miércoles, 19 de septiembre de 2012

Capítulo 7: Vivir por un Mundo mejor


-Creo que sé quién te creó. Y también creo que no fuiste el único al que creó.
-¿Cómo dices?
-Tú mismo has dicho que eras diferente. Una combinación de un Corazón de Luz y un Cuerpo de Oscuridad no es algo corriente, no quiero decir que no naciste del vientre de una madre, pero alguien… te hizo lo que ahora eres.
-¿Cómo fue capaz?
-Se llama experimentar, Jaleel. Yo también lo hice durante muchos años, conseguí crear receptáculos capaces de albergar almas, cuerpos artificiales con vida pero sin Corazón. Bueno, fui capaz de crear uno especial, pero fue un fracaso.
-Nadie debería jugar a ser Dios. ¿Cómo pudistéis?
-La guerra desespera a la gente, Jaleel. Es inevitable que intenten hacer cualquier cosa para acabar con ella. Si de verdad fuiste creado para ese propósito, ¿no te sentirías orgulloso de ello?
-Yo… no lo sé… ahora no sé nada…
-Aunque tu cuerpo sea el de un joven, posiblemente tan solo tengas 9 o 10 años.
-…¿quién fue? Dímelo.
-¿Vas a hacerle una visita?
-Tengo que saber quién soy. Y dices que puede haber más como yo…
-La curiosidad puede ser una gran aliada a veces, y otras… un gran enemigo.
-¡Me da igual! Necesito hacerlo… Necesito saber de dónde vengo…
-No digas que no te lo advertí…

Garland se dirigió a una de las mesas y cogió un extraño papel el cual impregnó de su propia magia creando así una flecha mientras debajo de ella se dibujaba un nombre. Parecía ser el mismo poder que había usado Yensid.

-Toma. Aquí tienes la dirección.
-Nunca pensé que hubiera más tipos como tú.
-Él fue mi aprendiz una vez. Puede que os parezca que la amenaza a la que os enfrentáis ahora sea la peor, pero nuestra época… Tuvimos que hacer muchas cosas de las que no no sentimos orgullos para proteger el Reino de la Luz.
-Ya… el fin justifica los medios.
-¡No creas que estás en posición de juzgarnos, joven insolente¡ ¡Si no hubiéramos hecho lo que hicimos ahora mismo no habría Reino de la Luz que proteger!
-¿Qué será eso tan importante por lo que todos guardáis un secreto?
-Hay cosas que es mejor llevarse a la tumba. Ya sólo quedamos tres y espero que nuestro final esté cerca.
-¡Aún podéis ayudar! ¿Por qué eres tan egoista?
-Mírame, Jaleel. A penas queda carne bajo esta armadura. No quiero ni imaginar cómo estará mi Corazón. Seguramente si me una a la batalla acabaría cayendo y convirtiéndome en otro enemigo más. No… es mejor así…
-Eres un cobarde…

Jaleel se dio la vuelta sin ningún tipo de miramientos y volviendo a ponerse su camiseta y cogiendo su capa se alejó de Pandemonium con la intención de ir a ver a su creador.

-¿Crees que has hecho lo adecuado?

Blanck apareció desde las sombras de la puerta contraria, parecía haber escuchado toda la conversación con atención.

-Blanck… No lo sé, pero al menos merece saber la verdad…
-Era un estorbo, pero aún así hacía de este lugar un sitio más siniestro. Ya me has enseñado todo lo que sabías, ¿verdad?
-Casi se te podría considerar un Maestro, Blanck.
-¿Y qué es lo que me falta?
-Templanza. Sabiduría. Auto control. Eso es algo que sólo podrás encontrar en ti mismo, Blanck. Yo ya no puedo ayudarte más. La Oscuridad no tiene efecto en ti gracias a lo que te dejó, pero la furia tampoco es el camino.
-Mi poder viene de eso… Si lo perdiera, no me quedaría nada.
-El poder proviene del Corazón, Blanck. El tuyo está demasiado roto para que puedas reconocer tu verdadero potencial. ¿De verdad que su pérdida fue lo que te dejó así?
-Podría hacerte la misma pregunta.
-Ya… ja, ja. Todos tenemos nuestra propia cruz. Blanck, tu última misión para convertirte en Maestro ya sabes cual es.
-Proteger al Avatar de la luz.
-El Avatar es la clave.
-¿Y qué pasa con “ella”?
-Yo la cuidaré. No te preocupes.
-Ya no tengo nada que perder. Prueba todo lo que puedas.
-¿Incluso aunque te la devuelva como un engendro?
-¿Acaso no soy yo uno?
-…
-Cuídate, Garland. Si te pasara algo y la perdieras, iría a buscarte al mismísimo Reino de los Corazones para torturarte.

Blanck también se fue prosiguiendo el mismo camino que Jaleel aunque no se llegaron a cruzar.

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Recomiendo escuchar esta canción mientras lees esta parte:


-¡Habitantes de los reinos Alfa y Omega, tengo el placer de presentarles los juegos del Coliseo por la celebración del vigésimo cumpleaños de la princesa Sina y el príncipe Astinus!

Una gran marabunta de espectadores ansiosos gritaban en pos de la sangre y la arena, fue cuestión de tiempo de que las hermanas Hilda y Zelda diesen la voz de comienzo abriendo las compuestas totalmente opuestas que guarecían a los gladiadores que lucharían por su vida aquel día.

Zero, Claudia y Bastet salieron del lado oriental de la esplanada, los bufidos pidiendo sangre y muerte aumentaron y los tres Elegidos se vieron totalmente acongojados aunque traían sus Llaves espada (excepto Bastet) para sorpresa de las dos regentes de aquel extraño Mundo.

Del otro lado de la esplanada salieron un enorme hombre y, dejando atónitos a los tres Elegidos, Vali que rápidamente invocó un hechizo curativo para restablecerse un poco.

-¡Es Vali! ¡Zero, está vivo!
-Increíble. ¿Cómo habrá acabado aquí?

Aunque rápidamente su ilusión fue apagada cuando las dos reinas se levantaron para hablar después de haber deliberado un poco.

-¡Habitantes de Gemelus, hoy hemos traído a la arena a los guerreros y hechiceros más poderosos! ¡Los Elegidos de la Llave espada!
-¡Su función para proteger todo cuanto depende de la Luz es primordial en el destino de todo, aplaudemos su gran valentía por encontrarse hoy aquí y deseémosle suerte para que luchen con valor o mueran con honor!

La expectación gritó de júbilo mientras las reinas convertían aquello en un entretenmiento más. Aunque ellas estaban totalmente seguras de que saldrían victoriosos. Dieron finalmente una última señal y la puerta que se encontraba debajo de ellas se abrió dejando un apestoso y delicado olor inhundar el coliseo.

-¿Qué… demonios…? Ag…

Todo el Coliseo se tapó la nariz aunque eso significaba una gran pelea y con la voz apagada gritaron de nuevo.

-Un Molbol.
-¿Un qué?
-Es una criatura de pesadilla. Fuerte, resistente y su olor…
-¿Es horrible?
-Es tan horrible que podría matarte.
-¿Y qué hacemos?
-Aliarnos con aquellos de allí y acabar con él antes de que acabe con nosotros.

Vali y Golbez salieron corriendo rumbo hacia los otros tres Elegidos aunque no tuvieron demasiado tiempo para las presentaciones y reuniones.

-Vali…
-Ahora, no, general. Cuando salgamos de ésta.
-Bien.
-Me alegro de que te encuentres bien,Vali.
-Gracias, princesa.

Aquella fue la última señal y unos extraños tentáculos salieron a la luz del día desde su prisión, lo siguiente que apareció fue una enorme aberración toda dientes y ojos, en su boca cabrían todos juntos sin excepción, y el olor era cada vez más asqueroso.

-Hay un campo de antimagia en todo el coliseo.
-¿Entonces cómo vamos a luchar?
-Nosotros invocamos las Llaves espada antes de salir.
-Y yo pude curarme.
-El campo antimagia es bastante selectivo. Podéis usar magia, pero no invocar nada que esté fuera de este lugar.
-O sea que no podré invocar mi Llave espada ni podremos usar las invocaciones.
-Pues habrá que dar candela a esa cosa a base de magia y Llave espada.
-Es muy vulnerable al fuego. Pero… si se cabrea…
-¿Nos queda otra opción?
-No. Pero recordad, nunca os pongáis al alcance de su aliento.
-¡Ni aunque me paguen por ello!

Los cinco gladiadores se distribuyeron entonces para planificar su victoria frente a aquella criatura. Claudia y Bastet se quedaron en la retaguardia esperando las órdenes de Zero, mientras Golbez y Vali rodeaban a la criatura por los flancos para tenerla vigilada, Zero estaba al frente de todo.

-¡Recuerda, que no te toque su aliento!
-Antes prefiero morir… ¡Bastet, que empiece la barbacoa!
-¡Sí!

La pelirroja alzó sus manos delante de su pecho y una enorme bola de fuego se dirigió velozmente hacia aquella extraña criatura, la explosión ardió y la criatura empezó a gritar ensordecedoramente mientras se agitaba con sus tentáculos.

-¡Vali, ahora!

El joven Elegido manco alzó su mano invocando su poderoso rayo de hielo, congelando lo suficiente a la criatura para que las llama no le cabrearan más pero ralentizando lo suficiente su movimiento como para que no fuera una amenaza. Por otra parte, Golbez invocó un terremoto alrededor de la criatura que hundió algunos de sus tentáculos y parte de su cuerpo e hizo una señal a Zero para que atacara.

Con su Llave espada en mano salió corriendo con la intención de podar a la bestia aunque ésta indefensa y acorrlada, empezó a lanzar varios chorros de ácido a través de unas extrañas aberturas cerca de su boca en todas direcciones, obligando a Zero a esquivarlas dejando el ataque de lado.

-¡Cuidado con el ácido!

La gente seguía gritando ante la diversión de aquella planificada batalla, aunque el Molbol no iba a ponérselo fácil.

Vali esquivó los pocos chorros que fueron hacia él y Golbez los detuvo con hechizos de fuego que los evaporaba, Zero saltaba de lado a lado intentando eludirlos y a Claudia y Bastet no les llegó ni uno.

-¡Princesa Claudia, necesitamos atacar nosotras, Zero está ocupado!
-¡¿Y qué hacemos?!
-Si tuviera mi Llave espada…

Mientras, en lo alto del palco, un joven miraba sufriendo aquella escena atado de pies y manos por un extraño hechizo.

-¡Me prometiste que me dejarías luchar!
-Tranquilo, Keiro, todo a su momento. Aún no parecen tener problemas, dale una oportunidad a tu amiga de demostrarte lo que vale.
-¡Noooo! ¡Soltadme!
-Cállale, Zelda.
-Por supuesto, hermana. ¡Mutis!

El Molbol empezó a recuperar su estabilidad y se ayudó de los tentáculos para salir del agujero en la arena.

-¡Bastet, rápido!
-¡No sé qué hacer!
-¡Pues lo haré yo!

Claudia salió corriendo hacia el Molbol ante la sorpresa de todos, Zero fue el más sorprendido pero los chorros no dejaban de atacarle y no podía desconcentrarse.

-¡Princesa, no!
-Yo también puedo luchar.

Claudia arrojó su Llave espada a la criatura golpeándole en lo que debería ser su frente, lo que hizo retroceder ligeramente su cabeza molesta. Entonces la joven Elegida saltó y agarró uno de los tentáculos mientras un extraña aura azul la envolvía y tirando del tentáculo consiguió levantar del suelo al Molbol y lanzarlo contra una de las paredes del Coliseo. Todos se quedaron anonadados, aunque rápidamente el púlpito gritó de nuevo. Claudia recuperó su Llave espada.

-¡Princesa!
-¿Qué? ¿A que ha estado guay?
-¿Cómo demonios…?
-Vamos a partirle los dientes.

Golbez sonrió satisfecho, algo extraño en su siniestra personalidad, sabía que no podría invocar su más poderoso hechizo mientras aquel campo antimagia estuviera allí, así que usaría a aquellos Elegidos para terminar.

-¡Vosotros! Hay que terminar esto, ¿preparados?
-¡Sí!
-¡Todos a la vez!

Vali fue el primero que salió corriendo, seguido de Claudia, Zero y Bastet. El primero lanzó un nuevo rayo de hielo paralizando a la criatura contra las gradas, Zero se lanzó al ataque cortando todos los tentáculos que se interponían en el camino, Bastet arrojó una vez más una bola de fuego que explotó en las mandíbulas y Claudia volvió a rodearse de aquel aura azul y saltando al cielo apuntó al Molbol con sus manos lanzando un concentrado rayo de energía que taladró su cabeza congelada matándolo en el acto. Los espectadores gritaron completamente felices de aquella actuación, aunque rápidamente todos callaron cuando las reinas volvieron a levantarse alzando a Keiro y llamando la atención.

-¡Es Keiro!
-Sabía que le atraparían.
-¡Esta vez necesitaréis a este joven para sobrevivir!

Zelda alzó una mano en el aire y Keiro le siguió telequinéticamente, bajándole lentamente hasta la arena.

-¡Keiro!
-¡Bastet!
-¡¿Y mi Llave espada?!
-La tienen esas locas.
-Brujas...
-¡Que siga el espectáculo!

La gente volvió a gritar y la puerta se volvió a abrir, aunque esta vez de su interior no salió nada oloroso aunque la cara de Golbez se llenó igualmente de pavor. Unos enormes y oscuros cuernos fueron lo primero que se asomó, lo siguiente fue un enorme y largo hocico azul lleno de afilados dientes.

-¡Un Bégimo!

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