lunes, 3 de junio de 2013

Prólogo



-Ha llegado la hora de la venganza.
-¿Estás seguro de esto, Caos?
-Ya hemos esperado bastante, recuperaré a Ánima como sea.
-¿Cuál es el plan?
-Invocaré la Luna, eso atraerá a los Sincorazón. Lyon no es un Elegido y las hijas de Arturia no están preparadas para defender Eclissis. Manda a Marte para que se ocupe del resto de peligros.
-Está bien...

En algún lugar de Eclissis un Kuroi bastante adulto supervisaba que todo saliera como debía.

-La Luna... El ataque va a empezar. Ya redirigí los portales de Blanck y Keiro para que lleguen aquí, tengo que llegar pronto al centro para invocar al espíritu de Claudia.

Muy cerca de allí, una joven vestida de hombre y tapada hasta los ojos veía a Kuroi de refilón.

-¿Quién será ese? Mmm... da igual, tengo prisa. ¡He de llegar a las ruinas!

______________________________________________________________________

Una gran explosión de Oscuridad asoló el edificio en el que se encontraban Claudia, Zero y Blanck, por suerte Kuroi había llegado a tiempo para invocar a Gólem y protegerles del daño causado. No muy lejos de allí, Caos seguía supervisando el ataque.

-¡No puede ser! Hay más Elegidos de los que esperaba y un espíritu de invocación
-Han llegado de una forma un tanto misteriosa. ¿Qué hacemos?
-Aún no está todo terminado, dile a Marte que se recupere, tiene que ir a las ruinas a destruír el Corazón de Eclissis.
-¿Tú que planeas hacer?
-Me infiltraré en el castillo. Ánima tiene que ser liberado.
-¿Y yo qué hago, Caos?
-Desinvoca la Luna.
-Sí.

­­­­­­______________________________________________________________________

La noche había llegado a Eclissis y Caos se escurría entre los soldados sin ser descubierto, sin embargo no contaba con que alguien había estado siguiendo sus pasos encontrándose con él en las almenaras.

-¡¿...?!
-¿De verdad pensabas que Arturia iba a dejar el castillo desprotegido?
-¡¿Quién eres?!
-¿Importa mi nombre? No voy a dejarte entrar, Caos. Hoy no vas a hallar la victoria. De hecho es posible que nunca la halles.
-¡No digas tonterías! Llevo planeando este asalto muchos años, el Corazón está a punto de caer y podré liberar a Ánima.
-El Corazón no caerá, me he ocupado de ello. Y no podrás romper el sello de Ánima.
-...
-Será mejor que huyas, Caos. Todo te ha salido mal y seguro que podrás notar que soy más fuerte que tú, llevo entrenando muchos años bajo las enseñanzas de Arturia.
-Esto no acabará aquí. ¡Liberaré a Ánima!

Caos desapareció tras un Portal de Oscuridad y Kuroi se quedó a solas cómo debía ser.

-Pero no será hasta que ellos no estén preparados.

______________________________________________________________________

Diez años atrás...

-¿...? ¡...! ¿Eclissis? Pero... está... diferente... ¿A dónde se supone que me ha enviado?

Kuroi empezó a investigar por las calles de Eclissis investigando haber qué descubría para ubicarse aunque a penas había un alma en las calles y una extraña sirena se oía de lejos.

-¿...? ¿Qué está ocurriendo? Nunca he visto Eclissis así.

De pronto Kuroi se chocó con alguien que cruzaba una esquina, era un guerrero bastante alto y fuerte y de porte ostentoso.

-Joven, ¿qué haces aquí? Es peligroso.
-¿...?
-Los Sincorazón están atacando. Debes guarecerte en casa.
-No, yo... No soy de aquí. No sé dónde estoy. ¿Quién eres?
-¿...? ¿Cómo? ¿Eres un visitante? No tengo tiempo pero... Ve al castillo, sigue por ese camino. Di que vas de parte del General Tristán.
-¿...? ¿Tristán?
-Sí. ¿Ocurre algo? ¿Me conoces?
-No. No. Lo siento.

Tristán se fue corriendo de nuevo por los callejones y Kuroi decidió ir hasta el Castillo de Eclissis donde las cosas no iban mucho mejor. Los soldados luchaban contra hordas de Sincorazón liderados por una mujer vestida con una armadura y el pelo rubio recogido.

-¡Atacad, soldados! ¡Que no pase ninguno!
-¿Arturia? ¿De verdad estoy diez años en el pasado?

La lucha prosiguió y Kuroi se mantuvo en las sombras como su futuro yo le había pedido, tendría que mantenerse al margen pero sin dejar de vigilar a la reina, tenía que preguntarle la ubicación de las invocaciones. Para cuando la primera ola de Sincorazón había desaparecido Kuroi intentó ponerse en contacto con ella pero nadie le dejó acercarse a ella y cuando quiso darse cuenta había desaparecido.

-No... Tengo que encontrarla...
-¡Tú!
-¿...? ¿Yo?
-¿Quién eres? Vuelve al castillo, no puedes volver a casa tal y como están las cosas.
-No. Yo...
-Vamos, muchacho, aquí fuera es peligroso.

Kuroi fue obligado a entrar en el castillo por el Elegido y acabó en el hall de entrada donde varias familias se encontraban refugiadas.

-Mierda, tengo que salir de aquí. Si tan sólo supiera usar mis nuevos poderes... Tengo que encontrar a Arturia, no puede morir...
-Se-señor...
-¿...?

Kuroi se dio la vuelta y no pudo creerse lo que veía, una pequeña niña rubia de ojos azules le estaba tirando de la camisa y claramente era alguien a quien conocía.

-Chss (¿Claudia?)
-¿Sabe usted dónde está mi madre? Dijo que volvería a por mí, pero no la veo...
-¿...?
-No veo a Ele por ninguna parte ni a Abra.
-Tranquila, pequeña, te ayudaré a encontrarles.
-Gracias.

Kuroi tomó de la mano a la pequeña Claudia y consiguió aprovechar la confusión para adentrarse más en el castillo de Eclissis también en parte gracias a su conocimiento del castillo. No tardó en adentrarse en las habitaciones superiores dónde sólo tenían acceso la familia real y su guardia.

-¿Es posible que esté en su cuarto?
-Sí. Puede que sí.

Kuroi llegó hasta el cuarto de Eleone dónde la joven observaba desde la ventana de su cuarto todo lo que ocurría.

-¡Eleeee!
-¡Claudia!

Las dos niñas se abrazaron momento que Kuroi aprovechó para ocultarse.

-¿Y mamá? ¿No habías salido con ella?
-Sí, me llevó al sótano del castillo con otro niño e hizo algo pero me dijo que no se lo dijera a nadie.
-¿Hizo algo? ¿El qué, Claudia?
-No... No lo sé muy bien y me dijo que no se lo contara a nadie, ni siquiera a ti.
-Está bien, no pasa nada. ¿Sabes dónde está ahora?
-No... Me dejó en el pabellón con los demás ciudadanos y volvió a marcharse.
-Mmm...

Desde las alturas del castillo, Kuroi aprovechó para escaparse a las almenaras y desde allí volver a la ciudad dónde prosiguió buscando a la reina. En una de las callejuelas pudo ver una escena bastante dramática, el hombre con el que se había encontrado antes se desvanecía en frente de él y su Corazón volaba en dirección al de un muchacho que yacía en el suelo con una niña bebé en brazos.

-¡...!

Kuroi salió disparado a toda prisa a coger al niño y a la bebita para ponerles a salvo.

-No puedo dejarles aquí, podría ser peli... Espera... Le falta un brazo... ¿Éste no será...? Vali...

Una nueva oleada de Sincorazón apareció de la nada aunque Kuroi los eliminó sin mucha dificultad.

-Vaya... Si no llego a aparecer esto se hubiera puesto feo.

Justo en ese momento uno de los soldados pasaba por allí y Kuroi le enchufó a los niños mientras seguía con su búsqueda que pronto llegó a su fin. Casi cerca de las afueras de la ciudad Kuroi vio a Caos enfrentándose a Arturia aunque para cuando Kuroi quiso acercarse a ayudar Caos ya había apuñalado a la reina.

-¡...!
-A-ah...
-Te has vuelto débil, Arturia. Éste es tu fin...
-Ahhh...

Caos la arrojó contra el suelo con fuerza y se acercó a ella tocándola agresivamente la espalda con lo que pareció que quería hacer algún tipo de hechizo pero no funcionó.

-¡¿...?! ¿Qué...? ¡¿Por qué no funciona?!
-Je... Je... Llegas tarde, Onrac. Sabía que venías y me deshice de la llave.
-No... ¡No! Idiota... Era lo único que podría haber evitado que te matara...
-No me importa. Dejo el destino en manos de otros. Nunca ganarás, Onrac. No mientras sólo lo hagas con egoísmo en tu Corazón.
-Ya no tengo Corazón. Me lo arranqué... Me lo arranqué porque tú eras mi debilidad.
-...supongo... supongo que muy dentro de mí lo sabía... pero tú... no hiciste lo correcto.
-¡¿Y qué es lo correcto?! Ambos... Ambos sabemos lo que se aproxima, sólo el verdadero poder puede hacerle frente.
-No, Onrac, no... Te equivocas... siempre te equivocas... Lo único que puede vencer a la Oscuridad que se aproxima es Luz. Luz, Onrac, no Oscuridad...
-Lo que se necesita es poder, Arturia. El verdadero poder. Y sólo ellos lo tienen. Dame la Llave.
-No...
-¡Dame la Llave, maldita sea!
-Nunca liberarás a Ánima, Onrac. Lo siento, tendrás que buscar otra manera.
-¡No! Lo haré, lo conseguiré. Y me ocuparé de que te enteres.

Caos abrió un Portal de Oscuridad y desapareció dejando a Arturia moribunda en sus últimos momentos, entonces Kuroi salió de su escondite y se acercó agachándose al lado de la reina.

-¡Majestad!
-¿...? Eres tú...
-¿M-me conocéis?
-Vi tu llegada.
-Oh... Necesito...
-Lo sé...

Arturia posó sus manos sobre las de Kuroi y le mostró de forma "especial" la ubicación de las invocaciones.

-Mi hija... Eleone... no necesitará una, la obtendrá de una manera especial.
-Lo sé... Lo sé... ¿Puedo... Puedo hacer algo por usted, mi reina?
-Sólo sigue tu destino, joven. No pierdas tiempo conmigo, no tengo salvación.
-...esto no fue lo que me contaron. Dijeron que Caos te torturó.
-Je... ¿Eso te dijeron? Bueno... entonces di que fue así, quizás eso ayude en un futuro.
-¿...?
-Viene alguien, márchate a hacer tu trabajo.

Kuroi afirmó con la cabeza y desapareció tras un muro esperando que no le vieran, lo último que quería era tener que dar explicaciones. Quienes llegaron no fueron otras que Hilda y Zelda a las cual Kuroi conocía.

-¿...?
-¡Arturia! -¡Arturia!
-Hilda... Zelda...
-¡¿Y Caos?!
-Co-Conseguí engañarle...
-¿Qué te ha... hecho...? Cúrala, Zelda.
-Sí...
-¡No! No...
-Pero Arturia...
-No... No hay curación para... lo que me ha hecho... Debo irme...
-Pero dijiste...
-Sé lo que dije, pero fue... fue egoísta. Eleone y Claudia ya no me necesitan y tienen a su padre.
-¿Y Caos?
-No volverá durante un tiempo. Estará frustrado. Me mató pensando que recuperaría la Llave pero le engañé.
-¿Y entonces quién tiene la Llave?
-No debe saberlo nadie. Es un secreto que... *cof cof*
-¡Arturia...!
-E-es... es un secreto que me llevaré a la tumba... ¿Y... Y Adam?
-Se fue tras la batalla...
-Dijo que no podía seguir viviendo después de lo que hizo... Seguramente vaya a suicidarse...
-...ya veo... Eso... eso significa... Eso significa que sólo quedáis vosotras.
-¿Qué quieres que hagamos, Arturia?
-Prometedme... Prometedme que mantendréis al margen de todo a vuestros hijos también.
-¡¿Po-Por qué?!
-No deben saberlo, dejad... dejad que tengan una infancia tranquila. Ya se enterarán cuando deban.
-Arturia...
-Entrenadles. Que sean fuertes como vosotras pero no les expliquéis el porqué. Ag...
-Arturia...
-Ya es mi hora. Decidle a Lyon que le quiero, ya nada... ya nada os mantiene aquí. Volved a casa.

Esas fueron las últimas palabras de Arturia, tras aquello Kuroi desapareció.

No hay comentarios:

Publicar un comentario