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Cuando Zero abrió los ojos ya no se encontraba en aquella sala, de alguna manera Claudia se las había arreglado para protegerle enviándole lejos.
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Cuando Zero abrió los ojos ya no se encontraba en aquella sala, de alguna manera Claudia se las había arreglado para protegerle enviándole lejos.
-¿Claudia? ¡No,
Claudia, no! Mierda…
-¿Zero?
El joven Elegido se
dio la vuelta para ver a Vali y a Keiro en un lamentable estado, llenos de
heridas y totalmente destrozados, ambos estaban sentados apoyados contra una
pared.
-Vali… Keiro...
-¿Cómo has llegado
aquí? Pensé que tú y la princesa…
-No… No hay tiempo
que perder. La princesa está en a puros.
-¿Qué ha ocurrido?
-¡Caos está en el
castillo!
Keiro y Vali se
vieron incapaces de creer aquello, no podía haber derrotado a Eryn y a
Alexander, ¿tan poderoso era? Para cuando dejaron de mirarse Zero ya estaba a
varios metros de ellos corriendo en dirección al castillo e invocó su Llave
deslizador para llegar más rápido.
-Tenemos que ir también.
-Mmm… No sé si eso
será posible…
Keiro intentó
levantarse en vano mientras Vali transformaba su Llave espada en bastón para
ayudarse.
-Sólo hemos luchado
contra cuatro monstruos feos, eso no es nada para un Elegido.
-Habla por ti, campeón.
El esfuerzo que
estaban realizando tan sólo para levantarse era monumental.
-Si conseguimos
levantarnos, ¿crees que con las fuerzas que nos quedan seremos útiles?
-No voy a quedarme
aquí sentado para no comprobarlo.
-Sabía que dirías
eso.
Ambos terminaron de
levantarse a duras penas y también invocaron sus Llaves deslizador con
dificultad para seguir a Zero a la distancia, puesto que su velocidad no era la
misma.
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Mientras, Eleone había salido del castillo persiguiendo al Señor de la Oscuridad y a lo lejos por encima de ellos pudo discernir a Garland y a Caos alejándose de la ciudad.
Mientras, Eleone había salido del castillo persiguiendo al Señor de la Oscuridad y a lo lejos por encima de ellos pudo discernir a Garland y a Caos alejándose de la ciudad.
-No salgas de la
barrera…
-¿Crees que tienes
tiempo para preocuparte por él?
-Soy una reina, tengo
que encontrar tiempo para todo. ¿Qué sentido tenía hacerme salir del castillo
si luego ibas a…? No…
Eleone se dio la vuelta rápidamente para volver a entrar en el castillo pero el Señor oscuro se movió a gran velocidad delante de ella impidiendo su acceso.
-Ah, ah. No puedo
dejarte volver a entrar, majestad.
-Como le pongáis un
dedo encima más a mi hermana…
-No estás en posición
de amenazar, alteza.
El Señor de la
Oscuridad se lanzó al ataque con una fuerza y una velocidad imbatibles,
demasiado para la reina que fallaba bastante en combate cuerpo a cuerpo. Estuvo
a punto de ser derrotada de no ser porque Zero apareció a tiempo interponiéndose
con sus dos Llaves espada en el golpe fatal.
-Zero…
-Yo me encargo de él…
¡Salvad a Claudia, majestad!
-Sí…
La reina volvió a
adentrarse al castillo con la intención de buscar la presencia de Jaleel.
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El hombre alzó su enorme espada y la dejó caer con toda su fuerza contra Jaleel y Mavras. Jaleel apartó a tiempo a su joven hermano y detuvo todo el ataque como pudo, acabando de rodillas frente al devastador espadazo.
El hombre alzó su enorme espada y la dejó caer con toda su fuerza contra Jaleel y Mavras. Jaleel apartó a tiempo a su joven hermano y detuvo todo el ataque como pudo, acabando de rodillas frente al devastador espadazo.
-¡Jal!
Mavras debería haber
aprovechado ese momento para atacar, pero aquello le superaba con creces. No
podía empezar su entrenamiento luchando contra un Señor de la Oscuridad, ¿por
qué no eran simples Sombras? Las piernas empezaron a temblarle.
-¡Mavras, ataca! O…
Ah…
-Yo… Yo… ¡Deja a mi
hermano!
Mavras se lanzó al
ataque aunque fue en vano, su poder a penas competía contra el de aquel
poderoso hombre que solo necesitó un brazo para soltarle un puñetazo que le
envió al otro lado de la habitación. Sin embargo Jaleel aprovechó ese despiste
para, con todas sus fuerzas, hacer retroceder la gran espada del Señor oscuro y
contra atacar.
-¡Maldito!
Jaleel empezó a
lanzar estocada tras estocada contra aquel hombre aunque parecían ser en vano,
pese a parecer más fuerte que veloz y al tamaño de aquella espada, se movía con
agilidad esquivándolo todo. Jaleel dio un salto hacia atrás poniéndose en
frente de la cama de Claudia, intentando protegerla y evitar un posible contra
ataque.
-Mavras, ¿estás bien?
-Ah… Sí… Sólo un poco
magullado…
-Parece resistente
para ser un “Elegido”.
-Dale tiempo y se
encargará de tipos como vosotros en segundos.
-Ese es el problema,
chico. Que no hay tiempo.
El hombre volvió a
lanzarse al ataque con una poderosa ráfaga de espadazos que Jaleel no podía
permitirse esquivar si no quería que golpeasen a la princesa. Así que no le
quedó más remedio que bloquearlos aún sabiendo que eso tendría consecuencias. Los
brazos de Jaleel no salieron ilesos de aquellos choques brutales.
-Mavras. Coge a la
princesa y ponla a cubierto.
-Sí, Jal.
Mavras hizo caso a su
hermano y cogió a la princesa alejándola de la batalla para que Jaleel pudiera
centrarse en la batalla a tope. Fue entonces cuando se deshizo de la capa y de
la camisa y el tatuaje volvió a abrirse. Los músculos atrofiados de Jaleel
tardaron milésimas en regenerarse y chascándose el cuello con un rudo
movimiento volvió a sentirse preparado.
-Probemos de nuevo.
El Señor oscuro se
sorprendió frente a aquello pero no lo suficiente como para no defenderse de
los siguientes ataques de Jaleel. Parecía que la batalla ahora estaba más
equiparada, hasta que escasos segundos después, el Señor oscuro utilizó una táctica
parecida, sembró de Oscuridad todo su cuerpo y espada y moviéndose con gran
agilidad empezó a superar fácilmente a Jaleel.
-No pienses que el
resto somos igual de débiles que Marte. Él sólo era una prueba para saber cuan
fuertes érais.
-He mejorado mucho
desde entonces.
-¡Pues demuéstralo!
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Jaleel intentó
recuperar el ritmo de combate abriendo más el tatuaje, pero aquel hombre no
estaba al mismo nivel que Marte, era mucho más fuerte y no le dio tiempo para
adquirir todos los poderes del tatuaje. Arremetiendo con fuerza le desarmó y
con un segundo ataque atravesó el torso entero de Jaleel empalándole de forma
letal.
-¡Jaaaaaaaaal!
Eleone justo apareció por la puerta y sintió un aguijón en su Corazón, la visión se estaba haciendo real.
-¡Noooooooo!
Una poderosa Luz
surgió del Corazón de la reina que lanzó por los aires al Señor oscuro, aunque
rápidamente se reincorporó y saltó por la ventana huyendo.
-¡Jaleel! -¡Jal!
Mavras y Eleone
salieron corriendo a la misma velocidad hacia Jaleel, aunque Mavras tardó un
poco más porque dejó a Claudia en la cama con cuidado.
-Jaleel, no… Esto no
tenía que pasar. No tenía que pasar…
-Jal… No… Acabamos de
conocernos…
El nuevo Elegido y la
reina aún más veterana se quedaron de piedra cuando vieron como la herida de
Jaleel empezó a regenerarse poco a poco hasta que se cerró del todo y entonces
los ojos y la boca del Elegido se abrieron y respiró con fuerza.
-¡Ahhh!
-¡¿Ja-Ja-Jaleel?!
-¡Jal!
Eleone se lanzó a los
brazos de Jaleel según se levantó dejándole perplejo en el momento.
-Majestad…
-¡Estás vivo!
La reina se volvió a
separar algo avergonzada, era la segunda vez que hacía aquello.
-¿Cómo es posible?
-Tenía el tatuaje
activado. No hay herida que no pueda regenerar.
-Vaya…
Eleone se sintió
completamente estúpida mientras una traviesa lágrima se escapaba por su
mejilla, aunque rápidamente Jaleel se la limpió.
-No lloréis por mí,
majestad.
-Ah, lo siento. Pensé
que… Perdón.
-No pasa nada. Lo
importante es que hemos conseguido hacerle huir.
-Sí…
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Mientras tanto, en los cielos de Eclissis, Garland seguía persiguiendo a Caos para terminar de darle caza y vengarse.
Mientras tanto, en los cielos de Eclissis, Garland seguía persiguiendo a Caos para terminar de darle caza y vengarse.
-¡No huyas, cobarde!
¡No tienes escapatoria!
-¡Los dos sabemos que
estas barreras sólo sirven para evitar entradas, no son igual de poderosas por
dentro!
Caos aceleró a toda
velocidad acercándose a la barrera superior y la atravesó a gran potencia partiéndola
en cachitos seguido muy de cerca por Garland. No tardó mucho la barrera en
regenerarse gracias al hechizo que Eryn puso en ella. El golpe fue bastante
doloroso y ambos estaban aturdidos, cuando Garland volvió a abrir los ojos que
los cerró para que no le entrase ningún residuo mágico, se topó con que Caos
estaba bastante indefenso, aunque antes de llegar a alcanzarle algo le golpeó
brutalmente en el costado y le hizo caer en picado rebotando varias veces
contra la barrera hasta que llegó al suelo. La armadura se quebró por varias
partes al caer, pero aquello no le haría rendirse. Se levantó a duras penas.
-Ah… Ah… Maldito…
Y cuando se terminó de levantar, su Corazón le dio un vuelco, pues no sólo estaba Caos frente a él, cuatro siluetas más le flanqueaban. Se asustó momentáneamente y dudó dando un paso hacia atrás.
-Ya no eres tan héroe,
¿eh, Garland?
-No cederé ante una
panda de principiantes.
Garland volvió a
coger valentía y se lanzó al ataque.
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Zero no tardó en llegar a la habitación de Claudia, y escasos segundos después llegaron Keiro y Vali que se habían encontrado con él en la entrada del castillo tras que el Señor de la Oscuridad, Messam, escapase.
Zero no tardó en llegar a la habitación de Claudia, y escasos segundos después llegaron Keiro y Vali que se habían encontrado con él en la entrada del castillo tras que el Señor de la Oscuridad, Messam, escapase.
-¡Majestad!
¡Princesa!
-Estamos bien, Zero.
Han huído.
-Qué alegría. ¿Cómo
está Claudia?
-Sólo inconsciente.
Se recuperará.
-Gracias al cielo…
-Hola Keiro… ¡Vali!
-Hola majestad. Mucho
tiempo sin vernos.
-Me alegra de que estés
bien.
-Bueno, en estos
momentos… podría estar mejor.
La princesa sonrió
satisfecha sabiendo que pese a las bajas habían conseguido evitar que se
salieran con la suya. No habían liberado a Ánima y ninguno de los Elegidos había
caído. De pronto toda esa felicidad se disipó, los ojos de Eleone se pusieron
en blanco para sorpresa de todos y empezó a sentir golpes provenir de todas
partes. Zero y Jaleel la sujetaron con firmeza, pero a penas podían controlar
el cuerpo de la reina que se sacudía con fuerza.
-¡Majestad, majestad!
Tras casi un minuto
de sufrimiento e impotencia, la reina volvió en sí llorando y totalmente
angustiada.
-Majestad, ¿estás
bien? ¿qué ha pasado?
-¡Garland!
Como si aquel grito
le hubiera dado fuerzas a la reina, se levantó de un salto y se arrojó desde la
ventana del cuarto de Claudia, desde la que minutos antes había saltado aquel
Señor de la Oscuridad de la espada gigante. Invocó su Llave deslizador y salió
disparada, aunque Zero la seguía a corta distancia. Consiguieron abrir la
puerta a tiempo y Eleone les guió hasta las afueras de Eclissis donde
encontraron la armadura inerte de Garland a escasos metros de allí.
-¡Garland!
Eleone salió
corriendo hacia allí y Zero la siguió muy de cerca. La reina aún pudo sentir látidos
en su Corazón y su pecho moverse con fuerza intentando respirar. Se agachó y le
sujetó la cabeza que le pesaba una barbaridad por culpa del casco.
-Garland…
-E-Eleone…
-No… ¿Por qué lo
hiciste?
-L-la… la ira me cegó…
-No puedes dejarme…
No ahora…
Garland levantó su
pesado brazo acompañado de los restos del guantelete de su armadura dejando
entrever parte de su cuerpo, totalmente blanco por la falta de luz solar, y
acarició el rostro de Eleone.
-Eres igual que tu
madre… Qui… Quítame el casco, déjame verte con mis propios ojos.
La reina hizo caso a
su moribundo abuelo y se deshizo de su casco muy lentamente. Debajo de aquel
armatoste de metal pudo ver a un anciano de piel blanquecina, sin iris en los
ojos. A penas le quedaba pelo pero lucía una larga barba blanca, Eleone se
sintió un poco apenada, sorprendida y atemorizada por el aspecto de aquel
hombre. Garland la miró y dejó caer su brazo lentamente sintiendo como las
fuerzas le abandonaban, luego alzó la vista como si hubiera algo ahí arriba.
-Arturia… Arturia…
Llevo mucho tiempo esperando esto… Me reúno contigo…
Eleone sólo pudo observar aquello con lágrimas en los ojos mientras lás últimas fuerzas de su abuelo expiraban sin decir una sola palabra. Zero se acercó y tomó el hombro de la reina intentando inspirarle fuerzas.
-Ya estoy harta de
enterrar a la gente que quiero…
-Majestad…
-Ve a buscar ayuda…
Quiero enterrarle junto a mi madre…
-Sí, majestad.
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