miércoles, 5 de diciembre de 2012

Capítulo 7: Afrontando la amenaza



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:


______________________________________________________________________

-¿Y qué hacemos?
-Confiar en ellos.
-¿Pero tan seguro estás de que Eleone iba hacia allí?
-Dijo que iba a tener una conversación con Caos. Es lo más seguro.
-¿Y cómo se le pudo ocurrir a Keiro ir solo a por Caos?
-Está muy seguro de sus capacidades. No tenéis ni idea de por lo que ha tenido que pasar todo este tiempo.
-Shirei...
-Todos lo hemos pasado mal estos tres años.
-Sí, seguro que te has visto privado de la compañía de todos tus amigos en completa soledad luchando por no perder tu identidad.
-...no, pero...
-Si no sabes lo que dices, entonces cállate.
-A mí no me mandes callar, marioneta de la Oscuridad.
-¿Marioneta de la Oscuridad? Ja. No ves como no sabes lo que dices. Vosotros, los seres de la Luz pensáis que todo es blanco o negro, que sólo hay dos bandos, sois tan simples.
-Shirei, para ya, por favor.
-Bah, no merece la pena. Serán tus amigos, Bastet, pero eres la única de mente abierta.
-¿Qué bicho le ha picado a ése?
-A diferencia de Keiro, él no tuvo una vida apacible con un padre y amigos. Se cuidó solo aquí en Lufenia sin poder confiar en nadie. Cuando Caos se enteró de que sobrevivió a su purga intentó darle una oportunidad en su plan, pero Shirei tan sólo quería verlo todo desde todos los ángulos. Cuánto más sabes, más libre eres de elegir.
-¿Y qué se supone que ha elegido?
-Aún no lo ha decidido, lo único que le ha importado hasta ahora ha sido cuidar de Keiro. No está de parte de nadie.
-Pero os ha estado ayudando, no habrá elegido ningún bando, pero está claramente en contra de Caos.
-Siempre lo ha estado. Él destruyó su familia y lo separó de su hermano. Pero Caos es como él, no está de parte de ningún bando y le respeta por ello.
-¿Respetar al enemigo?
-No es algo tan extraño. Hay muchos rivales a los que te enfrentas que luchan verdaderamente por sus ideales, de cierta manera, Shirei tiene razón, cada uno miramos por el bando que elegimos, pero en realidad, ¿quién tiene razón y quién no? Nadie. Muchos de nosotros tenemos grandes ideales y los protegemos a cualquier precio, sin cambiar de bando cuando mejor nos conviene, eso es sin duda admirable. Y por mucho daño que haya hecho Caos, siempre ha sido fiel a su decisión. Que esté o no en lo correcto, es secundario. Al final da igual quien tenga razón, ganará el más poderoso, no el que tiene más razón.
-Alex...
-La guerra es así y es algo a lo que un soldado tiene que atenerse cuando lucha en una. Al final luchar solo sirve para hacer sufrir a los demás, pero es la única manera de defender tus ideales.
-Sabias palabras, soldado. ¿Cómo te llamas?
-Alexander. Aunque todos me llaman Alex.
-Parece que tú tienes la mente abierta como Bastet. Es tal y como ha dicho tu hermano, chulito, no hay bien ni mal, y la Luz y la Oscuridad sólo son herramientas, incluso de alguna manera retorcida puede que vosotros seais las herramientas en manos de la Luz y la Oscuridad. Yo sin embargo he decidido luchar nada más por mí y por los míos, me da igual quien sea el enemigo.
-¿Incluso aunque no tuvieran razón?
-Y dale. ¿No has escuchado nada de lo que hemos dicho? Qué más da quien tenga razón y quien no.
-¡Mucho!
-Lo ves todo subjetivamente, chulito.
-¡Deja de llamarme así!
-No importa, Abraham, da igual. Aunque mi hermano no quiera verlo de ese modo, eso no cambia nada, al menos lucha por lo que cree que merece la pena luchar. Nuestra patria.
-Hasta que vuestra patria se vuelva en vuestra contra.
-¡Eso no va a pasar!
-No lo sabes, chulito.
-Me estás empezando a cabrear.
-¡Basta ya, los dos! Así no vamos a arreglar nada, además no sé qué hacemos aquí parados. Si a Keiro y a Eleone les va bien irán a cualquier sitio que vean conveniente, Keiro puede usar Portales.
-¿Y qué planteas, pelirroja?
-Claudia, si de verdad estás dispuesta a perdonarnos, nos gustaría volver a unirnos a vosotros. Caos ya ha hecho demasiado mal.
-Claro, Bastet. Vinimos aquí con una misión pero parece que Caos ha cambiado de base, así que no tiene sentido seguir aquí.
-¿Shirei?
-No creo que hayan olvidado del todo esta base, pero saben que la tienen cuando quieran volver, nadie va a repoblar este lugar. Yo me quedaré, Bastet, por si vuelven, tú ve con ellos.
-Pero Shirei, no...
-Ése no es mi lugar, Bastet y si queréis volver a verme ya sabéis donde estoy.
-Shirei... te voy a echar de menos...

Bastet abrazó al joven hombre y luego volvió a girarse a sus antiguos amigos.

-En estos tres años han pasado muchas cosas de las que no estoy orgullosa, pero finalmente puedo entender que tanto la Oscuridad como la Luz forman parte de nosotros, ninguna es buena o mala, todo depende de cómo la uses. Sólo son herramientas... Aunque ahora mi cuerpo esté marcado con la Oscuridad he conseguido dominarla y ahora forma parte de mí y he aprendido a usarla para mi propio beneficio. Incluso la Luz puede usarse para infligir el mal, tenemos que tener cuidado con nuestros nuevos enemigos. Majestad, ¿me permitiriáis volver a unirme a vuestro grupo?
-Claro, Bastet. Tú y Keiro siempre seréis bienvenidos.

______________________________________________________________________

-No puedo más...
-¡Rey Mickey!

Sina fue testigo de como Mickey caía al suelo fatigado y dolorido, el único poder que Yensid le había mostrado al nuevo Elegido era el de la Luz y el poder que tenía Cyan sobre éste era mucho mayor, habiéndole dado una lección de la que no iba a volver a levantarse en un rato, dejando a Sina sola enfrentarse contra Cyan que no estaba siendo nada misericordioso.

-¡Ahora, Tania!

Finalmente Kuroi puso en marcha su plan antes de que todo fuera demasiado tarde, convocó los vientos del tiempo para acelerar de sobremanera las acciones de Tania que para ella en vez de unos segundos habían pasado unos minutos. Cuando volvió en sí ya venía con lo que quería.

-¡Muy bien, lo tengo, el núcleo está en el pecho! ¡Yo absorberé la energía en sus sellos, vosotros atacad al pecho!
-¿Has oído, Eryn?
-Claro que he oído... ¿te crees que me he vuelto sorda como tú con los años?
-Ah... siempre tan amable.
-Anda, cállate y dame un poco de impulso.

Eryn saltó sobre Kuroi sin a penas darle tiempo a reaccionar, aunque el enorme Elegido consiguió transformar su Llave espada en escudo a tiempo. Eryn cayó sobre el escudo y Kuroi utilizó todas sus fuerzas para mandarla por los aires. El impulso fue suficiente para que Eryn se subiera al hombro izquierdo de uno de los gigantes, desde allí provocó al otro para que la atacara. El plan fue un éxito cuando el otro gigante destrozó uno de los hombros del que montaba Eryn saltando a tiempo para esquivarlo y transformando su Llave espada en lanza atravesó el pecho desprotegido del gigante descuartizado.

-¡Muy bien, Eryn! Sólo queda uno...
-¡No bajes la guardia, Kuroi!

El otro gigante amenazó con golpear a Kuroi aprovechando que estaba distraído, pero para sorpresa de todos con su escudo fue suficiente para bloquear el enorme puño de la estatua que se rompió varios dedos en el proceso.

-¡¿...?!
-¡Ahora, Eryn!

Eryn volvió a coger altitud y cayó en picado sobre la estatua arrodillada atravesándola de espalda a pecho y quedando clavada en el suelo por la lanza, la estatua se vino abajo pero Kuroi la sacó a tiempo de ahí.

-Ten cuidado...
-...suéltame.
-Está bien.

Kuroi soltó a Eryn dejándola de pie en el suelos y los dos fueron testigos de como Sina era derrotada por Cyan  y caía al suelo de espaldas.

-¡Sina!
-...parece que habéis podido derrotar a las estatuas.
-¡Y ahora te toca a ti!
-No seáis tan confiados...

Cyan levantó su mano derecha y una tenue luz brillante surgió de las estatuas que fue absorbida por la mano de Cyan.

-¿Qué... ha sido eso?
-Las estatuas eran parte de mi poder... sólo ha vuelto a su dueño.
-¡¿C-cómo?!
-Esto es malo...
-¿Qué esperábais? ¿Que alcanzaríais el poder de un Maestro en tres años?
-¡Ése no es tu poder, Cyan, es el de Alejandro!
-No, es el mío... el de Alejandro aún no lo he utilizado.
-¿Está de broma?
-No, Kuroi, no parece estarlo...
-Mierda... Yo puse la última idea, ahora te toca a ti.
-...
-¿Qué...?
-Hombres... Tania, mantente al margen, tú no eres una Elegida.
-Pero yo...
-Hazle caso, no quieras verla enfadada.
-...
-Bueno, ¿cuál es el plan?
-No hay plan, Kuroi. Habrá que atacarle con todas nuestras fuerzas.
-¿Eeeeeen serio?
-Sabes de sobra el poder que tenemos si atacamos juntos, Kuroi. Tiempo y Espacio...
-¿Y qué quieres? ¿Que le mandemos a...? Ahhh... Vaaaaaale... ¿Por qué no lo has dicho antes?
-Porque pensaba que eras más inteligente.
-Siempre igual...
-Cállate y vamos.

Los dos invocaron sus Llaves espada a su forma original y se lanzaron a por Cyan, éste consiguió repelerlos pero éstos siguieron atacando girando alrededor de Cyan buscando un punto débil, o eso creía él.

-No vais a conseguir nada a... a... ¿Qué?
-Parece que la Luz te ha cegado, Cyan. No viste nuestro ataque.
-¿Cómo?

Cyan intentaba moverse pero no podía, un extraño hilo invisible le había rodeado.

-¿Qué es...?
-Los hilos del tiempo. No puedo usarlos a voluntad a no ser....
-...que yo esté con él.
-Y ahora solo tengo que tirar un poco...
-¿Cómo? ¡No! ¡Esperaaaa!

Kuroi tiró del hilo sin mucho esfuerzo y Cyan empezó a girar inconstrolablemente hasta que su mente fue devuelta a cuando no estaba siendo controlada por Alejandro. La gema dividida en cuatro partes cayó al suelo y Kuroi la cogió para custodiarla.

-A mí no me afectará...
-¿Qué... qué ha pasado?
-Cyan... ya estás bien.
-¿Quién...? ¿Eryn? Y tú... no puedes ser, ¿Kuroi?
-Sí, bueno, es una larga historia. Y ahora no hay tiempo.
-Hemos venido a por esto.
-Alejandro... ¿Cuándo? Espera... yo...
-Sí, fuiste tú quien lo reunió, Cyan. Pero Alejandro se aprovechó y te controló.
-Ya veo... Fui... un necio... El poder me cegó...
-Bueno, eso nos pasa a todos. Alégrate. ¿Puedes hacer algo con ellos?
-¿He sido yo?
-Bueno, técnicamente ha sido Alejandro.
-Veré lo que puedo hacer.

Cyan no tardó en curar con sus poderes curativos a Sina y Mickey que recuperaron la consciencia.

-Ay...
-Cyan...
-Tranquilos, ya vuelve a ser él.
-Me alegra oír eso. Aunque... me duele un poco la cabeza...
-Lo siento, pequeño amigo.
-No importa. Le oí decir a Yensid que Alejandro puede ser muy persuasivo.
-Sí. Puede serlo. No recordaba lo poderoso que era.
-Bueno, tenemos que llevar la gema a Yensid y usar el hechizo. Puede que así saquemos algo en claro.
-Claro, id.
-¿Y tú qué vas a hacer, Cyan?
-Me quedaré, éste sigue siendo mi sitio. Y quiero alejarme de... eso...
-Bueno, está bien.
-Pero si alguna vez me necesitáis, ya sabéis donde encontrarme.
-Muy bien, adiós Cyan.
-Adiós.

______________________________________________________________________

-¿A dónde vamos, Keiro?
-Bastet dijo que si Lufenia se ponía peligrosa nos reencontraríamos en nuestro escondite.
-¡¿Bastet está bien?!
-Claro, supongo que puedo contarte lo que pasó mientras esperamos.

Los dos llegaron finalmente al otro extremo del Portal de Oscuridad y llegaron a una especie de escondite hecho de madera, aunque Eleone no podía visualizar exactamente en qué parte del Reino de la Luz se encontraban. Keiro entonces le contó su historia y Eleone le contó la suya.

-Vaya, así que tu madre, todo este tiempo...
-Sí.
-Hay algo que debes saber, Eleone.
-¿Qué es, Keiro?
-No sé si llegué a contaros que soy un habitante del Reino de la Oscuridad.
-...
-Bueno, en realidad nunca llegué a vivir allí técnicamente, pero mis padres eran de allí.
-Para mí siempre serás...
-No te lo estoy contando por eso, Eleone. ¿Recuerdas aquel tío que nos avisó de lo que estaba por pasar en la reunión que tuvimos hace tres años?
-Sí, claro que me acuerdo. ¿Qué pasa?
-Él también era un habitante de la Oscuridad. Creo que yo y mi hermano no somos los únicos que sobrevivimos.
-¿Y crees que él puede ser la amenaza? Tal y como habló realmente parecía la amenaza, pero, ¿él solo?
-Cuando nos reunamos podríamos ir a hacerle una visita.
-¡¿Sabes dónde está?!
-No, pero puedo invocarle.
-¿Invocarle?
-He aprendido un par de truquitos de la Oscuridad estos tres años, Eleone. No te preocupes, todo saldrá bien.

Ambos se pusieron alerta cuando vieron un Portal de Oscuridad abrirse delante de ellos, aunque las figuras que vinieron les calmaron, les conocían de sobra. Eleone pudo vislumbrar a Bastet viniendo la primera y a Alexander, Abraham y Claudia con su armadura la cual no tardaron en desinvocar.

-¡Keiro!
-Bastet...

Los dos "amigos" se abrazaron sellando sus labios con un beso muy a sorpresa de todos, aunque quizás no a tanta sorpresa.

-Vaya, Keiro. A penas has cambiado.
-Ya era hora, chicos.
-Je, je... Bueno...
-...¿estamos todos los que somos?
-No, bueno, mandé al otro equipo a ver a Cyan.
-¿Al Maestro Cyan? ¿Cómo está?
-No lo sabemos muy bien.
-Bueno, ya nos reuniremos con ellos. Aquí estamos a salvo.
-¿Qué vas a hacer, Keiro?
-Invocar al problema de todo esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario