viernes, 26 de octubre de 2012

Capítulo 13: La Luz en su mundo de Oscuridad



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http://www.youtube.com/watch?v=Iu_EzBZspIo

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Jaleel y Eleone llegaron al centro de la ciudad y se detuvieron cuando se dieron cuenta de que todo estaba realmente tranquilo en esa zona.

-Majestad, esto está muy tranquilo, ¿no?
-Demasiado…
-Vaya, vaya, majestad… no pensé que sería tan fácil sacaros de vuestra fortaleza.

Cuando Jaleel y Eleone buscaron el origen de aquella voz vieron a Caos a sus espaldas, ya había llegado hasta aquel lugar, la sorpresa no fue aquella, velozmente y sin darse cuenta, en los otros tres puntos cardinales aparecieron tres Señores de la Oscuridad más.

-¿Qué…?
-Maldita sea.
-Eres la única a la que tememos, majestad. No podemos permitir que interfieras en nuestro plan preparado desde hace diez años.

Un terremoto atentó con tirar al suelo a los dos Elegidos y entonces vieron como el suelo se resquebrajaba en torno a ellos formando un círculo perfecto.

-¡¿Qué vas a hacer?!
-Es mi prisión definitiva.

El círculo de tierra empezó a elevarse en el aire a la vez que los cuatro Señores de la Oscuridad que levitaban en el aire, Eleone y Jaleel a penas podían ver lo que sucedía sin poder actuar debido a la falta de equilibrio. Cuando quisieron darse cuenta estaban a metros y metros de altura, toda la ciudad se podía ver desde allí.

-¿Piensas que no podemos bajar con nuestras Llaves deslizador?
-Aún no he terminado…

Los cuatro Señores de la Oscuridad unieron sus fuerzas oscuras en torno al círculo de piedra y una potente barrera mágica rodeó todo el terreno evitando que Jaleel o Eleone pudieran salir de allí.

-¿Qué…?
-Una barrera… ¡La derribaré!
-Espera, Jaleel.

Jaleel se abalanzó con todas sus fuerzas contra la barrera pero antes de que pudiera llegar a ella, uno de los Señores oscuros se introdujo en la prisión y le lanzó una ráfaga de misiles de energía. Jaleel tuvo que retroceder, esquivar y bloquear los ataques.

-¡Mierda!
-Xande a vuestro servicio.

El Señor de la Oscuridad presente era uno de los que aún no habían conocido, vestía únicamente unos pantalones de aspecto oriental y una ostentosa capa, su piel era totalmente oscura y sus ojos blancos. Invocó un bastón hecho de pura magia y volvió a acribillar a los elegidos con otra ráfaga de proyectiles aunque los dos coordinados consiguieron detenerlos.

-Majestad, no podemos perder ni un momento más aquí.
-No, Jaleel, mientras les mantengamos ocupados, Caos no podrá ir a por mi hermana.
-¿Y qué sugieres?
-Parece que tres de ellos tienen que mantener la barrera, creo que nos quieren eliminar.
-¿Y qué pretendes que hagamos?
-Acabar nosotros con ellos.
-Suena fácil decirlo.
-Somos dos contra uno. Aprovechémoslo.

La estrategia estaba clara, aunque no todo sucedió como esperaban, Jaleel y Eleone se lanzaron al ataque a por el hechicero oscuro pero éste sólo esquivaba sus ataques y sus contraataques sólo iban dirigidos a la reina. En varios momentos Jaleel tuvo que interponerse en medio para que la reina no se viera superada.

-Je, je… qué gran guardián.
-¡No nos subestimes!
-¿Subestimaros? ¿Para qué? Ya me habéis dado la clave de la victoria.

El hechicero empezó a crear clones de sí mismo repartiéndolos por alrededor de todo el terreno flotante y Eleone y Jaleel se vieron forzados a recluirse en el centro de la isla para esperar el ataque.

-Jaleel, son muchos.
-Pero sólo uno es real.
-¿Cómo lo sabes?
-¿Lo has olvidado, majestad? Las ilusiones son mi especialidad. Espera el momento oportuno.

Cuando Xande terminó su técnica empezó a reunir energía en torno a su bastón y una poderosa ráfaga de energía procedente de cada uno de los clones asoló a los Elegidos. Habían caído en la trampa, ninguno de los clones era falso. Los dos acabaron heridos y magullados.

-Mierda… Nos ha engañado…
-Jaleel, tú puedes curarte.
-No quería usarlo tan pronto, pero tienes razón.

Jaleel se deshizo de su capa y de su camisa y el tatuaje se extendió por todo su pecho empezando a regenerar todas sus heridas con facilidad.

-Majestad, quédate atrás.

Jaleel recuperó el ritmo de la batalla y uno a uno se encargó de los clones de Xande que desaparecieron para volver a hacerse uno, la batalla entonces se decantó al lado de la Luz cuando Jaleel empezó a hacer retroceder al hechicero al punto de tener que volver a pasar la barrera, momento que el Elegido aprovechó para empezar a golpear la barrera para tirarla abajo. El relevo fue tomado y un hombre con ocho brazos y vestido de una manera algo singular placó a Jaleel al interior de la isla una vez más.

-¡Muajaja, tienes agallas, chico!
-No me das miedo.
-Mmm… tendré que hacerte cambiar de idea. ¿Cuál usaré contra ti?
-¡Deja de fanfarronear!

Jaleel se arrojó contra el extraño hombre y antes de que atacara ocho armas aparecieron en sus ocho brazos atacando con las ocho a la vez, obligando a Jaleel a retroceder.

-¡¿Ocho?!
-¿Te gustan? Son mis tesoros.
-Un espadachín no se mide por el número o calidad de sus armas.
-¿Ah? Eso ha dolido, chico. Te mostraré que te equivocas. Debes saber que te estás enfrentando al gran Gilgamesh.

Gilgamesh fue ahora el que se lanzó contra Jaleel atacando sin descanso con sus ocho armas, muchos ataques eran esquivados, otros tantos bloqueados, pero alguno que otro daban en su objetivo, suerte que Jaleel regeneraba esos ataques con cierta facilidad. Viendo que no podría contraatacar a ese ritmo hizo crecer el poder del tatuaje llegando ahora hasta sus piernas.

-¡Atrás!

Jaleel dio un poderoso golpe que Gilgamesh bloqueó pero la onda expansiva mandó volando al espadachín teniendo éste también que retirarse. El siguiente en aparecer en escena fue el guerrero de la enorme espada que parecía bastante tranquilo pese a que Jaleel había expandido su tatuaje a su mayor tamaño hasta el momento.

-¿Ahora te toca a ti?
-Ragnarok…
-¿Cómo dices?
-Es mi nombre. Pensé que deberías saberlo antes de matarte.
-¡Sois todos unos flipados!

Jaleel se lanzó al ataque con su nueva fuerza liberada, pero aquel hombre, Ragnarok, parecía estar a la altura de esa fuerza con la cual competía y el tamaño de su espada lo demostraba, a Jaleel cada vez le costaba más mantener tanto poder.

-¿Qué te pasa? Te noto cansado.
-Agg… Nunca he tenido que hacer esto.
-¿Hacer el qué?

Jaleel expandió su aura de Oscuridad al máximo y entonces el tatuaje recubrió todo su cuerpo, cambiando el color de su piel a negro. Sólo la sensación de estar en el mismo espacio que Jaleel hacía a todos los que había allí respirar con dificultad. Eleone era la que peor lo llevaba.

-Tranquila, majestad, esto no va a durar demasiado.

Un único golpe fue suficiente para que Ragnarok fuese repelido fuera de la barrera, el enemigo estaba totalmente asustado de las habilidades de aquel chico.

-¡Entrad todos!
-Pero Caos…
-Yo contendré la barrera, acabad con él.

Haciendo caso a Caos, los tres Señores de la Oscuridad entraron en la barrera con una sola idea en mente: acabar con Eleone; y tenían el plan perfecto.

Los tres confundieron a Jaleel lanzándose contra él a toda velocidad, pero cuando Jaleel respondió para repelerles desaparecieron de su vista. Jaleel entonces entendió lo que aquello significaba y vio como Ragnarok, Gilgamesh y Xande unían todas sus fuerzas para lanzar un potente y letal ataque de energía contra Eleone que se tapó con sus brazos y su Llave espada esperando que aquello le salvase.


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Jaleel reaccionó a tiempo y se interpuso entre el ataque y Eleone, ya había comprendido que si quería que la reina saliese con vida de ahí, él tenía que acabar como en su visión. Utilizó al máximo su poder de aspiración, atrayendo el rayo de sus enemigos aún a mayor potencia pero lo bloqueó con su Llave espada saliendo volando y rompiendo la barrera en el proceso.

Cuando Eleone se dio cuenta de aquello se dio la vuelta y se tiró al vacío detrás de Jaleel, entonces se fijó en que el cuerpo de Jaleel estaba disolviéndose.

-Ja… Ja… Jaleel…

A medida que la reina se acercaba más al joven iba quedando menos del cuerpo de éste y veía que no iba a llegar a alcanzarle, Jaleel miró hacia arriba sonriendo y dijo sus últimas palabras mientras Eleone veía como terminaba de desaparecer.

-Gracias, majestad. Fuiste la Luz en mi mundo de Oscuridad.

“Tiempo de lloros y lamentaciones, usease, dejad que termine la canción.”

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Claudia y Zero habían visto toda la escena desde el ventanal de la sala del trono y entonces vieron a Jaleel y a Eleone caer desde lo alto de la isla flotante.

-No…
-Majestad, ¡salvaros!

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Vali, Sina y As seguían enfrentándose a los Sincorazón de la zona residencial cuando vieron a Jaleel caer desde lo alto de la prisión flotante, durante un momento perdieron la noción del tiempo e incluso los Sincorazón se detuvieron de atacar.

-No puede ser…
-Jaleel…
-

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Blanck escuchó algo procedente del cielo de Eclissis y se distrajo unos segundos viendo como Jaleel caía desde lo alto de la isla flotante, soltó un aullido desolador y cayendo aún más en su furia animal siguió desintegrando Sincorazón, ahora haciéndose camino hasta la ciudad.

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Kuroi y Eryn seguían su viaje al sur junto a un batallón de soldados sin intentar perderse nada de lo que ocurría en la isla flotante, pese a que se habían prometido no darse la vuelta tras el juramento que le hicieron a la reina. Pero no pudieron evitar girarse y contemplar el cielo cuando Jaleel cayó desintegrándose.

-¡No!
-¡Mierda!

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En lo alto de las azoteas de Eclissis, Keiro y Messam luchaban con todas sus fuerzas cuando ambos y Bastet vieron la escena en el cielo.

-¡Jaleeeeeeeel!
-Ja… Ése sólo era el primero.
 -¡Bastardos, vais a morir!
 -El primero en caer ha sido de vuestro bando.
-Keiro... no lo hagas... ¡Detente!
-¡Si no le detengo, caerán más!
-Así no... Esto no puede estar pasando...

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