miércoles, 29 de mayo de 2013

Capítulo 20: El asalto final



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=M-zXCJ-kvo4

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Veinte horas después en algún lugar lejano de algún apartado Reino...

-¡Ya hemos llegado!
-Mirad eso...

Claudia señaló justo al frente de los cinco Elegidos viendo una enorme marabunta de Sincorazón que protegía tanto el cielo como la superficie de la Necrópolis de las Llaves Espada, casi no se podía ver entre ellos y su destino.

-Valor, compañeros, ellos nos guardan las espaldas.

Y justo detrás de los cinco Elegidos, acabando de superar la puerta abierta por Garland una enorme nave voladora protegida por otras tantas decenas de pequeñas naves surcaba el espacio recién cubierto por el grupo no tardando en empezar a disparar sus armas y eliminando a los primeros Sincorazón en el proceso.

-¡Recordad, nuestra misión es encontrar a Caos, dejad el resto a los SeeD!
-Pero, ¿has visto cuántos Sincorazón hay, Eleone? No vamos a poder...
-¡Eso dejádmelo a mí! Cubridme.

Eleone empezó a recitar un hechizo en voz baja mientras empezaban a superar las líneas enemigas siendo atacados por los primeros Sincorazón que caían abatidos por las Llaves deslizador de Claudia, Alexander, Eryn y Blanck.

-¡Que nadie moleste a Eleone!
-¡Sí! -¡Sí! -¡Sí!

La cruenta lucha, decantada del lado de la Luz, prosiguió su avance entre las hordas de Sincorazón a paso rápido, algunos Sincorazón conseguían acceder a la enorme nave insignia de los SeeD, pero sus guerreros a bordo los eliminaban con relativa dificultad. No tardó Eleone en terminar el hechizo que estaba preparando pidiendo a todos que se pusieran en formación.

-¡En formación!

Los cuatro Elegidos hicieron caso a la joven reina que se pusieron a sus cuatro flancos dejando de atacar Sincorazón y entonces, una perfecta y esférica burbuja de Luz los rodeó empezando a atravesar las filas enemigas sin dificultad alguna.

-¿Y esto?
-Nos permitirá llegar a la Necrópolis sin gastar demasiadas fuerzas.
-¿Y tú, Eleone?
-Tranquilos, sólo necesitaré un poco para recuperarme. No podemos perder el tiempo, a penas queda menos de una hora para que Caos termine el ritual.

La esfera surcó el resto del Espacio hasta que llegó a la superficie de la Necrópolis, allí se disipó y los cinco deshicieron sus Llaves deslizador para formarse de nuevo en torno a Eleone que había quedado bastante cansada. La horda de Sincorazón en tierra no tardó en rodearles y empezaron a luchar sin dificultad alguna por su vida.

-¡Eleone!
-Estoy bien... Sólo... dejadme recuperar el aliento.
-Bueno, Eleone...

Dijo Blanck cargándola al hombro como un saco de patatas.

-¡Blanck!
-Tú misma has dicho que no tenemos mucho tiempo. ¡Vamos!

Blanck dio la orden para seguir y con Eleone al hombro y Llave espada en mano se empezaron a abrir camino a sablazos entre los Sincorazón sin problemas no tardando en alcanzar un palacio semiderruído en medio de la nada.

-¿Creéis que es ahí?
-Sí, es ahí. Bájame, Blanck, ya estoy mejor.
-Bien...

Blanck dejó a Eleone en el suelo y se puso de nuevo en cabeza observando la fortaleza desde lejos.

-Así que ahí nació mi madre...
-Deja un poco que desear, ¿no?
-Ya, bueno, no corren buenos tiempos. Ahí está la batalla final, chicos, ¿estáis preparados?
-No.
-¿...?
-No es la batalla final, Eleone, aún queda otra. Y seguramente mucho más dura que ésta.
-Sí... tienes razón. Entonces terminemos ésta sin bajas, ¿vale?

Eryn, Blanck, Alexander y Claudia afirmaron con la cabeza y salieron corriendo dirección la fortaleza volviendo a eliminar a los Sincorazón restantes no tardando en llegar a sus puertas.

-¿Crees que el resto encontraré este sitio?
-Más nos vale o estamos jodidos.
-Yensid y Garland dijeron que se asegurarían de que así fuera. Tendremos que confiar en ellos.
-¿Entonces qué? ¿De momento lo intentamos nosotros solos?
-No nos queda más remedio. No sabemos si el resto llegará a tiempo.
-¿Cinco contra los subordinados de Caos y Ánima? Me encantan los retos.
-Si fracasamos esa lista va a crecer así que no te hagas muchas ilusiones.
-Si he de morir en batalla que así sea. Cualquier cosa es mejor que dejar que la muerte venga a llamar a mi puerta.
-Supongo que tienes razón, pero no tenía planeado morir hoy, lobito.
-¡Entonces repartamos hostias!
-¿Eleone?
-¿...?
-Pase lo que pase...
-Lo sé. Vamos.

Los cinco entraron en la fortaleza pero no acabaron en lo que ellos creían que sería el hall de entrada. Todo estaba oscuro y no veían nada, para cuando Eleone quiso darse la vuelta para ver a sus compañeros ya no había nadie.

-¡¿Claudia?! ¡Alexander! ¡¿Dónde estáis, chicos?! ¿...?

Eleone se giró de nuevo buscando a sus amigos pensando que la habían levantado pero ya no había Oscuridad, ahora estaba frente a la sala del trono de Eclissis y en él estaba sentado...

-¡Padre!
-Hola, Eleone.
-¡¿Cómo?! Pero...
-Chss... Tranquila, ya estoy aquí.
-Padre...

Eleone se acercó a su querido progenitor y le abrazó sin miramientos.

-Ya estás a salvo.
-Pero... no lo entiendo. Pensé que estabas...
-Tu madre parece tener muchos dones.
-¿Ha sido mamá? Pero ella está...
-Chsss... eso ahora no importa, ven hija mía, tienes mucho que contarme.

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-¿Eleone? ¡Eleone! ¿Alexander? ¿Dónde...? ¿...?

Cuando Claudia volvió a girarse se encontró a su madre y a su hermana la una al lado de la otra observándola de arriba a abajo.

-¡Madre! ¡Eleone!
-¿Y dices que le diste el mejor de tus poderes a ella, madre?
-Sí, hija.
-Qué derroche.
-¿...? ¿Qué... qué quieres decir, Ele?
-Desde que despertaste tus poderes como Elegida sólo has sido un estorbo.
-¿C-cómo?
-Casi matan a Abraham por tu culpa tantas veces... Y el resto de nosotros siempre preocupados por ti. Y cuando supimos que eras la Llave... Aún más preocupados. Y todo, ¿para qué? Para que hayas malgastado todo este tiempo llorando y gimoteando.
-¿Qué? ¡No!
-¿Qué es lo primero qué hiciste cuando nos reencontramos? ¡Llorar!
-No... Yo estaba... ¡estaba emocionada!
-¡Eres una llorona!
-¡No, para!
-Llorona...
-Débil...
-Llorona...
-Cobarde...
-¡Ya basta!

Claudia cayó al suelo insegura de sí misma y gimoteando.

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-¿Qué... demonios? ¿Eleone? ¿Claudia?

Alexander se encontraba de nuevo en los patios del castillo de Eclissis aunque lo que vio ante sus ojos le dejó totalmente per plejo, en frente de la fuente se encontraban Eleone y Abraham cogidos de la mano.

-¿Qué...? ¡Eleone!
-¿Mmm? Ah, hola, Alex. Mira lo que me ha regalado Abraham, es un anillo de compromiso.
-¿...? ¡No! Eso... eso te lo regalé yo...
-¿Tú? Ja, ja... No, me lo acaba de regalar él. Nos vamos a casar. Ademas, ¿tú por qué demonios querrías casarte conmigo? Te va muy bien con las cortesanas.
-¡¿...?!
-Acéptalo, hermano. Sabes que siempre fui mejor opción para Eleone que tú.
-...
-Además, yo estuve aquel día con ella... y tú no.
-¿...?
-Yo fui quien la abrazaba mientras perdía su identidad. Fui yo quien la sujetó para que no se escapara, fui yo quien la protegió. Yo, y no tú.
-...
-Ahora sabes lo que es sentirse yo. Estás solo y has sido un mal hermano.
-Abraham...
-Adiós, Alex. Nos vemos en la boda.
-E-esperad...
-No faltes, hermano...
-No... Yo... Nunca quise... No... ¡Volved! Eleone... Abraham...

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-¡Oscuridad, lo sabía! Siempre... ¿...?

Blanck se sorprendió al ver una chispa de Luz en medio de toda la Oscuridad, se acercó sin miedo alguno y la Luz empezó a tomar forma lentamente hasta que tomó la de Danna.

-Da... ¡Danna!
-¡Blanck!

Danna saltó a los brazos de Blanck que la cogió sin problemas, ahora era mucho más grande y fuerte.

-Vaya, qué brazos... ¿Qué has hecho?
-Mucho ejercicio. Je, Je. Pe-pero no lo entiendo, ¿cómo es que estás...? Tú me diste...
-Chsss... No importa, estoy aquí contigo y esta vez no pienso irme.
-Pero, ¿y los demás?
-Siempre han sabido cuidarse solos, Blanck. No te necesitan. Yo sí.
-Ti-tienes razón. Contigo para siempre.
-Ven. Tenemos que preparar muchos planes.

Y Blanck desapareció en la Oscuridad.

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-¡Es una trampa! ¿...? ¿Eleone? ¿Claudia? ¡Alexander, Blanck! ¡Mierda! ¿Cómo hemos podido caer?
-¿Hija?
-¿Mmm...?

Eryn se dio la vuelta para sorprender de ver de nuevo a su padre y su madre en frente de ella.

-¿Qué...?
-Nos has decepcionado, hija.

Eryn enarcó una ceja sorprendida.

-Has dejado Excálibur y tu legado.
-Te has escapado con esas... princesas y has dejado tu reino en manos de los magos.
-No te mereces ser nuestra hija.
-... Ja. Ja, ja, ja. JA, JA, JA, JA, JA.
-¿De qué te ríes, mal criada?
-¿De verdad piensas que voy a creerme toda esta pantomima?
-¡¿...?!

Eryn invocó su Llave espada con pura fuerza de voluntad y cortó por la mitad a sus padres que desaparecieron al instante. La ilusión se rompió y Eryn se encontró en el hall del Palacio de la Necrópolis. A sus espaldas estaban sus compañeros tendidos en el suelo e inconscientes.

-¡Eleone! Claudia... ¡Mierda! ¿De verdad? Es una ilusión. ¡Despertad!
-No te oyen... Están muy lejos.
-¡¿...?!

Eryn volvió a levantarse y transformó su Llave espada en lanza, al girarse vio a cuatro de los esbirros de Caos delante de ella. Uno que parecía un payaso, otro muy noble que vestía armaduras y llevaba una vara, un joven rubio con aspecto de deportista y un tío con una enorme armadura negra que le cubría todo.

-¿Qué pasa? ¿Es que Caos sólo sabe reclutar tíos? ¿Es gay o qué?
-Ríete mientras puedas, muchacha. Estás sola.
-¿Y créeis que cuatro pipiolos me van a dar miedo? Me he enfrentado a tipos más grandes y aterrorizadores que vosotros.
-¡No vas a reírte más de nosotros!

El más joven de los esbirros de Caos se lanzó al ataque invocando una espada en el proceso e intentó partir por la mitad a Eryn con ella, por suerte la Elegida detuvo el ataque con facilidad aunque la fuerza que acompañó al golpe hizo hundirse en el suelo a Eryn abriendo un pequeño cráter.

-¡¿Qué?!

Un segundo esbirro, el payaso, apareció por uno de los lados y lanzó una pequeña esfera de energía, Eryn la esquivó... o eso creyó, la esfera quedó a su espalda y cuando la tocó suavemente... ¡BUUUUUUUUUUM!

Eryn había invocado por los pelos la armadura aunque tenía un pequeño boquete en el lado de la explosión, se encontraba arrodillada y un poco asustada por el poder que acababa de presenciar.

-¿Qué... qué demonios?
-¿No te lo esperabas, verdad?

Habló el nombre de la armadura.

-Caos nos ha dado más poder, estás sentenciada. Acabad con ella.

El chico joven y el hombre de la armadura negra se lanzaron de nuevo los dos al ataque, Eryn intentó esquivar a ambos lo que consiguió por los pelos, pero no descansaron y siguieron atacando. No tardaron en desarmar a Eryn con un fuerte golpe y los dos volvieron a lanzarse al ataque con todas sus fuerzas.

-Mierda...

Eryn cerró los ojos esperando el golpe de gracia pero no llegó, en vez de eso se oyó el chocar del metal y cuando abrió los ojos vio a Abraham delante de ella con sus dos Llaves espada bloqueando a duras penas los ataques del enemigo.

-¡Zero!
-Ah... y dale... Es Abraham ¿Vas a... quedarte ahí... mirando... Ggg...?
-¡No, lo siento!
-Yo me ocupo de estos, aguantad.
-¡Mavras! Habéis llegado a tiempo.
-Luego... ggg... nos lo agradeces.

Eryn volvió a invocar su arma y se lanzó al ataque junto a Abraham mientras Mavras se acercaba a Claudia.

-Vamos allá...

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