______________________________________________________________________
-Kuroi, ¿de qué vas?
-No sé tú, Eryn, pero
yo necesito saber porqué Keiro se ha puesto en plan Caos. Necesito verlo todo
desde todas las perspectivas posibles, es parte de mi naturaleza como Dios.
-¡Tenemos una misión!
-Pues seguidla
vosotros, yo tengo que hacer esto.
Eryn fue a replicarle
una vez más pero antes de que pudiera hacerlo Kuroi se abalanzó sobre el Portal
desapareciendo, Keiro se asomó unos centímetros más.
-¿No vais a seguirle?
-...
-Entonces cerraré el
Portal.
El Portal se
desvaneció y Eryn gritó intentando saltar sobre él.
-¡No! ¿Qué haces?
Keiro esquivó el
embiste de la princesa con facilidad y luego dirigió una mirada y una sonrisa
hacia ella.
-Tranquila, ya
volverá, no soy tan cruel como para abandonarle por ahí. Ahora si nos
disculpáis...
Keiro y Bastet se
giraron y abrieron un nuevo Portal para irse pero Eryn les detuvo.
-¡¿A dónde le has
mandado?!
-Pensé que no te
importaba... le has dejado ir solo, ahora atente a las consecuencias.
-...
-Aún tenemos una
misión, Eryn. Kuroi sabe cuidarse.
-Como le pase algo,
te buscaré y te partiré los dientes aunque sigas de nuestro lado en el fondo,
¿me has oído, Keiro?
-Siempre he querido
batirme en duelo con todos y cada uno de nosotros, pero aún así no voy a poder
satisfacer esa necesidad, Kuroi estará bien.
-...
Keiro y Bastet
finalmente desaparecieron por el Portal dejando a Eryn y a Blanck completamente
a solas en aquel desolado Mundo.
-Marchémonos nosotros
también.
-¿Seguro que estás
bien, Eryn?
-¡Pues claro! Puede
que Kuroi sea idiota pero sigue siendo uno de nosotros...
Y sin mediar una
palabra más, Eryn invocó al instante su Llave deslizador y salió disparada de
allí seguida de Blanck.
______________________________________________________________________
Mientras, en alguno
de los callejones de Edén, Vali, Sara y Mickey se escondían evitando las
miradas de los soldados del lugar.
-¿Cuál es el plan,
Vali?
-Sólo hay una persona
en este Mundo que puede saber con seguridad dónde está Nieve.
-¿Y quién puede ser ése?
-Bueno, no sé si está
bien dicho llamarlo persona...
-Edén...
-Me derrotó la última
vez que estuve aquí pero ahora las cosas han cambiado, quizás deberíamos
hacerle una visita.
-¿Estás seguro, Vali?
-Dudo que Nieve
escapara, no es de esos, habrá pasado estos tres años preparando alguna de las
suyas si no ha sido atrapado...
-Esperemos que no.
-¿Y por dónde
empezamos?
-Sólo hay un sitio dónde
puede estar Edén.
______________________________________________________________________
Y en algún Mundo oscuro y tenebroso que carecía de Luz, Caos se encontraba preparando los últimos detalles para su invocación.
Y en algún Mundo oscuro y tenebroso que carecía de Luz, Caos se encontraba preparando los últimos detalles para su invocación.
Caos: Al fin tenemos
todos los elementos necesarios...
Desconocido 5: ¿Y cuál
es nuestro trabajo ahora?
Caos: Nadie, y repito
¡Nadie! Debe entrar en este Mundo. No pueden molestarme mientras preparo el
ritual de invocación. Puede que tarde un poco.
Desconocido 2: ¿Y cuánto
es un poco, muajajajaja?
Desconocido 1: ¿Es qué
no puedes parar de reírte ni un segundo?
Caos: Tardaré un día
exactamente. Un día en el que os dejo a cargo de mi protección, no puede ser
muy difícil, tendréis a Ánima de vuestra parte.
Desconocido 4: Es muy
seguro que estén reuniendo un ejército.
Caos: Entonces
nosotros tendremos que preparar otro. Es hora de que usemos el portal.
Desconocido 4: ¿Quieres
traer a todos a la vez?
Caos: Sí, ¿por qué
no?
Desconocido 1: Ni
todos nosotros unidos podríamos controlar tal marabunta de Sincorazón.
Caos: ¿Y dónde está
el reto entonces, muchachos? Bueno, está bien, os daré algo de ayuda.
Caos invocó con sus
poderes oscuros cinco vasijas donde reposaban cinco Luces perfectas.
Desconocido 3: ¿Qué
es eso? ¿No será...?
Caos: No, no. Estos
son los Corazones de mis antiguos sirvientes. Fueron muy útiles y poderosos. Os
resultará más fácil controlar Sincorazón si poséeis un Corazón.
Desconocido 2: ¿Un
Corazón? ¡Noo!
Desconocido 1: Deja
que se explique, payaso.
Caos: No tenéis porqué
preocuparos, puede que tenga un poco de efectos secundarios que poseáis los
Corazones de otros, pero da igual que os los destruyan, no sufriréis en absoluto.
Desconocido 5: En ese
caso yo no pongo objecciones.
Desconocido 3: Ni
yo...
Caos: Bien, bien...
Entonces preparaos, mis súbditos, pronto tendréis un increíble poder y un
enorme ejército a vuestros pies. No me defraudéis.
______________________________________________________________________
-¿Por dónde buscamos ahora, Eryn?
-¿Por dónde buscamos ahora, Eryn?
-Mmm...
-¿Aún estás
preocupada por Kuroi?
-No, sólo estaba
pensando... Quizás buscar así a lo loco puede ser una estupidez.
-¿Y en qué piensas?
-Quizás Keiro lo sepa
y quizás se lo diga a Kuroi si le da lo que quiere.
-¿Dices que debemos
esperar sin hacer nada?
-¡Claro que no!
Pero... si Yensid no fue capaz de ayudarnos dudo que Ark pueda hacer mucho más...
Necesitamos a alguien que conozca bien la Oscuridad.
-Pero Garland
murió...
-¡...!
-¿Qué...?
-¡Garland! ¿Cómo no
se me había ocurrido?
-Pero si acabo de
decir que está muerto...
-¡¿Y qué?! Ése ya no
es un problema para mí y Yensid.
-¿Lo dices en serio?
-¡Volvamos a la
torre!
______________________________________________________________________
Kuroi dio un par de
pasos más terminando de atravesar el corredor oscuro y por fin pudo ver una
Luz, cuando su pie tocó suelo firme su rostro pudo ver el color de la piedra y
del oro, pudo divisar en frente de él una extraña estructura de piedra con dos
estatuas de oro a ambos lados, fue entonces cuando miró a su alrededor sin
llegar a saber muy bien dónde se encontraba.
-¿Q-qué sitio es éste?
-El coliseo del
Olimpo.
-¡¿...?!
Kuroi se giró y pudo
divisar a Keiro una vez más acechándole.
-¡¿El coliseo del
Olimpo?!
-Parece que sabes de
lo que hablo.
-Sí... está... está
en mis recuerdos como Dios. Aquí...
-Sí, es un lugar
neutral. Los Sincorazón tienen poco o ningún poder en este lugar gobernado por
los Dioses de la Luz. Éste es tu lugar, Kuroi.
-¡No!
-¿...?
-Los Dioses del
Olimpo han olvidado su deber como protectores, no me iguales a ellos.
-Veo que hay una
parte de ti que no olvida quién eres.
-¿Qué hago aquí?
-Directos al grano, bien. Necesito algo que sólo tú puedes darme, Kuroi. Eres el único que puede subir ahí arriba.
-Directos al grano, bien. Necesito algo que sólo tú puedes darme, Kuroi. Eres el único que puede subir ahí arriba.
-¿Ahí arriba?
Keiro ascendió su
brazo señalando con un dedo muy por encima del coliseo donde Kuroi pudo
observar una enorme nube sobre la que se asentaba una verja de entrada.
-El Olimpo... ¿Qué
quieres de ahí?
-El poder de un Dios,
Kuroi. Quiero que me consigas Esencia divina y los Rayos de Zeus.
-¿Esencia divina? No
puedo... eso está mal...
-Acabas de decir que
odias a esos tipos por ignorar las necesidades del Reino de la Luz.
-Pero no tanto como
para... eso es un pecado mayor que el asesinato. El Reino de los Corazones...
-Sabía que no podía
confiar en ti, Kuroi, siempre preocupándote por los medios y no por el fin...
-¡Eso está mal!
-¡No si es para
proteger el Reino de la Luz!
-...algunas cosas no
deberían hacerse de ninguna manera... Y una de ellas es ésta.
-Está bien...
Keiro volvió a alzar un brazo y se abrió un Portal de Oscuridad.
-Entonces vuelve por
dónde has venido...
-...
-Vamos... o te dejaré
aquí tirado...
-Espera...
-¿Sí?
-Está bien, lo haré.
-Piensa que es por
una buena causa, Kuroi.
-No podré saberlo
hasta que no me digas para que lo quieres.
-Digamos que...
necesito restaurar tus poderes.
-¿M-mis poderes?
¡¿Por qué?!
-¿El Dios del Tiempo
no lo sabe? ¿Para qué querría si no Esencia divina? Esa cosa no sirve con los
mortales.
-Restaurar mis
poderes... Si hago esto... Volveré a ser un Dios... ¿Por qué lo haces, Keiro?
-Se acerca una gran
batalla, Kuroi, y te necesitamos a pleno rendimiento. Eres el único Dios que
puedes ayudarnos, tú mismo lo has dicho, "esos" no hacen nada.
-Está bien, ¿cuál es
el plan?
-Uno de los Dioses no
está contento con su "status", te encontrarás con él y decidiréis el
plan a seguir. No sé muy bien los detalles, ése tipo es un poco reservado, pero
tiene un objetivo en mente.
-¿De quién estamos
hablando exactamente? ¿Y cómo sabes que tengo que encontrarme con él?
-Oh, bueno. Digamos
que le conocí no hace mucho, un tipo de lo más extraño. Está en lo más bajo de
los Dioses del Olimpo y se le conoce como Hades.
-¡¿Hades?! ¿El Dios
del Inframundo? Ese tío no es de fiar...
-Eh, venga, sólo es
una misión. Tú sacas algo bueno, él saca algo bueno y todos felices.
-Veo que esto de
mirar por el bien del Reino de la Luz no está sacando lo mejor de ti.
-¿Sabes, Kuroi? Hace
un tiempo descubrí una cosa gracias a Bastet y es que si algo está destinado a
pasar, pasará, no importa qué ocurra. Da igual en lo que le ayudes a Hades y el
mal que hagas, si todo está destinado a arreglarse, lo hará, si no, es que
estabas destinado a hacer lo que quiera que vayas a hacer.
-No creo que alguien
como tú debiera hablarle del destino al Dios del Tiempo... No funciona de esa
forma tan simple.
-Sácame de mi error,
entonces...
-Nah, no importa, ni
siquiera yo he llegado a entender muy bien cómo funciona el destino...
-Bueno, en ese caso.
¿Harás lo que te he pedido?
-Sí, supongo que sí.
-Entonces suerte,
Kuroi. La necesitarás, porque si los Dioses se enteran de lo que vas a hacer...
-Ya, no hace falta
que me lo digas.
Keiro finalmente
desapareció tras un Portal de Oscuridad y dejó a Kuroi solo frente a su nueva
misión. Lo primero sería encontrarse con Hades y luego acceder al Olimpo.
-¿Y cómo demonios
encuentro a Hades?
-¡Ehhhhhh, túuuuuuuu!
-¿Eh, yo?
Kuroi oyó un grito a
lo lejos proveniente de la entrada del Coliseo del Olimpo y pudo ver a una
extraña, pequeña y peluda criatura que le llamaba. Kuroi se acercó decidido
para ver a una especie de hombre cabra que a penas media el medio metro de
altura.
-¿Me llamabas?
-¡Sí, chaval! ¿Qué
haces ahí pasmado?
-¿Chaval? Tengo...
-¡Me da igual la edad
que tengas, chaval! Para mí eres sólo un chaval.
-Bueno, ¿y qué
quieres?
-Pareces un tío duro,
chaval, y resulta que me ha fallado Aquiles, ¿puedes ayudarme?
-Chsss (¿Aquiles?) ¿Y
en qué puedo ayudarte?
-Sólo es una cosilla:
entras al Coliseo, le das una paliza a un par de monstruos y me sacas del
apuro, ¡tengo el Coliseo repletito, chaval! Y ese Aquiles... seguro que está
con Patroclo...
Kuroi se quedó unos segundos pensativo contando el número de cosas que enumeraba el pequeño sátiro de forma errónea.
-¿Dar una paliza a un
par de monstruos?
-Sí, chaval. Venga,
por favor...
-Está bien... Chss
(Espero que no sean demasiado duros)
-Ah, por cierto, soy
Filoctetes, pero puedes llamarme Fil.
-Yo soy... Ku...
-Sí, sí. ¡Venga rápido!
-...roi...
El pequeño hombre
cabra entró a todo correr en el Coliseo y Kuroi le siguió de cerca, entonces
abrió las enormes puertas y para cuando el Dios-Elegido quiso darse cuenta se
encontraba en medio de un estadio rodeado de miles de personas que le
vitoreaban.
-Recuerda chico las
dos reglas del guerrero: concéntrate, pega con todas tus fuerzas y no dejes a
tu contrincante recuperarse.
-Una, dos, tres...
¿Eso no son tres reglas?
-¡Suerte, chaval!
-¿Mmm...?
Fil salió corriendo
de una manera un tanto cómica y Kuroi que se había dado la vuelta para escuchar
al sátiro pudo sentir un extraño aliento que le daba en la espalda.
-¿Qué...?
Al darse la vuelta,
un pequeño vuelco le dio su Corazón al encontrarse frente a lo que parecía el
enorme cancerbero, el perro guardián de las puertas del infierno.
-¡Pero, ¿qué coño?!
No hay comentarios:
Publicar un comentario