jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 20: El contra ataque

Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

 
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-¡¿Está aquí?! ¡¿Quién?!
-¡No vamos a quedarnos a comprobarlo!
 
Zero levantó a Claudia en brazos y empezó a correr seguido de su hermano, parecía que el Elegido había recobrado las ganas de luchar del todo al ver a su protegida en ese estado.

La habitación siguió cayéndose y lo que quisiera que estuviera saliendo de abajo les perseguía, corrieron por el pasillo que conectaba la sala del trono con las murallas a toda velocidad y consiguieron salir de un impresionante salto impulsado por el levantamiento del suelo con el que cayeron en las murallas del castillo.
 
-Esa cosa que nos sigue...
-Lo siento, Zero...
-¿Claudia?
-Ahora no importa, tenemos que llevarlo a una zona abierta, allí dentremos ventaja.
 
El terremoto volvió a perseguirles y saltaron de la muralla justo antes de que ésta se viniera abajo cayendo en la plaza de armas que había justo delante, donde se encontraban los barracones.
 
-Uf... eso ha estado cerca...
-Aún no ha terminado. ¡Aparta!
 
Alexander placó a Zero y a Claudia apartándoles del camino de un enorme pedrusco que había sido lanzado desde las murallas y cayeron los tres al suelo rodando, no tardando en salir de entre los escombros Caos, que ahora levitaba sobre el suelo mirando a los tres Elegidos con cierta satisfación en sus ojos demoníacos.
 
-¡Tú, maldito hijo de perra!
-Zero, tranquilízate.
-¡Todo es por su culpa!
-Ja, ja, ja... no te preocupes, general. Deja que tu hermano se desahogue antes de morir.
-¡¿Crees en serio que vamos a dejar que nos mates?!
-No, supongo que no. No sé cómo habéis conseguido tanto poder en tan poco tiempo, pero no tengo nada que hacer contra los dos juntos. Sin embargo, ya tengo lo que he venido a buscar.
-¿...? -¿...?
 
Caos sonrió desafiante y derribando la muralla del todo apareció una enorme criatura de varios metros de altura, era pálida y esquelética, con grandes colmillos en la boca y cuatro cuernos ostentosos, tenía cierto pelaje blanco cayéndole sobre lo que deberían ser sus hombros y aunque su poder pudo intimidar descaradamente a los hermanos, sintieron que estaba cansado y herido, arrastrándose.
 
-¿Ése es... Ánima?
-No parece estar en todo su esplendor...
-Reíros, reíros... el que ríe último, ríe mejor.
-Bueno, Caos, entonces, ya que sientes que tienes la batalla ganada, no te importará que nos preparemos, ¿no?
-¿Cómo dices?
-Ya sabes, danos cinco minutos para prepararnos. No deberías temer nada...
-Chsss (¿Qué haces, Alex?)
-Chsss (Sígueme el juego, pon a Claudia a salvo)
 
Zero hizo caso a su hermano y volvió a levantar a Claudia para ponerla a salvo.
 
-Está bien, pero sólo cinco minutos, Ánima tiene mucha hambre.
 
Alexander luego se reunió con su hermano para preparar el plan, Claudia, todavía medio inconsciente, les oía desde el estado en el que se encontraba.
 
-¿Y ahora qué?
-Necesitamos un plan... ¿sientes todo ese poder?
-¿Alguna idea?
-Ánima es mucho más poderoso que Caos, no entiendo cómo puede dejarse controlar.
-Debe tener alguna especie de control sobre él...
-Eso estaba pensando yo. Quizás Ánima sólo es una criatura estúpida pero Caos le da ese punto de inteligencia.
-Pero si le liberamos de su control tal vez sea peor. Ahora está tranquilo y no parece que vaya a atacar nada sin que Caos se lo ordene.
-Caos ahora sólo quiere venganza.
-¿...?
-Acabar con los hijos de los que le vencieron y sellaron a Ánima. Luego se irá.
-¿Y qué pretendes? ¿Que le demos lo que quiere?
-Claro que no... No voy a dejarle que se salga con la suya, ni podemos dejar a Claudia a su merced y mucho menos Eclissis indefensa.
-Pero sólo estamos tú y yo...
-Tendrá que ser suficiente. Sigue siendo una criatura de Oscuridad, tenemos al Reino de la Luz de nuestra parte.
-¡Se acaba el tiempo...!
 
Ambos hermanos giraron la cabeza para mirar a Ánima y a Caos con cierto desaire de enfado y se levantaron a la vez para empezar a dirigirse hacia su destino, juntos.
 
-Bien, estamos listos.
-Genial. Seréis el segundo plato del menú. ¡Ánima, acaba con ellos!
-¡GAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
 
El enorme grito pilló desprevenido a los hermanos que se quedaron en el sitio inmovilizados del terror, momento que Ánima aprovechó para golpaerles repetidamente con sus largos y delgados pero fuertes brazos.
 
Alexander se las apañó para tirarse al suelo tirando consigo a Zero y esquivar los primeros golpes, luego ambos rodaron en direcciones opuestas para ignorar el resto de ataques.
 
-¡Es rápido! ¡¿Cómo esa maldita y enorme cosa puede ser tan rápido?!
-¡Ahora no, Abraham, defiéndete!
 
Los hermanos se levantaron de un salto solo para ver como Ánima preparaba el siguiente ataque, les observó con sus ojos y pudieron sentir un enorme poder proceder de ellos, los dos hermanos se echaron a un lado a tiempo y observaron como los trozos de suelo en los que habían estado instantes antes explotaban en trozos de granito y polvo.
 
-¡¿Qué demonios?!
-¡¿Hizo eso con los ojos?!
-¡Ja, ja, ja, ja! Sólo podéis esquivar, no tenéis nada que hacer contra Ánima.
-¡Ahora, Alex!
 
Zero se lanzó por uno de los flancos, parecía que mientras Caos hablaba no podía darle órdenes a Ánima, Alexander le siguió y pudieron rodearle, Ánima iba a tener que elegir a quien atacar mientras el otro hermano atacaba.
 
-¡¿...?!
 
Ánima, por órdenes de Caos, eligió a Alexander al que volvió a diridir su insana ira de puñetazos mientras Zero saltaba sobre la espalda del asqueroso Dios oscuro y le clavó su Llave espalda en el cuello, cosa que ni siquiera inmutó a la criatura. Por su lado, Alexander acabó volando contra el trozo de muralla cercana pero consiguió ignorar parte del golpe gracias a una capa de energía que le rodeó. Luego Ánima, con sus largos brazos, se quitó a Zero de encima haciéndole seguir el mismo destino que su hermano.
 
-¡Ay!
-Zero, estás bien.
-Sí... aunque... ¡no por mucho tiempo!
 
Ambos alzaron la vista y vieron a Ánima empezar a acumular energía oscura en sus brazos, lanzando dos enormes esferas de Oscuridad contra los hermanos.
 
-¡Mierda! -¡Mierda!
 
Los Elegidos intentaron apartarse a tiempo, pero no fue suficiente, aquellas enormes esferas iban a gran velocidad, sin embargo, de una manera que no entendieron, las esferas parecieron chocar contra una barrera que apareció en frente de los hermanos y fue absorbida hasta que no quedó nada. Todos se quedaron sorprendidos, aunque el más afectado fue Caos.
 
-¡¿Cómo coño...?! ¡¿Quién está ahí?!
-¿...? -¿...?
 
Los hermanos buscaron con la mirada a quien Caos se estaba refiriendo y pudieron ver en lo alto de uno de los trozos de la muralla que aún se mantenía en pie a un hombre que llevaba un gran manto como ropaje, alzaron un poco más la vista para ver que era el hombre que se había estado moviendo por allí para ver que ya no llevaba capucha y su rostro les era increíblemente familiar.
 
-¡Kuroi! -¡¿Kuroi?!
 
El adulto Elegido del tiempo saltó desde las murallas ante la mirada asombrada de sus amigos.
 
-¿Qué... te ha pasado?
-Ahora no hay tiempo para explicaciones. He conseguido desviar esas esferas a otro tiempo, pero no es algo que pueda hacer con mucha frecuencia. Así que estad preparados.
-Pero... estás... ¡mayor!
-Zero... las explicaciones después...
-Ya le has oído, Abraham. Nos ha salvado la vida, aprovechémoslo.
-Bueno, vale.
 
Caos bajó un poco de las alturas seguido de Ánima para acercarse al nuevo trío de compañeros, el número no marcaría la diferencia.
 
-No cambiaréis el resultado por ser más, ninguno de vosotros tiene el poder suficiente para acabar con Ánima. Os acabaréis agotando y pereciendo. Mientras vosotros os cansáis, Ánima recupera fuerzas.
-¿Dice la verdad, Kuroi?
-Sí, me temo que sí. Cuanto más se alargue la batalla, menos posibilidades de éxito tendremos. Tenemos que aguantar un poco más...
-¿Un poco más...? ¿Por qué?
-Porque nuestros amigos ya están llegando...
 
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-¡Corre As, vi esas enormes esferas de energía por ahí!
-¡Ya.... ah... ah... ya voy Sina! Uff... ¡No estoy tan en forma como tú! Maldita ciudad, es como un laberinto...
 
As y Sina corrían direción el castillo desde algún lugar de Eclissis, parecía que ellos no estaban acostumbrados a guiarse por sus calles.
 
-Espero de Corazón que estén todos bien.
-¡Claro que lo van a estar! No te preocupes, ¿vale?

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Eryn no siguió al pie de la letra las palabras de Kuroi y antes de salir de Eclissis se pasó por la torre de su Maestro al que se encontró luchando por su vida contra un pequeño ejército de Sincorazón.
 
-¡Maestro!
-Eryn, ya era hora.
 
En pocos segundos, maestro y aprendiz consiguieron acabar con los Sincorazón y ponerse a salvo en la torre.
 
-Ufff... me estaba quedando sin poder mágico. Suerte que llegaste.
-De nada, maestro.
-¿Qué haces aquí, sin embargo, y los demás?
-No lo sé... Eleone nos mandó a Kuroi y a mí una misión junto a Yenid y nos separamos hace mucho tiempo. ¿No puedes ver nada, maestro?
-No... con tanta Oscuridad es imposible ver nada. Entonces, ¿te marchas? Pero, ¿y Kuroi?
-No... No lo sé, tuvo que irse, no me dijo a dónde ni porqué. Me pidió que me fuera yo sola, pero algo me dijo que me quedara un poco más.
-Y me salvaste. Hiciste bien en seguir tu instinto.
-Ark, maestro, ¿qué hago? ¿debería irme? Siento que... me necesitan.
-¿Es sobre las Princesas, no?
-...
-Ya sabes lo importante que son, Eryn. Y nadie mejor que tú debería saberlo.
-Pero...
-Sé lo importante que ellos son para ti y por eso precisamente deberías confiar en ellos, si Eleone te mandó esa misión es porque confiaba en ti y quería que confiaras en ella.
-Lo sé... ¿pero en medio de esta batalla...?
-Nadie más que tú puede tomar la decisión.
-...
 
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Unos cuantos minutos antes, en lo alto de una azotea Kuroi y su contraparte adulta hablaban.
 
-Te voy a mandar diez años en el pasado.
-¡¿Diez?!
-¿Por qué te crees que estoy tan viejo?
-Pero... ¿y tú que vas a hacer?
-Yo ya he terminado mi viaje, ahora me quedaré aquí a ayudar a los demás. Y dentro de diez años tú...
-Ya, ya. Yo seré el que esté en tu lugar. ¿Qué tengo que hacer cuando llegue? Bueno, ya sabes, ¿qué es lo que tú intentaste hacer cuando llegaste?
-Salvar a Arturia.
-¡¿Cómo?! ¿La reina Arturia?
-Ella tiene que decirte el paradero de las invocaciones. Esa será tu segunda tarea: Vencer y capturar a las invocaciones. Con los años sabrás cuando tienes que entregárselas a tus amigos.
-¿Algo más que deba saber?
-Sí, pero de ello te irás dando cuenta con el tiempo. Debes saber que nunca, jamás, tienes que dejar que nadie te vea. No puedes cambiar el pasado más de lo que estamos destinados a hacer.
-¿Destinados? Estamos haciendo esto porque queremos.
-No, Kuroi. Con el tiempo te darás cuenta... cuando tus poderes como Guardián del tiempo despierten.
-¿Tardarán mucho?
-Un poco. Pero no te preocupes. Todo saldrá bien
 
Finalmente el Kuroi adulto abrió un portal mágico, al otro lado se podía ver lo mismo pero un poco menos... antiguo.
 
-Ánima está a punto de ser liberado, tengo que ir a ayudarles.
-Claro, lo entiendo. Supongo que dentro de diez años seré yo quien tenga que decir esas palabras.
-Cuídate, Kuroi.
-Y tú cuida de nuestros amigos...

Kuroi entró en el portal que se cerró detrás de él.

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