miércoles, 2 de abril de 2014

Capítulo 2: La siguiente generación



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Eleone se encontraba en el balcón de la torre de Yensid mirando al horizonte, parecía afectada y totalmente triste.

-Madre... ¿por qué me dejas en un momento como éste? Nunca me preparaste para esto...
-Debe ser duro...
-¡¿...?! ¿Qué...?

Ante Eleone, justo afuera del balcón y levitando se encontraba Jaleel totalmente sonriente y observándola.

-Hola, majestad.
-Ja-Ja-Jaleel...

Dos lágrimas salieron de los ojos de la reina en parte por volver a ver a Jaleel y otra por su estado actual.

-Pensé que nunca tendría el valor de aparecerme ante vos.
-¿Aparecerte? ¿Quieres decir...?
-Sí, lo siento. Pensé que si me veías, perderías esa disposición que adquiriste para enfrentarte a Caos.
-Jaleel... Yo... Te he echado tanto de menos...
-Lo entiendo, pero no debes preocuparte por mí. Estoy bien. Nunca te hubiera vuelto a molestar pero ahora que Arturia no puede acompañarte, no quería dejarte a solas en un momento como éste.
-Gracias, Jaleel.

Las lágrimas desaparecieron de los ojos de Eleone y ahora una preciosa sonrisa acompañaba su rostro.

-Así me gusta. Verte contenta. Has adquirido una enorme fuerza estos tres años, Eleone, pero tu verdadero poder sigue siendo el mismo y está al margen de ser un Avatar de la Luz, una Princesa del Corazón o una Elegida de la Llave espada.
-¿...?
-Sólo tú consigues que los demás se empleen al máximo para protegerte, majestad. Da igual lo débiles que puedan ser, contigo a su lado, todos se vuelven fuertes.

La sonrisa de Eleone se amplió aún más aunque decayó al momento.

-Sin embargo, en esto... No puedo hacer a nadie fuerte.
-Eso no es verdad. Sigues sin estar sola, Eleone, y no sólo para una guerra, tu hermana, Alexander, los demás... están contigo para todo, para lo que necesites, no sólo para protegerte.
-...
-Eleone... Tú lo sabes... Lo sabes, ¿verdad?
-...
-Alexander será un buen padre siempre y cuando le dejes estar a tu lado y al de él.
Eleone se miró la tripa y dejó de estar preocupada de una vez por todas, alzó la mirada y sonrió a Jaleel.

-Gracias, Jaleel. ¡Muchas gracias!

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Mientras tanto, en Eclissis, Alexander, Blanck, Vali, Mavras y Claudia se reunían para preparar el siguiente paso una vez todo volviera a la normalidad.

-Después de lo que dijo Eleone, no creo que quiera darle otra oportunidad a Caos, ésta será la última batalla.
-Ya no habrás más oportunidades, si no le vencemos esta vez, no habrá ocasión de prepararse contra los Avatares de la Oscuridad.
-Esperemos que Ele consiga recuperar sus poderes, contra Ánima casi no pudimos hacer nada pero ahora que tiene a otro Dios Oscuro.
-Aún esta Keiro.
-¿...?
-Él nos salvó, Ánima iba a rematarnos pero apareció y nos salvó. No sabemos que planea hacer pero aún está de nuestro lado, eso es seguro.
-Pero no podemos depender de él, esto lo tenemos que hacer nosotros por nuestra cuenta y no podemos contar con él.
-Seguramente aparezca en la batalla final, pero no podemos estar seguros de qué lado estará.
-¿Qué quieres decir? Estará del nuestro, ¿no?
-No estaría tan seguro... Puede que seamos sus amigos, o algo así... pero él decidió apoyar a Caos en esta guerra, recordad que me venció y le dio el Grial.
-Pero Mavras lo ha dicho, nos salvó.
-Creo que lo único que haremos en esa batalla es obligarle a decidir un bando o no le quedará más remedio que mirar como nos destruimos.
-...
-Es obvio que en una batalla final como ésa y teniendo ahora dos Dioses Oscuros de su parte habrá bajas... Es irremediable. Incluso aunque contemos con que Eleone recupere sus poderes y que Kuroi y ese chico consigan la Aguja de platino y restauren a Abraham, Eryn y Sina, será una batalla muy dura.
-Pero es necesario... No podemos permitir a Caos que siga con esta locura.
-¿Y después qué? Aún no sabemos cómo encontrar a los Avatare de la Oscuridad, ni siquiera parece que tengamos el poder de vencerles.
-Esperemos que Eleone encuentre una manera...
-¡No!
-Alexander...
-Tenemos que dejar de poner todo en hombros de Eleone, ella nos guía pero eso no significa que tengamos que depender de ella en todo.
-Pero no nos queda otra alternativa, ella es superior a nosotros en todos los sentidos.
-Pero sigue siendo una persona más, como nosotros, no podemos hacerle eso... Tenemos que compartir esa carga. Como sea.
-Alexander tiene razón, nosotros también podemos buscar una manera. Pero... ¿cómo?
-Ya no podemos pedir ayuda a nadie más, hemos explotado todos nuestros recursos. Arturia está incomunicable, Garland gastó todo el poder que le quedaba para ayudarnos a encontrar el escondite de Caos y llegar a él, Yensid pasó su Llave espada a Mickey y ha pasado los tres últimos años entrenando a Sara, Cyan intentando poner sus esperanzas en Alejandro que resultar estar loco... ¿En quién más podemos confiar nuestro futuro?
-Quizás va siendo hora de que dejemos de buscar a alguien que nos guíe.
-¿Qué quieres decir, Blanck?
-¿Creéis que ellos tuvieron ayuda siempre? Seguro que en algún momento de sus vidas también se quedaron sin aliados, sin respuestas y sin recursos pero se las apañaron para seguir adelante y llevar a cabo sus misiones, de proteger el Reino de la Luz. Es hora de dejar de esperar que vengan a salvarnos, es hora de buscar nuestras propias soluciones.
-¿Y cómo se supone que hacemos eso?
-Empezando por dejar de hacer preguntas y buscar respuestas.
-...
-Aún no hemos vencido a Caos y ya estamos buscando maneras de derrotar a los Avatares de la Oscuridad. Quizás nos estamos adelantando demasiado.
-...ya, pero...
-A penas hemos podido hacer frente a Caos y ya queremos hacernos cargo de la siguiente amenaza, ni siquiera pudimos proteger a Eleone en Camelot... Nos estamos poniendo objetivos más alla de nuestro poder.
-¿Y si pedimos ayudar a Arturo y Merlín?
-No... Ya lo ha dicho Blanck, basta de pedir ayuda. Nosotros somos los Elegidos, tenemos que poner fin a esto nosotros.
-¿Y qué propones?
-Tenemos que tener fe en Eleone y en Kuroi, tener fe en que completarán sus misiones y mientras nosotros tenerlo todo preparado para cuando vuelvan.
-¿Todo preparado?
-Hay que volver a buscar a Caos y evitar que se nos escape esta vez, preparemos un plan de ataque.

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-Lo que dices... tiene sentido.
-¡Claro que lo tiene!
-Desde que recuperé mi estatus como Dios creo que podría hacer algo como eso, aunque sería peligroso. No quiero volver a cambiar el pasado.
-¡Oh,venga, no estás diciendo eso en serio!
-Tú no lo entiendes, el tiempo es muy sensible al cambio...
-No me vengas con ese rollo, viejo. Yo sé que puedes hacerlo, ¡seguro que lo has heco antes!
-Sí, pero porque no me quedó más opción, fue necesario para salvar a mis amigos.
-¡Y ahora también! Necesitamos la aguja de platino.
-Lo sé, pero a lo mejor hay otra manera...
-¡¿Y si no la hay?! ¿Y si tardamos demasiado...? No hay tiempo, Kuroi...
-¿...? ¿Kuroi? ¿Me has llamado por mi nombre?
-Pensé que así me harías más caso.
-... .... está bien.
-¿Sí?
-Sí, hagámoslo. Puede que recuperar mi estatus como Dios me haya vuelto un poco más responsable otra vez, pero mis... nuestros amigos nos esperan.
-¡Así se habla, viejo!
-¿Otra vez...?
-Oh, venga, no seas tan estirado... ¡y dale caña!
-¿Entonces os vais, Kuroi?
-Sí, Goliath, pero no te preocupes, volveremos y te llevaré a Eclissis como te prometí. Soy un hombre de palabra y siempre intento cumplir mis promesas.

Goliath afirmó con la cabeza y se alejó de nuevo a las mazmorras donde esperaban las crías de gárgola, una vez solos, Kuroi y Jake, el primero empezó con el hechizo de retroceso.

-Este hechizo...
-¡Sí, sí, sí! Lo entiendo, Kuroi. ¡Lánzalo ya!
-¡...! Ok...

Kuroi se concentró y empezó a concentrar una gran cantidad de magia a su alrededor, el tiempo empezó a retroceder y para evitar que Jake no se perdiera en el tiempo lo agarró de un brazo, Jake intentó evadirse pero se distrajo y entonces Kuroi cayó en la cuenta.

-¡No!
-¿Qué demonios?
-¡Ey, tú, aparta!
-¿...?

El tiempo ya había cambiado, la fortaleza se había reconstruído y por poco un tipo les embiste con una mula de carga.

-Tenéis que mirar por dónde vais... Pche... ¿De dónde demonios han salido?
-Uff... eso ha estado cerca. Tenemos que ir...
-Ey, ey, ey... ¿A dónde te crees que vas?
-A por la aguja de platino, ¿tú qué crees?
-Tienes que explicarme un montón de cosas.
-¿En serio? ¿Ahora? Tenemos que encontrar la aguja, luego te respondo a todo lo que quieras.
-¿Cuándo pensabas decirnos que...?
-¡Nunca!
-¿...?
-¿Ni siquiera tú lo entiendes?
-...
-Ya sabes quién soy y qué hago aquí, ¿de verdad hace falta que te pongas a hacer preguntas?
-...no, pero...
-Pues vamos, viejo. Aún hay que salvar a Abraham, ¿no?
-Sí...
-Pues busquemos a quien tiene la Aguja.
-...

Kuroi se resignó a seguir con el interrogatorio y siguió a Jake por las callejuelas de aquella fortaleza en busca de alguien que pudiera tener la aguja de platino.

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-Aggg... ¡Joder! Son muy fuertes...
-Keiro...
-Tengo que hacerlo, Bastet. Tengo que hacerlo...

Keiro se volvió a levantar para volver a invocar a los Dioses Oscuros y volver a lanzarse al ataque con todas sus ganas, sólo para acabar una vez más en el suelo vencido.

-¿Por qué no descansas? Estás agotando tus fuerzas.
-Es necesario.
-¿...?
-Es un entrenamiento, Bastet. Cuando esté en medio de un combate, distraído y herido necesitaré seguir siendo lo suficiente poderoso para mantenerles atados. Supongo que fue el único fallo que cometí... Nunca conseguí saber como lo hacía Caos.
-¿Crees que tenía alguna manera especial?
-Es obvio, él ni siquiera es del Reino de la Oscuridad. ¿Cómo podría si no...?
-Aún no es tarde para descubirlo...
-Mmm... no sé... Ni siquiera sé dónde está ahora... La última vez me tuve que limitar a seguir al resto... Nunca dominé del todo ese tipo de habilidades.
-¿Y por qué no le invocas como la otra vez?
-Porque escaparía, cambiaría de ubicación y eso le haría a los demás encontrarle con más dificultad.
-¿Sigues teniendo fe en ellos?
-Nunca he dejado de tenerla, Bastet. Ellos también se han entrenado como nosotros estos tres años, pero... Ya sabes lo que hay... Nunca tolerarían mi manera de hacer las cosas. Son ellos los cerrados de mollera, no nosotros.
-Pero Kuroi te escucharía, él ya te ayudó. Te dio los rayos de Zeus y parte de la esencia de Hércules.
-Pero ya le oíste... Kuroi ahora está más ocupado encontrando la Aguja de Platino y deberíamos dejar que sea así, tienen que curar a los que no se defendieron del ataque de Jormurgand.
-Entiendo... ¿Y no podemos intentar convencer a otro?
-¿A quién, Bastet? ¿A Alexander, que se va a casar con Eleone? ¿A Vali que le dimos una paliza? ¿A Blanck que nunca ha atendido a razones? ¿O tal vez a Claudia para que sienta como traiciona a su hermana?
-...
-Tenemos que hacer esto solos, lo supimos desde el primer momento. Lo sabíamos, ¿verdad, Bastet?
-Sí...
-Entiendo como te sientes. Yo también me siento así. De verdad que no hay nada que me hiciera más feliz a que Eleone nos entendiera y nos apoyaran, todo sería mucho más fácil. Pero no podemos rendirnos. Tenemos que hacerlo. Tengo que conquistarles y entonces venceremos a Caos de una vez por todas. Luego ya se nos ocurrirá una manera de acabar con los Avatares de la Oscuridad.
-¿No te importa que sean de dónde tu procedes?
-No, mucho... Ya sabes que nunca me sentí mucho de allí, ni siquiera cuando Shirei y tú me contastéis toda esa historia... Este es mi hogar y quieren hacerle algo malo y no voy a permitírselo... Caos también quiere evitarlo pero ha hecho las cosas mal, muy mal y no le podemos perdonar.
-Lo sé... Lo sé... Y estoy contigo.
-Bien. Eso quería oír. Con tu apoyo me será más fácil poder concentrarme en esto. ¡Una vez más!

Exclamó Keiro levantándose del suelo y volviendo a invocar a Valigarmanda y Átomo.

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