viernes, 25 de julio de 2014

Capítulo 4: Tú otra vez



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Abraham fue el primero en entrar en la sala sorprendiendo a todos por igual, Eleone fue la primera que se lanzó a sus brazos seguida de Claudia, Alexander le sonrió desde la lejanía y el resto le saludaron. No tardaron en seguirle Jake y Sina, aunque As no estaba en la sala, había vuelto a Gemelus para avisar a Zelda y Hilda de las nuevas. Finalmente llegaron Kuroi y Eryn. Jake se apoyó cerca de la puerta como si aquello no fuera con él.

-Lo conseguistéis, Kuroi.
-No fue difícil.
-Ahora que volvemos a estar unidos debemos contra atacar.
-Sí...
-Oye, ¿y As?
-Volvió a Gemelus para hablar con vuestras madres.
-Oh...
-No tardará en volver.
-¿Y tú?

Eleone se acercó a Jake curiosa por aquel chico del que no sabían nada, Kuroi se mantuvo cerca evitando que le interrogara demasiado.

-¿Y yo qué?
-¿Aún sigues por aquí?
-Sí, bueno... Yo... os salvé, pero aún queda mucha lucha por delante. ¿No queréis mi ayuda?
-No dije eso. Es sólo que... No sabemos nada de ti, no sé sin confiar en...
-Podemos confiar en él, majestad.
-¿...? ¿Seguro, Kuroi?
-Segurísimo. Me fue de gran ayuda buscando la aguja, intentó protegernos de la mirada de Jormurgand y si ves en su Corazón verás que no esconde maldad alguna.
-¿Puede hacer eso?
-Tranquilo...
-Está bien, me fiaré de tus palabras, Kuroi. Pero tú te encargarás de tener un ojo en él.
-Tengo los dos.

Le sonrió a Jake pero éste se sintió un poco incómodo con eso.

-Bueh, si planeáis algo decírmelo. Me siento incómodo aquí.

Y se fue dejando al resto de Elegidos a solas.

-Qué chico más raro...
-Sí... Y me resulta extrañamente familiar...
-¿A qué te refieres, Claudia?
-No sabría decirte.
-...

Ante aquel silencio de Vali, Kuroi le hizo un gesto con la cabeza para que hablaran después a solas.

-Bueno, ¿y ése hechizo de rastreo, Vali?
-Sí, me voy ahora mismo a prepararlo. Necesito soledad y... concentración.
-Vale. Cuando termines, avísanos Vali. No podemos dar más cuartel a Caos.

La gente empezó a dispersarse y Vali salió de la sala seguido muy de cerca de Kuroi hasa que quedaron a solas en una de las almenaras.

-¿Es del...?
-Sí.
-Pero, ¿cómo...?
-No lo sé, no me lo ha querido explicar. Y creo que así es mejor.
-¿No sabes quién es?
-¿Tú sí?
-Sí, lo he visto claramente en su Corazón. Me ha costado discernirlo, pero... está clarísimo ahora.
-Vaya, esas habilidades tuyas nuevas son impresionantes.
-Sí... Pero si vamos a mantenerlo en secreto, será mejor que no nos contemos más cosas. Si está aquí debe tener una razón considerable.
-...
-¿Crees que no lo lograremos? ¿Que por eso está aquí?
-Es lo más seguro. Pero precisamente que esté aquí nos puede dar alguna posibilidad. Si me contara más...
-Pero no puedes forzarle. Podría ser peor.
-Lo sé. Bueno, no importa. Será mejor que empieces con el hechizo. Eleone se ha obcecado en que hay que parar a Caos.
-¿Y tú no?
-No lo sé. Algo me dice que Caos sigue sin ser el verdadero problema.
-¿Los Avatares de la Oscuridad?
-Sí... Aún siguen ahí fuera. Son el verdadero problema.
-Pero mientras Caos esté en medio...
-Lo sé. Espero que Keiro también se esté preparando, le vamos a necesitar.
-...
-Suerte con eso Vali.

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Mientras, en el dormitorio real, Eleone y Alex tenían un momento a solas.

-¿Crees que deberíamos adelantar la boda?
-No, Alex. Hasta que no acabemos con todo esto no va a haber boda.
-Pero...
-Esto no podemos evitarlo, ya ha empezado, pero la boda la podemos posponer un poco más. Caos no puede seguir jugando con nosotros.
-Quizás te estás obsesionando un poco con Caos.
-Puede. Pero ya ha hecho demasiado mal en el Reino de la Luz. No podemos seguir dejándole que haga lo que quiera, cuando Vali termine el hechizo iremos a por él.
-Ahora tiene dos Dioses Oscuros, Eleone.
-¿Crees que no lo sé? Y seguramente el nuevo esté recuperándose ahora mismo. Cuánto antes lo hagamos más fácil será. Tengo nuevos trucos en la manga.
-¿Tu madre o...?
-Los dos... Me enseñó algunas cosillas mientras estuvo en mi cuerpo y... por lo que se ve, las semillas de Luz son más poderosas con cada generación. Pero al hacer lo que he hecho... es posible que ya no haya más.
-¿Dices que...?
-Sí. Robarle la semilla a él, o ella, ha sido antinatural así que no creo que se la pase a ningún otro hijo, si es que tenemos más.
-Yo sí quiero tener más.
-Alex... Yo también.

Finalmente sellaron la conversación con un beso.

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Mientras tanto, en el patio del castillo, Jake se entrenaba duro con su Llave espada mientras Claudia y Abraham le observaban desde la lejanía.

-Mmm...
-¿De verdad que te suena, Claudia?
-Sí... y mucho. Mucho... mmm... mmm...
-¿Claudia?
-Mmm... mmm... ¡Ah!
-¡¿Qué?! ¿Ya sabes de que te suena?
-No... es que me ha empezado a doler la cabeza de tanto pensar.
-...oh... ...
-¿Qué? Es verdad... ¿Por qué no hablamos con él?
-No parece que esté interesado en contarnos nada. Es muy reservado, ya ves como le respondió a tu hermana.
-Bueno, yo soy más dulce que mi hermana.

Claudia sonrió y empezó a caminar en dirección a Jake mientras Abraham se llevaba una mano a la cara y luego la seguía.

-¡Hola!
-¿...? Ho-hola...
-Soy Claudia, encantada.
-Ya... ya sé quién eres. ¿Qué quieres?
-Te lo he dicho, Claudia.
-Calla... Nada, sólo quería darte las gracias por salvarnos y curar a Abraham.
-De nada. Aunque yo no le curé, fue Kuroi.
-Pero tú le ayudaste.
-Sólo le acompañé.
-Ya hiciste más que los demás.
-Sí... ¿Quieres algo más? Estoy entrenando.
-Ey, respétala. Es la reina de Eclissis y estás en su castillo.
-... ... si estorbo me puedo ir fuera a entrenar, no pasa nada.
-No, no, no. No le hagas caso, es un poco... serio.
-No le defiendas, Claudia.
-No le defiendo. Pero... si no quiere hablar.
-No tengo nada que decir.
-Claro. Lo siento.

Claudia se alejó entristecida y Abraham la siguió de cerca sonriendo, esa estrategia no solía fallar.

-Ey, espera, lo siento.

Claudia volvió a sonreír y se dio la vuelta. Abraham sonrió pícaramente.

-No pasa nada. Entiendo que no quieras contarnos nada. Seguro que has tenido una vida difícil.
-Sí, un poco.
-¿También perdiste a tus padres?
-¡¿C-cómo lo sabes?!
-Tienes esa misma mirada que yo cuando perdí a los míos.
-Oh...
-Yo también les echo de menos, pero sé que están aquí.

Claudia se tocó el pecho y luego le tocó con cuidado en el suyo a Jake.

-Y los tuyos están ahí.
-Sí...

Jake sonrió mirándose el pecho y luego le sonrió a Claudia.

-Gracias...
-De nada.

Claudia le devolvió la sonrisa y volvió a caminar hacia el castillo.

-¿No ves, Abra? Te dije que yo era más dulce.
-Lo eres, Claudia. Lo eres. Pero no has conseguido sacarle nada.
-No creas...
-¿Ah, no? ¿Lo de sus padres?
-No. Algo más.
-¿El qué?

Claudia no respondió, simplemente sonrió y se adentró en el castillo mientras Abraham la seguía mirándola con misterio.

-Que es como nosotros. Ojalá le hubiéramos encontrado antes.

Jake les vio irse y desinvocó su Llave espada nostálgico aún con la mano en el Corazón.

-Ojalá... ojalá os lo pudiera contar.
-A ellos no puedes, pero a mí sí.
-¿...?

Jake se giró asustado y vio a alguien a quién no esperaba ni conocía.

-¿Q-quién eres tú?
-¿Importa? No. No importa. Lo que importa es quién eres tú. No contábamos contigo.
-Espera... Sí... sí que te conozco. Ese Corazón... ¡Eres...! ¡Aaaaaaagh!

Jake volvió a invocar su Llave espada y atacó sin pensárselo a aquel hombre misterioso que le esquivó sin problemas.

-¡Maldito, te mataré!

Jake siguió atacándole en vano hasta que fue repelido salvajemente por un ataque volando varios metros y acabando dando volteretas de espalda hasta chocarse contra uno de los muros del castillo.

-Ahhhh... ¿Qué...?

Cuando intentó levantarse sin embargo, el hombre misterioso apareció mágicamente delante de él y le pisó el pecho evitando que pudiera incorporarse.

-Será mejor que respondas mi pregunta. ¿Quién eres?
-¡Que te jodan!
-Je... Por alguna razón tú me conoces a mí y sabes quién soy, pero yo a ti no. Y eso, amigo mío, no suele pasar.
-¡No soy tu amigo! ¡Ahhhh!
-¡Suéltale!

Alexander y Eleone aparecieron en el patio por una de las entradas y Claudia y Abraham aparecieron por la contraria tras escuchar el ruido.

-Ahhhh... No, iros... es...
-¡He dicho que le sueltes!

Eleone se lanzó con su Llave espada contra el hombre misterioso pero la detuvo sin problemas y la repelió igual que a Jake, por suerte a ella la cogió Alexander en pleno vuelo.

-Eleone... ¿estás bien?
-Sí, pero Jake...

El hombre cogió a Jake del cuello sin dificultad ninguna mientras Abraham y Claudia llegaban cerca de ellos.

-¡Suéltale!
-I-iros...
-¡Abra!
-Sí.

Abraham se lanzó al ataque también cogiendo la Llave espada de su hermano prestada atacando con las dos y consiguió repeler lo suficiente al hombre como para que soltara a Jake.

-Tú eres...
-Sí. El mismo.
-¡Es el avatar de la Oscuridad!

Eleone se volvió a lanzar al ataque a la vez que Abraham pero cuando fueron a chocar contra el hombre desaparecieron los tres en medio de la nada.

-¿Qué...?
-¡¿Eleone?! ¡¿Abraham?!
-¡Eleoneeee! ¿Dó-dónde están?
-Ele...
-Ha sido... ha sido por mi culpa... No... ¡No! ¡Mierda!

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