Capítulo 9: La fortaleza de Camelot

Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=oUXzMKJkxUY

 

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Varios días después todos se habían vuelto a reunir en la torre de Yensid después de los reencuentros y las malas noticias a las que se enfrentaban. Se habían tomado un pequeño descanso después de tres años seguidos de entrenamiento y se habían reunido en el despacho de Yensid para preparar el siguiente movimiento.

 

-Ya debes hacerte una idea de cual es vuestro próximo paso, Eleone.

-¿Te ha dicho algo mi madre?

-Nada nuevo desde la última vez. ¿Te contó su historia durante estos tres años?

-Por supuesto. Dijo que necesitaba saberla si me iba a enfrentar a Caos y a ellos.

-Entonces sabrás cuál es el próximo objetivo de Caos para invocar al siguiente Dios Oscuro.

-El santo grial.

-¿El santo grial? ¿Quieres decir que es real?

-Tanto como tú o como yo, Eryn.

-Sólo hay un sitio donde puede estar dicha reliquia, hasta yo lo sé.

-¿Dónde, Blanck?

-En Camelot.

-¡¿...?!

-¡Mav! -¡Mavras! -¡Tú! -... -¡Mavras!

-¿Qué haces aquí?

-Como no veníais a buscarme, me he visto obligado a buscaros yo. Me he tomado estos tres años muy en serio y he aprendido todo lo que me dejó Jaleel, creo que ya os puedo ser útil.

-Claro. Bienvenido, tío.

-Entonces, ¿tenemos que ir a Camelot? As está allí, seguro que se alegra de vernos.

-El santo grial... Ansem me habló de él en uno de nuestros experimentos.

-¿Qué es exactamente, Yensid?

-Lo que su propio nombre indica.

-¿Así de simple?

-Así de simple y así de complejo.

-No entiendo.

-Su forma física es una simple copa, pero su poder y su verdadera esencia es mucho más que eso.

-El poder de dar la vida... es como si fuera un propio fragmento del Reino de los Corazones.

-Pero, ¿Caos no lo obtuvo en la anterior guerra?

-No, Eryn. El santo grial no puede ser portado por seres de la Oscuridad. Caos tiene que usar su poder en su mismo emplazamiento ya que no puede moverlo.

-Eso nos da ventaja. El santo grial lo protegen las hadas del bosque.

-¿Las hadas del bosque? ¿Hablas en serio, Blanck?

-¿Es que no habéis oído el mito?

-No todo en un mito es real.

-En este caso sí.

-...

-El santo grial reposa en lo más profundo del bosque de las hadas, protegido por la reina Mab.

-Pero la única entrada al claro en el que está, se accede desde Camelot. Doble protección para un poder tan grande. El rey de Camelot y la reina del bosque de las hadas son los encargados de su protección desde tiempos inmemorables.

-Caos lo tiene jodido.

-No te creas. Recuerda que ya lo hizo una vez, Abraham.

-Pero contaba con el factor sorpresa. En los últimos veinte años, dudo que Arturo haya bajado la guardia ni un segundo esperando a que Caos pudiera aparecer en cualquier momento.

-El rey Arturo... que un hombre tenga tal fama más allá de su reino es sorprendente.

-Se debe únicamente a tres personas ajenas a él.

-¿A quiénes, Yensid?

-A Merlín, a su padre, el rey Uther y a tu madre.

-¿A mi madre?

-Cuando tu madre conoció a Arturo era un joven bastante temerario y llevaba poco tiempo bajo el tutelaje de Merlín. En los últimos veinte años, la intervención de tu madre y el tutelaje de Merlín han convertido a ese joven en una leyenda. De no ser por ella, seguramente hubiera muerto y con él toda su fama.

-Qué chasco... para mí era como un héroe...

-Kuroi, para ti cualquiera con espada y armadura es un héroe.

-Sí... je, je...

-En fin...

-¿Nos vamos entonces todos a Camelot?

-¿No somos demasiados?

-No. Seguro que a Arturo le hace mucha ilusión tener tantos invitados. Es un gran anfitrión.

-Bien, pues rumbo a Camelot.

 

Todos fueron saliendo de la torre ordenadamente aunque Eleone se quedó con Claudia unos minutos más.

 

-¿Ocurre algo, majestades?

-Oí de mi madre que tienes el don de traspasar conocimientos.

-Mmm... sí. Ya entiendo.

-No queremos perder tiempo y Eleone me ha dicho que todo lo que le contó madre da para mucho. ¿Podrías hacernos el favor, Yensid?

-Por supuesto. Será un honor. Pero una gran carga de conocimientos en tan poco tiempo puede tener represalias, Claudia.

-Lo entiendo. Intentaré tomármelo con calma en Camelot. Pero yo también quiero saberlo todo sobre madre.

-Claro... Acercaros.

 

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-Los odio, los odio, los odio.

-CÁLMATE, CAOS.

-Esos mocosos, siempre metiéndose en medio. ¿Cómo han podido?

-PARECE QUE ESTOS TRES AÑOS HAN ESTADO HACIENDO LOS DEBERES.

-Pareces muy tranquilo.

-¿Y POR QUÉ NO IBA A ESTARLO? ESE CHICO ESCAPÓ PORQUE SABÍA QUE NO TENÍA NADA QUÉ HACER CONTRA MÍ. SIGUEN SIN SER LO SUFICIENTEMENTE FUERTES. SABES QUE A NADIE MÁS QUE A MÍ ME IRRITA LA IDEA DE QUE QUIERAS TRAER ESAS BASURAS AQUÍ, PERO UNA VEZ LO HAGAS, NO PODRÁN HACER NADA.

-Lo sé. Lo sé. Debo mantener la concentración. Esos malditos SeeD han demorado todo pero ya sólo me falta el santo grial para la siguiente invocación.

-EL SANTO GRIAL... CASI TE CUESTA LA VIDA HACE VEINTE AÑOS.

-Arturia y Tristán no me lo pusieron fácil. Y esa estúpida de Mab... ¡En otros tiempos la hubiera puesto de mi lado!

-AHORA ME TIENES A MÍ, SERÁ MÁS FÁCIL...

-No... No lo va a ser... Ellos ya van para allá...

-...QUÉ PESADOS...

-¡Presentaos!

 

Una serie de figuras oscuras aparecieron de varios Portales de Oscuridad rodeando el altar en el que se encontraban Caos y Ánima.

 

Caos: Nos encontramos frente a la etapa final de nuestro plan. Tres años de enfrentamientos contra los SeeD para poder invocar al segundo de los Dioses oscuros. Pero esos malditos Elegidos han vuelto al terreno de juego.

Desconocido 2: Muajajajaja, yo opino que les descuarticemos.

Desonocido 1: Eso no es posible, payaso borracho. Han crecido en poder desde la última vez, un ataque frontal acabaría en nuestro propio descuartizamiento.

Desconocido 2: ¡¿A quién llamas payaso borracho?!

Desconocido 3: La venganza debe prepararse lentamente... lo mejor es que preparemos un buen plan con una enorme máquina.

Desconocido 1: Me gusta lo del plan, pero ¿una máquina? Muchacho arrogante...

Desconocido 4: ¿Y qué tal un poco de magia divina? Sólo tenéis que dejármelos a mí.

Desconocido 3: La venganza se comparte, carcamal.

Desconocido 5: Lo único claro es que se merecen un castigo.

Desconocido 4: En eso deberíamos estar todos de acuerdo.

Caos: Pues no se hable más, caballeros. Id a preparar vuestro plan.

 

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Camelot no había cambiado demasiado en los últimos veinte años, sólo las caras ahora con más arrugas y otras nuevas. Los Elegidos aterrizaron sin problemas dentro de la ciudadela y fueron recibidos por el más leal de los Caballeros de Arturo.

 

-Bienvenidos a Camelot, Elegidos. Soy Lanzarote. El Rey Arturo os espera en su cámara, majestad. El resto podéis acomodaros y descubrir nuestra cultura.

-Gracias por su hospitalidad, caballero.

-Yo voy contigo, Ele.

-Y yo...

-¿Abra?

-Creo que esta vez paso. Voy a ver si la seguridad de la ciudad es buena.

-Vale.

 

-¿Crees que tendrán buena comida, Keiro?

-Pues no sé, Bastet. Supongo...

 

-¿Por qué no has vuelto con las princesas, Eryn?

-¿Ya te quieres deshacer de mí?

-No, no. Sólo decía que...

-Olvídame...

-Chss... Hay que ver...

 

-¿Puedo ir contigo, Zero?

-Ahora soy Abraham...

-Está bien. Mi hermano me habló muy bien de ti.

-Seguro que sí...

 

-Cada uno por su lado, como en los viejos tiempos. ¿Tú que vas a hacer, Sina?

-Voy a buscar a As, seguro que tiene muchas ganas de veros a todos.

-Bueno, te acompaño, no tengo nada mejor que hacer.

 

-¿Mickey?

-¿Tania?

-Nos hemos quedado solos.

-La gente me mira raro.

-Eres un ratón, majestad, incluso esta gente acostumbrada a la magia de Merlín te ven raro. Merlín... es como una leyenda... ¡qué emoción!

-Ya...

 

Eleone, Claudia y Alexander siguieron a Lanzarote adentro del castillo donde fueron llevados ante la presencia del rey Arturo, un hombre ya entrado en los cuarente pero que se conservaba fuerte y guapo, igual de rubio que hace veinte años. Los tres hicieron una reverencia que fue respondida por el rey.

 

-Sois idéntica a vuestra madre, reina Eleone.

-Se podría decir que nos estabáis esperando, mi rey. Siento no poder decir nada que mi madre me dijera de vos.

-No importa. Fueron tiempos oscuros que es mejor no recordar. Me alegra saber que os tendré de mi lado en esta nueva batalla.

-¿Ya dais por hecho de que Caos va a atacar?

-Sin duda. No hay fuente de poder parecida a la del santo grial, no tiene otra que usar su poder si quiere invocar a su Dios oscuro como hizo hace más de veinte años.

-Esta vez se dará de bruces contra nuestro nuevo poder y el de nuestros aliados, Arturo.

-Sin duda, Lanzarote. Sin duda.

-¡Eleone!

-¿...? 

 

Los tres se giraron para ver a la vez un viejo rostro aunque parecía más adulto y feroz que de costumbre. Venía acompañado de Sina y Blanck y de otro caballero mayor.

 

-¡As!

-Hola. Vaya, qué cambio. Veo que os habéis convertido en una mujer, Eleone.

-Sí. Me alegro de verte As.

-Oh, te presento a mi padre, Eleone. Su nombre es Perceval.

El enorme hombre armado se puso su hacha al hombro para hacer un suave gesto de bienvenida con su mano ahora libre.

 

-Mucho placer, caballero. Chsss (Me pregunto qué pudo ver en ese mastodonte, Zelda).

-Chss (Jujuju, no te pases, Ele).

-Bueno, nuestras mejores defensas están ubicadas en el castillo, pero esperábamos que pudiérais proteger el sendero feérico.

-¿El sendero feérico?

-Es algo así como la puerta trasera de Camelot, majestad. Es el sendero que lleva al santo grial, el punto que más defendido debería estar.

-Os lo dejamos a los vuestros, reina Eleone.

-Vaya...

-Lanzarote os llevará ahí para que dispongáis de vuestras fuerzas estratégicamente. Merlín os espera.

-Merlín...

-Es mi mago personal y mi tutor, un gran hechicero druida que ha ayudado a proteger Camelot durante mi mandato.

-Será un placer conocerle.

-Reina Eleone...

-Majestad...

 

Ambos volvieron a reverenciarse como despedida temporal y fueron guiados de nuevo por Lanzarote hasta las partes trasera del castillo de Camelot. Una enorme verja protegida por altos matorrales de espinos protegían la única entrada al sendero feérico que parecía claramente un laberinto. Allí, en la entrada, un anciano barbudo y encorvado les esperaba curioso.

 

-Es increíble como los genes pueden pasarse de madre a hija e incluír un parecido físico tan ensombrecedor.

-...

-Encantado de conocerte, Reina Eleone. Soy...

-Merlín.

-Je, je, je. Parece que mi reputación me precede.

-Bueno, yo apuntaría más a su apariencia.

-Claudia...

-No, no. No importa. Lo sé, joven, mi apariencia me delata. Pero no estoy nada mal para tener doscientos setenta y siete años.

-¡¿Doscientos setenta y siete años?! ¡Debe estar de broma!

-No, hija, no. Los tengo aunque no los aparente. Es el don de la naturaleza.

-¡Madre mía! Ya me gustaría estar así a esa edad...

-Si es que llegáis...

-...

-¿Vamos al grano?

-Ohhh. Ahí, directa, como su madre. Claro, claro. Perdonad que este viejo desvaríe a su edad. Como podéis ver esta es la entrada al sendero feérico, fijaros en su posición y en su terreno para preparar la defensa. Ya he tenido el "placer" de hablar con Mab, está preparando a sus hadas del otro lado, ningún Sincorazón se aparecerá allí sin que ellas se enteren.

-¿Alexander?

-Sí, yo me ocupo del terreno.

-Yo te ayudo.

-Sígueme pues, As.

-¿Cómo lo hizo la última vez Caos, Merlín?

-El factor sorpresa, majestad. A pesar de que su madre pudo prever el ataque no concretó las formas, las posiciones, ni el origen.

-¿El origen?

-Sí, majestad. Tuvimos una traición, atacaron desde dentro.

-¿Una traición? ¿De quién?

-De Morgana, la hermana del rey.

-Morgana...

-Su madre luchó valientemente pero no fue capaz de detener a la guardia personal de Caos y consiguió adentrarse en el bosque. La propia Mab le retó pero ni toda su magia pudo con esa Oscuridad.

-Ya veo... ¿Existe la posibilidad de que vuelvan a utilizar esa estrategia?

-Mmm...

-¿Qué?

-Hay varios problemas existentes dentro del reino como en cualquier otro.

-¿De cuántos hablamos?

-Dos principalmente.

-¿Quiénes?

-Lanzarote y la reina Ginebra.

-Ya no hay que preocuparse de eso Merlín, ya lo sabes...

-Es mejor prevenir que curar Arturo...