Vali se encontraba en
plena rehabilitación para sus piernas con su nueva conocida Sara. Era una chica
realmente cariñosa y atenta, algo que chocaba bastante con la frialdad de Vali,
pero aún así ella no se rendía con él. Vali al menos ya había recuperado parte
de la capacidad para andar, sólo que necesitaba de una muleta para hacerlo,
tener un solo brazo había afectado a su vida entera y aquella vez eso no iba a
cambiar.
-Vas muy bien.
-Es una alegría
saberlo.
-No pareces muy
seguro de tus palabras. ¿Acaso no te hace feliz volver a andar?
-Me haría feliz no
haber perdido la movilidad de mis piernas. Ya me siento bastante lisiado.
-No deberías dejar
que tu cuerpo limite tu felicidad.
-Claro, como tú
tienes todas las partes de tu cuerpo…
-Al menos estás vivo.
-Sí, un gran alivio
saberlo.
-¿Por qué eres tan
negativo?
-¿Y tú por qué eres
tan positiva?
-Porque es mejor que
ser negativa.
-Ja… No debería estar
aquí…
-¡Sara! ¡Sara!
-¡Sis! ¡Estoy aquí!
Desde las espesuras
del bosque salió la hermana mayor de Sara, Alaya. Una mujer bastante alta y
firme que solo conseguía sonreír cuando su hermana estaba cerca, de cierta
manera, se parecía mucho a Vali. Según le había contado Sara, Alaya era también
una Elegida de la Llave espada, la única de aquel pequeño Mundo y la encargada
de mantenerlo seguro y a salvo.
-Oh… Veo que sigues
con su rehabilitación.
-Sí, no tengo nada
mejor qué hacer. Es un placer saber que mi magia blanca sirve para alguien, ya
que tú nunca la necesitas.
-Bueno… intentad no
acercaros mucho al bosque, hay más Sincorazón de lo normal.
-Si quieres puedo
ayudarte.
-Cuando estés mejor
de esas piernas.
-No necesito moverme
para lanzar hechizos.
-Pero sí para
esquivar.
-Shiva puede
protegerme.
-Parece que no voy a
poder convencerte de lo contrario.
-Ya que me estáis
dando asilo y cuidados es lo mínimo que puedo hacer. No quiero sentirme una
carga.
-¿Tú que dices, Sara?
-Que puede ser una
buena prueba para saber si está mejorando adecuadamente. Pero me tienes que
prometer que tendrás cuidado.
-Tranquila, me he
visto en peores situaciones.
-Situaciones de las
cuales no me quieres hablar.
-No me gusta hablar
del pasado. Pero si observaras bien, me falta un brazo, y no lo perdí en una
partida de Poker.
-Ja, ja, ja… Qué
gracioso, ¿me quieres decir que no te importaría perder el otro?
-Ya quisieran esas
estúpidas sombras poder hacer eso.
-Basta de cháchara,
están a punto de llegar, ¿vienes o no?
-Por supuesto.
-Yo también voy.
-No, Sara. Tú te
quedas aquí.
-Pero y si necesita
ayuda…
-Ya le has oído, él
puede solo.
Dicho eso, Alaya
salió a paso ligero hacia el bosque dejando atrás a Vali sin ningún tipo de
miramientos. Aunque él no se dio por vencido pensando que sería una carga para
la mujer. No le importaba si tuviera que dar un paso atrás en su rehabilitación
para demostrarse a sí mismo que iba a servirles de ayuda. Tiró la muleta al
suelo intentando mantenerse de pie con todas sus fuerzas e invocando su Llave
espada la transformó en su Llave deslizador con forma de bólido de carreras, en
la cual se montó con cuidado y salió volando pillando en a penas unos segundos
a Alaya que se quedó sorprendida en el acto.
-¿Qué… demonios?
-¿Te llevo? Así
llegaremos más rápido.
-¿Cómo has…?
-Todos tenemos
nuestros secretos.
Alaya no preguntó más,
de un salto se subió a la parte de atrás del bólido sujetándose con fuerza y
Vali volvió a salir disparado guiado por la mujer hasta que llegaron a la base
de un acantilado por la que estaban bajando una gran cantidad de sombras.
-Vaya. ¿De dónde
salen tantas?
-Eso quisiera saber
yo. Después de encargarnos de ellas lo descubriremos.
-Me parece bien.
Vali se deshizo del
bólido a la vez que Alaya saltaba empezando a repartir espadazos entre los
Sincorazón y apoyándose contra un árbol empezó a lanzar hechizos de hielo
mientras la marca de su brazo se iluminaba y delante de él aparecía la mujer de
hielo: Shiva.
-¿Me has echado de
menos?
-Ya sabes que sí,
Shiva.
-¿Necesitas a…?
-¡No! A ellos.
-Está bien.
Shiva no perdió más
tiempo y se arrojó junto a Alaya contra los Sincorazón empezando a repartir
patadas y hechizos de hielo por igual contra ellos, mientras Vali alternaba
lanzamientos de Llave espada con poderosos hechizos de hielo llevados a niveles
que antes no podía ni soñar. Fue cuestión de tiempo de que aunando sus fuerzas,
los tres consiguieran detener aquella marabunta de Sincorazón, tras lo cual
Shiva desapareció.
-No hubiese podido
hacer esto sola. Me hubiesen acabado superando.
-Seguro que hubieras
encontrado la manera, eres muy fuerte. Pero mejor prevenir que curar.
-Estoy de acuerdo.
¿Preparado para investigar?
-Siempre.
-Pues agárrate.
Alaya se acercó a
Vali y sujetándolo de su única mano saltó y lo arrojó con fuerza hacia lo alto
del acantilado. Vali consiguió aferrarse a la base con su brazo y subió a pesar
de las dificultades de no poder mover las piernas con agilidad. Fue cuestión de
segundos de que Alaya llegara subiendo a saltos con agilidad.
-¿Tú no tienes espíritu
de invocación?
-No. Pero tampoco lo
necesito. Prefiero hacer las cosas por mí sola.
-Yo también pensaba
lo mismo hasta que Shiva me ayudó a proteger mi Mundo.
-Seguro que en tu
Mundo hay más problemas que en éste. Este lugar es pequeño y lo tengo vigilado
a cada hectárea.
-Si tú lo dices.
Vali, que había
tirado su muleta, no le quedó más opción que transformar la Llave espada en
bastón y usarla como tal, aunque fuera un poco más complicado debido a su
constitución. Esa habilidad la había aprendido al estar observando a sus
compañeros Elegidos, todo era cuestión de observar y practicar.
-Sabes hacer muchas
cosas con eso…
-Tú también podrías
hacerlo si entendieras su poder. Pero sólo la utilizas para aporrear. Dependes
demasiado de tus propias capacidades.
-Por si acaso algún día
no puedo depender de ella.
-Supongo… que tienes
razón. Pero yo confío en que nunca me abandone. Ya es casi como una parte de mí.
-Tienes fuerza,
chico. Vayamos a buscar el origen de todo esto.
-Detrás de ti.
Empezaron a caminar a
un paso algo más lento para que Vali pudiera seguir a Alaya y fue entonces
cuando descubrieron el origen de toda aquella Oscuridad.
-¿Qué… es… eso?
-Un bégimo.
-¿Un qué?
-Son bestias salvajes
muy poderosas, se creían extintos, pero los Sincorazón parece que han
despertado a uno.
-¿Quieres decir que
le han resucitado?
-Sí. Con los poderes
de la Oscuridad.
-Eso significa…
-Sí, que ahora es más
duro que uno normal.
-¿Crees que tenemos
posibilidades?
-En tu estado tú no tienes ni para empezar.
-En tu estado tú no tienes ni para empezar.
-¿Y en tu estado?
-No creo que pueda
traspasar su piel.
-¿Y si consigo
fragilizarla un poco?
-¿Qué quieres decir?
-Tengo un gran
control sobre el hielo y Shiva sabe como ayudarme con eso, hace un tiempo
congelé un páramo entero lleno de Sincorazón, incluso había tres Lados oscuro.
-¡¿Tres?!
-Sí, aunque yo no
quedé en buenas condiciones.
-Pues en tu estado
actual no creo que eso sea una buena idea.
-¿Prefieres que el bégimo
llegue al pueblo?
-No he dicho eso…
-Pues déjame hacer mi
trabajo. ¡Shiva!
Vali rápidamente se
dejó alzar por Shiva en el aire y se acercaron con velocidad al Bégimo.
-Te juro que ésta va
a ser la primera y última vez que te pido esto.
-Sí que va a ser la última
como hagas lo que tengo pensado.
-Me han ayudado, es
lo mínimo que puedo hacer.
-¿No quieres volver a
verles?
-Más que nada en el
Mundo. Pero no podría mirarles a la cara habiendo dejado que destruyan un Mundo
tan bonito como éste.
-¿Es Vali quién está
hablando?
-Deja que mis últimas
palabras suenen un poco diferentes.
-Las últimas palabras
siempre suenan diferentes.
-Suerte que tú no
tengas que decirlas.
-No las digo porque
no voy a permitir que sean tus últimas.
-Entonces hagamos un
buen espectáculo. ¡¿Preparada?!
-¡Siempre, Vali!
-¡Cero absoluto!
-¡Polvo de diamantes!
Todo bajo los pies
del Elegido y su invocación quedó transformado absolutamente en hielo, una
perfecta selva de hielo que incluso había petrificado en el acto al Bégimo a
merced de Alaya que no perdió ni un solo momento en desencadenar una serie de
ataques que hicieron añicos al monstruo. Fue cuestión de segundos que Shiva
desapareciera y Vali cayera al suelo inconsciente aunque Alaya le cogió al
vuelo.
-Buen trabajo, chico.
______________________________________________________________________
-Padre, algún día
quiero ser como tú.
-Claro que lo serás,
hijo. Incluso serás mejor.
-¡Y protegeré a Adda!
-Es lo más importante
que debes hacer, lo entiendes, ¿no, hijo?
-Sí. Adda es lo más
importante de mi vida.
-Es lo más importante
de nuestra vida.
-¡Sí!
-Ahora debo
marcharme, hijo. Hay que seguir buscando a la reina Arturia.
-Espera… ¡Espera papá!
¡Espera! ¡Espera!
-Despierta, hijo.
______________________________________________________________________
-¡No te vayas!
-Tranquilo, Vali.
-Chss (Padre…)
-¿Te encuentras bien?
-Sara…
-Alaya te trajo otra
vez, parece que te hiciste el héroe.
-Te-tenía que
hacerlo. Chss (Es lo que él hubiese hecho). Sara, ¿han empeorado mis piernas?
Tengo que volver con Adda.
-¿Adda?
-Es mi hermana
pequeña, me necesita. No puede estar sin mí.
-No lo sé. ¿Por qué
no lo compruebas tú?
-Claro…
Vali volvió a
intentar mover las piernas y para su sorpresa habían recobrado bastante
maniobrabilidad, tanta que llevándose por la euforia saltó de la cama y empezó
a saltar.
-¡Sí!
-¡Vali, estás
saltando!
-¡Genial!
-¡Ja, ja, ja! Parece
que te has recuperado. Es como un milagro.
-Bueno, la mejor maga
blanca del pueblo me ha ayudado.
-No ha sido para
tanto. Además, yo me refería a…
-Lo sé. Es increíble
que después de la locura que he hecho me haya recuperado en vez de empeorar.
-Bueno, ya puedes
irte…
-Sí… Adda me espera.
Todos me esperan.
-Ji, ji.
Pero entonces entró
por la puerta Alaya y parecía bastante preocupada.
-Sis, ¿qué pasa?
-¿No me voy a poder
ir, verdad?
-Nada te ata aquí,
¿no?
-Sí, gratitud.
-No tienes que
agradecernos nada.
-No es que sea el tío
más alegre, simpático y agradable que hayáis conocido. Pero mi padre al menos
me enseñó a ser agradecido. Así que dime qué pasa.
-¿No tenías que
volver con tu hermana? Sé lo que es tener una hermana pequeña a la que debes
proteger. Eso es más importante.
-Está en buenas
manos, de momento. Supongo que podré hacer una última cosa por vosotras antes
de irme. Así que deja de hacerte rogar.
-Mmm… está bien. Debo
ir a un sitio, pero si me voy…
-Dejarías el pueblo
sin protección.
-Sí. Y encima no
tengo tiempo para que me enseñes a transformar la Llave en eso de antes...
-¿Eso que significa?
Pensé que me ibas a pedir que…
-¿Que te quedaras?
Ojalá hubiese previsto esto…
-Me vas a pedir que
vaya por ti…
-Sí…
-¡Pero Sis!
-Yo no puedo ir y es
importante. Aún puedes negarte.
-No. He dicho que te
haré el favor y así lo haré.
-Pero Vali…
-Soy un hombre de
palabra. ¿A dónde tengo que ir, Alaya?
-Es un lugar
peligroso llamado Edén, hay alguien que fue allí hace tiempo y necesita ayuda.
-¡Sis!
-Sí, Sara.
-Pero él… él dijo…
-Quizás te mentimos…
-¡¿Por qué?!
-No queríamos hacerte
daño…
-Creo que debería ir,
pero no quisiera meterme en una discursión familiar.
-Claro, Vali. Vete.
Toma esta brújula, te llevará hasta allí.
-Sis…
-Tráelo de vuelta, Vali.
-Dadlo por seguro.
Vali salió de la casa
corriendo e invocando su armadura y Llave deslizador hizo aquello que vio hacer
a Bastet para poder salir al Espacio entre los Mundos y desapareció en el
cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario