domingo, 17 de febrero de 2013

Capítulo 10: Una noche de misterios

Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

https://www.youtube.com/watch?v=B3UL1zZGhUc
 
______________________________________________________________________

La noche había llegado a Camelot, los guardias hacían su turno, todos preparados con campanas y sistemas de alarma algo rudimentarios para avisar por si se acercaba el enemigo. Sólo Blanck y Abraham habían cubierto la guardia de parte de los Elegidos, Blanck en la entrada al sendero feérico y Abraham desde las almenaras. El resto dormían.
 
-¿Por qué solamente te apareces cuando estoy vigilando?
-Sé lo mucho que te gusta que te haga compañía.
-Bah. Te recuerdo que era yo el que te solía hacer compañía.
-En ese caso parece que las tornas se han cambiado.
-Ya...
-¿Qué tal lo está haciendo Mavras?
-Se le ve entusiasmado. Él no es Eleone, ¿por qué no te le apareces a él? A veces creo que estoy loco y que sólo yo puedo verte... y hablarte.
-Tranquilo, estás muy cuerdo, te lo puedo asegurar. Ya te expliqué la razón de que pueda estar aquí.
-Sí, sí, ya... Eres el Guardián de la muerte. Uno un poco evasivo.
 
Hubo unos segundos de silencio.
 
-Oye, ¿cómo es estar allí?
-¿...?
-Ya sabes, en el Reino de los Corazones...
-Oh. Paz. Tranquilidad.
-¿Y qué demonios haces aquí? ¿No es mejor aquello?
-Sí. Y no.
-¿...?
-Es como si se te permitiera dormir o tomar unas vacaciones para siempre pero sabes que se te necesita.
-...
-No puedes simplemente olvidar que no puedes ser útil e ignorar los problemas del Mundo.
-...
-Normalmente los Corazones que van ahí no tienen opción, como la reina, pero yo sí la he tenido. Y pienso aprovecharla.
-¿Significa eso que puedes ver a la reina cuando quieras?
-Sí. Puedo.
-Pero aquello debe ser un caos, ¿no? Todo lleno de Corazones.
-Sí, la verdad es que sí. Pero... a algunos de nosotros se nos permite mantener nuestra conciencia y personalidad, incluso algunos tienen aspecto. Así que es fácil encontrarles entre ese "caos".
-Y la reina está entera allí.
-Sí... yo no pude siquiera disfrutar de su visión antes de que muriera, tan sólo era un recién nacido... Pero verla allí, mirando y velando por todos, rodeado de toda esa Luz y pureza... Es como si...
-¿Como si fuera un ángel?
-Sí. Algo así.
-Entonces no ha cambiado mucho. Yo era pequeño cuando ocurrió, pero de alguna manera, cuando la miraba y me quedaba embobado haciéndolo, era... perfecta, como si una enorme y brillante Luz la siguiera a todas partes, siempre tan fascinante. Cuando miro a Eleone, siento lo mismo...
-Así que es por eso mismo...
-...
-Y con Claudia no es así...
-No, con Claudia es diferente. Quiero decir, es fascinante ver en la mujer que se ha convertido pero no hay Luz ni fascinación. Sólo...
-Una mujer.
-Sí...
-¿Y no te es suficiente?
-No lo sé. Sé que es injusto y no debería hablar así de la reina, pero es como si me hicieran elegir entre un día soleado y un día inolvidable.
-Lo entiendo perfectamente. Pero ese día inolvidable no es para ti, para ninguno de los dos. Y un día soleado... no soy precisamente el tío más optimista, pero un día soleado está muy bien. ¿No?
-Sí, está muy bien. Debería estarlo sabiendo los días tan oscuros que vivimos.
 
______________________________________________________________________
 

-Estoy haciendo lo que me dijiste.
-(...)
-No fue fácil, pero te tenía a ti.
-(...)
-Desde que te fuiste e intentado que me mataran para estar a tu lado pero quizás Jaleel tenga razón, quizás unas vacaciones no sean merecidas hasta que todo esté bien.
-(...)
-Sí... Siempre... ¿Crees que lo conseguiremos? ¿Que dejaremos todo como estaba?
-(...)
-Bueno... ya... pero al menos, que todo se vaya recuperando.
-(...)
-Muchas gracias por dejarme este don de mi parte. Se hace mucho más ameno saber que puedo contactar contigo.
-(...)
-Cualquier noche estrellada es mejor contigo a mi lado.
 
______________________________________________________________________

Mientras, en las almenaras del castillo, el caballero Lanzarote se encontraba con una estraña silueta femenina.
 
Lanzarote: No tienes porqué observarme desde las sombras.
Silueta: ...
Lanzarote: Hicimos lo correcto, tomamos la decisión correcta. Todo es mejor así.
Silueta: Pero no es justo...
Lanzarote: Nada es justo en...
Silueta: ¿Pasa algo Lanzarote?
Lanzarote: ¿No es ése Mordred?
Silueta: ¿...?
Lanzarote: Él no estaba de guardia, ¿qué hace...?
Silueta: Se dirige hacia el sendero feérico.
Lanzarote: ¡Mierda!
 
Lanzarote y la silueta se dirigieron corriendo escaleras abajo persiguiendo al caballero Mordred, aunque éste se escabulló más rápido y llegó antes hasta Blanck.
 
 
 
-(...)
-¿Cómo dices? ¿Mmm? Pensaba que esta parte estaba a cargo de los Elegidos, ¿no os fiáis de nosotros?
-Claro que sí.
-Entonces, ¿qué haces aquí?
-Comprobar cuan fuerte es la seguridad.
 
Mordred sacó su espada en una décima de segundo y atacó a Blanck aunque la Llave espada acudió rauda a su mano y bloqueó el ataque con determinación.
 
-¡¿Qué haces?!
-Se llama venganza. Y ningún estúpido extranjero me la va a arrebatar.
-¿Pero qué demonios? Odio meterme en problemas ajenos.
 
Blanck pensó que él podría hacerse cargo de la situación él solo, pero Mordred le tuvo lo suficientemente ocupado para no llamar al resto y ni siquiera darse cuenta de que alguien se colaba por la verja. Pronto llegaron Lanzarote y la silueta y no tardaron demasiado entre los tres en detener a Mordred que acabó desarmado y arrodillado. La silueta se destapó la capucha y Blanck pudo ver a la hermosa reina Ginebra.
 
Ginebra: ¡Mordred! ¿Cómo has podido...?
Mordred: Vosotros no entendéis nada...
Lanzarote: Más respeto a tu reina, Mordred.
Mordred: ¿Y el respeto que vosotros le debíais a vuestro rey?
Lanzarote: ¿Cómo te atreves...?
-¿Dónde coño me he metido?
Mordred: No importa, yo odio tanto a Arturo como vosotros.
Lanzarote: Nosotros no...
Ginebra: ¿Que odias a Arturo? ¡¿Por qué?!
Mordred: Mi reina, no habéis sido la única infiel en vuestro matrimonio.
Ginebra: ...
Lanzarote: No te atrevas a...
Mordred: ¿A decir la verdad, Lanzarote? ¿Qué ocurre? ¿Tú le debes lealtad y fidelidad a tu rey y él no a ti?
Lanzarote: Yo... soy...
Mordred: ¿Un peón?
Ginebra: ¿Por qué? ¿Quién eres realmente?
Mordred: Pocos saben lo que el rey Arturo es realmente. Os perdonó la vida porque sin vosotros no es nadie, pero yo y mi madre no corrimos la misma suerte.
Ginebra: Tu madre...
Mordred: Sí, Ginebra. Yo soy el hijo incestuoso del rey con su hermana.
Lanzarote: ¡Morgana! Sólo ella podía estar detrás de esto.
Mordred: ¡No hables así de mi madre!
 
A Mordred le rodeó un enorme aura de Oscuridad que impulsó a todos los presentes atrás tirándoles al suelo, cuando se levantaron una pequeña horda de neosombras protegía al hijo ilegítimo.
 
-¡Mierda! Ya empezamos...
Ginebra: ¡Mordred, detente!
Mordred: Sé muy bien que vosotros le odiáis tanto como yo. Os negó vuestro amor y os mantiene viviendo en una mentira. Vuestros corazones ansían tanta venganza como yo.
Lanzarote: ...
Ginebra: Lanzarote no...
-¡No le escuchéis! ¿Es que sois idiotas?
 
Lanzarote y Ginebra salieron velozmente de su ensimismamiento cuando vieron a Blanck saltar en el aire y ver sorprendidos como su cuerpo se transformaba en el de un enorme lobo antropomórfico que caía sobre las neosombras destrozándolas.
 
Mordred: ¡¿Por qué...?! ¡¿No lo ves, Lanzarote?! ¡El rey ha permitido que esta bestia entrara en el reino, ya no merece tu lealtad!
-¡Cállate!
 
La voz de Blanck sonaba mucho más gutural y feroz mientras seguía destruyendo neosombras y llegando rápidamente hasta Mordred.
 
-¡No os quedéis quietos, hacer sonar la alarma!
Ginebra: ¡Lanzarote!
Lanzarote: Sí, por supuesto.
 
Los amantes fueron a darse la vuelta para irse a hacer la llamada pero fueron golpeados violentamente por algo que les hizo caer al suelo inconscientes.
 
Desconocido 2: ¡Ah, ah, ah! Por aquí está prohibido salir. ¡Muajajaja!
-¡¿Qué demonios?!
 
Cuando Blanck se giró a observar lo ocurrido vio a un extraño hombre pintado y vestido de bufón levitando en medio del aire y arrascándose el culo.
 
Desconocido 1: No bajéis la guardia, peluche sobrealimentado.
-¿Eh?
 
A Blanck no le dio tiempo a volver a reaccionar y se vio rodeado por unas extrañas luces que chisporrotearon en un momento y explotaron todas al unísono dejando al licántropo en el suelo chamuscado.
 
Desconocido 2: ¡¿Qué haces imbécil?! ¡Esa explosión alertará a todos!
Desconocido 1: Pero ya es tarde, Cefka, recuerda que Caos ya entró en el sendero. Es hora de divertirnos.
Desconocido 2: Ohhh. Je, je, je. Ya veo... ¡Muajajaja! ¡Porrrrr supueeeesto! ¡A divertiiiiirse!
 
Una serie de bolas mágicas explosivas empezaron a caer del cielo haciendo volar en pedazos partes del castillo de Camelot. Los despertares en ese momento ya fueron inevitables.
 
______________________________________________________________________
 

¡BUUUUUM!
 
-¡¿Qué coño?!
-El ataque ha empezado, Abraham.
-¡Mierda!
 
Abraham saltó desde la almenara y salió corriendo a toda velocidad por la pared del castillo como si la gravedad no fuera un problema para él y rodeó todo el castillo hasta que llegó a la parte trasera donde se encontraban los desconocidos atacando el castillo.
 
-¡Blaaaaaanck!
Cefka: Parece que ya han llegado los estupirrefuerzos.
Desconocido 1: Desaparezcamos.
 
Tres portales de Oscuridad engullieron a los desconocidos y a Mordred haciéndoles salir del radar de Abraham aunque aún así embistió contra las neosombras terminando de acabar con ellas y evitando que consumieran a Blanck. Cuando terminó de bajar se aproximó a Blanck y vio como estaba lleno de heridas y quemaduras pero para su sorpresa éstas empezaron a cerrarse y curarse solas.
 
-¡Blanck, despierta! ¿Qué...?
-Mmm... ah, joder, eso ha dolido.
-Vaya tío, eso es nuevo.
-Sí...
-Bueno, hay que defender el castillo.
-Te tomo la palabra.
-Por cierto, qué guapo estás con tanto pelo.
-Ey, menos cachondeito.
 
______________________________________________________________________

En una de las habitaciones yacían descansando las reinas que se despertaron bruscamente por la segunda oleada de explosiones.

-¡Aah! ¿Qué ha sido eso?
-Nos atacan.
-¿Ele?
-Ha debido empezar el ataque mientras dormíamos.
-¿Y Alexander?
-No lo sé... ¡Vamos, Claudia!
-Sí.
 
______________________________________________________________________

En otra habitación colindante se despertaban el resto de los Elegidos que descansaban. Keiro, Bastet, Mavras, As, Sina, Mickey y Tania.
 
-Keiro.
-Lo sé.
-¿Qué ha pasado?
 
Pero antes de que Keiro y Bastet respondieran desaparecieron los dos juntos por un portal de Oscuridad.
 
-¡Ey, esperad! ¿Qué les pasa a esos?
-Parece que llevan mucho tiempo haciendo las cosas a su manera.
-¿Y Kuroi y Eryn?
-¿Qué importa? Tenemos que defender el castillo.
-¡Sí! -¡Sí! -¡Sí! -¡Sí!
 
______________________________________________________________________

Mientras, en el bosque feérico, la sombra oscura se abría paso por la densa espesura sin ser detectada por las hadas y finalmente llegó hasta donde el santo grial reposaba.
 
-Ya eres mío.
 
Caos alzó su mano para agarrar el grial y absorber su poder pero una extraña energía proveniente desde algún lugar le congeló la mano. Caos se dio la vuelta enfurecido y sorprendido a partes iguales.
 
-¡¿Quién?! ¡Tú...! Estabas... ¡estabas muerto!
-Pues ya ves que no, cuerpo de hojalata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario