martes, 29 de julio de 2014

Capítulo 6: Abraham



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

www.youtube.com

______________________________________________________________________

El cuerpo de Abraham amenazó con caer al suelo de espaldas ante el embiste de aquel poderoso hechizo pero Eleone se lanzó a tiempo para agarrarlo antes de que tocara el suelo, amortiguando la caída. Los ojos del Elegido buscaban desesperados los de Eleone, aunque casi parecía haber perdido la vista.

-E... E... Eleone, perdóname...
-No... Abra...
-Váis a tener que seguir adelante sin mí...

Una pequeña sonrisa escapó de los labios del moreno y Eleone invocó los poderes del Mundo para intentar sanar a su amigo, por desgracia ni siquiera eso fue suficiente ante lo que acababa de sufrir.

-N-no... Tiene... tiene que llevarse una vida...
-Ni siquiera puedo...

Eleone terminó por romper a llorar incapaz de salvar a su amigo quisiera o no. Sin embargo Abraham la acarició le sonrió antes de robarle un beso.

-N-no llores... No voy a un lugar tan malo...

Aquello fue lo último que el Elegido hizo y dijo, su mano cayó al suelo y sus ojos se perdieron en la lejanía mientras Eleone era incapaz de seguir manteniendo las lágrimas.

-Te avisé, Eleone. Lo hice y no me escuchaste. No podéis hacer nada con...
-¡Cállate!
-¡...!
-No quiero oírte. No quiero oír tus malditas excusas. ¡Cállate!
-...
-¿Por qué...? ¿Por qué tenéis que robarme todo cuánto me importa? ¡¿Por qué?!
-...
-¿Es que acaso no habéis sentido lo mismo? ¡¿No sois capaces de entender que nadie quiere pasar por ello?!
-Pero es irremediable...
-¡No lo es! Y ese... ese pensamiento es tan egoísta y desconsiderado... ¿Es que no podemos vivir todos en paz?
-Ese pensamiento es infantil y estúpido.
-¡No lo es! Lo infantil y estúpido es querer robarle lo demás a los demás porque no eres capaz de aceptar lo que tienes.
-¿Lo que tengo...? Ja, ja, ja... Lo que tengo... ¡No tengo nada!
-¿...?
-No hay posibilidad de compartir porque no tengo nada que darte.
-¿Y tienes que arrebatármelo? ¿No podías simplemente pedirlo? No somos tan horribles...
-No, supongo que no. Pero lo que quiero... lo que queremos. No nos lo podéis dar por las buenas. Tenemos que tomarlo.
-No... no lo entiendo... ¡No lo entiendo!
-No tienes porqué hacerlo. No tienes porqué entenderlo. No tienes porqué evitarlo. Sólo deja que pasa. Así sufrirás menos.
-...no es justo...
-No, claro que no. Tampoco fue justo cuando los Dioses Oscuros destruyeron todo lo que queríamos...
-Pero no es nuestra culpa...
-No, no lo es. Es simple supervivencia. O nosotros o vosotros.

Eleone no dijo nada más, escondió su cabeza llorando en el pecho del cuerpo inerte de Abraham, incapaz de entender aquel comportamiento, pero ¿cuándo había sido capaz de comprender a alguno de sus enemigos?, ¿cuándo habían sido sus enemigos capaces de entenderla a ella? Por eso había enfrentamientos, por eso había guerras. Nunca podría haber comprensión, sólo necesidad. Y la injusta guerra que la acompañaba. Para que uno de los dos bandos consiguiese lo que quería.

-Márchate...
-...
-Ya tienes lo que querías. ¡Márchate!
-... ...la guerra aún no ha acabado, Eleone. Volveremos. Y no podréis hacernos frente.
-¡Vete!

Ante aquella amenazante palabra, el Avatar de la Oscuridad finalmente desapareció dejando a Eleone en la más absoluta soledad con su llanto como única compañía. Pasaron minutos, aunque a Eleone le parecieron horas, cuando un nuevo portal se abrió y aparecieron por él Eryn, Kuroi y Alexander. La escena que allí les esperaba les dejó totalmente de piedra, especialmente a Alexander que en seguida sintió lo que aquello significaba cayendo de rodillas al suelo. Kuroi posó su mano en el hombro del joven y escondió su mirada en el suelo incapaz de saber qué decir. Eryn por su parte se acercó a la reina e hizo lo mismo.

No hubo palabras, ni gestos, ni nada. Sólo esperaron a que Eleone terminara su luto y decidiera soltarse del cuerpo de Abraham para que pudieran llevarlo de nuevo a Eclissis donde recibiría el entierro adecuado. Simulando a los anteriores, con aquel precioso pero lúgubre paseo desde el castillo hasta el cementerio en total silencio, con las gentes de la ciudad asomándose desde sus ventanas y balcones para rendir sus pleitesías al general que había defendido sus hogares por tantos años. Como siempre, Eleone presidía la comitiva, ahora ya más calmada, mientras Claudia la acompañaba llorando en completa tristeza. Alexander había sido incapaz de salir del castillo, sentía que había perdido parte de su Corazón con aquella pérdida. Y no podía ser más correcto viniendo de su hermano gemelo.

El resto acompañaban a las reinas en su silente caminar, todos excepto Jake, que miraba todo desde las almenaras del castillo con toda la culpabilidad con la que un hombre puede sentirse en su vida.

En esta ocasión no hubo discurso ninguno, la furia de Eleone había superado su tristeza, era incapaz de decir alguna palabra que honrase a su amigo en un momento como éste. Le enterraron cerca de las tumbas del rey y la reina, como buen guardián de la familia real y lo colmaron de honores y medallas. Aquel día ni siquiera llovió como tenía Eclissis por costumbre por sus héroes caídos, la tristeza era tal que ni siquiera el Mundo podía expresar como se sentía.

______________________________________________________________________

Una semana fue suficiente para que todos recuperasen un atisbo de felicidad, habían sufrido más golpes en el pasado pero ninguno como aquél. Aquella mañana Eleone y Alexander decidieron llevar flores a la tumba de Abraham, pero cuando llegaron no estaban solos. El silencio sepulcral con el que fueron hasta la tumba no alertó a quién se encontraba allí desvelando sus sentimientos.

-Lo siento mucho. Yo... yo siempre quise conocerte y al final lo conseguí, y ni siquiera fui capaz de decirte una palabra en condiciones. Me odio tanto por haber intentado cambiarlo todo y aún así haber sido incapaz de salvarte. Quería salvaros a todos pero tú... eras el más importante para mí.

Eleone y Alexander se quedaron perplejos al escuchar esas palabras provenientes de Jake, el joven que había afirmado no conocer a ninguno de ellos, pero aquellas palabras desvelaban todo lo contrario.

-Te he fallado... Les he fallado a todos. Yo...

Jake no tardó en finalmente entender que ya no estaba solo y cuando se giró vio a sus silenciosos acompañantes observándole desde la distancia. Su mueca cambió velozmente de una de tristeza a una de sorpresa, en un principio amagó con escapar pero se dio cuenta de que eso era inútil. Volvió a girar la cabeza hacia la tumba.

-¿M-me habéis oído todo?
-No. Todo no.
-Ya... Lo tenía que haber pensado en vez de decirlo, ¿verdad?
-Jake, ¿qui-quién eres?
-¿De verdad que nisiquiera vosotros lo podéis saber? Eso duele.

Eleone y Alexander se acercaron a dejar el ramo de flores sobre la tumba de Abraham y luego se quedaron los dos mirando a Jake.

-Deberías ser los únicos que lo supieráis. Aunque supongo que este hechizo os puede confundir un poco.

Los dos se sorprendieron cuando Jake con un gesto dispersó un hechizo sobre su cuerpo, aunque especialmente afectó a su cabeza. El pelo pasó de ser negro a rubio, sus ojos de verde a azules y las ropas callejeras que antes llevaba se convirtieron en una armadura elegante con los mismos símbolos que la que portaba Eleone, pero cuando vieron su rostro... cuando el hechizo cambió su rostro, los dos se quedaron perplejos.

-A-A-Abraham... -¡Abraham!

Ni siquiera se movieron del sitio, salvo por la diferencia de colores, el parecido entre aquel chico y su amigo muerto era idéntico, casi parecido al de Alexander, que aunque eran gemelos habían sufrido diferentes cambios en su metabolismos con los años, pero aquel chico era totalmente clavado.

-Sí, bueno... ése es mi nombre, pero no soy él...

El joven miró a la tumba de Abraham para decir aquello con una pequeña sonisa en la boca.

-¿No... eres... él?
-¿Y por qué el parecido? ¿Eres... es que éramos trillizos?
-¡No! ¡Claro que no! Además, soy más joven que tú. ¿De verdad aún no lo sabéis?

Eleone sí que lo había averiguado en su Corazón pero aún era incapaz de aceptarlo, o al menos hasta que sintió un pequeño pinchazo proveniente de su tripa donde se estaba gestando su hijo. Y entonces no dijo nada, sólo abrazó a Jake dejándole sorprendido mirando de frente a Alexander sin saber qué decir, hasta que finalmente cerró los ojos y se abrazó a ella. Alexander aún no lo entendía.

-¿Qué...? Eleone...

Eleone dejó de abrazar al chico y se giró con dos lágrimas en sus ojos a punto de caer.

-Es nuestro hijo, Alex.
-¡¿Cómo?!

"Jake" le miró con un gesto de aprobación y tampoco dijo nada, dando un paso y abrazando al chico y a su futura mujer en un abrazo completamente familiar. Al fin se separaron y los adultos buscaron explicaciones.

-Pero, ¿cómo es posible?
-Kuroi me envió desde el futuro.
-¿Desde el futuro?
-Sí. Los Avatares de la Oscuridad ganaron, pero... n-no hay tiempo para explicaciones. Tenemos que hacer algo antes de que no pueda salvar a más gente. Me estoy arriesgando demasiado contandoos esto, ni siquiera he sido concebido aún.
-Bueno, técnicamente... ya vienes de camino.

Dijo Eleone con una impecable sonrisa de felicidad.

-¿Ya estás...?
-Sí. De ti por lo que se ve.
-Oh...
-¿Ha-has dicho que te llamas Abraham?
-Sí... Me lo llamastéis en su honor. De donde vengo también... también murió.

Tres sonrisas tristes de complicidad surgieron a la vez hasta que destruyó el silencio "Jake".

-Abraham Junior Lowënthal.
-¿Lowënthal?
-Sí, tiene que pasarse el apellido de la familia real.
-Ah, claro.
-No es que no quiera una reunión familiar bonita y todo eso, llevo muchos años sin veros, pero tenemos que movernos. Hay que detener a Caos.
-¿Muchos... años sin vernos?
-¿Significa que...?
-Por favor, no me hagáis recordar más experiencias malas. No quiero enterrar a nadie más que ya haya visto enterrado.
-¿Quiénes más?
-Por favor...
-¿Quiénes más, Ja... Abraham?
-Todos menos Keiro, Kuroi y Eryn.

Las cabezas de Alexander y Eleone cayero casi al unisono al saber de su destino, al final habían fracasado, o así es como se sentían, pero Abraham precisamente había vuelto para cambiar eso.

-No os desaniméis. En mi futuro todo estaba mucho peor, fue Jormurgand quién mató a la mayoría, pero yo lo evité. Aún sois los suficientes para acabar con Caos antes de que...

Sin embargo se calló antes de desvelar más informaciónes.

-¿Antes de que qué?
-No puedo... Tenemos que luchar. Ahora o nunca. Si Caos no cae... todo se pondrá mucho peor.
-Pero...
-No, Eleone. Tiene razón. Tenemos que aprovechar esta oportunidad. Reunamos a todos para enfrentarnos a Caos. Vali ya terminó el hechizo de rastreo.
-S-sí...

Eleone finalmente se envalentonó y dando aquella reunión familiar por terminada se fueron a reunir con el resto.

______________________________________________________________________

Mientras tanto, en un lugar muy, muy lejos de allí, Keiro, lleno de heridas y totalmente agotado de rodillas sonreía con cierta satisfacción.

-Lo has conseguido, Keiro.
-Lo... lo he hecho. ¡Lo he hecho, Bastet!

Keiro se levantó de un impulso con las fuerzas que le quedaban y cogió a la pelirroja en brazos dándole una vuelta completa hasta que sintió como cedían sus fuerzas y la soltó para volver a arrodillarse.

-¡Keiro!
-N-no pasa nada, sólo estoy agotado. Pero les he vencido.

Keiro miró hacia donde antes había estado peleando y miró a los ojos a Átomo y Valigarmanda, que se habían postrado a sus pies como señal de sumisión.

-Ahora volved. Os llamaré cuando os necesite.

Dos nubes de Oscuridad se tragaron a los Dioses oscuros que ahora debían totalmente su obediencia a Keiro.

-Y ahora a por Caos. Prepárate, Bastet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario