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Onrac, el mundo que
sería partícipe del final de aquella guerra interna entre los habitantes de la
Luz, ahora yacía destrozado por la Oscuridad. Millones de Sincorazón lo engullían
todo a su paso hasta el Corazón del Mundo, dispuesto a consumirlo y eliminar
otro de sus objetivos. Caos los había llamado y ése era su único fin.
Pero catorce elegidos ya hacía muchos años luchaban del lado correcto, o eso querían hacerse creer a ellos, o al resto. Disputando el destino de todo el Reino de la Luz en aquella batalla.
-¡Es aquí!
-Bastet, ¿cómo...?
La pelirroja sonrió y se giró para mirar a Claudia, había algo en ella especial, pero la rubia no podía comprenderlo. La pelirroja sin embargo no le dio más opción y de una patada tiró abajo una puerta que daba a un enorme abismo, al asomarse los tres vieron el Corazón del Mundo suspendido en medio del abismo y como una gran cantidad de Sincorazón lo envolvían intentando engullirlo.
-¡Llegamos tarde!
-No, no es tarde.
Nunca es tarde si hay esperanza.
-¿...?
Claudia se asustó cuando una luz estalló alrededor de Bastet, de la luz surgieron varias protuberancias luminosas que juntas formaban dos alas, el cuerpo de Bastet ahora irradiaba y sus ojos eran dos esferas perfectas de color amarillo que sólo transmitían eso que acababa de decir: esperanza.
Claudia se asustó cuando una luz estalló alrededor de Bastet, de la luz surgieron varias protuberancias luminosas que juntas formaban dos alas, el cuerpo de Bastet ahora irradiaba y sus ojos eran dos esferas perfectas de color amarillo que sólo transmitían eso que acababa de decir: esperanza.
Se lanzó al abismo y
comenzó a volar en círculos alrededor del Corazón del Mundo eliminando a los
Sincorazón con Llave espada en mano, la fuerza que dio a Mavras y a Claudia les
obligó a hacer lo mismo y transformaron automáticamente sus armas en
deslizadores para seguir su ejemplo.
-La esperanza es lo único
que puede ayudarnos. Sin ella, estaríamos perdidos.
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En el campo de
batalla cada uno de los elegidos tenía su cometido. Blanck se abría paso entre
la gran cantidad de Sincorazón sin problemas, las heridas que le causaban se
cerraban sin dificultad y la oscuridad del cuerpo de esas criaturas era como
mantequilla para las garras y la Llave espada del hombre lobo.
Kuroi y Eryn habían
creado un muro infranqueable alrededor del lugar donde ahora luchaban Caos,
Eleone y Keiro gracias a sus poderes espacio-temporales mientras se encargaban
de que ningún Sincorazón intentara destruír la barrera.
Vali y Shiva lo
hacían a su manera, con estilo, habían convertido toda la parte norte del campo
de batalla en una bonita campiña de estalagtitas rellenas de Sincorazón, pero
otro gran ejército de esas criaturas venía de más al norte.
Padre e hijo no
tardaron en liberar a Valigarmanda de los Sincorazón y luego Abraham Junior usó
la Aguja de platino para liberar también a Átomo, luego se reunieron con Kuroi
y Eryn para ayudarles a proteger la barrera.
Sina y As no tardaron
en unirse a la contienda, la primera ayudando a Blanck y el segundo a Vali, era
mucho más fácil congelar con la ayuda del agua.
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Mientras, los dos últimos
y más importantes Elegidos se enfrentaba al villano y sus dos Dioses oscuros,
pero gracias a la dedicación de sus amigos, Keiro pudo invocar a los otros dos
para ayudarle a terminar con Caos que ahora yacía en el suelo con Keiro amenazándole
con su Llave espada.
-Se acabó, Caos. Has
perdido. Bastet ha detenido la invasión, nuestros amigos están acabando con el
resto y tus Dioses Oscuros ya no te obedecen.
-Grr... Tú no eres
digno de vencerme. ¡Sólo Arturia puede!
Fueron ilusos de
pensar que eso había terminado, en un ataque desesperado Caos invocó un enorme
vórtice de Oscuridad usando como sacrificio a Ánima y Jormurgand, no tardaron
en tragarse a los otros dos Dioses Oscuros, Eleone tuvo que usar todas sus
fuerzas para agarrarse a una roca con su Llave Espada mientras Caos desaparecía
en una nube de sombras, a Keiro no le costaba mantenerse en pie.
-¡No, maldito!
-¡Keiro!
-¡Eleone!
Keiro saltó sobre la reina y la sujetó evitando que se la tragara el vórtice.
-¡Está creciendo!
¡Destruirá la barrera y se lo tragará todo!
-¿Cómo ha...?
-Siempre tuve un as en la manga.
-Siempre tuve un as en la manga.
Caos volvió a resurgir de la Oscuridad, su sonrisa era triunfante.
-¡Detén esto! ¡Nadie
saldrá vivo! ¡Ni siquiera tú!
-Claro que no. Es un
agujero negro, se lo tragará todo. No quedará nada del Reino de la Luz.
-¡¿Cómo dices?!
-¡Lo intenté! De
veras que lo intenté, pero vosotros... terribles granos en el culo... ¡Yo era
quien debía salvar el Reino de la Luz, esa misión debía habérmela dejado a mí,
Arturia! ¡A MÍ!
-Estás loco... ¡Mi
madre nunca te hubiera confiado nada! ¿Y ahora quieres destruírlo todo?
-Sí... es la única
manera. Así ellos tampoco ganarán.
-¿E-ellos?
-¿Te refieres a los
Avatares?
-Sí... fracasarán.
Quieren nuestro Reino pero no dejaré nada de él. No podrán tocarlo, no lo
corromperán.
-¡No te dejaremos!
Keiro agarró con
fuerza a Eleone y la lanzó contra Caos en un grácil movimiento, la Elegida fue
capaz de cortar a Caos por la mitad con su Llave espada y Keiro la volvió a
sujetar cuando terminó el trabajo.
-¿...?
-¿No era eso lo que querías? ¿Que Arturia acabase contigo?
-¿No era eso lo que querías? ¿Que Arturia acabase contigo?
-Ella... no es...
Art... Arturia...
El cuerpo de Caos se hundió en la Oscuridad del vórtice alimentándolo y haciéndolo cada vez más grande y fuerte, la barrera que Kuroi y Eryn crearon empezó a quebrarse del poder.
-No... No podemos...
-¡Ja, ja, ja, ja!
¡Imbéciles!
-¿Caos? ¿Cómo...?
-¡Ahora soy uno con
el vórtice, éste es vuestro fin!
-¡Aaah!
Keiro decidió entrar
en un Portal de Oscuridad con Eleone en sus brazos para salir fuera de la
barrera, allí se reunieron todos viendo como la barrera se iba quebrando poco a
poco.
-Tenemos que
detenerlo.
-¿Cómo?
-Creo que Caos está
enlazado a esa cosa, si pudiéramos derrotarlo.
-Está ahí dentro, ¿cómo
planeas entrar sin que te aplaste esa cosa?
-...
-Pero si no hacemos
algo...
Todos parecían decaídos con la idea de que Caos hubiera ganado, pero uno de ellos estaba decidido a algo, la misma de siempre.
-Ahora lo entiendo.
-¿Eleone?
-Ahora lo entiendo.
Entiendo a mi madre, entiendo su sacrificio. Alguien tiene que detenerlo, y sólo
yo puedo. La semilla de Luz.
-¡Debes estar de
broma!
-¡Ele, no!
-Tengo que hacerlo o
todos moriremos.
-No... no tienes
porqué... ¡No! Y... y estás... estás embarazada. ¡No puedes!
-Alex... Nadie más de
aquí puede hacerlo.
-En realidad sí.
Todos miraron al
lugar del que provenía la voz, Mickey apareció junto a Sara.
-De hecho, ahora
mismo hay tres Avatares entre nosotros.
-¡No! No podemos
dejar que Sara haga esto.
-No, Sara no está aquí
para eso. Su semilla fue cultivada por Yensid con otro propósito.
-¿Entonces?
-No puedes
sacrificarte, Eleone. No es suficiente tu Avatar para cerrar eso, necesitas
también el poder de Sara.
-No puedo dejar que
lo haga ella.
-¿No hay otra manera?
-Has dicho que había
tres entre nosotros.
-...
-¿Blanck?
-Lo siento, pero... Yensid fue claro. Debe ser
Sara o... Eleone.
-¡Lo haré yo!
-Ele, no...
Eleone se acercó a
Sara y le ofreció las manos para que se las diera, ésta lo hizo y el poder de
ambos Avatares se unió en uno dando más poder del que nunca había soñado la
nueva Reina.
-Lo noto, noto que
puedo hacerlo.
-No, no puedes.
-Ja... Hijo...
-No puedes hacerlo
madre, si lo haces...
-Tiene razón,
Eleone...
-Abraham... Yo...
Eleone se tocó el vientre sabiendo lo que eso significaba.
-No puedo dejar que
Sara lo haga.
-¡Tú tampoco puedes!
-¡...!
-¿No te acuerdas?
-¿...?
-¿De quien es el
poder que llevas dentro? Kuroi me lo contó.
-¡...!
-¡...!
-¿Qué quiere decir,
Eleone?
-Yo... nunca os lo
conté.
-Tienes que devolvérmelo.
Yo lo haré.
-¡¿Qué?! ¡No!
-Abraham...
-No importa lo que a
mí me pase, madre. No pertenezco a este lugar, y si lo haces tú es como si
nunca hubiera existido. No puedes quitarme eso.
-...
Abraham se acercó a
ella y le cogió de las manos robándole en el acto el poder del Avatar.
-Yo era el primogénito.
Yo heredé el poder. Yo puedo hacerlo. Gracias por todo. A todos.
Abraham miró a todos
una última vez y luego se lanzó de cabeza hacia la barrera que no tardó mucho más
en romperse.
-Abra... haaaaaam.
Eleone cayó al suelo
de rodillas mientras Alexander la sujetaba y el chico fue absorbido por el
enorme Vórtice de Oscuridad, la fuerza los atrapó a todos y estuvo a punto de
engullirlos, pero entonces una Luz brotó de su interior creciendo a gran
velocidad hasta que no quedó nada de él, nada excepto una cosa: Caos.
-¿...? ¿Cómo...? ¡No!
¡No puede ser! ¡Noooooooo!
Eleone se lanzó
cabreada contra Caos tras quitarse de encima a Alexander, le golpeó tan fuerte
que volvió a salir disparado y se chocó contra una roca con fuerza.
-¡Te odio! ¡TE ODIO!
Un poderoso rayo de
Luz salió de Eleone y golpeó a Caos dejándole mal herido, recuperó su forma
mortal y perdió toda su armadura mostrando el hombre que una vez fue.
-¿Cómo ha hecho eso?
¿No ha perdido los poderes?
-Aún siento parte de
ellos en su interior.
-...
Una mano de Luz se
formó en torno a Caos y se adentró en su cuerpo devolviéndole lo que se arrancó
hacía muchos años. Al sentirlo otra vez dentro de él empezó a llorar
desesperadamente.
-Aggg... Todo este...
¿Qué... qué...?
-¡Sufre!
-Eleone...
-¡Sufre, sufre por lo
que has hecho!
-Basta, Ele.
-¡Sufre! ¡Tú,
maldito! ¡Te querías enfrentar a ellos, querías salvar el Reino de la luz! ¡Y
has tenido que quitarme todo lo que me importaba para hacerlo! ¡TE ODIO!
Un nuevo rayo de Luz
le golpeó aunque pareció hacerle menos daño ahora que ya volvía a ser humano.
-Te odio...
Eleone bajó la mirada
mientras se iba acercando a Caos, todos sabían lo que iba a hacer y algunos de
ellos salieron disparados a evitarlo pero una poderosa onda de luz los mandó
volando atrás incapaces de detenerla.
-¡Eleone, no lo
hagas!
-¡Ele, tú no eres así!
-¡Callaros! ¡Se lo
merece! Se... se lo merece...
Eleone terminó de
acercarse a Caos y éste la miró con tristeza.
-Sabes qué pasará si
lo haces... No hay vuelta atrás. Tu Corazón ya no podrá ser protegido por el
Avatar.
-Me lo has quitado
todo...
-Bien... Pues
hazlo... Detén todo este sufrimiento. No quiero soportarlo más.
-Podría haber sido
distinto... Debiste dejar que mi madre te ayudara. ¡Lo hubiéramos hecho todos
juntos!
-Hazlo.
-¡Ella confiaba en
ti!
-¡Hazlo!
-¡Ahhhhhhh!
Eleone reunió todas
sus fuerzas para golpear a Caos y sonó un choque, pero no contra la carne, uno
de ellos había conseguido pasar la ola de luz. Keiro sujetaba con sus dos manos
la Llave espada de Eleone y la miraba con comprensión.
-Ya está, Eleone. Ya
pasó.
Eleone miró a Keiro y
luego se dejó caer al suelo llorando haciendo desaparecer su Llave espada.
-Aún no está perdido,
él aún está dentro de ti.
-...
Caos se levantó y dio
unos cuantos pasos atrás.
-¿A dónde te crees
que vas?
Keiro le miró de
reojo.
-Ya no podéis hacer
nada. Lo he visto. Vais a pe... ¡Ah!
-¿¡...?!
Un brazó atravesó el
cuerpo de Caos y todos vieron como su mirada empezó a perder la vida hasta que
el brazo volvió a desaparecer y cayó al suelo muerto, detrás de él vieron un
rostro familiar.
-¡Tú!
-Gracias, chicos, él
era el único que se interponía en nuestro camino. Ahora podremos terminar el
trabajo.
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