jueves, 13 de septiembre de 2012

Las historias de Vali: Parte final

La batalla estalló en meros instantes cuando la Llave espada y la Katana chocaron en medio del aire. La fuerza de Vali era mucho mayor a la de aquel hombre y su brazo se vio repercutido por la onda expansiva viéndose obligado a retroceder.

-Eres fuerte.
-Cuéntame algo que no sepa.
-¿Crees de verdad que esto va a acabar bien, que conseguiréis llegar a Edén y destruirlo como si nada? Él es un Dios y vosotros simples mortales.
-Nada es invencible. Ni siquiera los Dioses.

Vali se volvió a lanzar al ataque sorprendiendo al coronel y volvió a golpearle repetidamente haciéndole retroceder con cada corte. Aquel enemigo no parecía estar a la altura de Vali.

-Ag… Eres diferente del fugitivo.
-Supongo que no estáis acostumbrados a visitantes.
-Ese arma… No puedo vencerte así.
-¿Así?

Justo en ese momento una cuerda cayó del cielo a modo de distracción y Yaag se subió a ella escapando en el acto.

-¡Nos volveremos a ver!
-¡¿A dónde vas?!
-¡Tengo que detener a un fugitivo!
-¡Maldita sea!

Vali no se lo pensó dos veces y volviendo a convertir su Llave espada en Llave deslizador empezó a perseguir la pequeña nave en la que iba el teniente coronel. La persecución llevó a Vali hasta el centro de la ciudad artificial donde se encontraba la base del enemigo, hacia donde seguramente se había dirigido Nieve y donde se encontraría con el fal’cie Edén.

La nave de Yaag se introdujo en uno de los hangares de la edificación y Vali decidió perseguirle al interior, una vez allí se vio rodeado de demasiados soldados apuntándole con sus armas.

-Ag… Era una trampa…
-¡Arriba las manos!
-¿Shiva?

Y antes de que los soldados pudieran siquiera reaccionar para contra atacar todo se convirtió en hielo y los soldados en estatuas heladas. Al lado de Vali ahora se encontraba su adorada invocación.

-Te estás volviendo rápida.
-No, yo siempre he sido rápida. Eres tú el que está aprendiendo a usarme.
-Tenemos que encontrar a Nieve.
-Te sigo.

Vali salió corriendo eludiendo a los guardias ahora congelados y caminó un poco más hasta que escuchó un ruido mecánico, cuando quiso darse cuenta una enorme máquina entró en la estancia, en la cabina pudo ver al teniente coronel Rosch.

-¡¿Qué demonios?!
-¡Parece que sólo así seré capaz de pararte!

Un poderoso rayo desde uno de los cañones de aquella máquina fue dirigido directamente hacia Vali, aunque Shiva fue capaz de desviarlo a tiempo a costa de sus últimas energías.

-Tendrás que hacerlo tú solo, Vali.
-¡Mierda!

Vali sabía que los ataques físicos no harían efecto en aquella enorme máquina, por suerte para él la magia siempre había sido su mejor baza y cogiendo velocidad sin dejar de moverse alrededor de su enemigo empezó a congelarle parte por parte con poderosos hechizos de hielo bien dirigidos estratégicamente.

Fue cuestión de tiempo que la enorme sala estuviese llena de agujeros de los cañones y la gran máquina que el coronel  pilotaba congelada por todas partes incapaz de moverse.

-¡Maldito seas!
-¡Y aún no he acabado!

Vali apuntó con su Llave espada a la cabina del piloto y desató un poderoso rayo de hielo que congeló la visión de Yaag y después salió corriendo rumbo hacia el interior de aquel lugar.

La enorme base era como un extraño laberinto para Vali, pensaba que los pasillos del castillo de Eclissis habían sido un gran entrenamiento en los últimos años pero aquel sitio era tres veces más grande. A medida que avanzaba no le quedaba más remedio que eliminar a los soldados que se iba encontrando, aunque nada le guiaba hacia dónde quería ir.

-Esto es frustrante… No vendría mal algo de ayuda.

Y como si aquellas palabras hubieran sido una plegaria, un montón de soldados pasaron por delante de él dirección a otro pasillo.

-¡Rápido, el fugitivo está llegando al Edenhall!
-Chss (¿Al Edenhall…? Tengo que seguirles).

Vali les siguió todo el trayecto apresurado pero sin hacer demasiado ruido evitando ser detectado. Los soldados le llevaron hasta una enorme habitación con un gran trece escrito en una de las paredes. Allí se encontró a Nieve luchando contra un gran batallón a punto de ser derrotado.

-¡Nieve!

Vali transformó velozmente su Llave espada en Llave deslizador y arrollando a los soldados a los que estaba siguiendo llegó hasta Snow agarrándolo como pudo y sacándole de allí por los pelos.

-Vali…
-Eres incorregible, ¿eh?
-Tienes que dar la vuelta.
-Tranquilo, no estoy huyendo. Esto en batalla se llama reagruparse.
-…
-¿Estás muy herido?
-No. Son sólo unos rasguños.
-Ya… Eres… ¡Ah!

Un cañonazo dio al bólido de Vali haciendo que voltease y ambos cayeran al suelo rodando deshaciéndose la Llave deslizador al instante.

-¡Mierda! ¿Qué…? ¡Nieve!

Vali se acercó hasta Nieve que había llegado hasta la otra punta de la estancia.

-¿Estás bien?
-Sí. ¿Qué ha sido eso?
-No…

Y entonces volvió a aparecer Yaag Rosch montado en su enorme máquina salvo que ahora volaba.

-¡Tú!
-¡¿Pensabas que te desharías de mí con un poco de hielo?!
-¡Mierda, Nieve, así no conseguiremos llegar nunca hasta Edén!
-No hay que desistir. Sara… ¡tengo que hacerlo!

Nieve volvió a salir corriendo dejando a Vali con el coronel.

-¡No te dejaré escapar, fugitivo!
-¡Por encima de mi cadáver!

Vali volvió a reunir todas sus fuerzas y una poderosa aura de frío le rodeó consiguiendo invocar una enorme barrera de hielo que Yaag no pudo atravesar.

-¡Eres una molestia!
-Te dejo con ese muro…

Vali salió corriendo tras Nieve aprovechando que Yaag no podía superar aquel obstáculo. Consiguió alcanzarle en seguida y volvieron al Edenhall escondiéndose. Iban a intentar infiltrarse.

-¿Alguna idea?
-Ya sabes que a mí me gusta entrar a saco. Pero no parece ser lo mejor ahora…
-No… Pero…
-¿Qué?
-Puedo hacer de cebo.
-¿Harías eso?
-Pero no hagas ninguna locura hasta que me deshaga de ellos.
-No te prometo nada.
-Nieve, esto es serio. A penas has podido con esos soldados, ¿qué planeas hacer tú solo contra Edén? Además, dijiste que encontrarías la manera de acabar con él y proteger a la gente de aquí.
-Sé lo que dije…
-Pues no parece que tengas todavía un plan para ello. Yo te ayudaré, Nieve, pero no quiero tener sobre mi conciencia la muerte de tanta gente.
-Lo sé, lo sé. Yo tampoco.
-Pues confío en ti.
-Vali…

El Elegido salió corriendo hacia los soldados y consiguió atraer lo suficiente su atención para llevarles lejos de allí, momento que aprovechó Nieve para adentrarse en el habitáculo de Edén.

Vali se alejó lo suficiente para recuperarse y enfrentarse a los soldados, pero una nueva cara apareció.

-Esto es inadmisible, es sólo un hombre y ni siquiera es L’cie. Exijo una explicación.
-Señora, él… es más fuerte que un L’cie.
-Eso es imposible. No puede haber un mejor guerrero que aquel otorgado con el poder de Edén.
-¿Quieres que te lo demuestre, guapa?
-¿Cómo te atreves a hablarme así?
-No esperes que por ser mujer te dé un trato especial.
-¡Atacad!

Los soldados se abalanzaron sobre Vali atacándole con todo lo que tenían, las órdenes y liderazgo de aquella mujer cambiaron un poco la duración de la resistencia de los soldados, pero acabaron cayendo todos ante un Vali algo exhausto.

-¡Inútiles!
-Je… Sólo quedas tú, señorita.
-No subestimes a la teniente coronel Jihl Nabaat.
-¿Teniente coronel? Pensé que ése era Yaag.
-¿Has conocido a Rosch?
-Sí. Era muy débil.
-¡No te atrevas a humillar al PSICOM!

La mujer se lanzó al ataque sacando una especie de porra extensible aunque fue fácil para Vali esquivarla varias veces dejándola aún más humillada.

-Sin una armadura de esas, no creo que seas rival para mí.

La mujer pareció estar cabreada y atacó a traición a Vali con un extraño hechizo que esquivó por los pelos, para mala suerte del Elegido explotó poco después de esquivarlo alcanzándole y haciéndole rodar por el suelo varios metros.

-¿Qué decías?
-No esperes que me has derrotado sólo con eso.

Vali volvió a levantarse aunque en el proceso Jihl ya había llegado hasta él y le golpeó con la porra en la cabeza de nuevo a traición, parecía gustarle jugar sucio. Vali se quedó algo conmocionado por el golpe y la mujer le golpeó con una patada volviéndole a hacer caer al suelo.

-Ja, ja, ja… Parece que te has confiado.
-Ah… Serás… tramposa.
-En la guerra todo vale. No me guardes rencor.

La mujer se giró aprovechando las heridas de Vali y utilizó una especie de aparato interconector.

-Yaag, ¿dónde te encuentras?
-He tenido un pequeño problema con un obstáculo, pero ya estoy casi allí.
-¡Pues rápido! Tengo aquí a un criminal esperando.

Vali transformó su Llave espada en bastón y se ayudó para levantarse, aunque para cuando lo consiguió Jihl ya se había vuelto a dar la vuelta y ya podía oír llegar a Yaag con su máquina, no podría enfrentarse a los dos a la vez.

-Has hecho mal en subestimarnos.
-Te equivocas. Sois vosotros los que habéis hecho mal en subestimarme.
-…

Vali invocó su armadura ayudándole a protegerse y utilizó un hechizo curativo para recuperar algo de sus fuerzas. Para cuando terminó pudo ver como Yaag se ponía detrás de Jihl con su enorme máquina.

-Parece que has conseguido detenerle, Jihl.
-No gracias a ti. El fugitivo aún anda por ahí suelto. Acabemos con esto rápido.
-Por supuesto.

Jihl volvió a empezar la batalla con uno de sus extraños hechizos con explosión retardada, pero Vali esta vez invocó su gran velocidad para empezar a jugar con los tenientes rodeándoles por todas partes y atacando desde diferentes ángulos, aunque los golpes que iban dirigidos a Jihl eran protegidos por los enormes brazos mecánicos de la máquina de Yaag que no tardaron en verse afectados por los golpes.

-¡No puede vencernos, Rosch!

Vali sonrió ante la desesperación de la mujer y desapareció al ojo humano para realizar uno de sus ataques más poderosos que acabó con la máquina de Rosch y dejó a Jihl derrotada y humillada.

-Lo siento, tengo prisa.

Y deshaciendo la armadura Vali se volvió a encaminar hacia el Edenhall siguiendo los pasos de Nieve. Una vez llegó vio que no había nadie y aprovechó para introducirse en el edificio, allí Nieve esperaba a Vali en el suelo inconsciente.

-¡Nieve, Nieve! ¡Mierda! Te dije que no hicieras nada sin mí…

Vali alzó la vista en busca de quien había hecho eso pero no podía ver a nadie, sintió una extraña presencia detrás de él y al darse la vuelta pudo ver una extraña máquina con una forma vagamente humana descender desde el techo hasta su lado.

-¡¿Tú eres Edén?!

La máquina observó a Vali con detenimiento como si intentara analizarle, en su extraño rostro no había ningún ápice de sentimientos.

-Un Elegido…

Su voz sonó hueca y carente de ningún sentimiento, incluso causó un gran miedo en el Corazón de Vali sin saber muy bien porqué.

-¿Sabes… lo que soy?
-No hay saber que escape a mi conocimiento.
-¿Qué… qué se supone que eres?
-Tu pequeña mente humana no podría entender mi compleja existencia.
-…no estoy aquí para entender nada. Sólo quería…
-¿Respuestas?
-
-Te habrás dado cuenta que los Sincorazón no llegan aquí.
-…sí. Es porque este Mundo está muerto. No tiene un Corazón que les atraiga.
-¿Te imaginas qué pasaría si todos los Mundos fuesen así? Escaparían al miedo de los Sincorazón. No volverían a molestar el Reino de la Luz.
-¿Ese es tu plan? ¿Eliminar todos los Mundos y sustituirlos por carcasas vacías y humanos a tu servicio? ¡Ahora entiendo a Nieve! No puedo dejarte vivir…
-Ni siquiera un Elegido tiene el poder de hacerme frente. No malgastes tu vida en ello y apóyame en mi misión.
-¿Que te apoye? ¡Debes estar de broma!
-Lo siento, pero no puedo entender qué es una broma.
-¡No voy a hacerlo! No voy a ayudarte… Tú… lo que le haces a los humanos… ¡No tienes derecho!
-Mi poder es superior al de los insignificantes humanos así que puedo hacer lo que quiera con ellos.
-¿La ley del más fuerte, eh?

Vali se levantó volviendo a invocar su armadura y Llave espada, aunque ésta ahora tenía un aspecto diferente, más maduro y poderoso. La determinación de Vali había hecho crecer en poder a “Nota helada”, ¿o haría debía llamarse “Nota congelada”?

-Entonces tendré que hacerte ver algo que seguro que no sabías de esa ley.
-Ya te he dicho que nada escapa a mi conocimiento.
-¡Siempre hay alguien más fuerte que tú!

Vali se lanzó al ataque con todas sus fuerzas, la criatura mecánica se defendía con poderosas barreras mágicas y contra atacaba con extraños hechizos que surgían de la nada, aunque Vali podía reaccionar a tiempo esquivándolos. Pero a medida que pasaba el tiempo Vali se cansaba más y más y Edén parecía no haber perdido ni una pizca de su poder.

-No puede ser…
-Sólo estoy jugando contigo. Quería saber hasta donde llegaba tu determinación. Ahora veo que ni siquiera un Elegido puede interponerse a mi poder.

Vali intentó reaccionar ante las palabras de Edén pero no le dio tiempo, una poderosa fuerza mística explotó en sus narices haciendo cachitos la armadura y luego otra fuerza telequinética le hizo salir disparado contra una de las paredes. El golpe le hizo trizas la espalda y escupió sangre. Una nueva fuerza le alzó en el aire y le dejó totalmente a merced del Fal’cie dejándole en el filo del edificio.

-Te doy una última oportunidad, simple mortal. Únete a mí.
-¡NUNCA!

Vali fue arrojado al abismo desde aquella gran distancia.

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-Vali.
-¿Sí, padre?
-Prométeme una cosa.
-Claro, padre.
-Prométeme que nunca jamás te rendirás. No seas como tu padre…
-Tú no eres un cobarde, padre.
-¡Prométemelo, Vali!
-Te lo prometo, padre.

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