanto miedo, ya no sólo
por mí, también por vosotros. Pero confié en las palabras de Yensid.
-¿Las palabras de
Yensid?
-La última vez que le
visité me pidió que me rindiera en la próxima batalla. Supongo que sabía que no
estábamos preparados. Aunque nunca quise que Jaleel cayera.
-...
-¿Y qué pasó en el
Reino de la Oscuridad, Ele?
-Mi Luz me guió hasta
un sitio que Caos no tuvo que tener en sus planes.
-¿Dónde?
-El Reino de los
Corazones.
-¡¿Lo dices en serio?!
-Sí. Parece que la más
poderosa de las luces está en lo más profundo de la Oscuridad. En realidad no
llegué a entrar, sólo encontré la Puerta a la Oscuridad. Entonces... ocurrió
algo que no me esperaba.
-¿El qué?
-Mi madre resucitó.
-Mi madre resucitó.
-¡¿Arturia?!
-¡¿Mamá resucitó,
Ele?! Pero, ¿dónde está?
-Hace tres años,
cuando me escondí en Pandemónium, Garland me dio la mala noticia de que ni
siquiera un Corazón resucitado siendo un Avatar de la Luz podría vivir para
siempre. Así que mamá estuvo conmigo todo este tiempo hasta que desapareció.
Pero os tengo que contar cómo invoqué a Sagrado.
-...
Todos escuchaban atentos las increíble historia de Eleone.
-Madre se presentó
delante de mí, yo me emocioné, además estaba preocupada y tenía que contarme
muchas cosas, pero antes de nada me pidió que abriera el Reino de los
Corazones.
-¿Para qué?
-Para invocar
Sagrado. Sagrado es la más pura de las Luces, directamente invocada desde el
Reino de los Corazones. La enfoqué y dirigí a Eclissis para protegeros de Ánima.
-Así que eso fue lo
que pasó.
-...
-Pero yo no podía
abrir el Reino de los Corazones sola, madre me ayudó. Sin embargo, una vez la
abrimos, toda aquella Luz atrajo la Oscuridad del Reino de la Oscuridad y
tuvimos que volver a cerrarla, pero no podíamos sin nadie al otro lado de la
puerta.
-Y mamá...
-No. Es lo que yo
pensé al principio, temí que mamá tuviera que irse tan pronto, pero no, fue
otra persona quien me ayudó desde el otro lado.
-¿Quién?
-Jaleel...
-¡¿Jaleel?!
-Sí. Su Corazón ya
descansaba dentro del Reino de los Corazones, pero me ayudó antes de irse del
todo. Cerramos la puerta y entonces mamá me contó muchas cosas y empezó a
entrenarme como Avatar de la Luz y Elegida.
-Entonces Arturia
preparó todo esto.
-No lo tenía
preparado del todo. Improvisó un poco. Supongo que siempre ha estado velando
por nosotros.
-Qué suerte. Viste a
mamá...
-Clau...
Ambas cambiaron su
cara de felicidad por una con una triste sonrisa.
-¿Y vosotros? ¿Os habéis
hecho igual de fuertes que yo?
-No hemos perdido el
tiempo, si es a lo que te refieres, majestad.
-¡Bien! Ahora,
¿alguien me va a contar por qué Kuroi está en su treintena?
-Ya nos has contado
tu historia, majestad. Ahora me toca contar la mía a mí.
-Te escuchamos.
-Hace tres años
obtuve los poderes del Guardián del Tiempo de manos del Dahaka.
-¡...!
Eleone fue la única
sorprendida, el resto ya había oído la historia.
-En la última
batalla, una revelación me hizo viajar diez años en el pasado, así que estuve
mucho tiempo velando por vosotros. De hecho, vuestra madre, me lo pidió.
-¡Eso no nos lo habías
contado, Kuroi!
-Ahora que está
Eleone, supongo que puedo contar la versión completa.
-Diez años... si
viajaste diez años en el pasado...
-Sí, me encontré con
la reina Arturia en su lecho de muerte.
-¡¿Y por qué no la
salvaste, Kuroi?!
-No es tan fácil,
majestad. No puedo cambiar ciertos designios, es algo que aprendí como Guardián
del Tiempo, hay cosas que deben seguir como están.
-Pero...
-Arturia me dio la
localización de las invocaciones y en los siguientes diez años me dediqué a
velar por cada uno de vosotros. Cuando llegó el momento repartí las
invocaciones entre todos y hace tres años me uní a la batalla contra Ánima.
-Tú... sabías que
iban a conseguir resucitarle.
-Claro... me lo había
dicho mi otro yo. Fue quien me mandó al pasado, creando así un bucle infinito,
pero que era necesario. Pero... cuando viajé al pasado y alguien más lo hizo
desde el futuro, la linea temporal se destruyó y se crearon dos líneas
paralelas.
-¿...?
-El tiempo se
reconstruye a sí mismo cuando alguien viaja al pasado, reescribe la historia en
la mente de todos los seres vivos para que "aprendan" lo que se cambió,
es su manera de protegerse. Pero debido a que hubo dos cambios a la vez en el
tiempo, la línea no supo reconstruirse y creó dos líneas temporales diferentes.
Eso fue una aberración y ya que el Dahaka fue atrapado no pudo arreglarlo,
aunque su manera de arreglarlo no era plausible, quería matar a Bastet.
-¿A la pelirroja, por qué?
-Ella también viajó
por el tiempo hace tres años, fue algo que no debió haber pasado. Así que me
guié por las dos líneas temporales para ver como acababa cada una y como nuevo
Guardián del Tiempo tuve que tomar una decisión... difícil.
-¿Qué hiciste, Kuroi?
-Las dos líneas que
se crearon eran totalmente contrarias. En una moríamos todos y triunfaba Caos y
en la otra todos sobrevivíamos y Caos perecía.
-¿Y por qué no
escogiste la segunda?
-Porque no podía
elegir ninguna de las dos, era una fuerza temporal increíblemente poderosa, no
se podía reconstruír y no podía permitir que hubiera dos líneas temporales a la
vez, era peligroso, podían superponerse en cualquier momento llevando a cabo
hechos temporales que podrían haber llevado al Caos el Mundo. Así que tomé la
decisión de unir las dos líneas temporales en una sola, pero tuve que tomar la
decisión de si todos moríamos o todos vivíamos.
-Y escogiste la
segunda... y Ánima y Caos también están vivos.
-Creí que
sacrificarnos para que él muriera no era la solución. Tuve una pequeña
esperanza visualizando el futuro y vi a Eleone y a Arturia invocando a Sagrado,
pero calculé mal y algunos de nuestros amigos tuvieron que morir para que el
resto viviéramos.
-¿Algunos? ¿Quiénes?
-Jaleel y...
-¿Y quién más, Kuroi?
-Y Vali...
Todos se
entristecieron al oír el segundo nombre, aunque rápidamente Claudia recuperó su
optimismo.
-¿Entonces eso
significa que Blanck, Keiro y Bastet siguen vivos?
-Blanck sí, Keiro y
Bastet desaparecieron de mi radar.
-¡¿Y dónde está
Blanck?!
-No lo sé muy bien.
Pero le vi recuperarse tras la batalla e irse. ¿A dónde? No lo sé.
-Tenemos que
buscarles. Tenemos que volver a estar todos juntos.
-Clau tiene razón. Ánima
y Caos siguen por ahí sueltos. Estos tres años hemos entrenado mucho, creo que
ya estamos preparados para acabar con él de una vez.
-¿Y por dónde
empezamos?
-Eso dejármelo a mí.
Como Avatar de la Luz puedo sentir cada Corazón que hay en el Reino de la Luz y
conectarlo al mío, pero ahora necesito descansar. Quiero volver a tumbarme en
mi cama.
-Oh... en cuanto a
eso...
-¿Qué pasa?
-Hicimos un pequeño
cambio de decoración en el castillo.
-¿Cómo?
-Claudia estaba
totalmente convencida de que seguías viva y cambió tu dormitorio a donde estaba
el de vuestro padre y ella se cambió al tuyo.
-Espero que no te
molestara.
-¿Qué has hecho,
Clau?
Eleone salió
corriendo hacia su nuevo dormitorio para ver lo que había ocurrido y se quedó
totalmente alucinada con los cambios que habían hecho, le gustaban mucho.
-¿Qué...?
-¿Te gusta? Claudia
se obcecó en que sería... bueno... nuestro dormitorio.
-¿Los dos juntos?
-Bueno... si quieres
que esperemos a que nos casemos.
-¿A que nos casemos?
-Sí.
Alexander se arrodilló
frente a Eleone y a ésta le dio un vuelvo el Corazón al verle así.
-Creo que ya hemos
esperado demasiado para esto. He tenido que esperarte tres años y ha sido un
suplicio. No quiero volver a separarme de ti, Eleone.
-Alex...
-Así que...
Alexander sacó de uno
de sus bolsillos un anillo y se lo mostró.
-...Eleone, ¿me darías
el placer de casarte conmigo y hacerme el hombre más feliz del Mundo?
-Alex, yo...
supongo... ¡supongo que sí!
-¡Bien!
Alexander le puso el
dedo en el anillo y se levantó abrazándola con fuerza levantándola a ella en el
aire.
-Menuda paliza te has
tenido que dar, ¿no?
-Sí, mi madre ha sido muy estricta con el entrenamiento, pero ha valido la pena.
-Sí, mi madre ha sido muy estricta con el entrenamiento, pero ha valido la pena.
-¿Cómo volviste al
Reino de la Luz, Eleone? No se puede sin saber abrir Portales de Oscuridad.
-Madre me enseñó a
usar la Puerta a la Luz. Es la versión "buena" de los Portales de la
Oscuridad, pero sólo funciona en un sentido.
-¿Desde el Reino de
la Oscuridad al nuestro, no?
-Sí. Así que ya no
pueden atraparme más allí.
-Tu madre hizo bien
en confiar en ti. Sé que sabrás liderarnos en las batallas que se acercan.
-¿Yo lideraros?
Pero...
-Siempre fuiste la líder,
Eleone. Aunque antes lo hicieras más sútilmente y con nuestro apoyo... bueno,
eso no va a cambiar.
-Aún no sabéis nada
de los espectros, ¿verdad?
-Si alguien sabe de
ese tema, es Eryn. Cuando se fue investigó mucho sobre el tema mientras protegía
a las princesas. Sólo estuvo una vez en Eclissis hace un par de años, pero se
pasó la mayor parte de la visita en la biblioteca.
-Veo que por mucho
que me queje, ella es la que peor lo ha pasado.
-Todos lo hemos
pasado mal a nuestra manera. Sólo piensa en Bastet y Keiro que ni siquiera
sabemos dónde están.
-Ya...
-Bueno, al menos tú
ya estás aquí.
Los dos sellaron
finalmente el reencuentro con un beso y se fueron a dormir.
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En las almenaras del
castillo, ya de noche, Abraham hacía su vigilancia nocturna tal y como se le
había pegado de Jaleel desde que murió. Desde allí veía la ciudad entera y los
jardines de palacio aunque esa noche no estaba "solo".
-Pese a que ha vuelto
la reina, sigues aquí vigilando.
-¿...? Con más razón,
no quiero que fastidien su sueño. Se lo merece. ¿De verdad la ayudaste en el
Reino de la Oscuridad?
-...
-¿Y por qué no me lo
contaste?
-...
-Siempre has sido una
caja de sorpresas... incluso muerto lo sigues siendo. ¿Sabes la alegría que le
darías si supiera que puedes seguir "viniendo"?
-No es una opción.
-¿Por qué?
-Porque mi muerte es
lo que le dio fuerzas a Eleone para afrontar su duro entrenamiento y su
destino. Todos tenemos nuestro papel en esto. Igual que tú.
-...
-Todavía no has
olvidado lo que el Avatar te dijo en aquella torre, ¿no?
-No. Y jamás lo
olvidaré.
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