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-¿Qué lugar es éste?
-Es el último lugar
en el que vi a Nieve con vida. Quizás haya pistas de su paradero.
-Este lugar me da
escalofríos, Vali.
Mickey se asomó desde
el edificio para observar una gran calle por la que volaban sin peligro alguno
extraños vehículos voladores. Habían vuelto a Edén. Sara parecía ausente.
-¿Ocurre algo, Sara?
-¿Nieve no te contó
nada?
-Lo suficiente...
Éste era vuestro hogar, ¿no?
-Sí... escapamos para
tener una vida mejor, pero...
Sara se cogió el antebrazo izquierdo con fuerza, algo había ahí que le traía malos recuerdos.
-La marca... Eres su
esclava...
-No, ya no.
Sara se dio la vuelta para sonreírle a Vali que se extrañó ante aquella negación.
-¿Ya no?
-No. Yensid invirtió
su efecto.
-¿Puede hacer eso?
-Sí. Y mucho más. Me
convirtió en un Avatar de Luz.
-Ya veo... Y eso es
lo que te hizo deshacerte de la marca.
-Nieve no lo sabe.
Hay que encontrarle y decírselo. Ya no tiene porqué luchar más. Soy libre.
-Suerte que te he
traído, no creo que me hubiera creído si se lo hubiera dicho yo.
-Seguro que no... Es
muy cabezota.
-Vali. Este sitio no
es seguro.
-Lo sé, majestad.
Vali invocó su Llave espada y montó a Sara con él, luego Mickey se subió encima de Vali.
-Suerte que soy
tamaño portable.
-Eres adorable,
Mickey.
-Gracias, Sara.
Y Vali encendió
motores para salir de allí a toda prisa, pero, ¿dónde se habría metido Nieve?
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-Hay algo que he estado pensando.
-Hay algo que he estado pensando.
-¿Y qué es, Abraham?
-Este reino es muy
grande pero no parece que haya ningún rey.
-Porque no tenemos.
-¿Y cómo decidís los
problemas políticos?
-Ansem crea una
asamblea de aldeanos y discute con ellos las posibles soluciones. Es muy sabio,
de ahí que le llamen Ansem, el sabio. La gente siempre oye lo que tiene que
decir.
-Es como si él mismo
fuera un rey.
-Sólo que gobierna
con la ayuda del pueblo.
-¿Y cuándo él...?
-El liderazgo de
Vergel Radiante no se hereda, Abraham. Se escoge a su sucesor de entre los más
sabios del Mundo. Antes que Ansem fue su maestro.
-Entonces tú...
-Es posible... Aunque
no me veo tomando las mismas decisiones que él toma.
-¿Y no tiene hijos?
-Tenía...
-¿Qué ocurrió?
-Un ataque Sincorazón...
-Vaya, ¿y no le queda
nadie?
-Sí, él tenía una
hermana mayor, murió ya de viejita. Sus hijos también murieron en el ataque
intentando proteger Vergel Radiante, pero tiene una nieta.
-Entonces Ansem es su
tío abuelo.
-En efecto.
-¿Y dónde está ella
ahora?
-Oh. ¿No lo sabes?
-¿Saber el qué?
-Kairi es una de las
Princesas del Corazón. Así que estará con las demás.
-Vaya, no tenía ni
idea de que una de las Princesas venía de tu Mundo.
-Ya hemos llegado.
Mavras abrió una
puerta grande y dentro encontraron un moderado séquito de soldados todos
vestidos de la misma manera. Una chaqueta azul con un corazón rojo en el pecho
y unos pantalones marinos.
-¿Estos son todos? No
hay demasiados.
-No hacen falta.
Vergel Radiante está protegido por un sistema de seguridad que es automático.
-¿Eso es posible?
-Todo es posible con
Ansem.
El séquito de
soldados se giró para ver a los visitantes tras oír su conversación.
-Ey, Mavras.
-¿Qué tal, chico?
-¿Cómo te va todo?
-Hola. Bien, bien.
Quería pediros un favor.
-Tú dirás, muchacho.
-Vamos a preparar la
ofensiva final contra el líder de los Sincorazón y queríamos que os uniérais a
la batalla.
-¿Matar Sincorazón
dices?
-Eso es una locura.
-Yo me apunto.
-Dilan... Gracias.
-Dilan, estás loco.
-Pues si Dilan va, yo
también.
-Aeleus...
-¿Qué demonios?
Cuenta con mis pistolas también, muchacho.
Mavras se alegró a
medida que los soldados se iban uniendo a su causa, por ese frente casi ya habían
terminado. Sólo debían de pensar una manera de llevarles a todos a Camelot.
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Mientras tanto, en Camelot, Edea y Merlín sometían a Eleone a un ritual en el que extraer el Corazón del Mundo de su interior.
Mientras tanto, en Camelot, Edea y Merlín sometían a Eleone a un ritual en el que extraer el Corazón del Mundo de su interior.
-¿Le va a doler?
-No debes
preocuparte, joven, ni siquiera se dará cuenta de que le ha sucedido.
-Vaya, Edea, nunca
hubiera conocido tanto de la Oscuridad de no ser por ti...
-Es un placer poder
servir de ayuda, mago Merlín.
-¿Pero cómo es
posible que sepas tanto de la Os...?
-Eh, anciano, ni se
te ocurra hacer preguntas indiscretas a Mamá Ede.
-Oh, vamos, no te
preocupes, no pasa nada.
-Sí que pasa Mamá
Ede, no debes de comentar nada de lo sucedido con nadie.
-Está bien, está
bien.
-Lo siento...
-No pasa nada.
-¿Crees que podrán
atacarnos si saben que Eleone no está en condiciones de luchar, rey Arturo?
-Es poco probable,
Caos necesitará todos sus recursos para enclaustrarse y evitar molestias.
-No sé... Ahora
parece más listo, cuánto más demore nuestra recuperación más tardaremos en ir a
por él.
-Eso es verdad...
pero no os preocupés, nadie será capaz de molestar a Edea y a Merlín mientras
hacen el ritual.
-Morgana y Mordred
siguen por ahí...
-Esos dos no se
atreverán a volver a atacar sin el apoyo de Caos, seguro que estarán maldiciéndole
por no cumplir su parte del trato.
-¿Su parte del trato?
-La única razón por
la que Morgana aceptaría un trato con Caos sería para ver mi cabeza en una
bandeja y dado que sigo vivo... Morgana debe estar muy enfadada con Caos.
-O a lo mejor no.
-¿Qué quieres decir
Alexander?
-A lo mejor el trato
entre Morgana y Caos es a un plazo más largo. Caos sólo quería el grial, si
Morgana le ayudaba, Caos en un futuro y con sus Dioses podría volver a darle su
parte del trato.
-Esperemos que no sea
así, entonces. Caos ya ha hecho estragos en Camelot con un solo Dios Oscuro, no
quiero saber como sería con más.
-En cualquier caso no
voy a bajar la guardia, no quiero que Eleone esté más tiempo así del necesario,
voy a hacer la guardia.
-Alexander...
-Es una reina con
suerte.
-¿Cómo dices, Arturo?
-Eleone... si ese
soldado está dispuesto a todo así por ella. Eleone tiene suerte.
-Sí... Alexander la
quiere mucho. Están prometidos, ¿sabes?
-Me lo suponía. Algó
así no podía ser simplemente amistad. Me recuerdan un poco a ciertas personas
que conocí.
-¿...?
-No tiene
importancia. Me hubiera gustado haber tenido más tiempo para hablar con ese tal
Vali.
-Es verdad, sus padres
eran de aquí, ¿no?
-Sí, Tristán... Cómo
le echo de menos... Era un gran amigo mío, pero cuando Arturia llegó... no sé cómo
lo hizo, pero se hicieron tan amigos... Él no dudó en seguirla hasta los
confines del Mundo.
-Y gracias a eso Vali
creció como Elegido en Eclissis siendo capaz de ayudarnos.
-Sí, el destino puede
ser un poco enrevesado a veces... Oí que Isolda murió tras dar a luz a su
segundo hijo.
-Isolda... ¿Es la
madre de Vali?
-Sí.
-Yo era muy pequeña
cuando eso ocurrió, ni siquiera recuerdo a Tristán.
-Entiendo... Ha
debido de tener una vida dura...
-Él siempre ha sido
muy extraño. Sólo vivía para proteger Eclissis y a su hermana.
-Supongo que eso se
lo dejaría su padre como objetivo. Me gustaría poder conocerles a los dos en un
futuro.
-Seguro que no ponen
ninguna pega.
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En algún lugar del Espacio entre los Mundos.
-¿Por dónde
empezamos?
-Quizás deberíamos
volver a ese lugar... Lufenia... Allí conocimos al hermano de Keiro, quizás
sepa algo.
-Si está de su parte
es muy posible que quiera partirnos la cara.
-Pues se la tendremos
que partir nosotros a él primero y luego obligarle a que nos cuente todo lo que
sepa.
-Qué sádica...
-No quieras
comprobarlo en tus carnes, Kuroi.
-No he dicho nada.
Dejando es por
terminado los tres aceleraron al máximo sus Llaves deslizador para llegar
cuanto antes a Lufenia que estaban tan desolada como de costumbre.
-Si no es de boca del
tal hermano de Keiro, no vamos a averiguar nada más aquí.
-Este sitio...
-¿Sientas algo que no
pudimos sentir nosotros, Eryn?
-No lo sé... Me da
alguna especie de repelús. Como si...
-¿...te envolviera un
aura de Oscuridad?
-¡...!
Los tres se giraron
al unísono para verse cara a cara con Keiro y Bastet.
-¡Vosotros!
-...Keiro, no deberíamos
estar aquí...
-¿No tienes nada que
decir, Keiro?
-Me sorprende que no
pudieras ver mi traición, Kuroi. Pensé que se te daban bien esas cosas.
-Tú nunca te llegaste
a enterar que me convertí en Dios del Tiempo, ¿cómo es que lo sabes?
-Estos tres años
Bastet y yo hemos estado más cerca de lo que creíais. Vigilándoos.
-¿Todo para que
vuestro plan surtiera efecto?
-No lo sé. Pregúntaselo a
Kuroi. Es el adivino.
-Si nos habéis estado
vigilando sabrás que perdí una basta cantidad de mis poderes en la lucha contra
Ánima.
-No, esa parte me la
perdí, lo siento. Me encontraba en el Limbo. Pero alguien del futuro me dijo
mucho sobre ti.
-¿Alguien del futuro?
Ah, ya veo... el polizón.
-Intentaste
eliminarle pero encontró un refugio en mí.
-¿De quién habla,
Kuroi?
-Hace tres años
Bastet y yo no fuimos los únicos que viajamos por el tiempo.
-¿...?
-Un futuro Keiro viajó
al pasado para evitar nuestra destrucción a manos de Caos y me vi obligado a
hacerle desaparecer por el bien de todos.
-Pero nunca
imaginaste que hacerle desaparecer significaba juntarle a su yo del presente.
-No caí en eso...
¿Por qué haces esto, Keiro?
-¿Saberlo marcará
alguna diferencia, Kuroi?
-Nos haría saber de
qué lado estáis.
-¿Y por qué no
preguntas eso y ya está?
-¿...de qué lado estás,
Keiro?
-¿No era así más fácil?
-¿Y por qué no
contestas ahora?
-Está bien, está
bien. A Bastet y a mí nos ha dejado de gustar cómo hacéis las cosas. No me han
hecho falta tus poderes en estos tres años para ver la realidad de las cosas.
-Si de verdad pensáis
que estamos equivocados y que vosotros sabéis la verdad, ¿por qué no la compartís
en vez de huír y trabajar a nuestras espaldas?
-Porque os conocemos.
Ya sabemos vuestra reacción. Sólo nos hemos adelantado. Da igual lo que os
digamos y cuánto de verdad haya en nuestras palabras, seguís a Eleone y Eleone
ya tiene muy claras sus metas y nada ni nadie se las va a cambiar. Puede que
haya crecido y se haya hecho fuerte e independiente, pero su madre le ha dejado
un duro legado que no puede ignorar. Nunca aceptará mi decisión.
-Eleone no es tan
corta de miras.
-¿Crees que no lo
sabemos, Eryn? Pero da igual lo que ella piense o crea, está siendo manipulada
y no lo sabe. Hasta que no se dé cuenta no podrá ver lo que nosotros vemos.
-¿Manipulada? ¿Por
quién?
-Por todo, por lo que
le han dejado en sus manos, por los poderes que corren por sus venas, porque
tiene un reino por el que velar, porque Caos mató a su madre... A veces no es
suficiente con saber qué es lo que tienes qué hacer, a veces hay sentimientos
que te impiden hacer lo correcto.
-¿Y dices que Eleone
no puede hacer lo correcto porque tiene que seguir lo que otros ya empezaron?
-¿Acaso ésa no es la
peor de las manipulaciones? ¿Tener que hacer algo sólo porque te dejaron a ti
ese trabajo y no poder decidir por ti mismo si se puede hacer algo al respecto?
Nadie mejor que tú, Kuroi, sabe que las cosas cambian con el tiempo. Arturia
fue una mujer valiente y luchó por lo que quería proteger, pero ése era su
objetivo y su misión, no los de Eleone.
-Eleone no está
haciendo lo correcto porqué ella lo crea así, lo único que hace es seguir las
indicaciones de su madre.
-¿Eryn...?
-Kuroi, ni siquiera tú
puedes ignorar que tiene parte de razón.
-Bueno, vale.
Partamos de esa base, ahora figúrate por un momento que estamos abiertos a tus
miras mayores y que no nos importan las de Eleone. ¿Qué es lo que has visto que
nosotros no? ¿Por qué no confías en nosotros como un grupo y no como en una
serie de personas que siguen las ideas de una mujer con una pesada carga?
-Kuroi... tú eras
siempre el primero de nosotros que salía corriendo como un perrito faldero a
defender a Eleone. Uno no se puede deshacer de algo así con esa facilidad.
-¿Y qué tienes que
perder por decírnoslo? He cambiado, mi responsabilidad ahora es mucho más
grande que Eclissis, para mí han pasado trece años. Keiro, no puedes creer de
verdad que en tanto tiempo no han cambiado muchas cosas para mí.
-Keiro, vámonos.
-No, espera.
-Keiro...
-Está bien, Kuroi,
juguemos a tu juego. Pero os va a costar algo esta información.
-No podemos perder el
tiempo, Kuroi, tenemos que detener a Ca...
-¡Hecho!
-¡Debes estar de
broma!
-...
-¿Cuál es el trabajo,
Keiro?
Keiro dio un par de
pasos atrás e invocó un Portal de Oscuridad justo en frente de él, los tres
Elegidos ahora sólo podían ver su ojo derecho sobresalir por un lado.
-¿A dónde lleva?
-¿Por qué no lo
descubrís? Pon un poco de fe en mí, Kuroi.
Keiro alzó la mano
invitando a los Elegidos a que entraran y Kuroi dio los primeros pasos.
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