lunes, 1 de octubre de 2012

Capítulo 18: No hay victoria sin sacrificios



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http://www.youtube.com/watch?v=ROhDb3zZEGI

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Cuando Zero abrió los ojos ya no se encontraba en aquella sala, de alguna manera Claudia se las había arreglado para protegerle enviándole lejos.

-¿Claudia? ¡No, Claudia, no! Mierda…
-¿Zero?

El joven Elegido se dio la vuelta para ver a Vali y a Keiro en un lamentable estado, llenos de heridas y totalmente destrozados, ambos estaban sentados apoyados contra una pared.

-Vali… Keiro...
-¿Cómo has llegado aquí? Pensé que tú y la princesa…
-No… No hay tiempo que perder. La princesa está en a puros.
-¿Qué ha ocurrido?
-¡Caos está en el castillo!

Keiro y Vali se vieron incapaces de creer aquello, no podía haber derrotado a Eryn y a Alexander, ¿tan poderoso era? Para cuando dejaron de mirarse Zero ya estaba a varios metros de ellos corriendo en dirección al castillo e invocó su Llave deslizador para llegar más rápido.

-Tenemos que ir también.
-Mmm… No sé si eso será posible…

Keiro intentó levantarse en vano mientras Vali transformaba su Llave espada en bastón para ayudarse.

-Sólo hemos luchado contra cuatro monstruos feos, eso no es nada para un Elegido.
-Habla por ti, campeón.

El esfuerzo que estaban realizando tan sólo para levantarse era monumental.

-Si conseguimos levantarnos, ¿crees que con las fuerzas que nos quedan seremos útiles?
-No voy a quedarme aquí sentado para no comprobarlo.
-Sabía que dirías eso.

Ambos terminaron de levantarse a duras penas y también invocaron sus Llaves deslizador con dificultad para seguir a Zero a la distancia, puesto que su velocidad no era la misma.

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Mientras, Eleone había salido del castillo persiguiendo al Señor de la Oscuridad y a lo lejos por encima de ellos pudo discernir a Garland y a Caos alejándose de la ciudad.

-No salgas de la barrera…
-¿Crees que tienes tiempo para preocuparte por él?
-Soy una reina, tengo que encontrar tiempo para todo. ¿Qué sentido tenía hacerme salir del castillo si luego ibas a…? No…

Eleone se dio la vuelta rápidamente para volver a entrar en el castillo pero el Señor oscuro se movió a gran velocidad delante de ella impidiendo su acceso.

-Ah, ah. No puedo dejarte volver a entrar, majestad.
-Como le pongáis un dedo encima más a mi hermana…
-No estás en posición de amenazar, alteza.

El Señor de la Oscuridad se lanzó al ataque con una fuerza y una velocidad imbatibles, demasiado para la reina que fallaba bastante en combate cuerpo a cuerpo. Estuvo a punto de ser derrotada de no ser porque Zero apareció a tiempo interponiéndose con sus dos Llaves espada en el golpe fatal.

-Zero…
-Yo me encargo de él… ¡Salvad a Claudia, majestad!
-Sí…

La reina volvió a adentrarse al castillo con la intención de buscar la presencia de Jaleel.

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El hombre alzó su enorme espada y la dejó caer con toda su fuerza contra Jaleel y Mavras. Jaleel apartó a tiempo a su joven hermano y detuvo todo el ataque como pudo, acabando de rodillas frente al devastador espadazo.

-¡Jal!

Mavras debería haber aprovechado ese momento para atacar, pero aquello le superaba con creces. No podía empezar su entrenamiento luchando contra un Señor de la Oscuridad, ¿por qué no eran simples Sombras? Las piernas empezaron a temblarle.

-¡Mavras, ataca! O… Ah…
-Yo… Yo… ¡Deja a mi hermano!

Mavras se lanzó al ataque aunque fue en vano, su poder a penas competía contra el de aquel poderoso hombre que solo necesitó un brazo para soltarle un puñetazo que le envió al otro lado de la habitación. Sin embargo Jaleel aprovechó ese despiste para, con todas sus fuerzas, hacer retroceder la gran espada del Señor oscuro y contra atacar.

-¡Maldito!

Jaleel empezó a lanzar estocada tras estocada contra aquel hombre aunque parecían ser en vano, pese a parecer más fuerte que veloz y al tamaño de aquella espada, se movía con agilidad esquivándolo todo. Jaleel dio un salto hacia atrás poniéndose en frente de la cama de Claudia, intentando protegerla y evitar un posible contra ataque.

-Mavras, ¿estás bien?
-Ah… Sí… Sólo un poco magullado…
-Parece resistente para ser un “Elegido”.
-Dale tiempo y se encargará de tipos como vosotros en segundos.
-Ese es el problema, chico. Que no hay tiempo.

El hombre volvió a lanzarse al ataque con una poderosa ráfaga de espadazos que Jaleel no podía permitirse esquivar si no quería que golpeasen a la princesa. Así que no le quedó más remedio que bloquearlos aún sabiendo que eso tendría consecuencias. Los brazos de Jaleel no salieron ilesos de aquellos choques brutales.

-Mavras. Coge a la princesa y ponla a cubierto.
-Sí, Jal.

Mavras hizo caso a su hermano y cogió a la princesa alejándola de la batalla para que Jaleel pudiera centrarse en la batalla a tope. Fue entonces cuando se deshizo de la capa y de la camisa y el tatuaje volvió a abrirse. Los músculos atrofiados de Jaleel tardaron milésimas en regenerarse y chascándose el cuello con un rudo movimiento volvió a sentirse preparado.

-Probemos de nuevo.

El Señor oscuro se sorprendió frente a aquello pero no lo suficiente como para no defenderse de los siguientes ataques de Jaleel. Parecía que la batalla ahora estaba más equiparada, hasta que escasos segundos después, el Señor oscuro utilizó una táctica parecida, sembró de Oscuridad todo su cuerpo y espada y moviéndose con gran agilidad empezó a superar fácilmente a Jaleel.

-No pienses que el resto somos igual de débiles que Marte. Él sólo era una prueba para saber cuan fuertes érais.
-He mejorado mucho desde entonces.
-¡Pues demuéstralo!




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Jaleel intentó recuperar el ritmo de combate abriendo más el tatuaje, pero aquel hombre no estaba al mismo nivel que Marte, era mucho más fuerte y no le dio tiempo para adquirir todos los poderes del tatuaje. Arremetiendo con fuerza le desarmó y con un segundo ataque atravesó el torso entero de Jaleel empalándole de forma letal.

-¡Jaaaaaaaaal!

Eleone justo apareció por la puerta y sintió un aguijón en su Corazón, la visión se estaba haciendo real.

-¡Noooooooo!

Una poderosa Luz surgió del Corazón de la reina que lanzó por los aires al Señor oscuro, aunque rápidamente se reincorporó y saltó por la ventana huyendo.

-¡Jaleel! -¡Jal!

Mavras y Eleone salieron corriendo a la misma velocidad hacia Jaleel, aunque Mavras tardó un poco más porque dejó a Claudia en la cama con cuidado.

-Jaleel, no… Esto no tenía que pasar. No tenía que pasar…
-Jal… No… Acabamos de conocernos…

El nuevo Elegido y la reina aún más veterana se quedaron de piedra cuando vieron como la herida de Jaleel empezó a regenerarse poco a poco hasta que se cerró del todo y entonces los ojos y la boca del Elegido se abrieron y respiró con fuerza.

-¡Ahhh!
-¡¿Ja-Ja-Jaleel?! -¡Jal!

Eleone se lanzó a los brazos de Jaleel según se levantó dejándole perplejo en el momento.

-Majestad…
-¡Estás vivo!

La reina se volvió a separar algo avergonzada, era la segunda vez que hacía aquello.

-¿Cómo es posible?
-Tenía el tatuaje activado. No hay herida que no pueda regenerar.
-Vaya…

Eleone se sintió completamente estúpida mientras una traviesa lágrima se escapaba por su mejilla, aunque rápidamente Jaleel se la limpió.

-No lloréis por mí, majestad.
-Ah, lo siento. Pensé que… Perdón.
-No pasa nada. Lo importante es que hemos conseguido hacerle huir.
-Sí…

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Mientras tanto, en los cielos de Eclissis, Garland seguía persiguiendo a Caos para terminar de darle caza y vengarse.

-¡No huyas, cobarde! ¡No tienes escapatoria!
-¡Los dos sabemos que estas barreras sólo sirven para evitar entradas, no son igual de poderosas por dentro!

Caos aceleró a toda velocidad acercándose a la barrera superior y la atravesó a gran potencia partiéndola en cachitos seguido muy de cerca por Garland. No tardó mucho la barrera en regenerarse gracias al hechizo que Eryn puso en ella. El golpe fue bastante doloroso y ambos estaban aturdidos, cuando Garland volvió a abrir los ojos que los cerró para que no le entrase ningún residuo mágico, se topó con que Caos estaba bastante indefenso, aunque antes de llegar a alcanzarle algo le golpeó brutalmente en el costado y le hizo caer en picado rebotando varias veces contra la barrera hasta que llegó al suelo. La armadura se quebró por varias partes al caer, pero aquello no le haría rendirse. Se levantó a duras penas.

-Ah… Ah… Maldito…

Y cuando se terminó de levantar, su Corazón le dio un vuelco, pues no sólo estaba Caos frente a él, cuatro siluetas más le flanqueaban. Se asustó momentáneamente y dudó dando un paso hacia atrás.

-Ya no eres tan héroe, ¿eh, Garland?
-No cederé ante una panda de principiantes.

Garland volvió a coger valentía y se lanzó al ataque.

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Zero no tardó en llegar a la habitación de Claudia, y escasos segundos después llegaron Keiro y Vali que se habían encontrado con él en la entrada del castillo tras que el Señor de la Oscuridad, Messam, escapase.

-¡Majestad! ¡Princesa!
-Estamos bien, Zero. Han huído.
-Qué alegría. ¿Cómo está Claudia?
-Sólo inconsciente. Se recuperará.
-Gracias al cielo…
-Hola Keiro… ¡Vali!
-Hola majestad. Mucho tiempo sin vernos.
-Me alegra de que estés bien.
-Bueno, en estos momentos… podría estar mejor.

La princesa sonrió satisfecha sabiendo que pese a las bajas habían conseguido evitar que se salieran con la suya. No habían liberado a Ánima y ninguno de los Elegidos había caído. De pronto toda esa felicidad se disipó, los ojos de Eleone se pusieron en blanco para sorpresa de todos y empezó a sentir golpes provenir de todas partes. Zero y Jaleel la sujetaron con firmeza, pero a penas podían controlar el cuerpo de la reina que se sacudía con fuerza.

-¡Majestad, majestad!

Tras casi un minuto de sufrimiento e impotencia, la reina volvió en sí llorando y totalmente angustiada.

-Majestad, ¿estás bien? ¿qué ha pasado?
-¡Garland!

Como si aquel grito le hubiera dado fuerzas a la reina, se levantó de un salto y se arrojó desde la ventana del cuarto de Claudia, desde la que minutos antes había saltado aquel Señor de la Oscuridad de la espada gigante. Invocó su Llave deslizador y salió disparada, aunque Zero la seguía a corta distancia. Consiguieron abrir la puerta a tiempo y Eleone les guió hasta las afueras de Eclissis donde encontraron la armadura inerte de Garland a escasos metros de allí.

-¡Garland!

Eleone salió corriendo hacia allí y Zero la siguió muy de cerca. La reina aún pudo sentir látidos en su Corazón y su pecho moverse con fuerza intentando respirar. Se agachó y le sujetó la cabeza que le pesaba una barbaridad por culpa del casco.

-Garland…
-E-Eleone…
-No… ¿Por qué lo hiciste?
-L-la… la ira me cegó…
-No puedes dejarme… No ahora…

Garland levantó su pesado brazo acompañado de los restos del guantelete de su armadura dejando entrever parte de su cuerpo, totalmente blanco por la falta de luz solar, y acarició el rostro de Eleone.

-Eres igual que tu madre… Qui… Quítame el casco, déjame verte con mis propios ojos.

La reina hizo caso a su moribundo abuelo y se deshizo de su casco muy lentamente. Debajo de aquel armatoste de metal pudo ver a un anciano de piel blanquecina, sin iris en los ojos. A penas le quedaba pelo pero lucía una larga barba blanca, Eleone se sintió un poco apenada, sorprendida y atemorizada por el aspecto de aquel hombre. Garland la miró y dejó caer su brazo lentamente sintiendo como las fuerzas le abandonaban, luego alzó la vista como si hubiera algo ahí arriba.

-Arturia… Arturia… Llevo mucho tiempo esperando esto… Me reúno contigo…

Eleone sólo pudo observar aquello con lágrimas en los ojos mientras lás últimas fuerzas de su abuelo expiraban sin decir una sola palabra. Zero se acercó y tomó el hombro de la reina intentando inspirarle fuerzas.

-Ya estoy harta de enterrar a la gente que quiero…
-Majestad…
-Ve a buscar ayuda… Quiero enterrarle junto a mi madre…
-Sí, majestad.

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