viernes, 31 de mayo de 2013

Capítulo 22: Guerra sinfín



Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

www.youtube.com

______________________________________________________________________

La horrible y virulenta serpiente terminó de formarse al otro lado de Caos sirviendo de contrapartida a Ánima que aunque era igual de horrible tenía un mucho mejor aspecto y porte, a los Elegidos que estuvieron aquel día presentes les recordó ver a Ánima recién despierto, con sus mismas horribles pintas con la diferencia de que esto era un reptil y podía ser un poco más turbio para aquellas mentes débiles.

-Y ahora... ¡Morid!

La serpiente que se acababa de formar abrió los ojos a la par de forma bastante agresiva y lo que ocurrió a continuación fue un poco confuso para los Elegidos, un joven de extraña procedencia y que había aparecido de la nada se puso entre todos los Elegidos de espaldas a su depredador e invocó un enorme escudo mágico que detuvo parte de las energías mágicas que había enviado la maligna criatura a través de sus cuencias ópticas aunque no resultó funcionar tal y como había planeado.

-¡¿Estáis todos bien?!
-¿Quién e...?
-¡Ahhhhhh! ¡Abra!

El grito de Claudia sacó de su interrogación a Eleone que no parecía tener ningún tipo de conocimiento sobre el chico que acababa de llegar, ahora totalmente estirado pudo verle mejor, era moreno de pelo corto e iba vestido con ropas callejeras, nada resaltaba en él salvo la pequeña hazaña que acababa de hacer y que portaba una Llave espada. Cuando todos siguieron al origen de los gritos de Claudia sus Corazones se estremecieron, Abraham se había convertido en una estatua de piedra, pero ése grito no fue el único, Kuroi también alzó la voz de manera ininteligible y lo siguió As, tanto Eryn como Sina habían caído en el mismo destino que el gemelo: los tres petrificados.

-¿Qué demonios? ¡Abraham!
-¡Hermano! ¿Qué ha pasado?
-¡No! He fallado... Les ha petrificado.
-¿Les ha petrificado? ¡¿Su mirada petrifica?!
-¡Ja, ja, ja, ja! Tres menos de un sólo ataque. Ánima, aplástalos, que no puedan ser curados de ninguna manera.
-¡¿...?!

La enorme criatura y Dios oscuro se abalanzó con sus puños alzados para destruír las estatuas en las que se habían convertido los Elegidos para rematarles y que no quedara nada de ellos, pero en el momento en que fue a ejecutar su letal ataque un poderoso golpe llegado desde el aire lo hizo estrellarse contra una de las murallas dejando a todos confusos, en especial a Caos que conocía a la única persona que podía golpear a un Dios Oscuro de esa manera.

-¡Keiro...!

El joven Elegido que había elegido un camino diferente al de sus amigos se materializó desde una nube de Oscuridad en un bando neutral, es decir, ni al lado de los Elegidos ni al lado de Caos, a su lado también se materializó Bastet.

-...
-Se acabó, Caos. Has conseguido lo que querías, retírate con tus mascotas a otra parte.
-¡...! Está bien... Pero esto no quedará así.
-¡No!

Eleone-Arturia intentó detenerles pero para cuando quiso hacerlo Caos y sus dos mascotas habían sido tragadas por la Oscuridad dejando a los Elegidos solos en aquel salón. Todas las miradas se volvieron contra Keiro.

-Os he salvado, ¿no?
-¿...de verdad piensas que por volver de esa manera vamos a perdonarte?
-No, supongo que no. No quiero haceros ilusiones diciendoos que he escogido finalmente uno de los dos estúpidos bandos que habéis decidido crear porque así se ha hecho hasta ahora pero aún sigo valorando vuestra amistad y vuestras vidas. Supongo que ahora tenéis trabajo que hacer.

Dijo Keiro alzando la Llave espada con la que apuntó a los adectados por la petrificación.

-El hechizo de ese chico les ha salvado de una muerte inevitable, aún tienen salvación.
-¿...?
-Será mejor que nos vayamos. Bastet...
-Sí...

Keiro y Bastet volvieron a desmaterializarse frente a sus amigos que se quedaban una vez más con el Corazón vacío, aunque a doble banda.

-¿Qué hacemos con ellos?
-Antes que eso... ¿Quién eres?
-¿Yo? Esto... ¿Importa? Tenemos que salvarles.
-Tú fuiste el que apareció intentando salvarnos a todos. ¿Quién eres y cómo sabías que estábamos aquí?
-Ey, ey, tranquilos. Sólo quería ayudar, mi nombre es Jake.
-Venías demasiado preparado para que nos traguemos un "sólo pasaba por aquí".
-No, es obvio que no pasaba por aquí pero, no hay mucho qué decir, sabía de vuestra existencia y de vuestra última batalla y quería ayudar, y cuando vi esa cosa que os iba a atacar actué por instinto. Aunque parece que no funcionó del todo.
-Funcionar, funcionó. La mirada de Jormurgand mata, por suerte tu escudo aminoró ese efecto.
-Eso parece... Sólo están petrificados, una aguja de platino será suficiente.
-¿Una aguja de qué?
-Es un artefacto bastante antiguo y místico para curar las petrificaciones más poderosas.
-Deberíamos trasladarlos a un lugar más seguro.
-Yo me marcho ya.
-¡Alto! ¿A dónde te crees que vas?
-A buscar la aguja de platino. ¿A dónde si no?
-Espera. Nos acabas de conocer ¿y eres el primero que decide que va a ayudarnos?
-Yo... yo vine para ayudaros, si no hago algo al respecto entonces no habrá servido de nada.
-Hay algo que nos estás ocultando.
-Yo me ocuparé de tenerle vigilado.
-¿...?
-¿Kuroi?
-Dejádmelo a mí. Yo le ayudaré a buscar la aguja de platino y le echaré un ojo.
-Pero...
-No, tiene razón. Keiro habrá espantado a Caos pero no sabemos cuándo volverá al ataque y no podemos hacerle frente con tres de los nuestros menos. Y aún no sabemos tampoco que planea Keiro.
-Está bien... Supongo que como siempre cada uno de nosotros acabará por su lado...
-Esta batalla ha terminado pero aún queda guerra por delante... Y deberemos estar preparados.
-Yo volveré con Yensid, no puedo quedarme para siempre con los poderes de mi madre y tendré que recuperar los míos. Claudia vuelve a casa con las estatuas y con Alexander.
-No, yo voy contigo.
-No, Alexander. Esto es algo que debo hacer sola. No puedes ayudarme.
-Pero la boda...
-No habrá boda hasta que Caos no caiga, Álex.
-Está bien... Vamos, Claudia.
-...
-¿Y el resto?
-No dejaremos que Caos vuelva a decidir cuando atacar.
-Eleone...
-¡No! No... Hemos perdido ya a tres de los nuestros, y otros tres están delante de nosotros petrificados. No aguanto más... No lo aguanto más... Caos debe pagar. Se acabó. Se acabó... Keiro ha escogido bando, se acabó...

Eleone se fue frustrada invocando su Llave deslizador y desapareciendo dejando al resto tristes y derrotados.

-Vamos, Álex.
-Voy con vosotros, Claudia.
-Gracias, Mavras.

-Vamos, muchacho, hay mucho trabajo.
-S-sí... claro...

______________________________________________________________________

-¿Y ahora qué, Keiro? ¿Vas a seguir con el plan?
-Por supuesto. Ya sé cómo hacerlo y tenemos que hacerlo antes que Caos.
-¿Estás seguro, Kei? Es posible que...
-Lo sé, pero te tengo a ti.
-¿Y lo necesario?
-Para mí es mucho más fácil, yo vengo de allí. Empezaré con el ritual en breves.
-Está bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario